No tuvo relaciones sexuales con Manuela Chavero nunca y tampoco dijo a ning?n agente de la Guardia Civil - ni a ninguna otra persona- que si encontraban semen en el cad?ver ser?a suyo, porque tuvieron sexo consentido la noche que muri?. Fue lo que asegur? este lunes Eugenio D, el ?nico acusado por la violaci?n y muerte de la vecina de 42 a?os de Monesterio, desaparecida la madrugada del 5 de julio de 2016 y cuyos restos fueron encontrados en septiembre de 2020, m?s de 4 a?os después, en una finca propiedad del procesado.

En su declaraci?n en sala, Eugenio D, m?s delgado y canoso, solo acept? responder a las preguntas de su abogado, José Antonio Carrasco, que centr? su interrogatorio en la vida sexual de su representado, al que los investigadores han definido en sus informes como un «s?dico sexual». No le pregunt? por lo ocurrido el d?a de los hechos en la vivienda del n?mero 29 de la calle Cerezo, donde mantiene que Manuela Chavero muri? de forma accidental tras tropezar y golpearse la cabeza con el suelo cuando ambos transportaban una cuna, ni tampoco por qué y c?mo se deshizo del cad?ver, que él mismo reconoci? haber ocultado y al que condujo a los investigadores de la Guardia Civil el 18 de septiembre de 2020.

El acusado confirm? haber hecho uso de p?ginas webs a través de las que contactaba con prostitutas para mantener conversaciones de car?cter sexual por Whatsapp y reconoci? haber dicho «muchas burradas» a través de mensajes, pero asegur? que nunca mantuvo relaciones sexuales con esas mujeres, pese a que ofrec?an sus servicios. «?Por qué lo hac?a entonces?», le pregunto su abogado: «Por ver cosas diferentes; yo nunca hab?a visto esas p?ginas, un amigo me las ense??, y las vi por curiosidad», respondi?.

La fiscal?a y las defensas apuntan a que Eugenio D., plane? ir a casa de Manuela Chavero esa madrugada porque sab?a que estaba sola y utiliz? un pretexto para llevarla hasta la casa de sus padres, a apenas 70 metros de la de la v?ctima, para agredirla sexualmente, tras lo que la mat? a golpes.

Sin embargo, el acusado dijo que vio las luces de la casa de Manuela encendidas «por casualidad» y que fue entonces cuando decidi? llamar a su puerta para devolverle la cuna, y no antes, pues no sab?a que no le iba a caber en el congelador de su piso todo el pescado que hab?a tra?do de Huelva, de donde acababa de regresar tras pasar unos d?as en la playa, y tendr?a que utilizar el de la casa familiar de la calle Cerezo. En esta ?ltima no reside nadie habitualmente y est? desconectada la red eléctrica, que él activ? para poner en marcha el frigor?fico.

V?deo de la reconstrucci?n

Aunque no habl? de la muerte y ocultaci?n del cad?ver de Manuela Chavero, el jurado popular pudo visionar parte del v?deo grabado durante la reconstrucci?n de los hechos, en el que Eugenio D. explica su versi?n de lo que ocurri?. As?, seg?n el acusado, cuando Manuela y él trataban de sacar la cuna de una habitaci?n, ella tropez? y cay? hacia atr?s, golpe?ndose la cabeza contra el suelo. En el v?deo, asegura que vio un «poquito de sangre» y la toc? y estaba fr?a, por lo que se puso nervioso y tras dar vueltas por la casa para pensar, decidi? taparla con una manta y un albornoz, cubri? su cabeza con una bolsa de basura, la meti? en el maletero de su coche y emprendi? camino de su finca.

?Por qué decidi? enterrarla? «Porque se me ocurri? eso, si se me hubiera ocurrido otra cosa, habr?a hecho otra cosa».

Eugenio D.

Acusado de la muerte de Manuela Chavero



En el v?deo cuenta que dej? el cuerpo en una caseta y se fue a su piso, a echarse una «cabezada», tras lo que se levant? y desayun?, antes de regresar a la parcela. Fue, seg?n su testimonio, cuando estaba llegando a la finca cuando pens? ocultar el cad?ver en una zorrera. Antes, le quit? la ropa, que luego quem?. ?Por qué no llam? a la polic?a, a una ambulancia o a alguien que lo ayudara y decidi? enterrar el cuerpo? «Porque se me ocurri? eso, si se me hubiera ocurrido otra cosa, habr?a hecho otra cosa».

Tras trasladar el cad?ver en la pala de una excavadora, de la que asegura que se le cay?, ech? sobre él tierra y piedras y volvi? a la caseta, donde hizo un fuego en la chimenea y quem? la ropa que, seg?n él, hab?a quitado poco antes en ese mismo lugar para evitar sospechas si las alima?as escarbaban.



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