"Los golpes por parte del sargento eran constantes. Me daba con la palma abierta para que corriera, de manera insistente, mientras me gritaba: ?Garc?a, Garc?a!. Pon?a la cara a escasos cent?metros de m? y me daba pechazos (golpes en el pecho), mientras daba ?rdenes de malas formas y sin venir a cuento". Cuatro a?os antes de que dos militares murieran en la base cordobesa de Cerro Muriano durante unas maniobras por las que ahora se investiga a los mandos que las ordenaron, el exsoldado Rafael Garc?a Cambr?n, denunci? abusos de su sargento ante un tribunal militar.

Como adelant? el canal de investigaci?n y sucesos de este grupo editorial, el joven, de 26 a?os y también destinado en el Regimiento La Reina 2, acababa de sufrir un grave accidente con una ametralladora durante un ejercicio que le provoc? una discapacidad del 45% por culpa, seg?n su denuncia, de las ?rdenes negligentes del sargento "bipo" o "bipolar", como le conoc?an algunos soldados dentro de la base.

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"Llevaba dos meses siendo v?ctima de un acoso y derribo por parte de mi superior, pero el d?a del accidente ya fue demasiado lejos. Nada m?s comenzar las maniobras yo ya me promet? a m? mismo que denunciar?a de una vez lo que llevaba sufriendo", explica.

"Vete a fregar platos"

Lo que llevaba sufriendo dos meses lo relat? en su denuncia ante el Togado militar territorial n?mero 21 de Sevilla, a la que ha accedido este medio: "El sargento nunca cumpl?a ni respetaba las ?rdenes del teniente. Durante las maniobras que hicimos en Chinchilla (Albacete), pr?cticamente no dormimos. Antes de un ejercicio de 'guerra' el teniente nos orden? dormir, pero el sargento, en contra de su criterio, estableci? turnos de una hora cada tres soldados en puestos de escucha y vigilancia".

"Esa noche", contin?a, "sobre las cinco de la ma?ana, cuando est?bamos descansando, nos levant?. Muy sorprendidos, salimos y entonces nos llev? al vest?bulo. A otro soldado y a m? nos asign? una ametralladora 1270 y tuvimos que hacer una marcha de unos cuarenta minutos. Cuando llegamos al puesto de destino, otro de los superiores, un cabo, se sorprendi? al ver lo que hab?amos tenido que hacer porque no era lo que hab?a ordenado el teniente".

Otro de los episodios denunciados por el exsoldado ocurri? durante un ejercicio de tiro: "se me puso al lado, pegado a m?, de manera que cada vez que disparaba, me ca?an sus vainas calientes en la cabeza y en el cuello. Ese mismo d?a nos orden? a otro soldado y a m? ir reptando desde los blancos a la l?nea de tiro y luego hacer el recorrido a la inversa. Yo acaté la orden, pero al llegar a la l?nea de tiro no pude seguir. Entonces, el sargento me grit? que si estaba fatigado o cansado me fuera a fregar platos. Mis compa?eros lo estaban viendo todo, sab?an que me ten?a enfilado e intentaron calmarme".

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El exsoldado Rafael Garc?a Cambr?n, de uniforme.
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De acuerdo con el relato del exmilitar, el trato "denigrante" del sargento hacia él ya comenz? el primer d?a de maniobras: "no sé qué vio en m?, pero la tuvo tomada conmigo desde el principio: parte de la Secci?n se fue a montar las tiendas y mi Secci?n por orden del sargento nos marchamos a realizar una peque?a marcha en la que yo era el encargado de llevar el mapa. Cuando llegamos a un charco grande, mis compa?eros lo bordearon mientras que yo, por orden del sargento tuve que pasar por en medio, resbalando y teniendo que ser ayudado por mis compa?eros. El sargento no paraba de decir: 'que no se moje el mapa'. El equipo se me llen? de barro, lo que me perjudic? ya durante toda la maniobra".

