Reem
03-19-2023, 08:12 AM
Para Xavier Labandeira pesa m?s la conciencia cient?fica que las posibles cr?ticas que pueda recibir por alzar la voz ante el ruido alrededor de las energ?as renovables. “Los incentivos individuales de participar en debates tan complejos y polémicos son muy limitados –asume el catedr?tico de la Universidad de Vigo y director de Economics fuere Energy–, por no decir que son negativos”. ?Por qué lo hace entonces? Porque no le gustar?a repasar la hemeroteca “dentro de diez o veinte a?os” y ver “que no tuvimos una discusi?n completa e informada sobre c?mo abordar la encrucijada actual”. Galicia, Espa?a y el resto del mundo se juegan con la descarbonizaci?n mucho m?s que un cambio de modelo energético. Es la transici?n a otro paradigma econ?mico y social del que dependen las condiciones de vida en el planeta. “Siempre pensé que los académicos tenemos, dentro de nuestras capacidades y especializaci?n, la obligaci?n de informar y participar en los debates clave de la sociedad”, apunta uno de los expertos de referencia mundial, miembro del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Clim?tico de la ONU (IPCC). Avisa de la importancia de la elecci?n, “un elemento central de la ciencia econ?mica, en un momento crucial”. “Las elecciones que hagamos hoy en este campo tendr?n fuertes implicaciones para el futuro –subraya–: decir s? o no a algo no es gratuito porque hay muchas irreversibilidades potenciales asociadas al cambio clim?tico”. –?Qué sensaci?n tiene con toda esta discusi?n que se est? dando en las energ?as renovables? –Creo que esta oposici?n a las renovables forma parte de un fen?meno m?s amplio: las crecientes y m?ltiples barreras para avanzar de forma r?pida en el proceso de descarbonizaci?n. Hoy tenemos problemas serios para que los pol?ticos introduzcan medidas muy necesarias pero costosas electoralmente, por ejemplo impuestos ambientales que incentiven el cambio. En el mundo empresarial observamos cada vez m?s greenwashing o hacer que se hace sin resultados. Y muchos ciudadanos rechazan cambios en su entorno o estilo de vida. Probablemente todo el precedente esté relacionado con las expectativas creadas sobre la transici?n ecol?gica, que inicialmente se vendi? como un proceso suave en el que todos ?bamos a ganar. La realidad es bien distinta: un camino pedregoso donde, a pesar de que los beneficios netos para la sociedad son positivos, habr? bolsas importantes de perdedores. En un contexto como este, y con una m?nima margen de maniobra ante el cambio clim?tico por dejaci?n en las ?ltimas décadas, la preocupaci?n es m?xima. –?La discusi?n deja de lado el primordial, que es la lucha contra el cambio clim?tico? ?La sociedad todav?a no asimil? la urgencia? –Me sorprende que muchos de los participantes del debate ni mencionen esta cuesti?n central: los retardos ocasionados por las m?ltiples barreras a las que me refer? antes van a llevar la mayores impactos del cambio clim?tico. Y recordemos que Espa?a ser? uno de los pa?ses m?s afectados de nuestro entorno, con graves implicaciones sociales y econ?micas que ya estamos comenzando a sufrir. En el tiempo de descuento para poder mantenernos por debajo del aumento de 2?C de temperatura, el objetivo del Acuerdo de Par?s, me pregunto si una sociedad avanzada como la gallega, con grandes recursos e?licos y solares, puede mirar para otro lado sin reflexionar sobre esta cuesti?n y sus implicaciones locales y globales. –El aceler?n de la descarbonizaci?n tiene mucho que ver con la crisis energética tras la invasi?n de Rusia a Ucrania (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/guerra-rusia-ucrania-ultima-hora-75094856), pero es evidente que hab?a razones de sobra ya antes para cambiar el mix de generaci?n y consumo, ?no?–El sistema actual es claramente insostenible desde m?ltiples perspectivas ambientales, pero también implica depender de terceros pa?ses, muchos de ellos nada recomendables y fiables como estamos viendo, y origina una inmensa exportaci?n de rentas.
