Reem
03-11-2023, 11:19 AM
Hay una apostura civil, de caballero que va por la calle sin hacerse notar, que distingue a Pedro Casablanc (Casablanca, 1963), uno de los actores m?s importantes de este tiempo, en Espa?a y en Europa. Luego, cuando se sube al escenario, no deja de ser él, pero ya es otro, u otros, como esta vez que sube a las tablas del Teatro Espa?ol para ser, casi al tiempo, Ram?n G?mez de la Serna y don Ram?n Mar?a del Valle Incl?n, en el espect?culo que dirige Xavier Albert? y en el que est? acompa?ado, tan solo, por un pianista, Mario Molina, que junto a la m?sica aporta, en el curso de la representaci?n, un grito: “?Asqueroso!”
El mon?culo est? ah?, es un fetiche. Como si aquel objeto de Ram?n, y los guantes blancos, otro fetiche del gran caricato de la primera mitad del siglo XX, le diera la personalidad que él mismo precisa para ser en escena el bi?grafo de Valle. Con esos objetos en la mano Casablanc se transmuta de pronto en el autor, en el biografiado y, también, en el p?blico, que se divierte oyéndolo cantar o viéndolo bailar como si llevara haciendo el mismo personaje (los mismos personajes) desde hace un siglo.
La gente que estaba en el teatro cuando fuimos a verle hacer de todas esas figuras que est?n en el texto de Ram?n fue entrando a carcajadas en la obra, pero Casablanc los atrajo también a la parte seria que incluye ese libro singular cuya traducci?n teatral dura poco m?s de una hora pero que se queda en la memoria, adem?s, con una pregunta: ?por qué no habr? m?s ocasiones como esta, en la que el autor, el actor y la obra parecen haber nacido juntos?
Sobre su interpretaci?n, y sobre su modo de ver el teatro que hace, hablamos con Casablanc en el hotel Santo Mauro de Madrid. Lleg? vestido de oscuro, con una bolsa en la que llevaba papeles y un mon?culo como el que usa en la representaci?n, y ven?a acompa?ado de su mujer, Sara Ill?n, actriz también. Esta nos cont?, antes de empezar a hablar, que su hijo Unax, de doce a?os, ya se sabe muchos de los papeles que su padre representa, de tanto o?rlos ensayar en casa. El chico ya se sabe la vida de su padre por cada uno de los personajes que ha representado, y hasta en otros idiomas lo imita cuando son otras lenguas las que haya tenido que usar en sus diversas caracterizaciones. Por esa coincidencia empezamos la conversaci?n, que aqu? queda transcrita como fue, desde que empez? hasta que nos despedimos.
P. ?Quién es usted ahora mismo? No s?lo en la escena, sino también como ciudadano.
R. No puedo decir que sea una persona normal. Porque normal ya entra dentro de lo incorrecto. Yo creo que soy un padre de familia, un marido, un se?or burgués que echa de menos su casa y su ambiente familiar, al que le gusta su trabajo, al que le gusta que se le reconozca por lo que hace en escena, al que no le gusta exhibir su intimidad, al que le gusta refugiarse en los libros, en mis quehaceres familiares y… bastante tengo con eso.
P. De los personajes de ficci?n con los que han convivido y que ahora le recuerda su hijo… ?cu?l le ha ayudado m?s a comprender lo que ocurre en esta vida?R. Muchos. Con muchos he convivido y mi familia también, porque ellos tienen que aguantarme cuando estoy en el proceso de creaci?n o de ensayo. Afortunadamente mi compa?era de vida es mi c?mplice, porque también es actriz, y me ayuda… Ahora que estoy leyendo sobre Valle Incl?n y sobre G?mez de la Serna, en casa soy un poco Valle Incl?n y un poco G?mez de la Serna porque estoy repasando constantemente el texto que estoy representando en el Teatro Espa?ol. Mi hijo me escucha y creo que ya se sabe La tar?ntula, jajajaja …[que él canta en varios episodios de la representaci?n]. Cuando hice una pel?cula que se llama Vida privada, de Josep Mar?a de Sagarra, mi hijo era muy peque?o, pero lleg? a aprenderse mi texto y también lo que dec?a en catal?n. Luego, claro, algunos personajes se quedan conmigo. Valle Incl?n, por ejemplo. En el a?o 89 hice El afilador, luego hice Tirano Banderas, después las Comedias B?rbaras… As? que Valle Incl?n est? muy metido en mi vida y mi manera de comprender el arte, la poes?a y la literatura.
