La dignidad es que una persona pueda ir a una entrevista de trabajo con ropa limpia. Que pueda comer en su plato y, acto seguido, lavarse los dientes. Que duerma en un colch?n que no le dé problemas de espalda y que le permita descansar bien. La dignidad es tener acceso a alimentos, pero para mucha gente también es el tinte o la cuchilla de afeitar, las gafas para leer o el teléfono m?vil. Por todo eso naci? Acompartir, una organizaci?n sin ?nimo de lucro que recupera desde hace m?s de una década productos procedentes de excedentes empresariales, excepto alimentos, para repart?rsela a otras ONG.

"Vimos la necesidad de tantas cosas que le hacen falta una persona para vivir con dignidad... Empezando por la higiene. Percibimos la falta entre la gente que va a los comedores sociales, lo que les hace sentir muy mal internamente. Adem?s el mal olor es causa de rechazo y exclusi?n. Ah? vimos que hab?a otro campo de lapobreza que era el de la higiene, el de los medios y las cosas ?tiles para poder vivir", explica Miriam Tallada, presidenta de la organizaci?n.

Junto a Leticia L?pez Cotelo, directora y fundadora, explican en una sala dentro de la Iglesia de San Jer?nimo el Real c?mo pensaron que, de la misma manera que exist?an bancos de alimentos en Espa?a, podr?a haber otros para los invendidos, una palabreja con la que aluden a los millones de productos que sobran en todos los sectores, y que ahora quieren que reconozca la RAE.

Los 'invendidos'

Pero si hace a?os todos esos miles y miles de objetos se destru?an por ser excedentes, estar obsoletos, por errores en la composici?n o por el etiquetado, a d?a de hoy han conseguido que 209 empresas, como IKEA, El Corte Inglés, Disney, Samsung o Electrolux, y otras tantas m?s peque?as, donen sus respectivos invendidos. Después, losreparten a unas 600 organizaciones sociales con las que colaboran en toda Espa?a, de forma que ninguno quede sin repartirse. "Todos entran y salen", asegura L?pez Cotelo, que enumera desde objetos peque?os, como utensilios de cocina o bombillas, hasta frigor?ficos o motosierras. "Todos deber?amos hacer el ejercicio de qué es lo que utilizamos en el d?a a d?a. Quiz? de primeras no pienses que algunos son de primera necesidad, pero depender? de cada uno", asegura.

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Uno de los almacenes que tiene Acompartir.
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La fundadora explica que las organizaciones son de todo tipo: desde C?ritas hasta residencias, pasando por comedores sociales, centro de d?as o campamentos de verano. Entre todos ellos llegan a colectivos muy diferentes, como personas sin hogar, familias, menores, mujeres v?ctimas de trata, madres solteras, mayores o personas con enfermedades o alguna discapacidad. Cada una con sus necesidades.

Carencia severa

Para medir la pobreza y exclusi?n social, en la Uni?n Europea se utiliza como referencia el indicador AROPE (del inglés At Risk Of Poverty and/or Exclusion). Uno de los factores por los se valora si una persona est? en riesgo de pobreza es la carencia o privaci?n material y social severa, un indicador constituido por 13 componentes a nivel personal y del hogar. Si alguien cumple siete de ellos, entre los que se encuentran el no poder sustituir muebles estropeados o viejos, o ropa estropeada por otra nueva, o no permitirse tener dos pares de zapatos en buenas condiciones o conexi?n a internet, se considera que, efectivamente, lo est?.

"Hace poco, en la furganeta, ten?a una de las poquitas gafas de lectura que nos hab?an regalado. Un se?or que nos vino a descargar estaba con las suyas rotas. Solo ten?a dos dientes con los que intentaba pegar las cajas. Le dije que parase, a ver si se iba a quedar con lo poco que ten?a. Su respuesta es que no pod?a ir al dentista porque cuesta much?simo. Ah? me acordé de las gafas. Le pregunté c?mo estaba de la vista y me ense?? las suyas, pegadas con una masilla. Ve?a con un ojo y con el otro no. Le di unas de lectura. Al ponérselas, se puso a mirar al cielo y el albar?n que ten?a que firmar. '?Estoy viendo, veo todos los n?meros!', gritaba. Le iba a dar algo por una cosa tan simple como eso. Estamos hablando de limpieza, ropa y calzado que es de uso diario, pero hay cosas que hacen falta todos los d?as para sentirte mejor. Y hay cosas que te cambian la vida, porque ese hombre, de no leer a hacerlo, es otra vida", relata Tallada.

A otros, el cambio de vida est? en un colch?n que les permite por fin dormir. O una bicicleta con la que llegar al trabajo. O unas cuchillas para afeitarse o depilarse. "O las freidoras de aire. Hemos recibido un mont?n, con lo caro que est? el aceite", apunta L?pez. "Igual piensas que eso es lo ?ltimo b?sico que necesita alguien, que es solo un a?adido, pero para alguna gente puede ser la soluci?n porque no tienen aceite", a?ade Tallada. Los pa?ales infantiles -los de mayores est?n financiados- son lo m?s demandado y de lo que m?s escasea. "En cuanto se sube a la web, se bloquea la p?gina", indica. Lo mismo con el detergente. También vuela el desodorante y el papel higiénico. "En los comedores sociales nadie usa la servilleta para limpiarse: la guardan. Con eso lo digo todo", apunta la presidenta.

Lo que m?s les ofrecen es ropa y muebles. Pero ellas deciden qué aceptan o no en funci?n de la salida que le puedan dar. Porque también se trata de eso: de acabar con el desperdicio por sostenibilidad al tiempo que solucionan las carencias materiales de la gente. "Lo que s? que buscamos, y es algo de lo que no se habla nunca, es la ropa interior, que adem?s necesita una higiene mucho mayor. Nos llega muy poca", apunta Tallada.

Por eso animan a que m?s empresas se sumen. Por ellas mismas y por las miles y miles de personas que necesitan todos esos productos para tener una vida digna.



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