Las medidas del cuerpo humano han generado m?s de un dolor de cabeza. ?Qué mujer no tiene en mente las inalcanzables 90-60-90? Pero un cuerpo de mujer o de hombre pueden medirse de muchas maneras diferentes. Y la perfecci?n es siempre relativa.

Para Da Vinci, el cuerpo de Marilyn Monroe era un desprop?sito. Para la topolog?a, lo de menos son nuestras formas.

Cu?ntas cabezas mide su cuerpo

Antes de*definir el metro, para medir los cuerpos se establec?an proporciones entre sus diferentes partes utilizando alguna como referencia. El objetivo de conseguir figuras humanas armoniosas que pudieran ser utilizadas en pintura o arquitectura pasaba por plantear preguntas como: ?en qué proporci?n debe estar la mano en relaci?n al brazo? ?Y el brazo en relaci?n al cuerpo?

La unidad de medida por excelencia para el cuerpo humano es la cabeza. Existen referencias a estas ideas en esculturas de la Grecia cl?sica,*como en la Venus de Milo (siglo II a.C.) con proporci?n de 8 cabezas.*Podr?amos decir, seg?n este canon, que el cuerpo perfecto y proporcionado oscila entre 7 y 8 cabezas.



El hombre y el canon

El detalle de las proporciones entre las distintas partes del cuerpo aparece en el*Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano*(o*El hombre de Vitruvio)*de Leonardo da Vinci.

Este dibujo, realizado en 1490 a partir de las minuciosas descripciones del arquitecto romano Marco Vitruvio*en su libro*De Architectura*(a?o 15 a.e.c), representa un hombre desnudo en dos posiciones inscritas en una circunferencia y en un cuadrado.

En este libro podemos leer, por ejemplo: “el rostro, desde la barbilla hasta la parte m?s alta de la frente, mide una décima parte de su altura total” Y también: “La cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, una octava parte del cuerpo”. Del ment?n hasta la base de la nariz, mide una tercera parte del rostro, y a la frente le corresponde otra tercera parte. En cuanto al pie, “equivale a una sexta parte de la altura del cuerpo; el codo, a una cuarta parte, y el pecho a una cuarta parte”. Finalmente, el ombligo es “el punto central natural del cuerpo humano”.

El cuerpo y la simetr?a

En el hombre de Vitruvio el cuerpo es simétrico. Trazando una l?nea recta desde la cabeza, pasando por nariz y ombligo, queda dividido en dos mitades en simetr?a especular.

Pero aunque lo parecen, en realidad estas dos mitades no son idénticas: no mide lo mismo nuestro brazo derecho que el izquierdo, ni tenemos los ojos colocados a la misma distancia de la nariz. De hecho, nuestras asimetr?as nos hacen bellos y singulares. Es posible*probar a reconstruir nuestros rostros en perfecta simetr?a*y el resultado es sorprendente.

Las venas son fractales

En el interior de nuestro cuerpo hay muchas matem?ticas que tienen que ver con el tama?o. Por ejemplo, todos nuestros vasos sangu?neos colocados en l?nea medir?an unos 100*000 kil?metros. ?C?mo podemos almacenar toda esa cantidad de venas y arterias en nuestro interior?

La respuesta la tienen*los fractales. La red arterial se ramifica en millones de vasos que se subdividen hasta su m?nima expresi?n, alcanzando todas las células y llegando hasta 30 niveles de divisiones.

El concepto fractal proviene del lat?n*fractus*(fracturado, roto o irregular). Se atribuye al matem?tico polaco*Benoit B. Mandelbrot, y apareci? por primera vez en su art?culo de 1967 “?Cu?nto mide la costa de Gran Breta?a?”. La pregunta, que parece ret?rica, no es inmediata de responder. De hecho, no podemos determinar su longitud pues esta depende de la escala considerada: cuantos m?s detalles min?sculos queramos medir, mayor ser? esta longitud. Y esta es una propiedad que no tienen los objetos “normales”: una mesa mide lo mismo aunque hagamos*zoom*y volvamos a medir.

Los objetos fractales se caracterizan por ser demasiado irregulares para ser descritos en términos geométricos tradicionales. Y esto es justamente lo que sucede con los vasos capilares del cuerpo humano. Ya sab?amos que no somos sencillos.

?Y si miramos nuestros cuerpos desde otra perspectiva?

Todo lo anterior est? referido a la geometr?a, rama matem?tica para la que el tama?o importa. Sin embargo, existe una disciplina dentro de las matem?ticas para la cual el tama?o o medidas no son relevantes y que estudia propiedades de los objetos que se preservan con independencia del tama?o o forma del objeto: la*topolog?a.

Podemos poner ejemplos sencillos en nuestros cuerpos. Una cicatriz en nuestra piel se preserva aunque engordemos, adelgacemos o pasen los a?os. O los piercings: un agujero en nuestra piel se mantiene eternamente. O los hermanos siameses que nacen unidos: esa uni?n se preserva aunque haya otros cambios en sus cuerpos.

A la topolog?a se le conoce como geometr?a de plastilina. Para ella, dos objetos son iguales si podemos transformar uno en otro alargando, encogiendo o suavizando esquinas y bordes.

Lo que est? prohibido es hacer nuevos agujeros. Por tanto, a la topolog?a el tama?o no le importa. Para ella no existen proporciones, ni simetr?as ni nada. Si existe una asimetr?a facial, ning?n top?logo o top?loga aconsejar? acudir a un cirujano pl?stico. Seg?n la Biblia, el primer top?logo fue Dios, y Eva el primer objeto topol?gico, ya que fue creada moldeando una costilla, como si de plastilina se tratara.

A la vista de la topolog?a, podemos concluir que nuestros cuerpos son perfectos, ideales, maravillosos. Sus formas o tama?os no importan, y si alguien lo pone en duda, solo debe ver el mundo desde otra perspectiva.




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