A m? no me gusta hacer m?scaras, me gusta captar la esencia del personaje y as? mezclo su esencia con la m?a. Yo no soy un actor que se quiere en escena, intento ocultarme, pero… siempre salgo"
P. ?Y qué tiene usted de Valle Incl?n y de G?mez de la Serna? ?Qué le aporta a los personajes?R. Mucho. Porque uno ya tiene una edad en la que no puede renunciar a lo suyo. Supongo que ahora tendr?n mucho de m? esos personajes. Es que el material con el que uno trabaja es su cuerpo, su voz, su alma… Y as? uno no se esconde detr?s de una m?scara. A m? no me gusta hacer m?scaras, me gusta captar la esencia del personaje y as? mezclo su esencia con la m?a. Yo no soy un actor que se quiere en escena, intento ocultarme, pero… siempre salgo [risas].
P. ?Qué es lo que le ha afirmado como actor y como individuo?R. Como actor, la experiencia. Afortunadamente yo no he dejado de trabajar, siempre he tenido muchos proyectos, con profesionales muy valorados que me han ense?ado mucho. Y como persona… La verdad es que soy una persona muy vac?a, un vaso vac?o que hay que llenar del contenido del personaje o de la obra que est?s haciendo, como dec?a Vittorio Gassman. No sé si eso me ha ayudado a ser mejor actor. Tal vez.
En la obra hay humanidad y hay interés por la cultura en ese reducto de seres que salen a escena, y que hoy se echa de menos. Ahora las tertulias que hac?a esta gente se han reducido a una rueda de prensa y ya, ?no? ?Qué envidia de ese tiempo!"
P. En esta obra narra un episodio de entreguerras, que era dif?cil de vivir y ahora puede ser dif?cil de interpretar. Cuando ley? el texto, ?qué sinti??R. Es un episodio complicado, en efecto, pero lo que vivimos ahora… también es complicado, eh. Lo que pasa es que en el episodio de la obra hay humanidad y hay interés por la cultura en ese reducto de seres que salen a escena, y que hoy se echa de menos. Ahora las tertulias que hac?a esta gente se han reducido a una rueda de prensa y ya, ?no? ?Qué envidia de ese tiempo! Yo tuve una abuela que era maestra nacional, que era de Granada y le?a a Lorca, y fue ella quien me introdujo al mundo de la cultura, pero… hoy ya no es lo mismo. No veo en la gente tanto interés por la cultura.
P. Los dos personajes no evitan que sea usted mismo en ambos…R. Es verdad, te lo he dicho antes. Yo he tenido una madre muy emocional y un padre muy racional y est?n mezcladas esas dos cosas en m?. Lo de mi madre era tan volc?nico que por alg?n sitio tiene que salir. Y lo de mi padre me hace detener las riendas. Uno no debe abrirse en canal, el p?blico debe venir a ti. No hay que atosigar, pero… ?no sé por qué estoy hablando de esto!
P. Porque quiero preguntarle c?mo prepar? la identidad de los dos personajes que usted mismo hace.
R. Preparé a los personajes con mucha ilusi?n porque yo ya los conoc?a. También con expectaci?n, porque iba a hacer en escena algo que nunca hab?a hecho: cantar. Pero me gust? la idea de tener que cantar, eh. El personaje de G?mez de la Serna te da una libertad creativa tremenda y me pareci? que ten?a la oportunidad de hacerle un homenaje. ?l ten?a esp?ritu de actor y de histri?n y, al mismo tiempo, era un gran literato. Representar a Valle Incl?n sin caricaturizarlo me pareci? un buen reto, la verdad. Porque hab?a que intentar no ponerse una m?scara, sino sacar el alma del personaje.
