Andaluc?a import? desde Marruecos 5.000 toneladas de caracoles en 2023 por un valor total de 3,8 millones de euros, seg?n ha informado la Consejer?a de Agricultura a Europa Press. Adem?s, en estos dos primeros meses del a?o 2024 se compr? desde la comunidad andaluza este producto al pa?s norteafricano por 248 mil euros, lo que supone un crecimiento respecto al acumulado de enero a febrero del a?o anterior del 88%.

Esta realidad sit?a a Marruecos como un mercado destacado en Andaluc?a en este campo, y contrasta con la cifra de producci?n en granjas en Espa?a, que alcanz? el pasado a?o los 605.500 kilogramos, seg?n la Asociaci?n Nacional de Cr?a y Engorde del Caracol (Ancec). Otro registro que pone en valor la importaci?n marroqu? son las cifras de consumo estimadas en 2020 a nivel nacional, con un total de 18.800 toneladas, aunque hay que valorar un incremento del mismo que ya se not? el pasado a?o.

En este sentido, la Junta ha detallado que la comunidad cuenta en su territorio, a fecha del mes de abril de este a?o, con 211 explotaciones registradas dedicadas a la producci?n de caracol. En concreto, Sevilla lidera estas granjas por provincias con 54, seguido de C?rdoba (42), M?laga (28), Granada (27), Huelva y Almer?a (19), C?diz (17) y Jaén (cinco). Si bien, la Consejer?a del ramo no descarta que alguna de estas granjas pudiera haber cerrado en este per?odo de tiempo.

Hay que tener en cuenta adem?s, a la luz de un estudio publicado por el Ministerio de Agricultura en 2020, la dificultad que supone contabilizar para la Administraci?n, entre estas explotaciones helic?colas, las que est?n realmente en activo, ya que solo un tercio de las granjas registradas en Andaluc?a se encontraban al término del citado estudio en funcionamiento --sin contar otras cien granjas a nivel estatal de las que no se no pudo determinar su actividad o inactividad--. Por este motivo, desde el Ministerio se recurri? a Ancec para mejorar la representativad de estos datos.

Seg?n el secretario ejecutivo de la Organizaci?n Interprofesional del Caracol de Crianza, José Antonio Marcelo, para la Administraci?n es complicado conocer el n?mero de explotaciones activas por distintos motivos. Por un lado, recuerda que los responsables de las granjas pueden acogerse a determinadas subvenciones --plan de incorporaci?n de j?venes o de mejora de la explotaci?n-- con el compromiso de mantener activa sus tierras un m?nimo de cinco a?os tras solicitar las ayudas. Si estos responsables informan de que sus granjas no est?n en funcionamiento, se ven obligados a perder la subvenci?n.

Por otra parte, subraya Marcelo que, aunque los propietarios de estas granjas tienen que dar de baja sus explotaciones del registro de explotaciones ganaderas (REGA) si estas no est?n en activo, no se llega a aplicar un control a todos los titulares que no cumplen la normativa por diversas causas. Estos responsables, adem?s, arguyen una excesiva burocracia en el tr?mite de registro, sea para inscribirse o darse de baja, como refleja Marcelo, quien refiere a su vez la falta de ordenaci?n de explotaci?n en materia helic?cola.

Otro factor que a?ade incertidumbre a este recuento, aunque de menor importancia que los anteriores, seg?n fuentes consultadas por Europa Press, se debe aquellas explotaciones que puedan no estar dadas de alta en el registro pero s? estar en ejercicio.

En cualquier caso, cabe rese?ar que el caracol de granja producido en Andaluc?a no es un producto con permeabilidad entre el consumidor andaluz, con solo hasta un 30% de su volumen distribuido en Andaluc?a, seg?n datos estimativos de Ancec a fecha de 2020, mientras que el resto de la producci?n termina en otros destinos donde existe mayor implantaci?n de este caracol, como comunidades situadas al norte de Espa?a.

Diferencias entre caracol de granja y silvestre

Manuel Felipe L?pez, uno de los empresarios que se dedican al negocio del caracol a través de su empresa, Caracoles Sevilla, aclara que la variedad que se importa desde Marruecos, el blanquillo, cuenta con gran respaldo en varias zonas de Andaluc?a, adem?s de ser, a su juicio, de mejor calidad que el caracol tradicional de granja.

Apunta el empresario que la poblaci?n de caracol y de blanquillo ha mermado en nuestro territorio en los ?ltimos 60 a?os, lo que, unido a las "restricciones sanitarias que limitan el comercio del caracol", invitan a traer la producci?n allende las fronteras, siendo la variedad marroqu? de "bastante buena" calidad, adem?s de ser "igual" a su hom?logo en Espa?a, entre otras razones.

En cuanto a la producci?n en granjas, también incide en que el tipo de caracol que se cultiva en explotaciones, el hélix aspersa, no compite, al menos en el ?mbito sevillano, con el blanquillo. En este punto, recuerda L?pez que dispon?a de una granja dedicada al cultivo de caracol y estuvo obligado a cerrarla al no dar salida a sus productos, cuesti?n que desvincula a la diferencia de precios existente entre el caracol de granja y el blanquillo, al ser este ?ltimo m?s econ?mico. También apostilla que las altas temperaturas en determinadas zonas que se viven en esta época del a?o dificulta la crianza del caracol en estas explotaciones.

Aunque la preferencia sobre la raza de caracol puede variar, Marcelo s? insiste en que el blanquillo no presenta "valor comercial", mientras que el tipo de caracol que procede de las granjas cuenta con mayor "trazabilidad y calidad".

Ha concretado Marcelo que, ventajas del caracol de granja sobre el caracol marroqu?, de procedencia silvestre, son su mayor masa muscular (un 30% m?s) y el detalle que se conoce sobre el primero, al poderse descubrir su edad, lo que contribuye a evitar un caracol m?s veterano y, por lo tanto, ser m?s sabroso al consumo.



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