El exsoldado Garc?a asegura que durante un la simulaci?n de un "combate en poblaci?n", su superior "no dejaba de darme golpes en el casco y en el chaleco, desequilibr?ndome todo el tiempo". Varias noches, aquellos meses, "me ech? fuera del pelot?n cuando nos reun?amos en un Corimec, para hacer flexiones", a?ade.

Otra noche, "el sargento nos dijo de repente que prepar?semos el equipo para salir y que deb?amos hacerlo caminando porque el veh?culo estaba inoperativo. Yo deb?a llevar unas gafas de visi?n nocturna y el ca??n de la ametralladora, que es lo m?s pesado. Fuimos caminando entre cuarenta minutos y una hora y yo me iba quejando porque se me empa?aban las gafas y tropezaba. Mi sargento empez? a recriminarme que por mi culpa estaba ralentizando al pelot?n", cuenta Garc?a en su denuncia.

"Vas a morir"

Entonces, explica, al llegar a un punto de encuentro en una monta?a, "nos dijo que ten?amos que salir corriendo al camino porque nos estaban atacando (simuladamente). Cuando llegamos al camino, nos orden? seguir corriendo, que no par?ramos. Se coloc? a mi lado y me grit? al o?do: 'Garc?a, ?ves la luz?'. Yo le contesté: '?Qué luz, mi sargento?' y él me respondi?: 'la luz de la muerte', mientras me daba golpes en la espalda y en el hombro y a?ad?a: 'Garc?a, vas a morir'".

El exsoldado a?ade en su denuncia que "todo eso hac?a que me desequilibrara. Yo no pod?a m?s, estaba extenuado y el sargento insist?a en que iba entorpeciendo y retrasando a mis compa?eros".

El exsoldado denuncia que el sargento también lo "humillaba" en su tiempo de descanso: me obligaba a cortar embutido para que comieran él y mis compa?eros. Una vez me mand? cortar lomo y como los dem?s no quer?an, se dirigi? a m? y dijo: 'pues c?rtame a m? lomo'"







Los "abusos" del sargento "bipo" no solo se produc?an durante las maniobras militares. El exsoldado, cuyo caso acaba de asumir el abogado Antonio Granados, denuncia que lo "humillaba" también en su tiempo de descanso, delante de sus compa?eros, a los que "no trataba bien, pero tampoco como a m?".

"Cuando est?bamos todos reunidos, comiendo y descansando, él ven?a y me obligaba a cortar embutido para que comieran él y el resto de compa?eros. Una vez me mand? cortar lomo y pregunt? en voz alta a los dem?s si quer?an comer. Cuando ellos contestaron que no, el sargento se dirigi? a m? y dijo: 'pues c?rtame a m? lomo'". El joven cree que su superior hac?a esto para "molestarle y ridiculizarle, pero también porque en realidad como consecuencia de aquello, él se quedaba sin tiempo para poder comer".

"Comportamiento normal"

Garc?a y otro soldado que también denunci? abusos por parte del mismo sargento lograron llevarlo a juicio por un delito de abuso de autoridad y otro contra la eficacia del servicio (este ?ltimo como consecuencia de las presuntas negligencias cometidas durante el ejercicio en que el soldado sufri? un accidente), pero el juicio estuvo "completamente manipulado" por Defensa, en opini?n del joven.

La sentencia que absolvi? al sargento establece que este es "una persona meticulosa, estricta, que ejerce bien el mando" y declara probado que "el contacto f?sico que el sargento ten?a con sus subordinados en ning?n caso constitu?a violencia f?sica" y que dicho contacto "no excede del comportamiento que puede considerarse como normal".

A?ade que "durante las maniobras se intenta dotar al personal de las habilidades necesarias para enfrentarse a una situaci?n real de combate" y que en ese sentido, "agarrar del brazo para corregir posturas de tiro o para desestabilizar la posici?n de un soldado en el desarrollo de dicho ejercicio de tiro, dar tirones en el pantal?n o agarrar del cuello para guiar en ejercicio de visi?n nocturna no reviste entidad suficiente como para afectar la integridad f?sica o dignidad del soldado".



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