https://aglitk.com/clip/7badf8e7-c55c-44ab-bd3b-c9adc0ef87f9_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Xavier Labandeira. | PABLO HERNANDEZ GAMARRA
–?Hay otra alternativa a la electrificaci?n para prescindir de los combustibles f?siles? –La electrificaci?n ser? crucial para la descarbonizaci?n porque es el ?nico sector en el que ya contamos con tecnolog?as muy maduras de producci?n que no emiten gases causantes del cambio clim?tico. Al mismo tiempo, se trata de una energ?a muy eficiente en relaci?n con otras alternativas f?siles. La electricidad producida con tecnolog?as limpias ser? fundamental para contar con hidr?geno para sectores no electrificables como la industria o transporte pesada. Obviamente hay muchos intereses en el conglomerado f?sil para retrasar el proceso, a veces reclamando “neutralidad tecnol?gica” o esperar a la aparici?n de tecnolog?as milagro. Ante la situaci?n de emergencia clim?tica ni estamos en condiciones de esperar ni precisamos milagros porque ya contamos con alternativas viables para poder descarbonizar. –?Es posible ese camino sin un despliegue de renovables a gran escala? –La escala es mayor de lo que muchos imaginan. No se trata de hacer unos pocos m?s parques e?licos y huertos solares. Prescindir de los f?siles v?a electrificaci?n y hidr?geno verde exigir? un grand?simo aumento en las capacidades renovables. Necesitaremos mucha eficiencia energética para una menor demanda sobre la expansi?n renovable, pero aun as? ser? monumental. Algunos pueden aducir la opci?n nuclear porque tampoco emite gases de efecto invernadero, pero hay muchas desventajas, desde costes mucho m?s elevados hasta generaci?n de residuos radiactivos de vida milenaria. –La proliferaci?n de m?s y m?s grandes proyectos rompi? la convivencia que la e?lica manten?a con el territorio en Galicia desde finales de los 80. ?Qué piensa del lema “E?lica s?, pero as? no”? ?Entiende el malestar? –Entiendo y comparto la preocupaci?n y malestar ante la ocupaci?n del territorio y los impactos de la creciente generaci?n renovable, pero sin olvidar dos cosas: que necesitamos actuar con rapidez y decisi?n ante el cambio clim?tico y que otras alternativas energéticas son peores. En cuanto al lema, puede ser v?lido siempre y cuando no implique autoenga?arnos y aporte soluciones. Sobre todo, hay que evitar mezclar todo y no a?adir complejidad a un asunto que debe tratarse de forma secuencial. En particular, la creciente demanda directa de electricidad y la indirecta por el hidr?geno renovable exige instalaciones de grandes dimensiones. Desafortunadamente no llega con autoconsumo o aprovechamientos de infraestructura existente. Debemos proteger, por supuesto, lugares muy valiosos y singulares desde un punto de vista natural, pero no todos los lugares tienen esas caracter?sticas, como parece derivarse de la ubicuidad de la oposici?n anti-renovable. En aquellos lugares en que instalemos las tecnolog?as renovables hay que hacerlo procurando el m?ximo respeto al entorno natural y previendo su desmonte y reposici?n de la integridad ambiental tan pronto como el avance de tecnolog?as energéticas menos invasivas lo haga posible.
https://aglitk.com/clip/af955ea2-92b0-43bb-92c2-e5c4dec01f34_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Xavier Labandeira. | PABLO HERNANDEZ GAMARRA
–Es también evidente que la sociedad cambi?. No es posible repetir, por ejemplo, el modelo hidroeléctrico que en su momento oblig? incluso a vaciar n?cleos de poblaci?n sin que hubiera beneficios locales. –Una vez obtenidas garant?as ambientales, la expansi?n renovable debe garantizar beneficios para los territorios, por justicia y por compensaci?n de impactos negativos. Hay diversas maneras de conseguirlo, mediante el pago de tributos a las administraciones locales, con sistemas de concesi?n que requieran el pago de una parte de los rendimientos obtenidos a las comunidades locales, etc. Creo que es importante desmontar la supuesta relaci?n inevitable entre renovable, da?o ambiental y apropiaci?n de rentas: est? en manos de los decisores pol?ticos establecer las condiciones para que esa causalidad no se produzca. Aportemos, en fin, soluciones secuenciales a los problemas.