El paso de ERC por la presidencia de la Generalitat ser? ef?mero. Los republicanos se jugaban en estas elecciones retener el liderazgo del Govern que lograron en 2021 con Pere Aragonès, pero han cosechado unas de sus noches electorales m?s amargas de siempre. Se han hundido sin paliativos de 33 diputados a 20. Y lo que duele a?n m?s a los republicanos: han cedido el liderazgo del independentismo a Junts quedando a 15 parlamentarios de Carles Puigdemont. Aragonès no ha tenido reparos en admitir unos "muy malos resultados" y ha dado por hecho que su partido pasar? a la oposici?n y no estar? en el pr?ximo Govern ni en calidad de socio minoritario.

Se trata de la jornada electoral m?s dura desde que Oriol Junqueras y Marta Rovira asumieron el liderazgo del partido en octubre de 2011. A los republicanos les queda el consuelo de que sus esca?os son clave para la configuraci?n de un Govern tripartito con el PSC y los Comuns, pero es poco alivio para un partido que tuvo que esperar m?s 80 a?os para recuperar la presidencia de la Generalitat -los que pasaron de Llu?s Companys a Pere Aragonès- y que ahora perder? el cetro a la primera. Adem?s, en su comparecencia de esta noche, Aragonès ha enfriado la posibilidad de que ERC abone un pacto tripartito con los socialistas y los Comuns. Su argumento ha sido que las elecciones las ha ganado "la oposici?n" a su Govern, PSC y Junts, por lo que ha considerado que corresponde a estos dos partidos gestionar "la nueva etapa".


As?, ERC descarta de entrada reeditar el tripartito de izquierdas que ya gobern? Catalunya entre el 2003 y el 2010 y busca pasar toda la presi?n al PSC y Junts. Pero el pacto entre socialistas y posconvergentes se antoja complicado, por lo que puede darse por seguro que el PSC y los Comuns presionar?n a ERC para alcanzar un acuerdo. La ?nica certeza es que el verano ser? largo.

No ha habido 'efecto' presidencia

Cuando el president Aragonès decidi? avanzar los comicios en marzo por el fracaso de los presupuestos, todos los sondeos le daban una c?moda segunda posici?n por delante de Junts, lo que alimentaba la idea de que pod?an repetir un segundo mandato aunque las elecciones las ganara el PSC. Sin embargo, desde que Carles Puigdemont anunci? que liderar?a la candidatura posconvergente, las expectativas electorales de ERC empezaron a bajar poco a poco hasta a hundirse definitivamente.


Lo que no atina a entender Esquerra, o al menos no lo ha transmitido hasta hoy, es el motivo del descalabro. Han gobernado en un per?odo econ?mico al alza que le ha permitido aprobar dos presupuestos expansivos, potenciar las pol?ticas sociales y reforzar las plantillas de trabajadores p?blicos. "La gesti?n suma cero", se lamentaba un alto mando republicano en la trastienda de la sede electoral. A la vez, en términos de ‘procés’, ha podido apuntarse los indultos, la reforma del C?digo Penal y, de forma compartida con Junts, la amnist?a. Nada de esto le ha valido.

Aragonès, con gesto grave y acompa?ado por Junqueras y los miembros de su candidatura, ha interpretado que la gesti?n de su Govern "no ha sido lo bastante valorada" por los ciudadanos o que, estos, han considerado que "le tocaba a otro liderar una nueva etapa". Los de este domingo son los peores resultados de ERC desde las catalanas de 2010. Es verdad que aquellos comicios a?n fueron peores -10 esca?os-, pero entonces no eran el partido que ostentaba la presidencia de la Generalitat y que aspiraba a revalidarla.

Punto de inflexi?n

Este es un punto de inflexi?n en la Esquerra de Oriol Junqueras y Marta Rovira. Desde que asumieron el mando hace casi 13 a?os, ERC ha vivido una década electoral dorada como nunca antes desde la restauraci?n de la democracia. Sin embargo, en las dos convocatorias electorales de 2023 -municipales y generales- ya se detectaron los primeros s?ntomas de retroceso. Este domingo se ha confirmado oficialmente que ERC est? en un ciclo electoral negativo.

Una de las cuestiones clave ahora ser? analizar c?mo el partido afronta esta debacle. Antes de que Junqueras y Rovira aterrizaran al frente de la nave, Esquerra era una formaci?n convulsa que resolv?a estas crisis a golpe de batalla fratricida. Qué pasar? ahora es una inc?gnita, porque el 'junquerismo' no hab?a vivido una situaci?n as?. Lo que s? parece sentenciado es el futuro de Pere Aragonès. Durante la campa?a jug? con la idea de seguir en el Parlament como l?der republicano, pero nunca imagin? un castigo tan severo como el de hoy.

El president no ha querido ense?ar del todo sus cartas de futuro. Ni las del partido, ni las suyas. Solo ha hablado de asumir responsabilidades "individuales y colectivas" y de "reorientar" el proyecto de ERC con "serenidad". Serenidad es lo que, en el pasado, siempre le falt? a ERC tras un batacazo como el de hoy. Se enfrenta, por lo tanto, a una prueba de fuego.



أكثر...