P. ?Y c?mo se saca un alma ajena?R. Eso se hace cada d?a sobre el escenario. Sobre la marcha. No lo debes pensar, debes hacerlo. Te imaginas c?mo es el personaje, echas mano de tu imaginaci?n, filtras eso a través de las emociones y luego surge dentro de ti el alma del personaje y la necesidad de proyectarla. Valle Incl?n, por ejemplo, tiene cierta altivez. T? piensas eso y as?, simplemente con pensarlo, sale. Pero eso no tiene que ver tanto con los ensayos, eso lo haces todos los d?as sobre el escenario.
P. ?Qué siente cuando el p?blico le aplaude?R. Mucha satisfacci?n. Lo agradezco desde el esp?ritu y desde el alma.
P. Usted est? interpretando también una época, no s?lo a los personajes.R. S?. Eso te lo da el mismo teatro. El Espa?ol es un teatro por donde han pasado el propio Valle Incl?n, Lorca, Echegaray… Entonces, esa empat?a con el sitio te ayuda mucho. As? que me subo al escenario e intento recuperar esa energ?a que dejaron todos estos por ah?.
P. ?Y esta época de hoy qué le inspira?R. Pues, no mucha alegr?a. No me quiero poner pesimista, pero… Mira: cuando Espa?a gan? el Mundial yo también estaba haciendo una obra aqu? y sal? del teatro y vi a unos energ?menos en la estatua de Lorca poniendo banderas espa?olas en torno al cuello del poeta. Casi me da un infarto. ?Qué nostalgia del pasado! Esta época es mejor, tenemos m?s avances en muchos aspectos, sin duda, pero alrededor ves el mundo tan de pl?stico, tan de consumo que… dices: ?qué deshumanizaci?n!
Coincido con estos personajes en esa ligereza que ten?an, ese olimpismo de ver las cosas fuera del tiempo y del espacio, ese contemplar con una cierta mirada ir?nica, divertida y ligera"P. ?C?mo ha interpretado la actitud de estos dos personajes que ahora se juntan con usted en el Espa?ol?R. Coincido con ellos en esa ligereza que ten?an, ese olimpismo de ver las cosas fuera del tiempo y del espacio, ese contemplar con una cierta mirada ir?nica, divertida y ligera. Por eso me ha sido relativamente f?cil interpretarlos en escena. Porque los comprendo muy bien.
P. ?Para qué le ha servido a usted el mon?culo?R. Para mirar las cosas con esa ligereza que te he dicho, para ver las cosas con la deformaci?n del cristal, para ver todo con una cierta intenci?n creativa o literaria o teatral.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/pedro-casablanc-actor-vaso-vacio-84474536)
El mon?culo est? ah?, es un fetiche. Como si aquel objeto de Ram?n, y los guantes blancos, otro fetiche del gran caricato de la primera mitad del siglo XX, le diera la personalidad que él mismo precisa para ser en escena el bi?grafo de Valle. Con esos objetos en la mano Casablanc se transmuta de pronto en el autor, en el biografiado y, también, en el p?blico, que se divierte oyéndolo cantar o viéndolo bailar como si llevara haciendo el mismo personaje (los mismos personajes) desde hace un siglo.
La gente que estaba en el teatro cuando fuimos a verle hacer de todas esas figuras que est?n en el texto de Ram?n fue entrando a carcajadas en la obra, pero Casablanc los atrajo también a la parte seria que incluye ese libro singular cuya traducci?n teatral dura poco m?s de una hora pero que se queda en la memoria, adem?s, con una pregunta: ?por qué no habr? m?s ocasiones como esta, en la que el autor, el actor y la obra parecen haber nacido juntos?
Sobre su interpretaci?n, y sobre su modo de ver el teatro que hace, hablamos con Casablanc en el hotel Santo Mauro de Madrid. Lleg? vestido de oscuro, con una bolsa en la que llevaba papeles y un mon?culo como el que usa en la representaci?n, y ven?a acompa?ado de su mujer, Sara Ill?n, actriz también. Esta nos cont?, antes de empezar a hablar, que su hijo Unax, de doce a?os, ya se sabe muchos de los papeles que su padre representa, de tanto o?rlos ensayar en casa. El chico ya se sabe la vida de su padre por cada uno de los personajes que ha representado, y hasta en otros idiomas lo imita cuando son otras lenguas las que haya tenido que usar en sus diversas caracterizaciones. Por esa coincidencia empezamos la conversaci?n, que aqu? queda transcrita como fue, desde que empez? hasta que nos despedimos.