–?Pero las empresas tienen interiorizado ese cambio? –Las empresas no son ONGs y buscan, como todas, beneficios por sus actuaciones. Sin embargo, sus operaciones deben llevarse a cabo en un estricto marco regulatorio que garantice los m?ximos beneficios clim?ticos a m?nimo coste ambiental local y remunerando adecuadamente a los propietarios y territorios que se ven afectados por sus actividades. Tengamos en cuenta, en todo caso, que la transici?n ecol?gica ser? probablemente uno de los procesos de inversi?n y desinversi?n m?s intensos y en menos tiempo experimentados por la humanidad, algo dif?cil de realizar sin el concurso del mundo empresarial y también de la gran empresa. –La ministra para la Transici?n Ecol?gica comentaba hace unos d?as en Galicia que entend?a las reticencias a la e?lica en el mar, pero también advirti? que no se puede vetar la llegada de un “nuevo vecino”. ?Comparte la reflexi?n? ?La pesca tiene causas reales para ese rechazo absoluto? –Por supuesto, parece poco defendible que alguien pretenda hoy tener derechos exclusivos e indefinidos sobre espacios que pueden tener una utilidad cambiante para la sociedad. Cuando aparecen nuevos usos hay que procurar, en primer lugar, compatibilizarlos con las actividades existentes. Y parece, como recogi? este peri?dico hace pocos d?as, que este puede ser el caso para muchas actividades pesqueras. Pero incluso si esto no fuera as?, debemos retomar el concepto de la elecci?n. Elegir solo pesca en lugares bien acotados, imposibilitando as? el desarrollo e?lico en zonas de gran recurso y menores impactos paisaj?sticos, tiene implicaciones claras sobre la acci?n clim?tica y sobre los beneficios industriales directos e indirectos futuros en nuestro pa?s. ?Estamos dispuestos a tomar decisiones como estas a la ligera?
“La expansi?n desigual exige precios diferentes por territorios”
–?Se puede defender la necesidad de aprovechar los recursos aut?ctonos sin caer en la idea del “expolio”? –Como ya apunté, debemos crear las condiciones para que la expansi?n renovable, totalmente necesaria en un lugar con abundante recurso de viento y sol ante la emergencia clim?tica, respete el entorno natural, no genere irreversibilidades ambientales y remunere adecuadamente a los propietarios de los espacios en los que se instale. Esa remuneraci?n directa, por otra parte, puede ser solo parte del beneficio que dejen los desarrollos renovables. En Galicia, por ejemplo, los impactos industriales directos asociados al desarrollo de estas capacidades pueden ser inmensos para el conglomerado del metal, adem?s de los indirectos mediante la dotaci?n de energ?a m?s barata futura en forma de electricidad o hidr?geno verde para nuestros consumidores industriales y comerciales. Tal vez algunos no son conscientes de que en estos momentos la industria de los pa?ses m?s avanzados de la UE est? buscando intensamente hidr?geno verde barato para garantizar su competitividad futura y muchos territorios est?n apostando por generaci?n de energ?a limpia barata como factor de atracci?n de actividades y no para exportarla. ?Estamos dispuestos a desaprovechar esta oportunidad de futuro aqu?, donde tenemos recursos renovables y no estamos sobrados de industria y empleos de calidad para las nuevas generaciones? –?C?mo? ?Hay que pensar en un nuevo contrato social con las renovables? –El papel de la regulaci?n ser? fundamental para evitar posibles abusos de los promotores de renovables. Debemos dotarnos de las capacidades para garantizar la m?xima protecci?n y reintegraci?n ambiental, y ser quien de retener parte de los beneficios asociados a estas fuentes de energ?a no solo mediante exigencias a los promotores, sino también aprovechando las oportunidades que se abren para nuestro tejido productivo. –Las tarifas eléctricas por zonas eran un tab?. Un atentado a la unidad de mercado. Ahora no parecen tan lejanas. –Creo que una gran expansi?n renovable diferencial entre territorios, bien porque los recursos disponibles son desiguales o porque algunos deciden no aprovechar sus capacidades, exige precios energéticos distintos. El transporte de energ?a encarece su suministro y no tiene sentido econ?mico una subvenci?n a gran escala a territorios que no cuenten con capacidades renovables. Adicionalmente, estos precios m?s bajos son una manera de compensar por los costes ambientales locales asociados a estas tecnolog?as.
Ficha personal
Xavier Labandeira (Vigo, 1967) es catedr?tico del Departamento de Econom?a Aplicada de la Universidad de Vigo, donde forma parte del grupo de investigaci?n Red y del centro de ECOBAS. Dirige Economics for Energy y fue autor principal del Grupo Intergubernamental de Cambio Clim?tico de la ONU (IPCC).
