Que, deportivamente, los d?as se?alados el teléfono no para, es sabido. Que en funci?n del resultado de unos y otros, recibir?s mensajes de unos u otros celebrando goles o toc?ndote los bemoles, también, pero entre todos los que recib? anteayer por esa aplicaci?n a veces deliciosa a veces odiosa llamada WhatsApp, hay uno que me hizo pensar: “Dios es madridista”, dec?a.

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102120023

Al principio asent? con la cabeza, pero al poco rato reflexioné y me dije: “?Què coi…! ?No sé supone que el gran hacedor es bondad, dicha y amor? ?Qué tiene de placentero el calvario que estamos viviendo los millones de culés dispersados por el mundo entero?".

No, se?ores, no… Atr?s quedan los versos de Machado rezando amablemente la bondad de la llegada de las estaciones: “La primavera ha venido, nadie sabe c?mo ha sido…” No, esta primavera, no es la del poeta, ésta, perversa, cruel y despiadada, es un maldito guion del mism?simo demonio.

El equipo de Xavi, que empezaba a hacernos so?ar con innegables muestras de mejor?a, de nuevo en el pozo de la debilidad y la fragilidad; los arbitrajes que no ven las pelotitas que entran en las porter?as, aprecian terribles entradas que suponen eliminaciones continentales en lances de juego habituales; en “Futbol Sala” perdemos el cetro europeo encajando una goleada con m?s desdicha que talento; el equipo de b?squet, tras una fase de clasificaci?n notable, pierde el anhelado vuelo a Berl?n y en el momento m?s necesitado realiza el peor porcentaje de triples de los ?ltimos diez a?os… Y podr?a seguir hasta aburrirles, neg?ndome a tocar el tema de nuestras “ni?as” (y lo digo con el m?ximo respeto), no sea que la mala baba de Lucifer se cebe en ellas a las puertas de repetir su sue?o europeo.

Mientras, a nuestro eterno rival, las ninfas sat?nicas de la fortuna no solo le son benévolas y sonrientes, sino que le agasajan con la “chorra y la chiripa”, con la ceguera arbitral y la generosidad que a nosotros nos niegan.

Ya saben que soy optimista, pero no soy imbécil, y hoy veo a mi alrededor las l?nguidas miradas gachas del des?nimo culé, la incomprensi?n por tanta desdicha y en alg?n caso alg?n cabreo m?s que justificado, y me consta la ingente preocupaci?n que sufren los dirigentes del club, sus ganas por dar un volantazo a todo frente a tan poco premio y tanta desgracia acumulada, y el incansable esfuerzo de trabajo, alma y coraz?n (y algunos de ellos también de “bolsillo” y riesgo) para tan parca ventura.

Pero en fin, somos el Barça, y es sabido que no hay mayor placer que levantarse tras una ca?da, y toca hacerlo y hasta el cielo, que ya saben que las cometas se elevan con el viento en contra.

Nunca una cometa se elev? con el viento a favor.



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