Hombres y mujeres viven la experiencia cinematogr?fica de forma diferente. Es la conclusi?n de una investigaci?n reciente de neurocinem?tica en la que hemos examinado qué pasaba dentro del cerebro de los participantes mientras visionaban la pel?cula Perderlo todo (V?ctor Cerd?n, 2021).

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Cartel de la pel?cula con que se realiz? el experimento, Perderlo todo, dirigida por V?ctor Cerd?n en 2021.
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La cinta trata de dos familias enfrentadas en una barriada de Alicante por un malentendido. Situaci?n que, a medida que avanza la pel?cula, se convierte en m?s violenta.

“Un mundo donde los personajes son v?ctimas de sus propios instintos y ambiciones. Un mundo en el que algunos sobreviven, pero nadie se salva”, reza el resumen promocional de la productora. ?C?mo reaccionan hombres y mujeres ante esas im?genes de violencia expl?cita?

Neurociencia de cine

La neurocinem?tica es una disciplina de la neurociencia que se dedica al estudio de la actividad cerebral de los espectadores durante el visionado de pel?culas y series de televisi?n.

Hasta la fecha se han hecho experimentos con pel?culas como Memento (2000), Amour (2012) o Vértigo (1958). Mediante la técnica del electroencefalograma (EEG), el objetivo era analizar el impacto emocional en los espectadores asociado a momentos concretos del gui?n.

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La pel?cula Amor, dirigida por Michael Haneke en 2012, es otra de las empleadas en experimentos de neurocinem?tica.
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El método consiste en colocar una malla con 64 sensores en la cabeza de cada participante que registra las peque??simas variaciones del potencial eléctrico en el cuero cabelludo, fruto de la sincronizaci?n simult?nea de grupos de millones de neuronas movilizadas para procesar informaci?n. Posteriormente, los investigadores procesan la actividad registrada para averiguar qué tipo de respuesta tuvo el cerebro.

A través de la técnica del EEG es posible medir en milisegundos la actividad cerebral con gran precisi?n. También sirve para detectar las ?reas neuronales que se encienden con m?s intensidad en momentos concretos de la pel?cula.

Para el an?lisis de las emociones, examinamos la actividad cerebral en momentos muy tempranos. Por ejemplo, a los 200 milisegundos de ver una imagen, nuestros cerebros se emocionan, antes incluso de que nos hayamos dado cuenta de lo que hemos visto. Es sorprendente, pero as? funciona nuestra m?quina pensante.

En una fase previa, como director de la pel?cula, uno de los autores seleccion? los fotogramas de la secuencia que consider? m?s impactantes. Posteriormente, procesamos todos esos datos para averiguar las similitudes y diferencias entre el visionado de hombres y mujeres.

Las espectadoras miran de forma m?s completa

El experimento determin? que tanto ellos como ellas se emocionaron con el contenido violento. En ambos grupos, se activaron ?reas temporales del encéfalo, relacionadas con este tipo de procesos. Sin embargo, hubo también diferencias significativas.

La primera fue que, en las mujeres, se estimul? un mayor n?mero de ?reas del cerebro que en los hombres, en especial, el l?bulo frontal y el occipital, relacionados con procesos de atenci?n y visuales.

Por ejemplo, las ?reas orbitofrontales, seg?n los investigadores Morten Kringelbach y David Zald, se encargan de procesar emociones relacionadas con comportamientos sociales y procesos de inhibici?n, como el autocontrol.

Para el neurocient?fico Hsiang-Yun Chien, esa diferencia en el grupo de las mujeres estar?a asociada a las neuronas espejo y procesos emocionales responsables de la empat?a. Asimismo, las ?reas orbitofrontales del cerebro est?n implicadas con la percepci?n de obras art?sticas.

Por otra parte, la zona occipital, m?s activa en las voluntarias femeninas, tiene que ver con la visi?n primaria, es decir, con la decodificaci?n de im?genes complejas y rostros humanos y con el procesamiento visual de formas, colores y espacios.

Mayor sensibilidad art?stica

Todo estos resultados sugieren que, mientras que los varones se dejaron llevar por la emoci?n violenta de la pel?cula, ellas intentaron comprender lo que estaba ocurriendo desde un enfoque visual y art?stico.

Ello implica una gran capacidad para la apreciaci?n estética de la creaci?n audiovisual en las mujeres, adem?s de para valorar detalles visuales. Si esto es as? en las espectadoras, de la misma manera se puede trasladar a las cineastas, con lo que ello implica en su forma de hacer cine.

Mientras que en el siglo XX, los hombres asumieron la direcci?n la mayor?a de los filmes, en el siglo XXI esto est? cambiando. Figuras como Kathryn Bigelow y Ava DuVernay se han convertido en pioneras de este cambio. De hecho, Bigelow se convirti? en la primera mujer en ganar el Oscar a la Mejor Direcci?n por The Hurt Locker (2010).

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Kathryn Bigelow fue la primera mujer en ganar el Oscar a la Mejor Direcci?n, en 2010. David Shankbone.
EFE
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Es una tendencia que también triunfa en Espa?a, donde directoras como Carla Sim?n (Verano 1993, 2017, o Alcarr?s, 2022) y Andrea Jaurrieta (Ana de d?a, 2018, o Nina, 2024) han cosechado premios y buenos datos de taquilla con sus pel?culas.

Todos estos t?tulos destacan por tener un enfoque m?s amplio, centrados en personajes femeninos y con temas originales. Este cambio no solo ha enriquecido la industria cinematogr?fica con una variedad de perspectivas sino que también ha inspirado a generaciones futuras de mujeres a perseguir sus ambiciones en el cine.

Los resultados de este experimento, fruto de la colaboraci?n entre la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Oviedo y la Universidad Carlos III, también nos ayudan a comprender mejor qué nos interesa cuando vemos una pel?cula.

Sin embargo, el estudio no permite establecer causas y consecuencias, es decir, qué hace que se generen estas diferencias que, de facto, se han detectado. Dada la estrecha muestra utilizada, tanto en edad como en estrato cultural y origen, no es seguro realizar ninguna afirmaci?n sobre la estabilidad de dichos resultados en un potencial estudio transcultural.

En otras palabras, estas diferencias pueden tener causa genética, pero también sobrevenida culturalmente por las distintas condiciones sociales bajo las que nos criamos las personas seg?n nuestro género asignado.

En cualquier caso, los resultados sugieren que los directores y las directoras de cine podr?an preocuparse por cuestiones estéticas para atraer al p?blico femenino y, al mismo tiempo, no olvidarse del contenido emocional para el interés de los hombres (y también de las mujeres).




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