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https://aglitk.com/clip/7badf8e7-c55c-44ab-bd3b-c9adc0ef87f9_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Xavier Labandeira. | PABLO HERNANDEZ GAMARRA
–?Hay otra alternativa a la electrificaci?n para prescindir de los combustibles f?siles? –La electrificaci?n ser? crucial para la descarbonizaci?n porque es el ?nico sector en el que ya contamos con tecnolog?as muy maduras de producci?n que no emiten gases causantes del cambio clim?tico. Al mismo tiempo, se trata de una energ?a muy eficiente en relaci?n con otras alternativas f?siles. La electricidad producida con tecnolog?as limpias ser? fundamental para contar con hidr?geno para sectores no electrificables como la industria o transporte pesada. Obviamente hay muchos intereses en el conglomerado f?sil para retrasar el proceso, a veces reclamando “neutralidad tecnol?gica” o esperar a la aparici?n de tecnolog?as milagro. Ante la situaci?n de emergencia clim?tica ni estamos en condiciones de esperar ni precisamos milagros porque ya contamos con alternativas viables para poder descarbonizar. –?Es posible ese camino sin un despliegue de renovables a gran escala? –La escala es mayor de lo que muchos imaginan. No se trata de hacer unos pocos m?s parques e?licos y huertos solares. Prescindir de los f?siles v?a electrificaci?n y hidr?geno verde exigir? un grand?simo aumento en las capacidades renovables. Necesitaremos mucha eficiencia energética para una menor demanda sobre la expansi?n renovable, pero aun as? ser? monumental. Algunos pueden aducir la opci?n nuclear porque tampoco emite gases de efecto invernadero, pero hay muchas desventajas, desde costes mucho m?s elevados hasta generaci?n de residuos radiactivos de vida milenaria. –La proliferaci?n de m?s y m?s grandes proyectos rompi? la convivencia que la e?lica manten?a con el territorio en Galicia desde finales de los 80. ?Qué piensa del lema “E?lica s?, pero as? no”? ?Entiende el malestar? –Entiendo y comparto la preocupaci?n y malestar ante la ocupaci?n del territorio y los impactos de la creciente generaci?n renovable, pero sin olvidar dos cosas: que necesitamos actuar con rapidez y decisi?n ante el cambio clim?tico y que otras alternativas energéticas son peores. En cuanto al lema, puede ser v?lido siempre y cuando no implique autoenga?arnos y aporte soluciones. Sobre todo, hay que evitar mezclar todo y no a?adir complejidad a un asunto que debe tratarse de forma secuencial. En particular, la creciente demanda directa de electricidad y la indirecta por el hidr?geno renovable exige instalaciones de grandes dimensiones. Desafortunadamente no llega con autoconsumo o aprovechamientos de infraestructura existente. Debemos proteger, por supuesto, lugares muy valiosos y singulares desde un punto de vista natural, pero no todos los lugares tienen esas caracter?sticas, como parece derivarse de la ubicuidad de la oposici?n anti-renovable. En aquellos lugares en que instalemos las tecnolog?as renovables hay que hacerlo procurando el m?ximo respeto al entorno natural y previendo su desmonte y reposici?n de la integridad ambiental tan pronto como el avance de tecnolog?as energéticas menos invasivas lo haga posible.
https://aglitk.com/clip/af955ea2-92b0-43bb-92c2-e5c4dec01f34_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Xavier Labandeira. | PABLO HERNANDEZ GAMARRA
–Es también evidente que la sociedad cambi?. No es posible repetir, por ejemplo, el modelo hidroeléctrico que en su momento oblig? incluso a vaciar n?cleos de poblaci?n sin que hubiera beneficios locales. –Una vez obtenidas garant?as ambientales, la expansi?n renovable debe garantizar beneficios para los territorios, por justicia y por compensaci?n de impactos negativos. Hay diversas maneras de conseguirlo, mediante el pago de tributos a las administraciones locales, con sistemas de concesi?n que requieran el pago de una parte de los rendimientos obtenidos a las comunidades locales, etc. Creo que es importante desmontar la supuesta relaci?n inevitable entre renovable, da?o ambiental y apropiaci?n de rentas: est? en manos de los decisores pol?ticos establecer las condiciones para que esa causalidad no se produzca. Aportemos, en fin, soluciones secuenciales a los problemas.