Reem
03-16-2023, 08:50 AM
Con solo 19 a?os, Jonathan Freedland acudi? con su padre a un cine de Londres para ver 'Shoah', un documental estrenado en 1985 y dirigido por Claude Lanzmann, con una duraci?n aproximada de diez horas, que re?ne testimonios en primera persona de v?ctimas, testigos y verdugos del exterminio jud?o por parte de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Para Freedland fue una experiencia extra?a ver aquella interminable sucesi?n de personas grises, ancianas, que hab?an sufrido tanto. Pero hubo un personaje que le llam? la atenci?n. Estaba lleno de carisma y, seg?n recuerda, guardaba cierto parecido con Al Pacino en 'Scarface'. Llevaba un abrigo de cuero, ten?a una cabellera espesa, oscura y lustrosa y, curiosamente, hablaba en inglés, cuando todos los dem?s participantes en la pel?cula hablaban en polaco, ruso o alem?n. M?s que una figura del pasado, era una persona actual, din?mica y que, como de pasada, explicaba que se hab?a escapado de Auschwitz.
El documental no prestaba mucho interés a un hecho que para un chico de 19 a?os parec?a algo important?simo. Era casi imposible que un prisionero jud?o escapara de Auschwitz, casi nadie lo hab?a conseguido. Y, desde entonces, Freedland supo que alguna vez investigar?a su historia, era solo cuesti?n de tiempo.
Ahora, tras haberse convertido en columnista de 'The Guardian' y publicar regularmente en 'The New York Times', el autor se ha visto con fuerzas suficientes para escribir' El maestro de la fuga', un libro en el que repasa la historia de aquél hombre que ha pasado a la historia como Rudi Vrba.
P. ?Por qué decidi? escribir este libro precisamente ahora?R. Durante 40 a?os he estado pensando en hacerlo y tras darme cuenta de que est?bamos en un mundo acosado por las mentiras, con ejemplos tan obvios como la campa?a del Brexit y la de Trump en 2016, pensé que Rudi lo hab?a arriesgado todo para sacar la verdad de debajo de una monta?a de mentiras. Su ejemplo me pareci? una especie de caso definitivo de lucha contra la post verdad y las 'fake new's.
P. ?Quién fue Rudi Vrba (o Walter Rosenberg)?R. Rudolf Vrba fue un hombre extraordinario que naci? como Walter Rosenberg (se cambi? el nombre tras su fuga) hace casi 100 a?os, en 1924. Creci? en Eslovaquia y fue un ni?o muy inteligente con un don para los idiomas y para la ciencia. Pero lo principal que lo distingui? fue que cuando, como jud?o, se le exigi? que se presentara en una fecha determinada para ser deportado al este, simplemente se neg? a hacerlo. Encontr? la orden, seg?n sus palabras, "est?pida". Y as? comenz? la primera de lo que ser?a una larga serie de fugas. Por eso llamé al libro 'El maestro de la fuga', porque él fue un escapista en serie a lo largo de su vida, neg?ndose a cumplir con cualquier mandato que restringiera su libertad o amenazara su vida. Tras ser detenido e internado en Auschwitz, Rudi se da cuenta de lo que es ese lugar realmente. Y planea algo descabellado: huir del campo para informar al mundo de lo que estaba ocurriendo ah? para que las potencias extranjeras actuasen y los jud?os se sublevasen. Es uno de esos casos que escapan un poco a la raz?n.
