Reem
03-17-2023, 12:51 PM
El abuelo José Mari se enfundar? la sotana m?s de tres lustros después de colgar la placa y la pistola. El inspector Sauras, que fue*polic?a nacional*durante m?s de 40 a?os, llegando a ejercer de jefe de prensa de la Comisar?a de Oviedo entre 1985 y 1993, ser? ordenado sacerdote, a sus 72 a?os, el pr?ximo 28 de mayo, domingo de Pentecostés. El exagente, padre de tres hijos varones y abuelo de dos nietas de 3 y 1 a?o afincadas en Estados Unidos, ya se orden? como di?cono en 2017; en 2020, nada m?s fallecer su mujer, comenz? a plantearse la posibilidad de cumplir un antiguo deseo de infancia y convertirse en cura.
Eran las seis y cuarto de la madrugada del 16 de junio de hace tres a?os cuando la vida de Sauras dio un giro radical. "Ya est?, Borja", suspir? el exagente, tumbado en la cama junto a su esposa, para comunicar al hijo, también acostado en otra parte de la habitaci?n, que el coraz?n de su madre hab?a dejado de latir. Justo en ese instante, algo se meti? en su cabeza. "Ahora te puedes ordenar como presb?tero", empez? a escuchar "como un constante martilleo" en su mente. "Me enfadé much?simo conmigo mismo, ten?a a mi mujer, que era mi vida, de cuerpo yacente, y alguien me estaba diciendo que ten?a que ser cura", relata emocionado.
Pasado el duelo, la idea de optar al sacerdocio no dejaba de perseguir a este madrile?o que lleg? a Asturias a comienzos de los 80 para que su mujer, ovetense de pura cepa, pudiera estar cerca de su familia. Sauras fue uno de los fundadores de la Hermandad de los Estudiantes hace unos 15 a?os y por ello desde entonces acude a misa a la parroquia de La Tenderina, a cuyo p?rroco, Alberto Reigada, plante? por primera vez sus intenciones de ser cura tras enviudar. "Es una persona maravillosa en la que tengo plena confianza, y me sorprendi? cuando me dijo que siempre me hab?a visto perfil para ordenarme", explica.
Sin embargo, la decisi?n todav?a no estaba tomada. Sauras aprovech? un retiro de di?conos en Covadonga para acercarse al arzobispo, Jes?s Sanz Montes. "Le dije que quer?a mantener una conversaci?n con él e inmediatamente me invit? a pedir cita con su secretario", rememora. Finalmente, el encuentro tuvo lugar en una fecha simb?lica. El 22 de julio de 2022, justo cuando se cumpl?a 45 a?os de su boda con Mari Carmen, el di?cono recib?a el ?ltimo empuj?n que necesitaba para ir a por la sotana. "Don Jes?s me dijo en su despacho que si cursaba su asignatura y algunas pocas m?s en el Seminario podr?a ser cura sin problema. Fue como un regalo, no me cre?a que hablase en serio. A mi edad y siendo padre y abuelo era dif?cil de creerlo", rememora con cara de satisfacci?n desde una sala de estar del Seminario Metropolitano.
Ahora, a escasos dos meses y medio de ser ordenado en la Catedral por el Arzobispo, junto a otros cinco seminaristas mucho m?s j?venes, José Mari cree haber tomado una de las mejores decisiones de su vida. "Al morir mi mujer cre? que no volver?a a ser feliz, pero ahora lo soy", admite sin ning?n atisbo de duda.
Lejos echarle para atr?s, los suyos siempre han sido sus principales apoyos para perseguir una vocaci?n con hondas ra?ces. "Con solo ocho a?os ya le dije a mi madre que quer?a ser cura. Ella me pidi? que esperara a vivir un poco m?s y la verdad es que luego me di cuenta que me gustaban m?s los tebeos que estudiar", rememora como homenaje a su progenitora, fallecida joven, a los 58 a?os, de la que hered? su enorme religiosidad y alg?n que otro problema cardiaco. "Estoy operado, como ella", a?ade.
