Reem
03-12-2023, 04:07 PM
La Fiscal?a pide penas que suman m?s de 15 a?os de prisi?n para el sargento acusado de agredir sexualmente y acosar a una agente de la Guardia Civil cuando ambos estaban destinados en el puesto de Molina de Segura (Murcia) y él era su superior. La acusaci?n particular va m?s all? y pide para el procesado penas que suman 22 a?os de prisi?n. Los hechos que ahora llegan a juicio (comenzar? el 16 de mayo, en el Tribunal Militar Territorial Primero, y se prevén ocho d?as de sesiones) habr?an acontecido de 2011 a 2015.
La Asociaci?n Unificada de Guardias Civiles (AUGC) apoy? y asesor? en todo momento a la v?ctima e hizo p?blico el caso en rueda de prensa en 2016, a?o en el que el entonces director general del Cuerpo Arsenio Fern?ndez de Mesa, suspendi? de funciones y ces? de su destino al procesado.
«Puta, te voy a hundir la vida, vas a sacar ese culo de esa silla», espet?, en una ocasi?n, el sargento a su subordinada, seg?n se lee en el documento de conclusiones provisionales del fiscal al Tribunal Militar Territorial, al que ha tenido acceso este peri?dico. Aquel d?a, ella acab? en Urgencias. No era la primera vez. Era diciembre de 2013 y, seg?n relata, llevar?a ya dos a?os sufriendo vejaciones por parte del mando.
Apunta el escrito del fiscal que la v?ctima, la cual formaba parte de la oficina especializada en violencia de género en el Instituto Armado, sufri? «tocamientos, amenazas, actos de acoso laboral y sexual y accesos carnales no consentidos continuos, y tan numerosos que no ha podido determinarse exactamente su n?mero».
"Sin jueguecitos"
Habitualmente, el modus operandi del mando consist?a en que segu?a a la mujer hasta su domicilio y la forzaba sexualmente. De hecho, cuando ella cambiaba la ruta para evitar que su superior fuese detr?s, él le gritaba que se fuera a su casa «derecha» y «sin jueguecitos». También la violaba en los vestuarios del mismo puesto, a los que la obligaba a subir con amenazas. Incluso la oblig? a abortar de un hijo suyo.
ambién precisa el fiscal que el individuo decidi? patrullar de noche los viernes, en concreto de diez de la noche a seis de la ma?ana, y que en horas intempestivas se presentaba en casa de la mujer. Le reventaba el telefonillo, ella le ped?a que se fuese, que iba a despertar a su hijo (que ten?a 11 a?os entonces) y a sus vecinos. Al final, cuando ella le abr?a la puerta, el sargento la violaba. Tras hacerlo, r?pidamente se largaba, y ella se quedaba destrozada, llorando y tirada en el suelo.
Estaba tan agobiada que busc? la forma de desconectar el telefonillo y que dejase de sonar, por mucho que el sujeto llamase y llamase. Al principio, lo envolv?a con trapos de cocina, para silenciar el sonido, hasta que aprendi? a desconectarlo. Lleg? a grabarlo, pero dej? de hacerlo por la dificultad que entra?aba.
El mando también mandaba numerosos correos electr?nicos a su subordinada. Mensajes a lo que ella generalmente no contestaba, salvo para pedirle que la dejase en paz, lo cual enfurec?a al hombre e incrementaba el acoso. De hecho, refleja el fiscal en su escrito, constan m?s de medio centenar de llamadas telef?nicas al d?a del sargento a la agente. Llamadas y mensajes de texto al m?vil, con frases como «eres una marrana», «eres una puta» o «est?s follando con otro».
Detalla el fiscal que una vez, en abril de 2013, la oblig? a ir de patrulla con él, pero, en vez de trabajar, el mando, que iba al volante, condujo hasta un descampado, par?, se desabroch? el pantal?n, agarr? a su subordinada por la cabeza e intent? obligarla a que le practicase una felaci?n. Como ella se resisti?, el hombre le golpe? la cabeza con el volante y la mordi? en el cuello. Ella comenz? a llorar y él la llev? al cuartel.
