Frente al independentismo y la crisis territorial, pol?ticas de “convivencia” y “progreso social”. Esta es la receta que viene esgrimiendo el Gobierno de Pedro S?nchez desde su llegada a La Moncloa en 2018 y que tras las elecciones catalanas los socialistas se sienten legitimados para reivindicarla m?s fuerza. No solo eso, sino que en Ferraz se han lanzado a contraponer su “patriotismo ?til” para encarar el conflicto territorial frente a la oposici?n a la que se acusa de un “patriotismo de pulserita” rehuyendo o, incluso, tratando de “exacerbar” estos problemas. Si la agenda social y desjudicializaci?n de la pol?tica catalana son las v?as que los socialistas asocian con la holgada victoria del PSC y la ruptura de la mayor?a independentistas, entierran con m?s ?mpetu también las soluciones de los partidos separatistas que busquen “dividir” y piden un cambio de paradigma.

Tras saltarse la l?nea roja de la amnist?a, los esfuerzos del Gobierno por negar cualquier concesi?n futura sobre un referéndum o alg?n tipo de consulta independentista no despejaron la desconfianza alimentada por la oposici?n. Ahora, los socialistas quieren recuperar esa credibilidad y hasta disputar su espa?olidad a PP y Vox. “Espa?a est? m?s unida que en 2017”, defend?a este viernes Pedro S?nchez durante una entrevista en ‘La Sexta’ para arrogar a su apuesta pol?tica de “perd?n y regeneraci?n” la apertura de un “tiempo nuevo” en Catalu?a que dejar?a atr?s el ‘procés’.

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El debate territorial que asom? tras los acuerdos de investidura, con compromisos tanto con PNV como con Junts y ERC de avanzar en el “reconocimiento nacional” de Euskadi y Catalu?a, se orilla as? para anteponer la agenda social. Como argumentaba S?nchez en la misma entrevista, la primera tras las elecciones catalanas, los l?deres independentistas “tienen que asumir la realidad” de que “no hay mayor?a independentista”. En lo referente al ?mbito del reconocimiento nacional, Junts dej? por escrito en los acuerdos de investidura que su propuesta pasaba por “la celebraci?n de un referéndum de autodeterminaci?n sobre el futuro pol?tico de Catalunya amparado en el art?culo 92 de la Constituci?n”.

Si bien su fuerza en el Congreso sigue siendo imprescindible para garantizar la gobernabilidad a S?nchez, por lo pronto el Ejecutivo ha decidido aparcar las mesas de negociaci?n con Junts y ERC con el argumento de que primero deben resolver estas organizaciones en su debate interno quienes ser?n sus interlocutores. A la renuncia de Oriol Junqueras de la presidencia de ERC se suma que Carles Puigdemont, quien acudi? a la ?ltima reuni?n en Ginebra con el PSOE, vincul? su continuidad en la primera l?nea pol?tica a ser “restituido” como 'president'. Adem?s, si finalmente Salvador Illa logra ser investido ‘president’, la mesa de di?logo entre el Gobierno y la Generalitat quedar?a desprovista de cualquier debate sobre un nuevo encaje territorial de Catalu?a.

La otra gran carpeta pendiente de los acuerdos de investidura con Junts y ERC, una vez aprobada la amnist?a, es la de la financiaci?n. Un asunto que antes de las elecciones catalanas las formaciones independentistas ya trataron de vincular a la negociaci?n de los Presupuestos. Los posconvergentes apostaron en el pacto de investidura por la modificaci?n de la ley org?nica de financiaci?n de las comunidades aut?nomas (LOFCA) para la cesi?n “del 100% de todos los tributos”, mientras que los republicanos desgranaron una propuesta de financiaci?n “singular” siguiendo un esquema similar al de Euskadi y Navarra. Iniciativas que dentro del PSOE generan un rechazo comparable al de las propuestas de referéndum.

Resta?ar heridas antes del congreso

El PSOE busca legitimar su hoja de ruta para neutralizar el discurso de la oposici?n sobre las consecuencias para unidad territorial de sus pactos con los independentistas. A corto plazo, de cara a las elecciones europeas del pr?ximo 9 de junio, pues el rechazo a la amnist?a sigue siendo mayoritario fuera de Catalu?a y Euskadi, pero también para intentar resta?ar las heridas internas. Algo no menos importante cuando el PSOE tiene previsto celebrar su congreso federal el pr?ximo a?o. Y si algo causa intranquilidad en las federaciones socialistas son los l?mites del debate territorial, por las asimetr?as o desigualdades que pueda generar entre territorios.

El marco del PSOE se sit?a en el reconocimiento de las singularidades de distintas nacionalidades y regiones y sus consecuencias concretas, como la lengua propia, la cultura, la foralidad, los derechos hist?ricos, la insularidad, la organizaci?n territorial o peculiaridades hist?ricas de derecho civil. Los socialistas tienen bien definidos sus l?mites respecto a este asunto en las resoluciones de sus congresos rechazando el marco plurinacional o el reconocimiento de “naciones”. El mismo PSC, en su ?ltimo congreso, se ci?? a defender Catalu?a como "nacionalidad" -en la l?nea de la Constituci?n- y no como naci?n como s? hizo en c?nclaves anteriores.

Bildu reactiva el eje nacional

El freno al debate territorial choca con el nuevo ?mpetu de EH Bildu por rescatar este eje program?tico tras disparar sus apoyos en los comicios vascos. Su portavoz en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ya reclam? a S?nchez tras abrir el debate sobre regeneraci?n democr?tica que incluyese la pata de los “derechos nacionales”. “Empujaremos y trabajaremos para adoptar todas las medidas que nos permitan levantar la hipoteca del régimen del 78 que niega nuestros derechos nacionales y sociales para ser as? due?os de nuestro futuro”, asegur? entonces reclamando “hechos y no palabras”.

En Moncloa entienden que la izquierda abertzale subir? el precio de sus acuerdos para los Presupuestos después de su resultado en las elecciones vascas, habida cuenta adem?s de que no firmaron ning?n acuerdo de investidura. Sin embargo, consideran firme su posici?n de no hacer caer a un Gobierno progresista. Otra cuesti?n ser?n las presiones para mantener su apoyo si reactivan el eje nacional y el efecto contagio al PNV por la competici?n entre ambas formaciones. El l?der de Bildu en el Parlamento vasco, Pello Otxandiano, viene insistiendo a los jeltzales en la necesidad de avanzar en el “estatus pol?tico” de Euskadi para “aprovechar la ventana de oportunidad del Estado”.

Si se evita una repetici?n electoral de las catalanas, como conf?an en Ferraz y Moncloa, la legislatura se despejar?a de procesos electorales hasta febrero de 2026, cuando est?n previstas las auton?micas de Castilla y Le?n. Los Presupuestos ser?an entonces el principal hito para calibrar el alcance de la legislatura. Por ello, el Gobierno no tiene previsto retomar las negociaciones hasta resolverse la gobernabilidad en Catalu?a.



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