Mohamed Bin Sulayem lo tiene todo controlado. Aparentemente. Tanto, que incluso sabe cada d?a a qué hora debe asomarse por la ventana para que en su recorrido el satélite Meteosat le capte en su fotograf?a de prospecci?n meteorol?gica. Tal es su af?n por chupar c?mara, como podemos ver en cada GP donde su querencia por focos y objetivos es casi adictiva.

L?gicamente, esto es broma. Pero s?lo hasta cierto punto, ya que el exceso de protagonismo del presidente de la FIA es tan notorio que demuestra continuamente su confusi?n sobre quiénes son los actores principales de la pel?cula de la F1: los pilotos.

El GP de Miami de la semana pasada fue toda una sorpresa. Después de las dos primeras ediciones absolutamente sopor?feras, la carrera al sprint del s?bado auguraba los peores presagios de emoci?n para la del domingo. Y sin embargo no fue as?.

El fétido y horripilante trazado que rodea el Hard Rock Stadium de los Dolphins en la zona de Miami Gardens hace que los adelantamientos sean una misi?n (casi) imposible. Sin embargo, durante la cita dominical, tal vez contagiados por la atm?sfera hiper-motivada de los m?ltiples haraganes y cantama?anas de todo pelaje, tama?o y condici?n que holgazanearon por la parrilla antes de la salida, los pilotos se lanzaron a por todas cuando se apagaron los sem?foros rojos como si se hubieran conjurado para llevarle la contraria a la soser?a del dise?o de la pista.

Ni el polvo que hab?a sobre el asfalto -no se si por la falta de uso de ese circuito urbano, o por que a m?s de uno le ca?a algo parecido de la nariz- impidi? ver unos adelantamientos absolutamente inéditos en ese lugar.

La conducci?n de los pilotos fue abundantemente generosa el pasado domingo. Y, sin embargo, lejos de premiarla, pareci? ser presa de castigo por parte de los comisarios de la FIA. Aunque no la de todos, claro.

Casi una semana después sigo sin entender el sentido de la penalizaci?n a Sainz por su pelea con Piastri. Y mucho menos después de leer las surrealistas justificaciones de quienes la decidieron en el comunicado oficial posterior. Excusatio non petita…

Si no castigaron a Hamilton por su salida del s?bado, o a Pérez por la del d?a posterior (yo creo que en ninguno de los dos casos su audacia por ganar posiciones debi? ser ni tan siquiera analizada), la maniobra entre el espa?ol y el de McLaren debi? merecer sanci?n alguna en coherencia.

El castigo me parece tan inapropiado que s?lo se me ocurre como rabieta infantil ante las declaraciones de Alonso sobre la nacionalidad de los pilotos penalizados habitualmente: los espa?oles.

La inquina de la FIA sobre el asturiano, la ojeriza injustificadamente manifiesta sobre quien da espect?culo domingo tras domingo (esta vez con un pulso magistral con Ocon), m?s all? de ser desagradecida demuestra que el peso que anta?o tuvo Espa?a en la FIA es hoy m?s bien simb?lico, y acredita que Alonso -42 a?os- molesta a una entidad intolerante con las cr?ticas y a unos gestores como Liberty Media y su obsesi?n por “rejuvenecerlo” todo.

Claro que en la F1 las muestras de discriminaci?n por edadismo son moneda de curso frecuente en la actualidad. Alg?n d?a no muy lejano se lo contaré con mayor detalle.



أكثر...