P. ?De d?nde sac? la fuerza para intentar algo as??R. Creo que, primero, ten?a el impulso de ser libre, algo que marc? a Rudi desde el principio. Incluso de ni?o, era alguien que anhelaba ser libre. Y eso le hizo rechazar cualquier instrucci?n bajo cualquier régimen, en cualquier pa?s, que restringiera su libertad. Pero adem?s de eso ten?a la intuici?n de que una de las armas m?s importantes de los nazis era el enga?o. Les mintieron a sus v?ctimas para que subieran de una manera tranquila y ordenada a los trenes que les llevar?an a la muerte. Cre?an que estaban comenzando una nueva vida en el este, porque eso era lo que les hab?an dicho. Y ese orden y calma fue esencial para los nazis y su método de asesinato en masa. Su cadena de montaje de la muerte no pod?a funcionar sin él. Rudi se dio cuenta de que la ?nica forma en que podr?a arrojar arena a los engranajes de esa m?quina de matar era rompiendo ese enga?o y acabando con la ignorancia de los jud?os de Europa, para que por fin supieran su destino. As? que creo que tanto su perspicacia como su edad jugaron un gran papel, junto con el puro valor f?sico y el tremendo ingenio. Por no hablar de su asombrosa memoria, que le permit?a almacenar los datos de la muerte en su cabeza.
P. Tras escapar de una forma incre?ble que cuenta muy bien en el libro, Vrba y su compa?ero de fuga, Alfred Wetzler, redactan un informe para denunciar el holocausto nazi. ?Bajo qué condiciones lo hicieron?R. Llegaron a la peque?a comunidad jud?a de Eslovaquia, los que quedaban, y en el s?tano de un hogar de ancianos jud?os en la ciudad de Zilina dictaron todos los hechos de los que hab?an sido testigos a los l?deres jud?os. Sali? un informe de 32 p?ginas.
P. ?C?mo empezaron a moverlo en una época en que no exist?an las redes sociales? Hoy es casi inconcebible que no produjera una conmoci?n internacional.R. El informe no se pod?a enviar con solo pulsar un bot?n, como se har?a hoy. Cada copia ten?a que ser mecanografiada a mano y luego pasar de contrabando a través de la Europa ocupada por los nazis, lo que era toda una haza?a. Fue pasado en secreto, de mano en mano y a través de las fronteras, por activistas de la resistencia y diplom?ticos, hasta que finalmente lleg? a los escritorios de Churchill en Londres, Roosevelt en Washington y el Papa en Roma.
P. Hay un cap?tulo muy oscuro en esta historia que involucra a jud?os que conoc?an el informe (como el caso del dirigente jud?o Kasztner en Hungr?a) y prefirieron salvar a una élite que alertar a la mayor?a, lo que llev? a la deportaci?n masiva y el asesinato de miles de personas. ?C?mo pudo pasar algo as??R. Parte de la explicaci?n es simple incredulidad. Hab?a colegas de Kasztner en Budapest que simplemente no pod?an creer lo que les dec?an: asumieron que el informe era, como dijo uno, el producto de la imaginaci?n febril de dos j?venes impetuosos. Pero también se dice que Kasztner ten?a otras razones para no publicar el informe. Algunas personas dicen que no transmiti? el informe porque no quer?a poner en peligro las negociaciones en las que estaba involucrado personalmente con los propios nazis, con el objetivo de salvar a los jud?os de Hungr?a. Otros dicen que esas conversaciones, con Adolf Eichmann y otros, ten?an un objetivo diferente: no salvar a los jud?os de Hungr?a, sino salvar a una peque?a fracci?n de esa comunidad. Al final, Kasztner salv? a 1684 jud?os que fueron puestos en un tren que los llev? a un lugar seguro. Muchos de ellos eran amigos y parientes suyos. Sus cr?ticos creen que el precio que los nazis sacaron de Kasztner por esas vidas fue su silencio, de ah? su negativa a publicar el informe escrito por Fred y Rudi. Si ese es el caso, entonces habr?a salvado 1684 vidas a expensas de las vidas de los 437.000 jud?os h?ngaros que fueron enviados a las c?maras de gas en solo 56 d?as.
