El ruido de sables desencadenado por la muerte del papa alem?n Benedicto XVI no se debilita dentro de la Iglesia cat?lica. Al revés, la guerra de poder abierta en las ?ltimas semanas sigue subiendo de intensidad, con ataques contra el papa Francisco, procedentes del flanco conservador del Vaticano, cada vez m?s notorios. La ?ltima ofensiva ha llegado del cardenal Gerhard Müller, exprefecto de la Congregaci?n de la Fe (el antiguo Santo Oficio) y conocido cr?tico del pont?fice argentino. “El Papa no tiene el n?mero de teléfono del Esp?ritu Santo”, ha llegado a decir Müller.

Declaraciones ins?litamente claras y duras, hechas al cronista Tom Kington, del diario brit?nico 'The Times', que revelan la estrategia de enfrentamiento abierto que los opositores del Papa argentino han adoptado ahora que Benedicto XVI est? muerto. Tanto es as? que Müller incluso ha escrito un nuevo libro, titulado 'Buena Fe', que se publicar? en Italia a finales de este mes y cuyo objetivo es “ayudar a las personas que tienen problemas con este papado”, ha dicho el purpurado.

Choque ideol?gico

El enfrentamiento es eminentemente ideol?gico. “En algunas circunstancias, Francisco parece haber actuado m?s sobre la base de ideas preconcebidas o c?lculos pol?ticos", se lee en el libro, al que EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, ha tenido acceso y en el que se critican también las posturas del argentinosobre temas tan diversos como la migraci?n, los ritos lit?rgicos antiguos y sus ideas geopol?ticas. "Puedo aventurarme incluso en algunas explicaciones sociol?gicas, como el frecuente hecho de que entre los sudamericanos existe una aversi?n innata hacia los norteamericanos", contin?a Müller, en una reflexi?n sobre el rechazo de Francisco a las r?gidas posiciones de la iglesia estadounidense sobre el aborto.

Intrigas y venenos

La publicaci?n de esta obra y las recientes declaraciones de Müller no son, sin embargo, las se?ales de esta nueva arremetida del sector que se opone a Francisco. Y esto no solo por los trapos sucios que tras el fallecimiento de Benedicto XVI ha sacado a luz el exsecretario del difunto Papa alem?n, Georg G?nswein, autor de otro reciente volumen en que critica a Francisco y retrata una convivencia entre los dos Papas menos pac?fica de lo que se cre?a.

“El Papa no tiene el n?mero de teléfono del Esp?ritu Santo”, ha dicho el cardenal Gerhard Müller

También este clima de intrigas y venenos ha quedado en evidencia con la inesperada muerte de George Pell, influyente cardenal conservador fallecido la semana pasada. Al d?a siguiente de su muerte, el vaticanista Sandro Magister revel? que hab?a sido Pell el autor de un ?cido apunte que circulaba desde el a?o pasado, cuya autor?a se desconoc?a hasta ahora, y en el que se tacha de “cat?strofe” el papado del pont?fice argentino.

"Roma parece confundida"

Las opiniones son, de hecho, lapidarias, porque se trata de reflexiones de cara a un futuro c?nclave tras el papado de Francisco. “El s?nodo alem?n habla de homosexualidad, de mujeres sacerdotes, de comuni?n para los divorciados que se han vuelto a casar, pero el papado calla”, escribi?, por ejemplo, en la nota. “La centralidad de Cristo en la ense?anza se debilita. Cristo es desplazado del centro. A veces Roma parece hasta confundida sobre la importancia de un monote?smo riguroso”, se a?adi?.

Pesadilla t?xica

Otro texto escrito por Pell antes de su muerte también ha a?adido m?s le?a al fuego. En este ?ltimo, publicado en la revista brit?nica conservadora 'The Spectator', califica de “pesadilla t?xica” una de las principales apuestas del papado de Francisco. Esto es el llamado s?nodo sobre sinodalidad, un gran proceso de consulta puesto en marcha por el Papa argentino para que las iglesias de todo el mundo opinen sobre sus prioridades (a través de una especie de encuesta), lo que culminar? con una gran reuni?n que se celebrar? el pr?ximo oto?o.

Algunos vaticanistas relacionan la intensidad del choque directamente con la muerte de Benedicto XVI, por la capacidad que ten?a el alem?n de mantener tanto a los conservadores como a los progresistas en posiciones menos incendiarias. Robert Mickens, editor del francés 'Le Croix International', ha afirmado: “Benedicto XVI era una figura neutralizadora, que manten?a a la raya ambos bandos”.



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