Entre lesiones y rotaciones, Xavi decidi? que anoche frente al Mallorca tocaba la versi?n ‘baby Barça’ como rodaje de urgencia pensando en el trascendental duelo del martes frente al N?poles. Una vez m?s, la Masia al rescate de un equipo tremendamente castigado a nivel f?sico y con muy pocas ideas con el bal?n en los pies.

M?s informaci?n (Auto)


T?tulo noticia (Auto)





99210416

Frente a un Mallorca pele?n como pocos, nada mejor que el ant?doto de la juventud. En algunas ocasiones, por convicci?n; en otras, y no pocas, porque no hay m?s remedio viendo la cruda realidad del fondo de armario azulgrana.

Una propuesta canalla

Salir a un campo de Primera con tres juveniles en el once inicial es todo un desaf?o. Una propuesta casi provocadora que, de entrada, contribuy? a que la afici?n del Estadi Ol?mpic cambiara su estado de ?nimo: tregua al mosqueo permanente instalado en la grada y el enésimo voto de confianza en favor de Xavi y una plantilla en la que los imberbes derriban todas las puertas. Pero la realidad futbol?stica de este Barça est? lejos de los buenos prop?sitos de su técnico. Nadie discute el enorme talento de una cantera con un futuro brutal, pero el presente invita a reflexionar.

Bastaron los cinco primeros minutos del encuentro para entender la cruda realidad del rendimiento del baby Barça emergente: Cubars?, peleando y ganando la partida in extremis a Larin, evitaba el susto inicial mientras Guiu, Raphinha -en dos ocasiones- y Gündogan eran objeto de sendas faltas para abortar toda salida limpia del equipo. Silencio en la grada, caras largas en la tribuna y solo un motivo de alegr?a en una afici?n que poco a poco deposita toda su fe en uno de sus ni?os preferidos: Pau Cubars?.

Antes del minuto 20, el central hab?a ganado la partida a Larin en dos ocasiones y hab?a forcejeado con Muriqi con éxito. Los ?nicos aplausos de una grada abocada al sufrimiento permanente.

Adrenalina juvenil

Gündogan lo intentaba por activa y por pasiva. Todo generosidad, lo mismo que otros ilustres compa?eros como Cancelo, Koundé y c?a, pero la realidad es que f?tbol, lo que se dice f?tbol, solo apuntaba destellos cuando Cubars? mov?a el bal?n con un criterio fuera de lo com?n a su edad o Lamine intentaba algo de fantas?a -con irregular acierto hasta el golazo, dicho sea de paso-.

Es lo que hay. A falta de aliviar recursos en la enfermer?a, los sue?os del Barça reposan en la solidez de un central juvenil y en la magia de un delantero como Lamine que ya ha demostrado que puede resolver un mal partido en cualquier momento. Como Messi y otros genios.



أكثر...