P. Quiz?s lo m?s impactante de toda esta historia es que cuando el informe llega a personas realmente importantes, no pasa nada.R. Creo que hubo m?ltiples razones por las que los Aliados, por ejemplo, no intentaron bombardear las v?as del tren que iban hacia los campos de exterminio nazis, que fue lo que solicitaron los l?deres jud?os cuando hicieron circular el informe de Fred y Rudi. Una objeci?n era pr?ctica. La fuerza aérea tanto en Londres como en Washington decidi? que habr?a sido una "distracci?n" de su esfuerzo de guerra. Y estaban convencidos de que la mejor manera de ayudar a los jud?os era derrotar a Adolf Hitler. También hab?a un cierto grado de prejuicios. En parte, eso significaba que no siempre se cre?an los informes jud?os sobre asesinatos en la Europa nazi. Se pensaba que los jud?os exageraban. También sucedi? que, tanto en Londres como en Washington, los pol?ticos se mostraron reacios a que su pa?s pensara que estaban peleando la guerra por el bien de los jud?os. Los l?deres se preocuparon de que hubiera una reacci?n violenta contra la guerra si la gente pensaba que era para salvar vidas jud?as.
P. Dice que Rudi Vrba deber?a ser uno de los héroes del Holocausto a la altura de Ana Frank o Primo Levi. ?Por qué no lo est??R. Gracias al informe Vrba-Wetzler y la serie de movimientos diplom?ticos que puso en marcha, finalmente se salvaron 200.000 vidas jud?as en Budapest. ?Por qué no est? clasificado junto a esas figuras? Creo que en parte porque Rudi fue un testigo inc?modo. Incluso ahora que los supervivientes del holocausto son muy, muy viejos, esperamos que de alguna manera nos consuelen, que nos digan que, al final, los seres humanos somos buenos. Pero Rudi se neg? a hacer eso. ?l se?al? con su dedo acusador a todos aquellos que no hab?an transmitido o actuado de acuerdo con el informe que él y Fred hab?an sacado de contrabando de Auschwitz. Como una vez le dijo a un productor de televisi?n de la BBC: "No soy el cliché sobreviviente del Holocausto". Y el resultado fue que la gente no lo invit? a las plataformas que podr?an haberlo hecho famoso. Dicho de otra manera, estaba contando una historia que no era c?moda de escuchar: la gente quer?a que le dijeran que todos los que no estaban del lado de los nazis eran héroes, que los Aliados (Estados Unidos y el Reino Unido, as? como los jud?os l?deres en Hungr?a) se comportaron perfectamente. Y Rudi insisti? toda su vida en decir que la historia no era tan simple como eso.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/rudi-vrba-primer-judio-escapo-84719131)
Para Freedland fue una experiencia extra?a ver aquella interminable sucesi?n de personas grises, ancianas, que hab?an sufrido tanto. Pero hubo un personaje que le llam? la atenci?n. Estaba lleno de carisma y, seg?n recuerda, guardaba cierto parecido con Al Pacino en 'Scarface'. Llevaba un abrigo de cuero, ten?a una cabellera espesa, oscura y lustrosa y, curiosamente, hablaba en inglés, cuando todos los dem?s participantes en la pel?cula hablaban en polaco, ruso o alem?n. M?s que una figura del pasado, era una persona actual, din?mica y que, como de pasada, explicaba que se hab?a escapado de Auschwitz.
El documental no prestaba mucho interés a un hecho que para un chico de 19 a?os parec?a algo important?simo. Era casi imposible que un prisionero jud?o escapara de Auschwitz, casi nadie lo hab?a conseguido. Y, desde entonces, Freedland supo que alguna vez investigar?a su historia, era solo cuesti?n de tiempo.
Ahora, tras haberse convertido en columnista de 'The Guardian' y publicar regularmente en 'The New York Times', el autor se ha visto con fuerzas suficientes para escribir' El maestro de la fuga', un libro en el que repasa la historia de aquél hombre que ha pasado a la historia como Rudi Vrba.
P. ?Por qué decidi? escribir este libro precisamente ahora?R. Durante 40 a?os he estado pensando en hacerlo y tras darme cuenta de que est?bamos en un mundo acosado por las mentiras, con ejemplos tan obvios como la campa?a del Brexit y la de Trump en 2016, pensé que Rudi lo hab?a arriesgado todo para sacar la verdad de debajo de una monta?a de mentiras. Su ejemplo me pareci? una especie de caso definitivo de lucha contra la post verdad y las 'fake new's.
