Hay decenas de miles de ellos, pero hoy en d?a no se encuentran por ning?n lado. Los negocios en los que trabajaban est?n cerrados. La basura se acumula alrededor de los contenedores. En las calles de Beirut se ven menos motos destartaladas. Los sirios en el L?bano parecen haberse escondido. El casi mill?n y medio de ciudadanos sirios que vive y sostiene el pa?s de los cedros no se deja ver. Después de m?s de una década refugi?ndose en el L?bano –algunos como refugiados, otros no–, una nueva ola de odio en su contra los ha obligado a mantenerse alejados de la vista p?blica con tal de preservar su bienestar. Aquellos que, en las ?ltimas semanas, se han cruzado con grupos organizados de libaneses han recibido palizas, amenazas, insultos e improperios.

Todo se agrav? con el asesinato del oficial de las Fuerzas Libanesas, Pascal Sleiman, el pasado 7 de abril. De camino a casa tras el funeral de un familiar, el jefe de la oficina del distrito de Jbeil de las Fuerzas Libanesas, en la costa norte del L?bano, una zona predominantemente cristiana, fue detenido por cuatro hombres y asesinado cuando supuestamente intentaban robar su autom?vil. Luego, su cuerpo y su coche fueron trasladados a Siria, de donde son los atacantes. Cuando se anunci? su muerte, 24 horas después de su desaparici?n, su partido cuestion? inmediatamente la versi?n oficial de los hechos compartida por el Ejército libanés.

Entonces, sus seguidores le siguieron. Decenas de hombres en Jbeil, nombre ?rabe de la ciudad de Biblos, en barrios cristianos de Beirut y en otros municipios del Monte L?bano alrededor de la capital libanesa salieron a la caza de sirios. "Las Fuerzas Libanesas quieren dejar que su pueblo cargue su ira contra algo y los sirios son un blanco f?cil debido a su total falta de protecci?n por parte del Estado libanés", afirma Wadih Al Asmar, presidente del Centro Libanés de Derechos Humanos. "Desde el principio de la revoluci?n en Siria, sus ciudadanos huyeron al L?bano, cuyo gobierno no ide? ninguna estrategia para gestionar todo este flujo de personas que depend?an y siguen dependiendo de organizaciones internacionales o locales", explica a este diario.

Chivos expiatorios

En medio de una de las peores crisis econ?micas del mundo desde 1850, seg?n el Banco Mundial, los sirios en el L?bano se han convertido en el chivo expiatorio por excelencia. Gran parte de la sociedad libanesa prefiere culparlos de todos sus males, –de su pobreza, del corralito en sus bancos, de la devaluaci?n de su moneda en m?s de un 90%, del deterioro de sus servicios p?blicos, del éxodo de su poblaci?n–, antes que se?alar a los l?deres pol?ticos instalados en la corrupci?n que ellos mismos han votado y han mantenido en el cargo desde el final de la guerra civil. "Los partidos pol?ticos en el L?bano usan a los sirios como un arma pol?tica, a la que culpar de todo", denuncia al Asmar. Sin protecci?n legal por parte del Gobierno que les acoge, el mill?n y medio de refugiados que vive en el L?bano, incluidos 800.000 refugiados registrados por Naciones Unidas, malviven a su merced.

Ahora, la muerte de Sleiman a manos de algunos de sus compatriotas les ha puesto en una situaci?n a?n m?s cr?tica. No responden a los mensajes de los periodistas. El silencio es su protecci?n. "Los residentes locales en diferentes ciudades libanesas est?n amenazando con desalojos masivos contra los sirios, creando un ambiente de miedo e intimidaci?n", denuncia Dalal Harb, portavoz en el L?bano del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "Estos actos aleatorios de violencia y amenazas contra los sirios han sembrado el p?nico entre las familias sirias en el L?bano", explica. Aunque, por ahora, no ha habido informes sobre redadas o deportaciones, muchos municipios han impuesto toques de queda a?n m?s restrictivos para los sirios, que les obligan a limitar sus movimientos.

Deportaciones previas

Pero esta violencia no es una novedad. Ya en octubre, el ministro del Interior interino, Bassam Mawlawi, anunci? medidas m?s duras contra los inmigrantes sirios irregulares, exigiendo a las autoridades municipales aplicar una "prohibici?n categ?rica de aceptar donaciones vinculadas a los sirios desplazados". Adem?s, durante la primavera pasada, el L?bano emprendi? una campa?a masiva para deportar a centenares de sirios. De vuelta en su pa?s, se topan con otra crisis econ?mica feroz y una completa desprotecci?n ante el régimen del presidente-dictador, Bashar el Asad. Tampoco el L?bano nunca ha sido el para?so para los sirios, pero, m?s de una década después del inicio de la guerra civil que devast? Siria y con las fronteras europeas cerradas a cal y canto, no les queda alternativa.

"Las tensiones han aumentado en los ?ltimos tres a?os a medida que los medios de comunicaci?n est?n machacando a la gente diciéndole que todos sus problemas son por culpa de los refugiados sirios cuando, en realidad, la presencia de los sirios en el pa?s y el flujo de d?lares que entran para ayudarlos es lo que est? verdaderamente mitigando la crisis econ?mica", constata al Asmar. Las consecuencias de este discurso se ven en la calle. Por ejemplo, estos d?as un grupo de j?venes, autoproclamados "héroes nacionales", at? a un repartidor de comida sirio y le afeit? el pelo y la barba, compartiéndolo en redes sociales. Pero también toda esta violencia ha despertado una ola de solidaridad, con libaneses ofreciéndose a salir a hacer la compra para sus vecinos sirios. As?, no tienen que salir de su escondite.



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