Reem
03-08-2023, 11:26 AM
Cuando en 1997 entr? en la Legi?n puso una pica en Flandes al convertirse en la primera mujer en ingresar en este cuerpo de la Fuerzas Armadas. En 2003 volvi? a desafiarlos c?nones y consigui? ser pionera como diplomada en el curso para Mandos de Operaciones Especiales de Alicante. No fue f?cil. Primero por superar unas extremas pruebas f?sicas que eran similares para hombres y mujeres -"empezamos 48 y terminamos 18"- y después porque se presion? a s? misma para demostrar que era mejor que sus compa?eros. Empezar a ascender y tener que dar ?rdenes tampoco fue sencillo al principio "porque te ponen en tela de juicio, pero yo tengo mi temperamento".
ERA (nombre ficticio), también deportista de élite, experta en Orientaci?n y participante en olimpiadas militares en Crocia, Corea y China, cruz? la frontera en 2007 y desarroll? una misi?n en Afganist?n donde pudo comprobar de primera mano que lo suyo fue un camino de rosas comparado con la situaci?n que all? viven las mujeres con los talibanes."Veo las im?genes en la tele ahora y la gente se escandaliza, pero es lo mismo que yo vi entonces, no ha cambiado nada".
De esta experiencia, como conocedora de primera mano de la situaci?n de la mujer en Afganist?n, hablar? el pr?ximo jueves (19 horas) esta militar alicantina en el Foro Espacio Séneca (antigua estaci?n de autobuses de Alicante) donde dialogar? con la activista iran? afincada en Alicante Shaghayegh Norouzpour para analizar la situaci?n de la mujer en ambos pa?ses.
"Da tristeza ver qué valor tiene la mujer all?", asegura al recordar un coche con la mujer metida en el maletero y las ovejas en los asientos. "Como mujer sent? mucha tristeza". Sus derechos son constantemente reprimidos. "La mujer siempre lleva burka, no puede salir a la calle sola, siempre con su marido o con alg?n hijo, y siempre detr?s, su misi?n es procrear, cuidar de la casa y de los hijos".
https://www.aglitk.com/clip/6c90cd56-87b6-4e15-8910-21a1c614ff22_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg ERA en una imagen tomada durante su misi?n en Mal?. |
Aunque apunta que en los a?os 50 el burka no era obligatorio, ahora s? lo es. "Distingues si una mujer es joven o mayor por el pie, si es fino y con un zapato de tac?n o si es un pie m?s curtido con zapato c?modo". De hecho, solo vio la cara a mujeres cuando entraba en la zona de las casas donde pueden estar ellas. "Me dejaban pasar a la zona de mujeres porque representaba a una instituci?n, a Naciones Unidas y ten?an mucha necesidad de tocarte, me quer?an lavar el pelo, me peinaban y quer?an que me pusiera sus ropas; de hecho me probé una vez un burka y la sensaci?n es rara, aunque ellas se sienten protegidas de insultos o de que las violen". También le dec?an d?nde no ten?a que ir "porque hab?a peligro".
Un insulto
Lo curioso es que ERA nunca fue obligada a taparse la cabeza. "En una ciudad, los ni?os se me acercaban y me dec?an asustados que me tapara la cabeza, que si no iba a tener problemas". Como entonces llevaba el pelo corto, "en uno de los pueblos donde llegamos el gobernador me pregunt? si era chico o chica; si dec?a que era chico, la gente de seguridad me hablaba, pero si dec?a que era chica no, por respeto, porque consideraban que yo ser?a mujer de otro hombre".
Una compa?era no tuvo esa suerte y en cuanto se puso a jugar un partido de f?tbol la echaron. "La tuvieron que llevar a la base porque lo consideraban un insulto". Sin embargo, afirma, "nunca sent? que me mirasen, para ellos es como una barrera".
Apunta que las ni?as solo van al cole hasta los 8 o 9 a?os, "los suficiente para aprender a cuidar ni?os, a cocinar y a hacer cosas de la casa, algo que les parece lo normal si no conocen otra cosa".
Lo que m?s le marc? fue c?mo pasean a las ni?as "muy arregladas" para que las vean los hombres mayores y elijan con cu?l se casan -"por eso hay tantas viudas j?venes, a las que impiden trabajar"-, y el abuso infantil de ni?os. "Es una realidad no hablada y es brutal, cu?nto m?s imberbes mejor; los ni?os se ofrecen a cambio de dinero y lo han mormalizado tanto que no se ve como un delito".
Rechazo y seguridad
Reconoce que en muchos casos las tropas extranjeras no eran bienvenidas, aunque su objetivo era ayudar a la reconstrucci?n del pa?s. De hecho, la misi?n de ERA como jefa de Navegaci?n se centraba en la seguridad cuando se desplazaban a cualquier poblado."Yo era la que llevaba al equipo a los sitios, detectando si hab?a algun cambio en el camino, que el trayecto fuera seguro, buscaba la ruta, evaluaba itinerarios y luego iba delante controlando alguna posible emboscada".
Esta militar, con numerosas condecoraciones como la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Medalla al Mérito Militar con distintivo blanco o la Medalla Afganist?n, cree que pese a las misiones internacionales "nada ha cambiado". El problema, dice, que marca la diferencia de mentalidad es el tiempo. "Nosotros pensamos en una misi?n, en cu?ndo vamos y cu?ndo volvemos, qué hacemos, pero all? no cambia el tiempo y sab?an que al final las tropas internacionales se iban a ir y ellos iban a seguir igual".
