Si las encuestas no se equivocan, los partidos pol?ticos de la derecha radical seguir?n ganando terreno en elParlamento Europeo, la instituci?n que aprueba junto al Consejo las leyes europeas, los acuerdos internacionales o los procesos de ampliaci?n de la UE. Los sondeos vaticinan que las fuerzas nacionalpopulistas y euroescépticas podr?an obtener la victoria en nueve pa?ses y sumar hasta el 30% de los esca?os en la euroc?mara que salga de las elecciones del 6 al 9 de junio. Si bien la pol?tica exterior no es prioritaria para la extrema derecha, su peso potencial en el nuevo Parlamento est? llamado a incrementar su influencia también en este ?mbito, por m?s que sus posiciones estén lejos de ser homogéneas. Una divisi?n que se deriva en gran medida de sus diferencias respecto aRusia, la OTAN o la ayuda a Ucrania.

La nueva aritmética podr?a cambiar los equilibrios de fuerzas de los ?ltimos cinco a?os, en los que el centro-derecha y el centro-izquierda, apoyados por liberales y verdes, han sido capaces de conformar las mayor?as en el Parlamento. “Los partidos populistas por s? solos raramente son capaces de obstruir las decisiones en pol?tica exterior, demuestran poco interés en este ?mbito y generalmente despliegan una ret?rica cr?tica en casa mientras en Bruselas se alinean con la posici?n mayoritaria”, dec?a recientemente un informe del Carnegie Europe Center sobre la influencia de estos partidos en la pol?tica exterior europea. “M?s éxito tienen a la hora de polarizar los debates y enmarcarlos en el prisma de la seguridad, particularmente la migraci?n. Y, al hacerlo, influencian a los partidos liberal-democr?ticos, que acaban adoptando posiciones que antes eran exclusivas de los populistas”.

La derecha radical – un magma que incluye a partidos xen?fobos, populistas, posfascistas, euroescépticos o etnonacionalistas—no ha conseguido hasta ahora aglutinar sus fuerzas en un solo grupo parlamentario. Una fractura que ha diluido hasta ahora su influencia, seg?n los expertos. Sus partidos est?n repartidos entre dos bloques parlamentarios y un tercero donde anidan los “no inscritos”. Todos ellos con patrones de voto distintos, seg?n el an?lisis del Instituto Alem?n para Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP). El m?s poderoso actualmente en n?mero de esca?os es el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, de sus siglas en inglés), liderado por el gobernante Hermanos de Italia de Georgia Meloni y el Partido Ley y Justicia polaco, recién apartado del gobierno en Varsovia. All? también est? Vox o los Dem?cratas Suecos, que apoyan a la coalici?n gobernante en Estocolmo.

La extrema derecha atlantista

En estos ?ltimos cinco a?os este grupo ha tendido a alinearse con la mayor?a del Parlamento en las condenas a Rusia, el respaldo a las ayudas a Ucrania, el distanciamiento de China o el apoyo a la relaci?n trasatl?ntica con la OTAN como bandera. También apoyo la candidatura de Ursula Von der Leyen para convertirse en presidenta de la Comisi?n. “En cuatro de las cinco dimensiones analizadas en pol?tica exterior y de seguridad analizadas, ECR vot? con la mayor?a parlamentaria en casi todas las ocasiones y apoy? la mayor?a de las resoluciones presentadas”, asegura el an?lisis del SWF. No lo hizo, sin embargo, frente a las propuestas para profundizar la integraci?n europea, aunque s? respalda en gran medida el proceso de ampliaci?n de la UE para dar cabida a nuevos pa?ses.

Un posicionamiento muy distinto al de sus pares de Identidad y Democracia (ID), el grupo parlamentario al que las encuestas dan un mayor crecimiento en las elecciones de junio. Tanto que podr?a situarse como el tercer grupo en la euroc?mara, solo por detr?s de los conservadores del Partido Popular Europeo y los socialdem?cratas. “El grupo de ID no vot? de forma clara y consistente con la mayor?a parlamentaria en ninguna de las dimensiones analizadas”, asegura el informe del SWF. En este grupo est?n algunas de las fuerzas m?s cercanas al Kremlin, como la Agrupaci?n Nacional de Marine LePen, Alternativa por Alemania, que propone adem?s un referéndum tipo Brexit para sacar a Berl?n de la UE, o el Partido de la Libertad (FP?) austriaco. Otras formaciones de este bloque, como la Liga de Matteo Salvini o el Partido de los Finlandeses han basculado hacia las posiciones de consenso respecto a Rusia y su guerra en Ucrania.

Equilibrios en manos de Orb?n

“Es muy importante que no nos distraigamos del verdadero problema: los satélites de Putin que tratan de destruirnos desde dentro con desinformaci?n y polarizaci?n”, dijo recientemente Von der Leyen refiriéndose a Alternativa por Alemania y otros partidos del grupo de ID. La otro fuerza a tener en cuenta es el Fidesz del primer ministro h?ngaro, Viktor Orb?n, descrito por algunos como “la marioneta” de Putin en Bruselas. También partidario de una relaci?n estrecha con China. Fidesz abandon? en 2021 el grupo del Partido Popular Europeo antes de que fuera expulsado por sus pol?ticas antidemocr?ticas y desde pertenece al grupo de los “no inscritos”. Un espacio que se espera que abandone pronto, lo que podr?a romper los equilibrios entre las fuerzas m?s pragm?ticas de ECR y las m?s rupturistas de ID.

Orb?n ha se?alado que prefiere unirse a los primeros, pero ese potencial alineamiento con Meloni y sus correligionarios “debilitar?a las posturas cr?ticas con Rusia y proocidentales del ECR, por lo que se est? topando ya con la resistencia de algunos miembros del grupo”, afirma el SWP en su informe.

Complicidad de los Populares europeos

Pase lo que pase en las elecciones de junio, hay se?ales de que el ‘cord?n sanitario’ para aislar a la extrema derecha se est? r?pidamente evaporando en Estrasburgo. “El Partido Popular Europeo est? bailando con la extrema derecha”, dec?a el pasado mes de marzo en ‘Foreign Policy’ el portugués Pedro Marqués, vicepresidente del grupo de los socialistas en la Euroc?mara. Algunas voces acusan a Von der Leyen de hacer suyas propuestas de la extrema derecha y contribuir a normalizarla después de que partidos como el de Meloni se?alaran que no pretenden romper la eurozona o abrazar la propaganda del Kremlin. “El centro derecha no tiene ning?n problema con la extrema derecha. Solo tienen un problema con las fuerzas euroescépticas”, ha dicho el experto de Chatham House, Hans Kundnani.



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