P. ?Quién fue Rudi Vrba (o Walter Rosenberg)?R. Rudolf Vrba fue un hombre extraordinario que naci? como Walter Rosenberg (se cambi? el nombre tras su fuga) hace casi 100 a?os, en 1924. Creci? en Eslovaquia y fue un ni?o muy inteligente con un don para los idiomas y para la ciencia. Pero lo principal que lo distingui? fue que cuando, como jud?o, se le exigi? que se presentara en una fecha determinada para ser deportado al este, simplemente se neg? a hacerlo. Encontr? la orden, seg?n sus palabras, "est?pida". Y as? comenz? la primera de lo que ser?a una larga serie de fugas. Por eso llamé al libro 'El maestro de la fuga', porque él fue un escapista en serie a lo largo de su vida, neg?ndose a cumplir con cualquier mandato que restringiera su libertad o amenazara su vida. Tras ser detenido e internado en Auschwitz, Rudi se da cuenta de lo que es ese lugar realmente. Y planea algo descabellado: huir del campo para informar al mundo de lo que estaba ocurriendo ah? para que las potencias extranjeras actuasen y los jud?os se sublevasen. Es uno de esos casos que escapan un poco a la raz?n.
P. ?De d?nde sac? la fuerza para intentar algo as??R. Creo que, primero, ten?a el impulso de ser libre, algo que marc? a Rudi desde el principio. Incluso de ni?o, era alguien que anhelaba ser libre. Y eso le hizo rechazar cualquier instrucci?n bajo cualquier régimen, en cualquier pa?s, que restringiera su libertad. Pero adem?s de eso ten?a la intuici?n de que una de las armas m?s importantes de los nazis era el enga?o. Les mintieron a sus v?ctimas para que subieran de una manera tranquila y ordenada a los trenes que les llevar?an a la muerte. Cre?an que estaban comenzando una nueva vida en el este, porque eso era lo que les hab?an dicho. Y ese orden y calma fue esencial para los nazis y su método de asesinato en masa. Su cadena de montaje de la muerte no pod?a funcionar sin él. Rudi se dio cuenta de que la ?nica forma en que podr?a arrojar arena a los engranajes de esa m?quina de matar era rompiendo ese enga?o y acabando con la ignorancia de los jud?os de Europa, para que por fin supieran su destino. As? que creo que tanto su perspicacia como su edad jugaron un gran papel, junto con el puro valor f?sico y el tremendo ingenio. Por no hablar de su asombrosa memoria, que le permit?a almacenar los datos de la muerte en su cabeza.
P. Tras escapar de una forma incre?ble que cuenta muy bien en el libro, Vrba y su compa?ero de fuga, Alfred Wetzler, redactan un informe para denunciar el holocausto nazi. ?Bajo qué condiciones lo hicieron?R. Llegaron a la peque?a comunidad jud?a de Eslovaquia, los que quedaban, y en el s?tano de un hogar de ancianos jud?os en la ciudad de Zilina dictaron todos los hechos de los que hab?an sido testigos a los l?deres jud?os. Sali? un informe de 32 p?ginas.
P. ?C?mo empezaron a moverlo en una época en que no exist?an las redes sociales? Hoy es casi inconcebible que no produjera una conmoci?n internacional.R. El informe no se pod?a enviar con solo pulsar un bot?n, como se har?a hoy. Cada copia ten?a que ser mecanografiada a mano y luego pasar de contrabando a través de la Europa ocupada por los nazis, lo que era toda una haza?a. Fue pasado en secreto, de mano en mano y a través de las fronteras, por activistas de la resistencia y diplom?ticos, hasta que finalmente lleg? a los escritorios de Churchill en Londres, Roosevelt en Washington y el Papa en Roma.
