La tragedia golpe? anoche la Playa de Palma, el epicentro del turismo popular de Mallorca, con un balance hasta el momento de cuatro muertos y 27 heridosque remite a otras grandes tragedias de la historia reciente de la isla: el desplome de dos plantas del hotel Can Picafort Park de 2000, sin v?ctimas mortales; el derrumbe del edificio de la calle Rodr?guez Arias, en la barriada palmesana de Camp de'n Serralta, de 2009, con siete muertos, o incluso la torrentada de Sant Llorenç de 2018, con 13 muertos.

La primera l?nea de la Playa de Palma, a la altura del n?mero 35 de la calle Cartago, celebraba noche de luna llena con un gent?o en el paseo, buena tempearura y mucha animaci?n. Y lo hac?a en un ambiente general alegre, mezcla de m?sicas variopintas y aroma de parrillas de los restaurantes cercanos. En la calle, un desfle interminable de turistas alemanes y holandeses, muchos de ellos adolescentes en viaje de iniciaci?n, vestidos con las inevitables camisetas de f?tbol, y también grupos de senegaleses que aparec?an entre la playa, los locales de ocio y el laberinto de la segunda l?nea con sus hatillos llenos de artesan?a, souvenirs cmplementos de moda y todo tipo de productos para vender.

El desplome de la terraza del bar Medusa Beach sobre su planta baja introdujo con un enorme estruendo la tragedia en un lugar donde la fiesta no se acaba nunca en verano. Tras el silencio, las sirenas de los equipos de emergencia que llegaban a toda prisa y el horror, el goteo de heridos y el balance de muertos.

Una multitud de turistas y ciudadanos rode? las inmediaciones del local derrumbado hasta que la Polic?a decidi? acordonar la zona para detener a la multitud. En las inmediaciones del local de ocio se juntaban familiares y amigos esperando una noticia esperanzadora. También trabajadores del local que todav?a no hab?an entrado de turno. La ambulancias atend?an a los heridos leves a pie de calle. Al lado de un gran cami?n gr?a de los bomberos uno de ellos con una gran venda en la cabeza, descansaba sentado en una silla con el rostro serio mirando al infinito junto a una sanitaria que estaba pendiente de él en todo momento. Los bomberos volv?an a meterse una y otra vez en la planta baja del local para buscar supervivientes atrapados entre los escombros.

Unos cuarenta y cinco minutos después del derrumbe, el alcalde de Palma, Jaime Mart?nez, y el teniente de alcalde Javier Bonet, llegaban al lugar de la tragedia para conocer lo sucedido de primera mano y estar cerca de los heridos y sus familiares.

De la parte posterior del local, convertida en improvisado hospital de campa?a, sal?an disparadas las ambulancias en direcci?n a la autopista de Palma, cuyo tan denostado carril bus-Vao se convirti? en la v?a preferente que utilizaron todos los veh?culos sanitarios de emergencias para trasladar a los heridos hacia los hospitales de Son Llàtzer y Son Espases.

Pasadas las once y media de la noche, el presidente del Gobierno, Pedro S?nchez, publicaba un mensaje a través de la red social X: "Sigo de cerca las consecuencias del terrible derrumbe ocurrido en la playa de Palma. Acabo de hablar con la presidenta Marga Prohens y con el alcalde de la ciudad, Jaime Mart?nez, a los que he trasladado la disposici?n del Gobierno de Espa?a a colaborar con todos los medios y efectivos que sean necesarios. Quiero mandar mis condolencias a las familias de las personas fallecidas y mi deseo de pronta recuperaci?n a los heridos".
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