Borja, Pablo y Carlos, sus peque?os ya grandes de 45, 41 y 40 a?os, respectivamente, son los primeros en animarle para alcanzar su meta de reforzar su entrega a Dios. "Si crees en ello, adelante", coinciden los hermanos. Al primero y al tercero los tiene cerca, en Oviedo. Este ?ltimo fue el que hace casi una década le descubri? la existencia de la figura del di?cono como una manera de arrimar m?s el hombro, colaborando con algunas celebraciones religiosas sin la condici?n del celibato. El segundo, Pablo, vive en Estados Unidos, "tiene hasta la nacionalidad", y es el que le ha hecho abuelo de dos nietas de 3 y 1 a?o. "Podr?n presumir de abuelo cura", bromea.
Al ser preguntado por c?mo ser? su vida de sacerdote, Sauras es tajante. "Estaré donde la Iglesia me quiera, esa ser? mi felicidad", garantiza, subrayando que su dedicaci?n a la fe es m?xima desde hace muchos a?os. "Llevo cinco a?os destinado en el*tanatorio*de los Arenales y algunos d?as he llegado a oficiar ocho celebraciones de la palabra", pone como ejemplo de su intensa labor pastoral, que también le lleva a celebrar algunas ceremonias religiosas, como su condici?n de di?cono le permite, en la parroquia de La Tenderina. Todo ello lo compagina con los estudios en el Seminario. Aun as?, saca tiempo para comer con sus hijos y alguna afici?n.
De su vida como polic?a ya quedan solo recuerdos. Ingres? en el cuerpo en 1970 con solo 19 a?os tras "aprobar a la segunda" y dos a?os después se anim? a complementar su*trabajo*con los estudios de Ciencias de la Informaci?n en la Complutense, siendo licenciado de la segunda promoci?n de este centro. En 1980 se traslad? a Asturias y esos estudios hicieron que el Jefe Superior de entonces le nombrase jefe de prensa. "Estuve entre 1985 y 1993 y la experiencia fue positiva", relata el inspector Sauras, que tras pasar por varios departamentos m?s se prejubil? en 2007, a los 56 a?os, para volcarse m?s en la familia y su enorme fe.
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Eran las seis y cuarto de la madrugada del 16 de junio de hace tres a?os cuando la vida de Sauras dio un giro radical. "Ya est?, Borja", suspir? el exagente, tumbado en la cama junto a su esposa, para comunicar al hijo, también acostado en otra parte de la habitaci?n, que el coraz?n de su madre hab?a dejado de latir. Justo en ese instante, algo se meti? en su cabeza. "Ahora te puedes ordenar como presb?tero", empez? a escuchar "como un constante martilleo" en su mente. "Me enfadé much?simo conmigo mismo, ten?a a mi mujer, que era mi vida, de cuerpo yacente, y alguien me estaba diciendo que ten?a que ser cura", relata emocionado.
Pasado el duelo, la idea de optar al sacerdocio no dejaba de perseguir a este madrile?o que lleg? a Asturias a comienzos de los 80 para que su mujer, ovetense de pura cepa, pudiera estar cerca de su familia. Sauras fue uno de los fundadores de la Hermandad de los Estudiantes hace unos 15 a?os y por ello desde entonces acude a misa a la parroquia de La Tenderina, a cuyo p?rroco, Alberto Reigada, plante? por primera vez sus intenciones de ser cura tras enviudar. "Es una persona maravillosa en la que tengo plena confianza, y me sorprendi? cuando me dijo que siempre me hab?a visto perfil para ordenarme", explica.
