M?s optimismo que en anteriores ocasiones, pero a?n sin una cooperaci?n “en el nivel en el que deber?a estar”. As? podr?a resumirse la opini?n del jefe del Organismo Internacional de Energ?a At?mica (OIEA) Rafael Grossi, en palabras de él mismo, después de su ?ltimo viaje a Teher?n para monitorear el programa nuclear de Ir?n, una de las grandes preocupaciones del organismo junto con los ataques que sufre la central nuclear de Zaporiyia, en territorio ucraniano ocupado por Rusia. “Dada la profundidad y amplitud del programa [iran?], deber?amos disponer de capacidades de control adicionales”, agreg? Grossi.

Se trata del ?ltimo cap?tulo de la enredada historia de las negociaciones de este organismo de la ONU, hoy m?s estratégico que nunca en el di?logo con los ayatol?s iran?es. Un camino que podr?a ver ahora algo de luz al final del t?nel. Eso es lo que, después de semanas de alertar sobre la posibilidad de que Ir?n obtenga la bomba at?mica en meses, qued? en evidencia precisamente tras esa ?ltima visita de Grossi al pa?s. Tanto que se ha empezado a especular con la posibilidad de un acuerdo entre la OIEA y Teher?n.

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El camino para esto, sin embargo, parece a?n cuesta arriba. “Hubo un periodo en el que est?bamos registrando informaci?n y almacen?ndola, pero no pod?amos acceder a ella. Luego otro periodo en el que no hab?a nada. Lo que quiero decir es que […] sin que nosotros tengamos la posibilidad de ver y ver m?s en Ir?n, mi capacidad para garantizar que todo es para usos pac?ficos es limitada”, dijo esta semana Grossi. “Y tal vez nos estemos acercando al momento en el que ya no podré decir ni eso”, a?adi?, en una entrevista esta semana con el diario brit?nico 'The Guardian'.

Trazar una l?nea

El problema, avis? el diplom?tico argentino, es que también llegar? el momento en el que la OIEA deber? “trazar una l?nea” en la relaci?n con las autoridades iran?es, a las que hasta ahora ha encontrado en sus viajes al pa?s, especialmente en los ?ltimos dos a?os, en los que han crecido sus esfuerzos para abrir una v?a de relaci?n con Ir?n. Y eso ser?a muy nefasto, ya que un par?n también en la negociaci?n de m?nimos que existe con el pa?s persa “ser?a un momento muy cr?tico porque la comunidad internacional tendr?a que enfrentarse a la realidad de que no sabemos qué puede o no puede tener Ir?n y los pa?ses sacar?n sus propias conclusiones”, concluy?.

La realidad actual es, como en los pasados meses enfatizaron diversos informes de su organismo, es que Teher?n seguir?a enriqueciendo uranio hasta un 60% de su pureza, lo cual est? muy por encima de las necesidades para el uso nuclear comercial o para fines pac?ficos. A diferencia de este uso, es as? como se podr?a dar ese paso técnico para alcanzar el grado de pureza para el uso bélico, que es del 90%.

De ah? el plan de Grossi. Que, en palabras de él mismo, no ser?a el de recrear el mismo acuerdo de 2015, que establec?a l?mites a las actividades nucleares de Ir?n y que qued? en papel mojado después que, bajo el mandato del entonces presidente Donald Trump, Estados Unidos se retirara unilateralmente del pacto e reimpusiera amplias sanciones. Su plan ?ltimo ahora consiste en llevar adelante un acuerdo con OIEA; esto también después de que fracasaran los esfuerzos mediadores de la Uni?n Europea para traer de vuelta Washington al acuerdo y lograr que Teher?n vuelva a cumplir con los términos anteriormente establecidos. "Sospecho que estaré de vuelta en Teher?n con frecuencia”, dijo hace d?as el propio Grossi.

Sin ojos

A?n as?, reconstruir la relaci?n con la OIEA también puede que se convierta en una tarea desesperante. Para empezar, porque ya hace dos a?os -después de que la junta de la OIEA aprobara una resoluci?n de condena al gobierno de Teher?n por no responder a las preguntas del organismo sobre sus actividades sospechosas-, los iran?es desmantelaron las c?maras en instalaciones clave de producci?n. Y no han dado marcha atr?s. Incluso después de que Grossi dijera que, si al menos esas c?maras estuvieran activas durante seis meses, eso podr?a dar garant?as sobre el uso que hacen los iran?es del uranio.

Tampoco hubo respuesta positiva. Por el contrario, a Grossi incluso se le ha impedido visitar una nueva planta de centrifugado que Teher?n est? construyendo en Natanz, a m?s de 1.200 pies por debajo de la superficie del desierto, seg?n estudios de algunos expertos internacionales. Tanto as? que el asunto fue, precisamente en el ?ltimo viaje del funcionario a la ONU, tema de conversaci?n con el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, y con el jefe de la agencia de energ?a at?mica de Ir?n. De momento, tampoco ha habido avances significativos, y ahora con una amenaza a?adida: la renovada tensi?n entre Ir?n e Israel, pa?ses que tan solo en abril pasado intercambiaron ataques vinculados a la situaci?n en Gaza.



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