Los Goya ayudan m?s a la moda espa?ola que al cine de dicha nacionalidad, lo cual obliga a olvidar piadosamente el desangelado pasillo de entrada a la ceremonia de este a?o, que desluc?a los vestidos y que fue todav?a m?s gélida que el homenaje a Saura. Unir al cineasta gigante con Serrat y Machado en la primera canci?n del espect?culo solo demuestra el vuelco planetario. Lo empeor? Antonio de la Torre, que por lo visto no estudi? periodismo*sino editorialismo, con el desafortunado "a Saura le falt? un d?a para disfrutar de su Goya de honor", digno del Gila m?s negro.

Tras la extinci?n de la cultura cl?sica, el cine no tiene ya demasiada importancia, imaginen el espa?ol. Clara Lago habl? burocr?ticamente de “una cosecha espectacular”, a traducir por “otro a?o mediocre”, con una producci?n claramente inferior a la deIr?n bajo la opresi?n isl?mica.

Por no hablar de Corea del Sur, ning?n producto espa?ol puede medirse a 'Hunt' o 'Decision to leave', las formas narrativas del futuro. Por fortuna, los actores espa?oles no suelen ir al cine, as? que se evitan la fenomenal decepci?n.

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La mediocridad se suma a la ansiedad de los protagonistas de la gala.

Puede disculparse por la inseguridad del gremio, hasta Bette Davis tuvo que publicar un art?culo en prensa pidiendo trabajo, y De la Torre solicit? un empleo para sus compa?eros tras presumir de*excepci?n a “la precariedad”.

Con tanta salvedad, las dos pel?culas m?s importantes del cine espa?ol en 2022 han sido 'As Bestas' y 'Los renglones torcidos de Dios', desde?ada como todas las producciones que tienen la insolencia de agradar a los espectadores. Se salvan por no tener voluntad pedag?gica, en medio de la epidemia del cine maternal con demasiados ni?os. Otros dos t?tulos significativos son 'Modelo 77' y 'Alcarràs', donde su dilema no es el urbanismo sino la suplantaci?n de los profesionales por actores aficionados. En Estados Unidos ser?a inveros?mil por la obligatoria sindicaci?n, ?aceptar?a la autora que cualquiera puede dirigir una buena pel?cula, seg?n acordaba Saura en su entrevista p?stuma?

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El acierto de la entrega de galardones consiste en haber empezado por el ?nico premio garantizado de antemano, aLuis Zahera, el actor que mejor se indigna de Espa?a. Sorprende la jibarizaci?n en secundario del protagonista absoluto de 'As Bestas', dado que la pel?cula muere en cuanto sale de escena y mejorar?a si se suprimieran todas las escenas en que no interviene el compostelano. Su sensacional “siempre quise matar a un francés” quedar? como eslogan de la gala, a cargo de quien interpret? en 'El reino' la escena de balc?n m?s deslumbrante del cine espa?ol.

El a?o electoral se traduc?a en la presencia simult?nea en Sevilla de Pedro S?nchez y Alberto N??ez Feij?o, escamoteado en el discurso de los presentadores, en la monserga inapropiada de Fernando Méndez-Leite y en las c?maras de la televisi?n estatal. Los pol?ticos estaban adiestrados para sufrir las peticiones de dinero, aunque el rector de la Academia destac? que “para las rogativas, ya nos veremos en los despachos”, pero el presidente del Gobierno no esperaba recibir las bofetadas de la valla de Melilla y de la traici?n al S?hara en la intervenci?n inaugural. El moralista De la Torre cit? como autoridad antibelicista a Julio Anguita, tan alejado del PP como del PSOE.

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El Goya a Juliette Binoche, pese a su condici?n de antivacuna covid*y anti Bill Gates demuestra el eclecticismo de la ceremonia, La joven desguarnecida que nos cautiv? con su Tereza en La insoportable levedad del ser de los a?os ochenta, le dio una lecci?n de humildad a sus colegas espa?oles, al confesar que “solo soy un instrumento”.

Antonio de la Torre recomend? al iniciarse la gala “no confundir los Goyas con los Oscars”. Por desgracia, las estatuillas norteamericanas est?n cada vez m?s cerca de las espa?olas. A t?tulo personal, la waterpolista 42 segundos merec?a un hueco en las nominaciones. La erradicaci?n de 'Pacifiction', donde Albert Serra ha asombrado al mundo, deber?a ser perseguida penalmente. Y la mejor pel?cula del a?o se ha quedado fuera. Se llama 'El cuarto pasajero', pero ?lex de la Iglesia ha pasado de presidente a proscrito de la Academia.

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