El PNV agita ‘territorio abertzale’ en busca de una movilizaci?n que evite el sorpaso
 

Directo y sin contemplaciones, I?igo Urkullu lo dice claro ante medio millar de personas en el Boulevard de San Sebasti?n: "Hoy en Guip?zcoa la abstenci?n es regalar el voto a EH Bildu". Este es territorio abertzale. No tanto Donostia, que también tuvo su alcalde de Bildu, pero s? la provincia. La capital guipuzcoana es el consuelo que le qued? al PNV en las ?ltimas elecciones municipales de mayo cuando este territorio se ti?? pr?cticamente de verde abertzale. EH Bildu dobl? en concejales al partido jeltzale. Pero aunque sea una tierra hist?ricamente abonada para la izquierda abertzale, en las elecciones auton?micas un escaso margen de votos puede marcar la diferencia entre un resultado casi empatado en esca?os o una distancia amplia que aleje al PNV de Ajuria Enea. Si ?lava puede ser crucial, este territorio también, se?alan en el PNV.

Los jeltzales agitan a sus simpatizantes en esta provincia con el objetivo de movilizarlos y evitar el sorpaso de Bildu. Las encuestas dan una diferencia global de apenas un par de esca?os entre ambos. Por eso pelear hasta el ?ltimo esca?o se ha vuelto crucial. "Hay partido", insiste Andoni Ortuzar en cada mitin, "hay partido en Guip?zcoa". Y lo repiten también en el partido sin c?maras delante. El margen de voto entre un partido y otro es relevante, cerca de 3.000 en favor del PNV en las elecciones auton?micas de 2020, pero luego llega el recuento y la traducci?n en esca?os, y ah? la cosa se reduce.

El PNV obtuvo 10 y EH Bildu 9. Eso son 4 puntos de diferencia, 36,4% frente a 32,25%. En las elecciones municipales de mayo, aunque el n?mero de concejales fue infinitamente mayor para los abertzales -462 frente a 261-, en porcentaje de voto hab?a 3 puntos de distancia.

Participaci?n m?nima necesaria

"La clave est? en la movilizaci?n", relatan en la formaci?n jeltzale. Quedarse en el 60% de participaci?n o apenas llegar a él es para ellos perder las elecciones, explican. En Bildu la fidelidad del voto es del 90% y se va "a comer" todo lo que deja Podemos. Tienen a los suyos movilizados, esperando este momento con su papeleta en la mano desde las elecciones municipales de mayo. “Nosotros tenemos a la gente en casa, indiferente, porque las cosas en el fondo van relativamente bien”, eso es lo que inquieta en Sabin Etxea. Y en Gipuzkoa, por mucho que este haya sido hist?ricamente un terreno en el que la izquierda se ha hecho fuerte, llevan desde 2011 casi empatados en esca?os aunque el porcentaje de voto sea favorable a Bildu.

Las ?ltimas encuestas de la EiTB muestran que Bildu se ha disparado en esta provincia y que el PNV va en direcci?n contraria. El triunfo sobre el PNV en las municipales fue arrollador y eso a?n pesa, perdieron importantes plazas. Si se cumple lo que predice este estudio de la televisi?n vasca, las dos formaciones van a pasar de llevarse apenas un esca?o de diferencia a 3, de apenas tres puntos hasta m?s de diez en porcentaje de voto. Los jeltzales tienen el miedo metido en el cuerpo, pero est?n convencidos de que tras un inicio de campa?a "sin sustancia", se est? produciendo un viraje y un interés en las elecciones seg?n se acerca la fecha, y los votantes descontentos o "indiferentes" hasta hace unos d?as pueden darles la sorpresa.

Polémicas de fin de campa?a

Ortuzar no dud? ayer en agitar las "inaceptables declaraciones de Otxandiano" sobre ETA para asustar con el lobo a esos votantes indecisos que pensaban quedarse en casa. Tampoco en recordar el ataque con gas pimienta sufrido por su candidato, Imanol Pradales, y usarlo en su favor para destacar su "templanza". Lo que sea para el "arre?n final" que necesitan para movilizar a los vascos para que el domingo cojan su papeleta.

En la izquierda abertzale han optado por no mirar a los lados, ignorar el ruido en torno a las polémicas y seguir adelante con un discurso centrado en criticar la gesti?n del PNV y realzar su perfil social. "Dec?an que faltaba tensi?n y algunos han querido subirla", apuntaba Otxandiano desde Santurtzi (Vizcaya). Pero ellos siguen "tranquilos", sin mostrar p?blicamente sus inquietudes ni preocuparse por "ataques desmedidos".



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