P. ?Quién es usted ahora mismo? No s?lo en la escena, sino también como ciudadano.
R. No puedo decir que sea una persona normal. Porque normal ya entra dentro de lo incorrecto. Yo creo que soy un padre de familia, un marido, un se?or burgués que echa de menos su casa y su ambiente familiar, al que le gusta su trabajo, al que le gusta que se le reconozca por lo que hace en escena, al que no le gusta exhibir su intimidad, al que le gusta refugiarse en los libros, en mis quehaceres familiares y… bastante tengo con eso.
P. De los personajes de ficci?n con los que han convivido y que ahora le recuerda su hijo… ?cu?l le ha ayudado m?s a comprender lo que ocurre en esta vida?R. Muchos. Con muchos he convivido y mi familia también, porque ellos tienen que aguantarme cuando estoy en el proceso de creaci?n o de ensayo. Afortunadamente mi compa?era de vida es mi c?mplice, porque también es actriz, y me ayuda… Ahora que estoy leyendo sobre Valle Incl?n y sobre G?mez de la Serna, en casa soy un poco Valle Incl?n y un poco G?mez de la Serna porque estoy repasando constantemente el texto que estoy representando en el Teatro Espa?ol. Mi hijo me escucha y creo que ya se sabe La tar?ntula, jajajaja …[que él canta en varios episodios de la representaci?n]. Cuando hice una pel?cula que se llama Vida privada, de Josep Mar?a de Sagarra, mi hijo era muy peque?o, pero lleg? a aprenderse mi texto y también lo que dec?a en catal?n. Luego, claro, algunos personajes se quedan conmigo. Valle Incl?n, por ejemplo. En el a?o 89 hice El afilador, luego hice Tirano Banderas, después las Comedias B?rbaras… As? que Valle Incl?n est? muy metido en mi vida y mi manera de comprender el arte, la poes?a y la literatura.
A m? no me gusta hacer m?scaras, me gusta captar la esencia del personaje y as? mezclo su esencia con la m?a. Yo no soy un actor que se quiere en escena, intento ocultarme, pero… siempre salgo"
P. ?Y qué tiene usted de Valle Incl?n y de G?mez de la Serna? ?Qué le aporta a los personajes?R. Mucho. Porque uno ya tiene una edad en la que no puede renunciar a lo suyo. Supongo que ahora tendr?n mucho de m? esos personajes. Es que el material con el que uno trabaja es su cuerpo, su voz, su alma… Y as? uno no se esconde detr?s de una m?scara. A m? no me gusta hacer m?scaras, me gusta captar la esencia del personaje y as? mezclo su esencia con la m?a. Yo no soy un actor que se quiere en escena, intento ocultarme, pero… siempre salgo [risas].
P. ?Qué es lo que le ha afirmado como actor y como individuo?R. Como actor, la experiencia. Afortunadamente yo no he dejado de trabajar, siempre he tenido muchos proyectos, con profesionales muy valorados que me han ense?ado mucho. Y como persona… La verdad es que soy una persona muy vac?a, un vaso vac?o que hay que llenar del contenido del personaje o de la obra que est?s haciendo, como dec?a Vittorio Gassman. No sé si eso me ha ayudado a ser mejor actor. Tal vez.
En la obra hay humanidad y hay interés por la cultura en ese reducto de seres que salen a escena, y que hoy se echa de menos. Ahora las tertulias que hac?a esta gente se han reducido a una rueda de prensa y ya, ?no? ?Qué envidia de ese tiempo!"
P. En esta obra narra un episodio de entreguerras, que era dif?cil de vivir y ahora puede ser dif?cil de interpretar. Cuando ley? el texto, ?qué sinti??R. Es un episodio complicado, en efecto, pero lo que vivimos ahora… también es complicado, eh. Lo que pasa es que en el episodio de la obra hay humanidad y hay interés por la cultura en ese reducto de seres que salen a escena, y que hoy se echa de menos. Ahora las tertulias que hac?a esta gente se han reducido a una rueda de prensa y ya, ?no? ?Qué envidia de ese tiempo! Yo tuve una abuela que era maestra nacional, que era de Granada y le?a a Lorca, y fue ella quien me introdujo al mundo de la cultura, pero… hoy ya no es lo mismo. No veo en la gente tanto interés por la cultura.
