Joan Laporta se equivoca. El presidente del FC Barcelona acumula error sobre error en todo lo referente a la gesti?n del caso Xavi Hern?ndez. Ya no se trata de desvelar si el m?ximo dirigente a?n conf?a en mayor o menor medida en la capacidad del técnico azulgrana, que no es poco. Lo m?s preocupante es constatar c?mo se ha enquistado un tema de m?xima sensibilidad institucional por culpa de una pésima gesti?n a la hora de adoptar medidas.

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Queda claro que el actual Laporta dista mucho de la imagen del president triunfal de su primera etapa. Los a?os pasan y las facturas se dejan ver, pero las l?grimas del presidente anunciando la continuidad de Xavi a?n llegan al barcelonismo. Y duele comprobar que esa capacidad emp?tica de Laporta con el soci, uno de sus grandes activos, también se diluye a marchas forzadas.

Joan Laporta est? en su perfecto derecho de decidir si Xavi y su staff est?n en condiciones de seguir al frente del primer equipo. Su perfil presidencialista jam?s ha enga?ado a nadie y, en buena medida, si est? al frente del club en estos momentos tan delicados es precisamente por ese liderazgo a la hora de adoptar decisiones valientes con independencia de las presiones del tan cacareado entorno.

Pues bien, en el caso de Xavi, ni liderazgo, ni presidencialismo, ni actitud emp?tica ni nada de nada. La sensaci?n de desgobierno es de tal magnitud que ni los propios laportistas dan crédito a lo sucedido en las ?ltimas semanas.

El debate de Xavi deber?a estar finiquitado desde el preciso momento en el que el propio técnico se despidi? en diferido y Laporta lo acat? sin rechistar. Casi aliviado, como la mayor?a de su entorno. Lo sucedido en los ?ltimos meses roza la falta de respeto hacia el barcelonismo. Nadie ha sido capaz de mantener su palabra, ganar tiempo y trabajar sin descanso en busca de una alternativa de primer nivel.

Xavi, que no quer?a seguir, pidi? regresar; Laporta, que esperaba paciente su adi?s, le abri? la puerta del regreso; y el resto de dirigentes.... a seguir despotricando en privado y erosionando a?n m?s el ambiente. Actitudes inadmisibles de unos y otros, pero ah?, que nadie se lleve a enga?os, el gran responsable es Joan Laporta. Ese presidente valiente, l?der, y con firmeza en sus mensajes est? desaparecido. Su 'indulto' a Xavi fue un error, flaco favor le hizo a una leyenda como el técnico.

El nuevo Laporta contemplativo, que no debe confundirse con reflexivo, tampoco se ajusta al perfil votado de forma mayoritaria por el soci. El presidente 'cagadubtes' no es fiel a su retrato. Una mala copia que traiciona el esp?ritu que abanderaba el 'Tornarem a fer-ho'.



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