El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 35 a?os de prisi?n a un profesor de una academia de Valencia por abusar sexualmente de ocho menores durante las clases.

El tribunal no aplica la ley del solo s? es s? a este caso concreto de delitos de abusos sexuales al considerar que la nueva regulaci?n resulta m?s perjudicial para el condenado.

La sentencia considera probado que el profesor realiz? tocamientos a las alumnas, que ten?an entre 13 y 16 a?os, sin el consentimiento de estas y sin que mediase violencia o intimidaci?n, cuando se acercaban a aclarar alguna duda relacionada con los deberes que ten?an que hacer o con los que él les pon?a como refuerzo.

La Sala de lo Penal desestima as? el recurso del condenado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana que, al igual que la Audiencia de Valencia, le conden? por seis delitos continuados de abuso sexual a menor de 16 a?os, con la agravante de prevalimiento, y de dos delitos de la misma modalidad a mayores de edad.

La Audiencia de Valencia determin? la pena de prisi?n en los m?nimos legales. Cinco a?os para los seis delitos de abusos sexuales a menor de 16 a?os, y 2 a?os y seis meses de prisi?n para los otros dos delitos sobre las alumnas mayores tras aplicar la continuidad delictiva apreciada.

La Sala recha los motivos del recurso

Ahora el Supremo constata que los hechos declarados probados, en lo que a las menores de 16 a?os se refiere, encajan en una penalidad que oscila entre los 4 y 6 a?os de prisi?n, pero también precisa que, aplicada la continuidad delictiva, la pena m?nima con la ley del solo s? es s? ser?a de 7 a?os y 6 meses de prisi?n, por lo que mantiene la anterior regulaci?n, m?s beneficiosa en este caso.

En cuanto a los delitos a mayores de edad, la pena con la actual regulaci?n del solo s? es s? coincide con la impuesta al condenado.

La Sala rechaza todos los motivos del recurso dejando claro que "la asimetr?a entre acusado y las v?ctimas es clara, no solo por la diferencia de edad sino por una superioridad basada en el respeto hacia quien act?a como su profesor, lo que nos coloca extramuros de un consentimiento v?lido".

"Y a partir de ah? resulta un aprovechamiento de circunstancias que facilitan la ejecuci?n de los abusos. Los tocamientos se producen, precisamente, durante las clases, en el propio aula y aprovechando las explicaciones que el acusado, como profesor, da a sus alumnas", a?ade la sentencia.

Para el Supremo es "precisamente su estatus de profesor el que le permite acercarse por detr?s y, con la excusa de la duda de la alumna o el pretexto de retirarle el m?vil, realizar los tocamientos. Comportamientos ante los que las j?venes, seg?n un patr?n normalizado de comportamiento, carecieron de capacidad de reacci?n".



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