El f?tbol es un deporte de contrastes: los que ganan y los que pierden, los que atacan y los que defienden, los que juegan y los que se quedan en el banquillo... los simp?ticos y los antip?ticos, aunque estos ?ltimos se han perdido con los a?os.

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En tiempos donde la comunicaci?n y la sociedad buscan convertir a los futbolistas en ejemplos, hay un jugador que, pese a su edad, a?n se cre?a mejor que el resto, que hab?a nacido para ser leyenda, que todav?a osaba decir que una competici?n no val?a nada sin él o que el Bal?n de Oro no era m?s que una farsa para los 'queda bien'. Por eso, la reciente retirada de Ibrahimovic es algo m?s que la retirada de un jugador, es la pérdida de la figura antip?tica por definici?n, que dec?a todo lo que se le pasaba por la cabeza ante los medios sin importarle las consecuencias.

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Un jugador de eternos contrastes

Luego, claro, llega la pérdida futbol?stica. Hay que ser muy bueno para que, convertido en un personaje tan singular, se te vaya a recordar m?s por lo que 'has dicho' sobre el verde que fuera de él. Nunca sabremos si se le comi? el personaje en ciertos momentos, pero lo cierto es que si él aseguraba ser siempre el mejor, en el campo las palabras se traduc?an en hechos.

Ibrahimovic, en sus m?s de 800 partidos y casi 500 tantos en las mejores ligas del mundo, dej? para el recuerdo auténticos golazos repletos de técnica, potencia y elasticidad. Con el tiempo se convirti? en uno de los '9' m?s completos del siglo. Siempre celebrando con los brazos abiertos y cara de pocos amigos.

Para el recuerdo quedar? la chilena que anot? con Suecia ante Inglaterra y que le brind? el premio P?skas. O la carrera maradoniana ante el NAC Breda con el Ajax. O los goles 'taekwondistas' con la zamarra de Inter y Milan. O el gol en el cl?sico ante el Madrid a centro de Dani Alves. Porque Zlatan era eso: una chilena repleta de fuerza, potencia, elasticidad y locura y luego una jugada m?s propia de un pelotero bajito. Una eterna y fabulosa contradicci?n. Sueco con sangre caliente y jug?n con cuerpo de tanque.

Ibrahimovic, durante la chilena que le dio el premio Puskas

| EFE
Egocéntrico, pero fiel compa?ero

Supo convivir Ibra con un egocentrismo desmedido y se gan? el cari?o de muchos de sus compa?eros por su entrega y su talento, pero sobre todo por saber erigirse siempre como un l?der de vestuario. Y sino que se lo pregunten al Milan.

Lleg? con la treintena bien cumplida asegurando que iba a convertir al Milan en un equipo ganador que volviera a saborear el éxito. Pocos meses m?s tarde, el conjunto 'rossonero' se proclamar?a campe?n de la Serie A. Un tipo con las ideas claras, pero sobre todo con un hambre por ganar sin medida, capaz de enfrentarse a cualquiera. Lo hizo con Pep, al que tild? de "fil?sofo".

Pero en esa personalidad feroz, arrogante y m?s que chulesca en ocasiones se escond?a un tipo cercano con los m?s peque?os, que tend?a a utilizar esa 'm?scara' antip?tica de cara al p?blico para alimentar a?n m?s su personaje y figura. Bojan, en las recientes entrevistas que ha concedido, no se ha cansado de decir que no existe mejor compa?ero que el sueco.

Ayer, con 41 a?os y tras una temporada lesionado, Ibrahimovic decidi? que su f?tbol escrib?a ya la contraportada del libro. No se lo dijo a nadie y lo anunci? por sorpresa cuando el Milan solo pensaba en despedirlo como se merec?a. Cosas de Ibra. En Malm?, Ajax, Milan, Tur?n, Barcelona, Par?s, Manchester y Los ?ngeles no van a olvidarlo. Es hora de descansar y de guardar la m?scara. Aunque quiz?s no fuera una m?scara. Quiz?s era el personaje. O quiz?s no era ni m?scara ni personaje. Quién sabe. Nos quedaremos con esa duda. Y con sus a?os de f?tbol, claro.



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