La ortodoxia de la vicepresidenta tercera de Transici?n Ecol?gica y candidata del PSOE en las europeas, Teresa Ribera, le ha granjeado varios desencuentros con el sector del campo e, incluso, dentro de su propio partido. Desde el recorte de los aportes de agua al trasvase Tajo-Segura, que recurri? el anterior gobierno socialista de la Comunidad Valenciana, hasta el plan de conservaci?n del lobo ibérico, contra el que se opusieron los socialistas gallegos y asturianos en sus parlamentos, pasando por el relajamiento de los requisitos en la instalaci?n de macroproyectos de renovables. Un perfil que los socialistas abanderan para aglutinar votos del espacio a su izquierda, pero tratando de cuadrar el c?rculo para hacerlo m?s homologable y no alejar el voto del campo y rural.

Ribera ha suavizado su etiqueta de dogm?tica durante las ?ltimas semanas a través de acuerdos con el PP en grandes asuntos ambientales. El pasado lunes escenific? el acuerdo de Do?ana con los alcaldes del entorno del parque y unas semanas antes se reuni? con el presidente de Murcia, el popular Fernando L?pez Miras, para visibilizar los avances en el acuerdo del Mar Menor.

El acuerdo de Do?ana se firm? con la Junta de Andaluc?a en noviembre de 2023 y el del Mar Menor el pasado mes de enero, pero a las puertas de la campa?a electoral de las europeas la vicepresidenta no ha perdido la oportunidad para ponerlos en valor y destacar su ?nimo de consenso y di?logo. Dos aptitudes que, adem?s de necesitar para ingresar en el Colegio de Comisarios, al ser la apuesta de Pedro S?nchez para optar a una cartera de Energ?a o Medio Ambiente, neutralizan en parte el discurso de radicalidad que le atribuye la oposici?n.

Los socialistas combinan la apuesta verde con la agenda social y contraponen la primera con el “negacionismo” del Vox ante el que ven arrastrado al PP. Una agenda dentro de los marcos de Bruselas para una transici?n “que no es una opci?n, sino una obligaci?n”. Ribera calificaba as? recientemente las posiciones mantenidas por la ultraderecha en el Parlamento Europeo como un “enga?o” porque “no hay posibilidad de tener actividad agraria en un suelo que no es fértil”. Frente al supuesto populismo o negacionismo, la receta pasa por adopci?n de medidas necesarias para paliar la sequ?a o el cambio clim?tico que afecta al sector primario.

Durante una mesa redonda en Ferraz junto a Iratxe Garc?a, n?mero dos de su candidatura y presidenta del grupo progresista en el parlamento europeo, la vicepresidenta tercera acusaba a los gobiernos regionales de PP y Vox de no entender que el sector primario es el primero que depende de mantener la riqueza de los ecosistemas y la restauraci?n de la naturaleza. Al mismo tiempo, abrazaba algunas de las reivindicaciones del campo, como los cambios para simplificar la burocracia y facilitar el cobro de las ayudas agr?colas. Eso s?, conclu?a que el sector, sobre todo los peque?os propietarios, “necesitan el respaldo de la Administraci?n, pero que no le mientan”.

La moderaci?n de la agenda verde se traduce as? en visibilizar consensos, ce?irse a los postulados del Pacto Verde Europeo, empatizar con algunas de las reivindicaciones del campo y contraponer propuestas a una ausencia de medidas o negacionismo que a la larga solo acabar?a perjudicando al sector. El Gobierno ya trat? de contener las protestas del campo con esta receta y a golpe de ayudas millonarias. Ahora, de cara a las europeas, unos comicios donde tradicionalmente se impone el voto de castigo, los socialistas intentan no alejar a un electorado cuyas protestas han capitalizado PP y Vox.

Juego de equilibrios

Unos complejos equilibrios para competir por el electorado de Sumar sin dejar desatendido el flanco del centro y, sobre todo, del sector primario. El PSOE busca aglutinar el voto progresista para intentar acercarse el m?ximo posible a sus resultados en las elecciones generales y acortar distancias con el PP. Los populares conciben estos comicios como una suerte de segunda vuelta y en Ferraz han asumido este enfoque plebiscitario de los comicios donde se somete a examen su estrategia de pactos de investidura.

Una hoja de ruta que consideran “validada” en las elecciones catalanas, atribuyendo a medidas como la ley de amnist?a que se haya roto la mayor?a independentista con una holgada victoria del PSC. Ahora, el objetivo es neutralizar la ventaja de los populares y para ello buscan ara?ar votos en el espacio a su izquierda.

En Ferraz consideran que la fragmentaci?n del voto a la izquierda est? desmovilizando a un votante que ahora pretenden reactivar con su papeleta. Conseguir que el trasvase de votantes de Sumar a EH Bildu en las vascas o a BNG en las gallegas opte ahora por el PSOE en unas elecciones con un componente m?s en clave nacional. De ah? que de cara a las europeas se hayan marcado como reto “cristalizar” a este electorado y “aglutinar” voto progresista.



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