Al rato, prosigue el escrito, el sargento entr? en el despacho de la agente y arroj? sobre su mesa un pa?uelo con restos de semen, al grito de «mira lo que te has perdido, marrana».
Vergüenza y miedo
Pocos d?as después de aquello, la teniente comandante del puesto se percat? de que algo pasaba y pregunt? a la v?ctima, la cual cont? solo el episodio del descampado. La teniente, ante la gravedad de los hechos, fue con la agente a la Comandancia de Murcia, a hablar con un capit?n, pero la v?ctima, llorando y muy nerviosa, neg? lo acontecido. D?as m?s tarde, se disculp? ante la teniente: dijo que fue incapaz de denunciar por vergüenza, miedo y agobio.
Las agresiones continuaron y se prolongaron en el tiempo, y la situaci?n afect? al trabajo de la mujer, hasta el punto de que en la Comandancia se recibieron quejas sobre el funcionamiento de la Oficina de Violencia de Género de Molina. Tantas, que la agente fue cesada. Entonces, detalla el fiscal, el sargento se dirigi? a ella y le dijo: «Te jodes, puta, todo llega».
La v?ctima acudi? por primera vez al psiquiatra en marzo de 2015. En enero del 2016, se present? la denuncia. Ahora, 2023, el sargento ser? juzgado por agresi?n sexual.
"Te voy a hundir la vida"
Uno de los episodios m?s s?rdidos, que reflejan tanto la Fiscal?a como la acusaci?n particular en sus escritos, aconteci? en julio de 2012, cuando la v?ctima tuvo conocimiento de que estaba embarazada. Y se lo comunic? al sargento, que era el padre. «Saca eso de ah?, no me vas a joder la vida, entérate bien», exigi? a la agente, a la que forz? a que abortara y también le exigi? que le mostrara la factura de la cl?nica.
La agente quer?a tener al bebé, por convicciones morales y religiosas, pero él lleg? a golpearla en la barriga. «Déjate de llantos y saca eso de ah? o te vas a enterar», le insist?a. Y m?s cosas: «Te voy a hundir la vida», le dec?a.
También hac?a amago de empujarla, en el cuartel, y le soltaba cosas como «ten cuidado, que te puedes caer». Levantaba el dedo a modo de amenaza.
Quince d?as después de saber que estaba en estado, la mujer, destrozada, acudi? a una cl?nica de planificaci?n familiar, donde le practicaron la interrupci?n voluntaria del embarazo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/piden-15-anos-sargento-guardia-84524218)
La Asociaci?n Unificada de Guardias Civiles (AUGC) apoy? y asesor? en todo momento a la v?ctima e hizo p?blico el caso en rueda de prensa en 2016, a?o en el que el entonces director general del Cuerpo Arsenio Fern?ndez de Mesa, suspendi? de funciones y ces? de su destino al procesado.
«Puta, te voy a hundir la vida, vas a sacar ese culo de esa silla», espet?, en una ocasi?n, el sargento a su subordinada, seg?n se lee en el documento de conclusiones provisionales del fiscal al Tribunal Militar Territorial, al que ha tenido acceso este peri?dico. Aquel d?a, ella acab? en Urgencias. No era la primera vez. Era diciembre de 2013 y, seg?n relata, llevar?a ya dos a?os sufriendo vejaciones por parte del mando.
Apunta el escrito del fiscal que la v?ctima, la cual formaba parte de la oficina especializada en violencia de género en el Instituto Armado, sufri? «tocamientos, amenazas, actos de acoso laboral y sexual y accesos carnales no consentidos continuos, y tan numerosos que no ha podido determinarse exactamente su n?mero».
"Sin jueguecitos"
Habitualmente, el modus operandi del mando consist?a en que segu?a a la mujer hasta su domicilio y la forzaba sexualmente. De hecho, cuando ella cambiaba la ruta para evitar que su superior fuese detr?s, él le gritaba que se fuera a su casa «derecha» y «sin jueguecitos». También la violaba en los vestuarios del mismo puesto, a los que la obligaba a subir con amenazas. Incluso la oblig? a abortar de un hijo suyo.
ambién precisa el fiscal que el individuo decidi? patrullar de noche los viernes, en concreto de diez de la noche a seis de la ma?ana, y que en horas intempestivas se presentaba en casa de la mujer. Le reventaba el telefonillo, ella le ped?a que se fuese, que iba a despertar a su hijo (que ten?a 11 a?os entonces) y a sus vecinos. Al final, cuando ella le abr?a la puerta, el sargento la violaba. Tras hacerlo, r?pidamente se largaba, y ella se quedaba destrozada, llorando y tirada en el suelo.
