?rase una vez un equipo de un solo futbolista. Se llamaba Real Madrid, respond?a al nombre de Vinicius, que todo lo absorbe para s? mismo, la p?rpura y el fango, el gol y la provocaci?n, los aplausos y los pitos. Han sido ocho d?as de imperio autoritario del brasile?o, autor de cuatro de los siete ?ltimos goles del equipo blanco, incluido el que le inici? una rutinaria pero importante victoria ante el Celta (4-0) este domingo en el Bernabéu. Otros dos se los marcaron los celestes en su propia porter?a, met?fora perfecta de su calamidad y el ?ltimo es obra de Güler, en redentora diana postrera.

De Mestalla y su doblete con los gestos a la grada, pasando por el gol salvador ante el Leipzig y su agresi?n (o algo muy parecido) a Orban, al tanto inicial de la victoria ante el Celta y el prescindible empuj?n a Mingueza, sin manos en el cuello de esta ocasi?n. El club, como cont? este peri?dico, ya le ha mandado un segundo aviso sobre su actitud, pero el brasile?o parece ignorarlo mientras, eso s?, pone encima de la mesa el argumento m?s poderoso del f?tbol, que no es otro que el gol.


Sirvi? su actuaci?n (la parte positiva de ella) para que el Madrid encarrilara la victoria, tras enlazar dos empates consecutivos. Contribuyeron decisivamente a la causa Valverde con su energ?a y verticalidad y Modric con su control del bal?n. También Rüdiger, a quien le corresponde buena parte del mérito del gol de Vinicius y sobre todo del segundo, quien bien se le puede apuntar a él o a Guaita en propia puerta. También con fuego amigo lleg? el tercero y definitivo, anotado por Carlos Dom?nguez en sus redes. Una tarde para llorar del Celta.

Rotaciones de Ancelotti

Necesitaba un est?mulo positivo el Real Madrid, pero eso no impidi? que Ancelotti diera descanso a Carvajal, Kroosy Tchouaméni, ausencias que se sumaron a la de Bellingham, cumpliendo el primero de sus dos partidos de sanci?n por su ya célebre "fucking goal" de Mestalla. El Celta, por su parte, compareci? parapetado en una defensa de cinco hombres, anticipo veraz de cu?l iba a ser el planteamiento de Rafa Ben?tez.

Durante la primera media hora, el cuadro vigués fue un compendio de sombras dispersadas por el césped del Bernabéu, cuanto m?s cerca de su portero, mejor. El Real Madrid, sin activar ni mucho menos la velocidad de crucero, alcanzaba con facilidad el ?rea de Guaita a base de amasar media docena de pases.

La acumulaci?n de efectivos vigueses en poco espacio evit? que el Madrid le sacara mayor partido a su abrumador dominio. Camavinga lo busc? en varias ocasiones con disparos desde la frontal, pero ya se sabe que el gol no es el fuerte del francés. El desequilibrio en el marcador acab? llegando en un c?rner que Rüdiger cabece? con violencia. Guaita respondi? con autoridad, volvi? a hacerlo ante Vinicius, pero a la tercera el brasile?o bati? al portero del Celta, vendido totalmente por sus defensas.


Hab?an pasado 21 minutos y el Madrid sigui? con su monopolio un rato m?s. No despert? el Celta hasta pasada la media hora, enlazando en el tramo final de la primera parte un disparo cruzado de Aspas que par? Lunin y un cabezazo de De la Torre, ya al borde del descanso, que se le march? muy alto.

El feo gesto de Vinicius

El Celta utiliz? ese cuarto de hora para sentirse vivo en el partido, que era m?s de lo que hab?a ocurrido hasta entonces, a la vez que para templar un poco a los jugadores del Real Madrid. A todos salvo a Vinicius, que a los diez minutos de la segunda parte volvi? a protagonizar uno de esos gestos que le sobran por completo, empujando con actitud chulesca y provocativa a Mingueza, después de que el catal?n le agarrara de la camiseta en una falta t?ctica.

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— F?tbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) 10 de marzo de 2024

A partir de la hora de partido, el Celta quiso morder el anzuelo que le puso el Real Madrid de que se volcara m?s en ataque. Actitud renovada de los gallegos, trufada de errores con el bal?n, que los blancos aprovecharon para lanzar contragolpes en busca del segundo tanto. La puntilla para el Celta acab? llegando en otro c?rner, en el minuto 79, de nuevo cabeceado con violencia por Rüdiger y que entr? en la porter?a tras golpear a Guaita. Nueve minutos después, Carlos Dom?nguez marcaba otro gol en propia puerta y Güler baj? la persiana en el descuento con el cuarto de la tarde.



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