A mediados del siglo XX, Ordu?a era uno de los n?cleos habitados –tanto a nivel provincial como regional y estatal– con mayor n?mero de religiosas residiendo puesto que, adem?s de jesuitas, contaba con comunidades de clarisas, Hijas de la Caridad, Compa??a de Mar?a e, incluso, Carmelitas Descalzas. Unas se dedicaban a la vida contemplativa y otras a impartir ense?anza y cultura o al cuidado de enfermos. Pero la presencia de estas congregaciones fue desapareciendo, poco a poco, hasta quedar ?nicamente los Padres Josefinos de Murialdo y un peque?o grupo de seis hermanas clarisas que retornaron en 2020 al convento de Santa Clara tras casi dos décadas cerrado.

Fue en octubre de ese a?o cuando su obispo, monse?or Juan Carlos Elizalde, celebr? la primera eucarist?a y en febrero de 2021 termin? la construcci?n de un obrador. A la vida contemplativa de oraci?n y silencio se uni? la labor diaria de elaborar y vender sus famosos dulces. “La gente comenz? a ir hasta el convento para comprarlos y luego empezaron a poner un puesto en el mercado que se monta los s?bados en la Foru Plaza”, comentaba ayer martes una vecina, a escasos metros de ese lugar. “Yo he comprado magdalenas, rosquillas, pesti?os, trufas... Est? todo buen?simo, como todos los dulces de monjas”, a?adi? para después reconocer estar “sorprendida” por la noticia que ha hecho a esta congregaci?n de religiosas, junto a la existente en Belorado (Burgos), protagonista de la actualidad informativa por su decisi?n de abandonar la Iglesia Conciliar y ponerse bajo la tutela de Pablo de Rojas S?nchez-Franco, excomulgado en 2019 por la Di?cesis de Bilbao tras haberse autoproclamado obispo de la capital de Bizkaia en representaci?n de una ultraconservadora corriente cism?tica.

Simp?ticas y agradables

“Conmigo han sido siempre encantadoras. No entiendo lo que ha pasado, pero por m? pueden hacer lo que les dé la gana y seguir al Papa que quieran”, comenta sobre la polémica que est? causando revuelo en la ciudad vizcaina. Bajo los soportales de la Foru Plaza, otras dos mujeres ordu?esas no eran tan condescendientes con la dr?stica e inesperada postura de las clarisas. “Parece que est?n algo revueltas las monjas. Quieren hacerse con propiedades y luego no pagar por ellas”, asever? una de ellas para después calificar el comportamiento de las integrantes de la actual congregaci?n asentada en Ordu?a como “muy moderno, porque las clarisas de antes no sal?an, no se las ve?a”. Y tras las noticias que est?n llegando ahora sobre ellas, lo tiene claro: “Parece que les gusta m?s hacer negocio que la caridad y la hermandad”.

Y es que, todo parece indicar que el motivo del cisma est? una operaci?n inmobiliaria relacionada con dos propiedades de la congregaci?n: el Monasterio de Derio y el convento de Santa Clara. En el comunicado de prensa emitido el lunes, la comunidad de clarisas de Belorado y Ordu?a denunciaron sufrir “persecuci?n” y acusaron a las altas esferas eclesi?sticas de la Santa Sede de no querer concederles la “licencia de venta del convento de Derio”, que es de su propiedad. Esta negativa, aseguran, no les permite “cumplir con los pagos” del monasterio de Ordu?a, que quieren adquirir. “Me he enterado del l?o esta ma?ana por las noticias de la radio y la prensa y por las redes sociales”, dec?a sobre la polémica otro vecino de Ordu?a. “Suena todo a pel?cula. Parece que detr?s hay una especie de especulaci?n inmobiliaria, pero van a dejar la Iglesia cat?lica para seguir e irse detr?s de un visionario. Es un tema muy complicado”. A su lado, un amigo es contundente: “Suena a secta”.

Y tras esta escisi?n de las clarisas de la Iglesia Conciliar, dos nombres suenan con fuerza: el excomulgado Pablo de Rojas S?nchez-Franco y la abadesa de Belorado, sor Isabel. “Creo que entre los dos han vendido la moto al resto. La mayor?a de las hermanas de Ordu?a son muy j?venes y todas muy simp?ticas. Pasean por los alrededores del convento y, si te cruzas con ellas, te saludan. Me gustar?a saber si todas est?n de acuerdo con lo que est? pasando”. Es la pregunta que muchos se hacen y que, de momento, no tiene a?n respuesta.



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