P. Los dos personajes no evitan que sea usted mismo en ambos…R. Es verdad, te lo he dicho antes. Yo he tenido una madre muy emocional y un padre muy racional y est?n mezcladas esas dos cosas en m?. Lo de mi madre era tan volc?nico que por alg?n sitio tiene que salir. Y lo de mi padre me hace detener las riendas. Uno no debe abrirse en canal, el p?blico debe venir a ti. No hay que atosigar, pero… ?no sé por qué estoy hablando de esto!
P. Porque quiero preguntarle c?mo prepar? la identidad de los dos personajes que usted mismo hace.
R. Preparé a los personajes con mucha ilusi?n porque yo ya los conoc?a. También con expectaci?n, porque iba a hacer en escena algo que nunca hab?a hecho: cantar. Pero me gust? la idea de tener que cantar, eh. El personaje de G?mez de la Serna te da una libertad creativa tremenda y me pareci? que ten?a la oportunidad de hacerle un homenaje. ?l ten?a esp?ritu de actor y de histri?n y, al mismo tiempo, era un gran literato. Representar a Valle Incl?n sin caricaturizarlo me pareci? un buen reto, la verdad. Porque hab?a que intentar no ponerse una m?scara, sino sacar el alma del personaje.
P. ?Y c?mo se saca un alma ajena?R. Eso se hace cada d?a sobre el escenario. Sobre la marcha. No lo debes pensar, debes hacerlo. Te imaginas c?mo es el personaje, echas mano de tu imaginaci?n, filtras eso a través de las emociones y luego surge dentro de ti el alma del personaje y la necesidad de proyectarla. Valle Incl?n, por ejemplo, tiene cierta altivez. T? piensas eso y as?, simplemente con pensarlo, sale. Pero eso no tiene que ver tanto con los ensayos, eso lo haces todos los d?as sobre el escenario.
P. ?Qué siente cuando el p?blico le aplaude?R. Mucha satisfacci?n. Lo agradezco desde el esp?ritu y desde el alma.
P. Usted est? interpretando también una época, no s?lo a los personajes.R. S?. Eso te lo da el mismo teatro. El Espa?ol es un teatro por donde han pasado el propio Valle Incl?n, Lorca, Echegaray… Entonces, esa empat?a con el sitio te ayuda mucho. As? que me subo al escenario e intento recuperar esa energ?a que dejaron todos estos por ah?.
P. ?Y esta época de hoy qué le inspira?R. Pues, no mucha alegr?a. No me quiero poner pesimista, pero… Mira: cuando Espa?a gan? el Mundial yo también estaba haciendo una obra aqu? y sal? del teatro y vi a unos energ?menos en la estatua de Lorca poniendo banderas espa?olas en torno al cuello del poeta. Casi me da un infarto. ?Qué nostalgia del pasado! Esta época es mejor, tenemos m?s avances en muchos aspectos, sin duda, pero alrededor ves el mundo tan de pl?stico, tan de consumo que… dices: ?qué deshumanizaci?n!
Coincido con estos personajes en esa ligereza que ten?an, ese olimpismo de ver las cosas fuera del tiempo y del espacio, ese contemplar con una cierta mirada ir?nica, divertida y ligera"P. ?C?mo ha interpretado la actitud de estos dos personajes que ahora se juntan con usted en el Espa?ol?R. Coincido con ellos en esa ligereza que ten?an, ese olimpismo de ver las cosas fuera del tiempo y del espacio, ese contemplar con una cierta mirada ir?nica, divertida y ligera. Por eso me ha sido relativamente f?cil interpretarlos en escena. Porque los comprendo muy bien.
P. ?Para qué le ha servido a usted el mon?culo?R. Para mirar las cosas con esa ligereza que te he dicho, para ver las cosas con la deformaci?n del cristal, para ver todo con una cierta intenci?n creativa o literaria o teatral.
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