La segunda jornada del juicio contra Senén Fern?ndez, el hombre acusado de acabar a tiros en Laviana (Asturias) con la vida de su mujer, Teresa Aladro, en mayo del a?o 2021, permiti? confrontar la versi?n de los hechos del acusado con las percepciones y vivencias de la familia y amigas de la v?ctima. El autor de los mortales disparos insisti? en que su intenci?n era la de suicidarse si no consegu?a recomponer su matrimonio, por lo que, rifle en mano, se arrodill? ante la madre de su hijo y, "en todo momento con los ojos cerrados", not? que la escopeta se dispar? de forma accidental: "Nunca quise hacerle da?o a Tere. Sent? los disparos, abr? los ojos y la vi tirada en el suelo".

En el transcurso de la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial han sido muchos los testigos que este lunes han puesto reparos a la narraci?n de Senén Fern?ndez. La réplica m?s contundente lleg? de la boca de su propio hijo, Adri?n Fern?ndez Aladro, quien pidi? declarar con una mampara entre él y su padre, ya que no quer?a verle la cara. El joven, de 23 a?os, padece estrés postraum?tico tras lo vivido la terrible noche del 20 de mayo de 2021. No fue impedimento para que respondiera a las preguntas del fiscal y abogados con una entereza y determinaci?n que llamaron la atenci?n. Pero m?s all? de las formas, el fondo entr? en frontal contradicci?n con lo que su padre sostiene que pas? aquella madrugada: "Entr? en mi habitaci?n y me dijo que hab?a matado a mi madre, que sab?a lo que hab?a hecho y que no se arrepent?a". Adri?n fue m?s lejos y describi? con amargura lo que sinti? en ese momento: "Nunca olvidar? la cara de satisfacci?n y orgullo que ten?a al cont?rmelo". El joven no pudo m?s que reaccionar abalanz?ndose contra su padre en un ataque de "rabia" para, a continuaci?n, salir disparado hacia la casa en la que resid?a su madre desde que el matrimonio se hab?a separado, hac?a unas semanas.

Lo que Adri?n Fern?ndez se encontr? en casa de su madre fue dantesco. El joven fue capaz de describirlo ante el jurado, no sin dejar entrever lo traum?tico de la situaci?n. "Entré y lo primero que vi fue un cartucho en el suelo, al fondo vi luz en la habitaci?n de mi madre. Vi sus piernas y, al entrar, me la encontré tirada boca abajo sobre un gran charco de sangre". Durante su declaraci?n, apunt? que la relaci?n de sus padres hac?a tiempo que estaba muy deteriorada. "Ten?an discusiones y en alguna ocasi?n mi padre lleg? a empujarla. La controlaba. No la dejaba ni trabajar y le hac?a constante chantaje emocional. Viv?amos en un ambiente de tensi?n constante".

El chantaje emocional explica, seg?n Adri?n Fern?ndez, el motivo por el que decidi? quedarse con su padre tras la separaci?n. "Un d?a me dijo que si me iba a dormir con mi madre que se suicidaba y también me amenaz? con matar al perro. Cada vez que pasaba algo me dec?a que iba a buscar las armas". El joven interpret? err?neamente que su padre era un peligro m?s para s? mismo que para su madre. Por ese motivo inutiliz? los dos rifles que el progenitor ten?a en casa y que utilizaba para cazar. Al final emple? para cometer el crimen una escopeta que ten?a escondida en una caba?a del puerto San Isidro, arma que hab?a heredado de un t?o suyo fallecido y que no estaba regularizada.

Adri?n Fern?ndez sostiene que él mismo inst? a su madre para que abandonara el hogar de la familia. "Intenté primero que se fuera mi padre, pero no quiso". Tras la separaci?n, Teresa Aladro se instal? en un piso propiedad de su padre, no muy lejos, sin salir de Pola de Laviana. "Mi padre no me dejaba ir a ver a mi madre", recalca Adri?n Fern?ndez. Como él, la familia y llegados de la v?ctima sostuvieron que el acusado "no hab?a aceptado la ruptura".

En la segunda jornada del juicio declararon, entre otros, el padre y el hermano de la v?ctima, as? como varias amistades. "Era agresivo, controlador, autoritario y celoso. La acosaba constantemente y ella se sent?a agobiada. Deber?a haberlo dejado antes, pero no quer?a que se volviera contra su hijo", afirm? M. V. G., amiga de la infancia de Teresa Aladro. Durante el juicio también se puso de manifiesto la mala relaci?n que la v?ctima ten?a con su suegra: "La trataba como a una sirvienta", percib?an los m?s cercanos a la familia.

Senén Fern?ndez rompi? a llorar varias veces durante el tenso juicio. Lo acompa?? de ademanes, resoplidos y gestos de desaprobaci?n cada vez que lo tachaban de posesivo y controlador. Insisti? en que cuando par? el coche delante de la casa de su mujer tras ver luz por la ventana, se dirig?a al alto de la Collaona para pegarse un tiro. Era sobre las tres de la madrugada y hab?a salido de casa a escondidas de su hijo, que previamente le hab?a impedido salir, aunque luego no se percat? del nuevo intento. Afirma que fue Teresa Aladro quien le abri? la puerta del portal tras haber estado hablando unos diez minutos por el telefonillo. En este punto, el testimonio también se tambale? durante la vista oral.



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