Reem
03-14-2023, 03:41 PM
La mujer hallada muerta el domingo por la ma?ana en su domicilio de Oviedo, en la calle Amsterdam, en el barrio de Teatinos, muri? de una paliza. Ten?a el cuello y varias costillas rotas, seg?n ha podido confirmar este peri?dico. Dos d?as después de que apareciera su cuerpo sin vida en la ba?era de su casa, la Polic?a avanza, con cautela y ciertas reservas, en el contexto en el que se pudo haber producido el crimen. Se ha confirmado que la mujer ejerc?a la prostituci?n, que también se anunciaba como masajista, y que adem?s de su colecci?n de pelucas, una veintena, expuestas por el piso, hab?a también diversos juguetes sexuales.
La investigaci?n, desde que apareci? el cad?ver el domingo por la ma?ana después de que su madre, que estaba en ese momento en Benicarl?, diera la voz de alarma al llevar varios d?as sin lograr localizar a su hija, ha dado varios quiebros. Durante los primeros momentos, la posici?n en que fue hallada apunt? a un accidente doméstico, a que se pudiera haber desnucado en el ba?o. También se lleg? a manejar la hip?tesis de un suicidio y, cuando se corrobor? la ocupaci?n de la v?ctima, los investigadores también pensaron que pod?a haber sido un cliente al que "se le hab?a ido la mano". Fuera o no una persona que hab?a contratado sus servicios, la autopsia parece haber dejado claro por ahora que la muerte no tuvo que ver con una actividad sexual sino con una brutal paliza: ten?a el cuello roto y también varias costillas.
Tania Coinac, de 44 a?os y nacionalidad moldava, no cuadraba, sin embargo, en el perfil con el que ahora se le identifica en la investigaci?n. En la peluquer?a del barrio a la que acud?a desde hac?a unos meses a comprar pelucas (lo hac?a de forma compulsiva, siempre del mismo tipo) dejaba entrever que trabajaba en una residencia de ancianos de la zona norte de Oviedo. Este negocio es uno de los pocos donde conoc?an a Tatiana, a la que sus vecinos describen como una persona amable y reservada, y que, aunque se dejaba ver pocas veces por el barrio, por las noches sol?a bajar a pasear con su gato persa alrededor de la manzana.
La describen como una mujer normal y también desconfiada, pero nada en ella apuntaba a una doble vida.*El piso donde viv?a era de su propiedad y no se le conoc?an amistades, aunque a veces, contaba en la peluquer?a, sal?a por la noche. Por Gij?n. Pero no le gustaba demasiado. La normalidad de Tatiana, una mujer delgada y sin un f?sico llamativo, solo albergaba una rareza.*Ten?a una obsesi?n casi enfermiza con las pelucas, que fue lo que le llev? al negocio del barrio cuando empezaron a trabajar ese material. Pero no cualquier peluca. Para desesperaci?n de las trabajadoras del sal?n, no hab?a forma de venderle modelos distintos. Siempre ten?an que ser pelucas rubias, un rubio discreto. Su fijaci?n llegaba al punto de que cuando llegaba un modelo nuevo de esas caracter?sticas, nada m?s verlo en el escaparate acud?a corriendo a comprarlo.*Lleg? a hacerse con cuatro en un solo mes, y en el establecimiento, por cuidar a la clienta y temiendo una adicci?n un poco enfermiza, incluso le escond?an las novedades.
Tatiana Coinac ten?a sus cosas para el pelo. No quer?a que se lo tocasen y*hace pocos meses pidi? que la raparan. Dec?a que con la peluca le daba mucho calor. ?Para qué quer?a tantas pelucas y tan parecidas? "Son mis ni?as, las tengo todas ah? puestas en casa", re?a divertida. La obsesi?n con las melenas postizas no parec?a agradar a su familia. Aquella ?ltima que compr? el 19 de febrero, la que precisamente le hab?an ocultado al fondo de la tienda pero que ella descubri? mirando a través del escaparate, pidi? que se la metieran en una bolsa un poco tapada. "Que si ve mi madre que me compré otra me monta un pollo", se excusaba sin apenas acento del Este.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/mujer-hallada-vida-piso-oviedo-84639646)
La investigaci?n, desde que apareci? el cad?ver el domingo por la ma?ana después de que su madre, que estaba en ese momento en Benicarl?, diera la voz de alarma al llevar varios d?as sin lograr localizar a su hija, ha dado varios quiebros. Durante los primeros momentos, la posici?n en que fue hallada apunt? a un accidente doméstico, a que se pudiera haber desnucado en el ba?o. También se lleg? a manejar la hip?tesis de un suicidio y, cuando se corrobor? la ocupaci?n de la v?ctima, los investigadores también pensaron que pod?a haber sido un cliente al que "se le hab?a ido la mano". Fuera o no una persona que hab?a contratado sus servicios, la autopsia parece haber dejado claro por ahora que la muerte no tuvo que ver con una actividad sexual sino con una brutal paliza: ten?a el cuello roto y también varias costillas.
Tania Coinac, de 44 a?os y nacionalidad moldava, no cuadraba, sin embargo, en el perfil con el que ahora se le identifica en la investigaci?n. En la peluquer?a del barrio a la que acud?a desde hac?a unos meses a comprar pelucas (lo hac?a de forma compulsiva, siempre del mismo tipo) dejaba entrever que trabajaba en una residencia de ancianos de la zona norte de Oviedo. Este negocio es uno de los pocos donde conoc?an a Tatiana, a la que sus vecinos describen como una persona amable y reservada, y que, aunque se dejaba ver pocas veces por el barrio, por las noches sol?a bajar a pasear con su gato persa alrededor de la manzana.
La describen como una mujer normal y también desconfiada, pero nada en ella apuntaba a una doble vida.*El piso donde viv?a era de su propiedad y no se le conoc?an amistades, aunque a veces, contaba en la peluquer?a, sal?a por la noche. Por Gij?n. Pero no le gustaba demasiado. La normalidad de Tatiana, una mujer delgada y sin un f?sico llamativo, solo albergaba una rareza.*Ten?a una obsesi?n casi enfermiza con las pelucas, que fue lo que le llev? al negocio del barrio cuando empezaron a trabajar ese material. Pero no cualquier peluca. Para desesperaci?n de las trabajadoras del sal?n, no hab?a forma de venderle modelos distintos. Siempre ten?an que ser pelucas rubias, un rubio discreto. Su fijaci?n llegaba al punto de que cuando llegaba un modelo nuevo de esas caracter?sticas, nada m?s verlo en el escaparate acud?a corriendo a comprarlo.*Lleg? a hacerse con cuatro en un solo mes, y en el establecimiento, por cuidar a la clienta y temiendo una adicci?n un poco enfermiza, incluso le escond?an las novedades.
Tatiana Coinac ten?a sus cosas para el pelo. No quer?a que se lo tocasen y*hace pocos meses pidi? que la raparan. Dec?a que con la peluca le daba mucho calor. ?Para qué quer?a tantas pelucas y tan parecidas? "Son mis ni?as, las tengo todas ah? puestas en casa", re?a divertida. La obsesi?n con las melenas postizas no parec?a agradar a su familia. Aquella ?ltima que compr? el 19 de febrero, la que precisamente le hab?an ocultado al fondo de la tienda pero que ella descubri? mirando a través del escaparate, pidi? que se la metieran en una bolsa un poco tapada. "Que si ve mi madre que me compré otra me monta un pollo", se excusaba sin apenas acento del Este.
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