P. Hay un cap?tulo muy oscuro en esta historia que involucra a jud?os que conoc?an el informe (como el caso del dirigente jud?o Kasztner en Hungr?a) y prefirieron salvar a una élite que alertar a la mayor?a, lo que llev? a la deportaci?n masiva y el asesinato de miles de personas. ?C?mo pudo pasar algo as??R. Parte de la explicaci?n es simple incredulidad. Hab?a colegas de Kasztner en Budapest que simplemente no pod?an creer lo que les dec?an: asumieron que el informe era, como dijo uno, el producto de la imaginaci?n febril de dos j?venes impetuosos. Pero también se dice que Kasztner ten?a otras razones para no publicar el informe. Algunas personas dicen que no transmiti? el informe porque no quer?a poner en peligro las negociaciones en las que estaba involucrado personalmente con los propios nazis, con el objetivo de salvar a los jud?os de Hungr?a. Otros dicen que esas conversaciones, con Adolf Eichmann y otros, ten?an un objetivo diferente: no salvar a los jud?os de Hungr?a, sino salvar a una peque?a fracci?n de esa comunidad. Al final, Kasztner salv? a 1684 jud?os que fueron puestos en un tren que los llev? a un lugar seguro. Muchos de ellos eran amigos y parientes suyos. Sus cr?ticos creen que el precio que los nazis sacaron de Kasztner por esas vidas fue su silencio, de ah? su negativa a publicar el informe escrito por Fred y Rudi. Si ese es el caso, entonces habr?a salvado 1684 vidas a expensas de las vidas de los 437.000 jud?os h?ngaros que fueron enviados a las c?maras de gas en solo 56 d?as.
P. Quiz?s lo m?s impactante de toda esta historia es que cuando el informe llega a personas realmente importantes, no pasa nada.R. Creo que hubo m?ltiples razones por las que los Aliados, por ejemplo, no intentaron bombardear las v?as del tren que iban hacia los campos de exterminio nazis, que fue lo que solicitaron los l?deres jud?os cuando hicieron circular el informe de Fred y Rudi. Una objeci?n era pr?ctica. La fuerza aérea tanto en Londres como en Washington decidi? que habr?a sido una "distracci?n" de su esfuerzo de guerra. Y estaban convencidos de que la mejor manera de ayudar a los jud?os era derrotar a Adolf Hitler. También hab?a un cierto grado de prejuicios. En parte, eso significaba que no siempre se cre?an los informes jud?os sobre asesinatos en la Europa nazi. Se pensaba que los jud?os exageraban. También sucedi? que, tanto en Londres como en Washington, los pol?ticos se mostraron reacios a que su pa?s pensara que estaban peleando la guerra por el bien de los jud?os. Los l?deres se preocuparon de que hubiera una reacci?n violenta contra la guerra si la gente pensaba que era para salvar vidas jud?as.
P. Dice que Rudi Vrba deber?a ser uno de los héroes del Holocausto a la altura de Ana Frank o Primo Levi. ?Por qué no lo est??R. Gracias al informe Vrba-Wetzler y la serie de movimientos diplom?ticos que puso en marcha, finalmente se salvaron 200.000 vidas jud?as en Budapest. ?Por qué no est? clasificado junto a esas figuras? Creo que en parte porque Rudi fue un testigo inc?modo. Incluso ahora que los supervivientes del holocausto son muy, muy viejos, esperamos que de alguna manera nos consuelen, que nos digan que, al final, los seres humanos somos buenos. Pero Rudi se neg? a hacer eso. ?l se?al? con su dedo acusador a todos aquellos que no hab?an transmitido o actuado de acuerdo con el informe que él y Fred hab?an sacado de contrabando de Auschwitz. Como una vez le dijo a un productor de televisi?n de la BBC: "No soy el cliché sobreviviente del Holocausto". Y el resultado fue que la gente no lo invit? a las plataformas que podr?an haberlo hecho famoso. Dicho de otra manera, estaba contando una historia que no era c?moda de escuchar: la gente quer?a que le dijeran que todos los que no estaban del lado de los nazis eran héroes, que los Aliados (Estados Unidos y el Reino Unido, as? como los jud?os l?deres en Hungr?a) se comportaron perfectamente. Y Rudi insisti? toda su vida en decir que la historia no era tan simple como eso.
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