–?Pero las empresas tienen interiorizado ese cambio? –Las empresas no son ONGs y buscan, como todas, beneficios por sus actuaciones. Sin embargo, sus operaciones deben llevarse a cabo en un estricto marco regulatorio que garantice los m?ximos beneficios clim?ticos a m?nimo coste ambiental local y remunerando adecuadamente a los propietarios y territorios que se ven afectados por sus actividades. Tengamos en cuenta, en todo caso, que la transici?n ecol?gica ser? probablemente uno de los procesos de inversi?n y desinversi?n m?s intensos y en menos tiempo experimentados por la humanidad, algo dif?cil de realizar sin el concurso del mundo empresarial y también de la gran empresa. –La ministra para la Transici?n Ecol?gica comentaba hace unos d?as en Galicia que entend?a las reticencias a la e?lica en el mar, pero también advirti? que no se puede vetar la llegada de un “nuevo vecino”. ?Comparte la reflexi?n? ?La pesca tiene causas reales para ese rechazo absoluto? –Por supuesto, parece poco defendible que alguien pretenda hoy tener derechos exclusivos e indefinidos sobre espacios que pueden tener una utilidad cambiante para la sociedad. Cuando aparecen nuevos usos hay que procurar, en primer lugar, compatibilizarlos con las actividades existentes. Y parece, como recogi? este peri?dico hace pocos d?as, que este puede ser el caso para muchas actividades pesqueras. Pero incluso si esto no fuera as?, debemos retomar el concepto de la elecci?n. Elegir solo pesca en lugares bien acotados, imposibilitando as? el desarrollo e?lico en zonas de gran recurso y menores impactos paisaj?sticos, tiene implicaciones claras sobre la acci?n clim?tica y sobre los beneficios industriales directos e indirectos futuros en nuestro pa?s. ?Estamos dispuestos a tomar decisiones como estas a la ligera?
“La expansi?n desigual exige precios diferentes por territorios”
–?Se puede defender la necesidad de aprovechar los recursos aut?ctonos sin caer en la idea del “expolio”? –Como ya apunté, debemos crear las condiciones para que la expansi?n renovable, totalmente necesaria en un lugar con abundante recurso de viento y sol ante la emergencia clim?tica, respete el entorno natural, no genere irreversibilidades ambientales y remunere adecuadamente a los propietarios de los espacios en los que se instale. Esa remuneraci?n directa, por otra parte, puede ser solo parte del beneficio que dejen los desarrollos renovables. En Galicia, por ejemplo, los impactos industriales directos asociados al desarrollo de estas capacidades pueden ser inmensos para el conglomerado del metal, adem?s de los indirectos mediante la dotaci?n de energ?a m?s barata futura en forma de electricidad o hidr?geno verde para nuestros consumidores industriales y comerciales. Tal vez algunos no son conscientes de que en estos momentos la industria de los pa?ses m?s avanzados de la UE est? buscando intensamente hidr?geno verde barato para garantizar su competitividad futura y muchos territorios est?n apostando por generaci?n de energ?a limpia barata como factor de atracci?n de actividades y no para exportarla. ?Estamos dispuestos a desaprovechar esta oportunidad de futuro aqu?, donde tenemos recursos renovables y no estamos sobrados de industria y empleos de calidad para las nuevas generaciones? –?C?mo? ?Hay que pensar en un nuevo contrato social con las renovables? –El papel de la regulaci?n ser? fundamental para evitar posibles abusos de los promotores de renovables. Debemos dotarnos de las capacidades para garantizar la m?xima protecci?n y reintegraci?n ambiental, y ser quien de retener parte de los beneficios asociados a estas fuentes de energ?a no solo mediante exigencias a los promotores, sino también aprovechando las oportunidades que se abren para nuestro tejido productivo. –Las tarifas eléctricas por zonas eran un tab?. Un atentado a la unidad de mercado. Ahora no parecen tan lejanas. –Creo que una gran expansi?n renovable diferencial entre territorios, bien porque los recursos disponibles son desiguales o porque algunos deciden no aprovechar sus capacidades, exige precios energéticos distintos. El transporte de energ?a encarece su suministro y no tiene sentido econ?mico una subvenci?n a gran escala a territorios que no cuenten con capacidades renovables. Adicionalmente, estos precios m?s bajos son una manera de compensar por los costes ambientales locales asociados a estas tecnolog?as.
Ficha personal
Xavier Labandeira (Vigo, 1967) es catedr?tico del Departamento de Econom?a Aplicada de la Universidad de Vigo, donde forma parte del grupo de investigaci?n Red y del centro de ECOBAS. Dirige Economics for Energy y fue autor principal del Grupo Intergubernamental de Cambio Clim?tico de la ONU (IPCC).
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