Estaba tan agobiada que busc? la forma de desconectar el telefonillo y que dejase de sonar, por mucho que el sujeto llamase y llamase. Al principio, lo envolv?a con trapos de cocina, para silenciar el sonido, hasta que aprendi? a desconectarlo. Lleg? a grabarlo, pero dej? de hacerlo por la dificultad que entra?aba.
El mando también mandaba numerosos correos electr?nicos a su subordinada. Mensajes a lo que ella generalmente no contestaba, salvo para pedirle que la dejase en paz, lo cual enfurec?a al hombre e incrementaba el acoso. De hecho, refleja el fiscal en su escrito, constan m?s de medio centenar de llamadas telef?nicas al d?a del sargento a la agente. Llamadas y mensajes de texto al m?vil, con frases como «eres una marrana», «eres una puta» o «est?s follando con otro».
Detalla el fiscal que una vez, en abril de 2013, la oblig? a ir de patrulla con él, pero, en vez de trabajar, el mando, que iba al volante, condujo hasta un descampado, par?, se desabroch? el pantal?n, agarr? a su subordinada por la cabeza e intent? obligarla a que le practicase una felaci?n. Como ella se resisti?, el hombre le golpe? la cabeza con el volante y la mordi? en el cuello. Ella comenz? a llorar y él la llev? al cuartel.
Al rato, prosigue el escrito, el sargento entr? en el despacho de la agente y arroj? sobre su mesa un pa?uelo con restos de semen, al grito de «mira lo que te has perdido, marrana».
Vergüenza y miedo
Pocos d?as después de aquello, la teniente comandante del puesto se percat? de que algo pasaba y pregunt? a la v?ctima, la cual cont? solo el episodio del descampado. La teniente, ante la gravedad de los hechos, fue con la agente a la Comandancia de Murcia, a hablar con un capit?n, pero la v?ctima, llorando y muy nerviosa, neg? lo acontecido. D?as m?s tarde, se disculp? ante la teniente: dijo que fue incapaz de denunciar por vergüenza, miedo y agobio.
Las agresiones continuaron y se prolongaron en el tiempo, y la situaci?n afect? al trabajo de la mujer, hasta el punto de que en la Comandancia se recibieron quejas sobre el funcionamiento de la Oficina de Violencia de Género de Molina. Tantas, que la agente fue cesada. Entonces, detalla el fiscal, el sargento se dirigi? a ella y le dijo: «Te jodes, puta, todo llega».
La v?ctima acudi? por primera vez al psiquiatra en marzo de 2015. En enero del 2016, se present? la denuncia. Ahora, 2023, el sargento ser? juzgado por agresi?n sexual.
"Te voy a hundir la vida"
Uno de los episodios m?s s?rdidos, que reflejan tanto la Fiscal?a como la acusaci?n particular en sus escritos, aconteci? en julio de 2012, cuando la v?ctima tuvo conocimiento de que estaba embarazada. Y se lo comunic? al sargento, que era el padre. «Saca eso de ah?, no me vas a joder la vida, entérate bien», exigi? a la agente, a la que forz? a que abortara y también le exigi? que le mostrara la factura de la cl?nica.
La agente quer?a tener al bebé, por convicciones morales y religiosas, pero él lleg? a golpearla en la barriga. «Déjate de llantos y saca eso de ah? o te vas a enterar», le insist?a. Y m?s cosas: «Te voy a hundir la vida», le dec?a.
También hac?a amago de empujarla, en el cuartel, y le soltaba cosas como «ten cuidado, que te puedes caer». Levantaba el dedo a modo de amenaza.
Quince d?as después de saber que estaba en estado, la mujer, destrozada, acudi? a una cl?nica de planificaci?n familiar, donde le practicaron la interrupci?n voluntaria del embarazo.
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