Sin embargo, la decisi?n todav?a no estaba tomada. Sauras aprovech? un retiro de di?conos en Covadonga para acercarse al arzobispo, Jes?s Sanz Montes. "Le dije que quer?a mantener una conversaci?n con él e inmediatamente me invit? a pedir cita con su secretario", rememora. Finalmente, el encuentro tuvo lugar en una fecha simb?lica. El 22 de julio de 2022, justo cuando se cumpl?a 45 a?os de su boda con Mari Carmen, el di?cono recib?a el ?ltimo empuj?n que necesitaba para ir a por la sotana. "Don Jes?s me dijo en su despacho que si cursaba su asignatura y algunas pocas m?s en el Seminario podr?a ser cura sin problema. Fue como un regalo, no me cre?a que hablase en serio. A mi edad y siendo padre y abuelo era dif?cil de creerlo", rememora con cara de satisfacci?n desde una sala de estar del Seminario Metropolitano.
Ahora, a escasos dos meses y medio de ser ordenado en la Catedral por el Arzobispo, junto a otros cinco seminaristas mucho m?s j?venes, José Mari cree haber tomado una de las mejores decisiones de su vida. "Al morir mi mujer cre? que no volver?a a ser feliz, pero ahora lo soy", admite sin ning?n atisbo de duda.
Lejos echarle para atr?s, los suyos siempre han sido sus principales apoyos para perseguir una vocaci?n con hondas ra?ces. "Con solo ocho a?os ya le dije a mi madre que quer?a ser cura. Ella me pidi? que esperara a vivir un poco m?s y la verdad es que luego me di cuenta que me gustaban m?s los tebeos que estudiar", rememora como homenaje a su progenitora, fallecida joven, a los 58 a?os, de la que hered? su enorme religiosidad y alg?n que otro problema cardiaco. "Estoy operado, como ella", a?ade.
Borja, Pablo y Carlos, sus peque?os ya grandes de 45, 41 y 40 a?os, respectivamente, son los primeros en animarle para alcanzar su meta de reforzar su entrega a Dios. "Si crees en ello, adelante", coinciden los hermanos. Al primero y al tercero los tiene cerca, en Oviedo. Este ?ltimo fue el que hace casi una década le descubri? la existencia de la figura del di?cono como una manera de arrimar m?s el hombro, colaborando con algunas celebraciones religiosas sin la condici?n del celibato. El segundo, Pablo, vive en Estados Unidos, "tiene hasta la nacionalidad", y es el que le ha hecho abuelo de dos nietas de 3 y 1 a?o. "Podr?n presumir de abuelo cura", bromea.
Al ser preguntado por c?mo ser? su vida de sacerdote, Sauras es tajante. "Estaré donde la Iglesia me quiera, esa ser? mi felicidad", garantiza, subrayando que su dedicaci?n a la fe es m?xima desde hace muchos a?os. "Llevo cinco a?os destinado en el*tanatorio*de los Arenales y algunos d?as he llegado a oficiar ocho celebraciones de la palabra", pone como ejemplo de su intensa labor pastoral, que también le lleva a celebrar algunas ceremonias religiosas, como su condici?n de di?cono le permite, en la parroquia de La Tenderina. Todo ello lo compagina con los estudios en el Seminario. Aun as?, saca tiempo para comer con sus hijos y alguna afici?n.
De su vida como polic?a ya quedan solo recuerdos. Ingres? en el cuerpo en 1970 con solo 19 a?os tras "aprobar a la segunda" y dos a?os después se anim? a complementar su*trabajo*con los estudios de Ciencias de la Informaci?n en la Complutense, siendo licenciado de la segunda promoci?n de este centro. En 1980 se traslad? a Asturias y esos estudios hicieron que el Jefe Superior de entonces le nombrase jefe de prensa. "Estuve entre 1985 y 1993 y la experiencia fue positiva", relata el inspector Sauras, que tras pasar por varios departamentos m?s se prejubil? en 2007, a los 56 a?os, para volcarse m?s en la familia y su enorme fe.
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