ERA, que ha participado también en misiones en otros pa?ses como Mali y L?bano, asegura que en su trabajo es feliz, aunque tiene hijos y reconoce que la conciliaci?n es dif?cil. De hecho, est? divorciada. "Si yo en mi trabajo soy feliz, esa felicidad la transmito a mi familia, les explico a mis hijos por qué me tengo que ir de misi?n y tienen que entenderlo y respetarlo; de hecho lo admiran y presumen de ello. Miedo claro que tienen a que me pase algo, pero est?n orgullosos".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/da-tristeza-ver-dan-mujeres-84274545)
ERA (nombre ficticio), también deportista de élite, experta en Orientaci?n y participante en olimpiadas militares en Crocia, Corea y China, cruz? la frontera en 2007 y desarroll? una misi?n en Afganist?n donde pudo comprobar de primera mano que lo suyo fue un camino de rosas comparado con la situaci?n que all? viven las mujeres con los talibanes."Veo las im?genes en la tele ahora y la gente se escandaliza, pero es lo mismo que yo vi entonces, no ha cambiado nada".
De esta experiencia, como conocedora de primera mano de la situaci?n de la mujer en Afganist?n, hablar? el pr?ximo jueves (19 horas) esta militar alicantina en el Foro Espacio Séneca (antigua estaci?n de autobuses de Alicante) donde dialogar? con la activista iran? afincada en Alicante Shaghayegh Norouzpour para analizar la situaci?n de la mujer en ambos pa?ses.
"Da tristeza ver qué valor tiene la mujer all?", asegura al recordar un coche con la mujer metida en el maletero y las ovejas en los asientos. "Como mujer sent? mucha tristeza". Sus derechos son constantemente reprimidos. "La mujer siempre lleva burka, no puede salir a la calle sola, siempre con su marido o con alg?n hijo, y siempre detr?s, su misi?n es procrear, cuidar de la casa y de los hijos".
https://www.aglitk.com/clip/6c90cd56-87b6-4e15-8910-21a1c614ff22_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg ERA en una imagen tomada durante su misi?n en Mal?. |
Aunque apunta que en los a?os 50 el burka no era obligatorio, ahora s? lo es. "Distingues si una mujer es joven o mayor por el pie, si es fino y con un zapato de tac?n o si es un pie m?s curtido con zapato c?modo". De hecho, solo vio la cara a mujeres cuando entraba en la zona de las casas donde pueden estar ellas. "Me dejaban pasar a la zona de mujeres porque representaba a una instituci?n, a Naciones Unidas y ten?an mucha necesidad de tocarte, me quer?an lavar el pelo, me peinaban y quer?an que me pusiera sus ropas; de hecho me probé una vez un burka y la sensaci?n es rara, aunque ellas se sienten protegidas de insultos o de que las violen". También le dec?an d?nde no ten?a que ir "porque hab?a peligro".
Un insulto
Lo curioso es que ERA nunca fue obligada a taparse la cabeza. "En una ciudad, los ni?os se me acercaban y me dec?an asustados que me tapara la cabeza, que si no iba a tener problemas". Como entonces llevaba el pelo corto, "en uno de los pueblos donde llegamos el gobernador me pregunt? si era chico o chica; si dec?a que era chico, la gente de seguridad me hablaba, pero si dec?a que era chica no, por respeto, porque consideraban que yo ser?a mujer de otro hombre".
Una compa?era no tuvo esa suerte y en cuanto se puso a jugar un partido de f?tbol la echaron. "La tuvieron que llevar a la base porque lo consideraban un insulto". Sin embargo, afirma, "nunca sent? que me mirasen, para ellos es como una barrera".
Apunta que las ni?as solo van al cole hasta los 8 o 9 a?os, "los suficiente para aprender a cuidar ni?os, a cocinar y a hacer cosas de la casa, algo que les parece lo normal si no conocen otra cosa".
Lo que m?s le marc? fue c?mo pasean a las ni?as "muy arregladas" para que las vean los hombres mayores y elijan con cu?l se casan -"por eso hay tantas viudas j?venes, a las que impiden trabajar"-, y el abuso infantil de ni?os. "Es una realidad no hablada y es brutal, cu?nto m?s imberbes mejor; los ni?os se ofrecen a cambio de dinero y lo han mormalizado tanto que no se ve como un delito".
Rechazo y seguridad
Reconoce que en muchos casos las tropas extranjeras no eran bienvenidas, aunque su objetivo era ayudar a la reconstrucci?n del pa?s. De hecho, la misi?n de ERA como jefa de Navegaci?n se centraba en la seguridad cuando se desplazaban a cualquier poblado."Yo era la que llevaba al equipo a los sitios, detectando si hab?a algun cambio en el camino, que el trayecto fuera seguro, buscaba la ruta, evaluaba itinerarios y luego iba delante controlando alguna posible emboscada".
Esta militar, con numerosas condecoraciones como la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Medalla al Mérito Militar con distintivo blanco o la Medalla Afganist?n, cree que pese a las misiones internacionales "nada ha cambiado". El problema, dice, que marca la diferencia de mentalidad es el tiempo. "Nosotros pensamos en una misi?n, en cu?ndo vamos y cu?ndo volvemos, qué hacemos, pero all? no cambia el tiempo y sab?an que al final las tropas internacionales se iban a ir y ellos iban a seguir igual".
ERA, que ha participado también en misiones en otros pa?ses como Mali y L?bano, asegura que en su trabajo es feliz, aunque tiene hijos y reconoce que la conciliaci?n es dif?cil. De hecho, est? divorciada. "Si yo en mi trabajo soy feliz, esa felicidad la transmito a mi familia, les explico a mis hijos por qué me tengo que ir de misi?n y tienen que entenderlo y respetarlo; de hecho lo admiran y presumen de ello. Miedo claro que tienen a que me pase algo, pero est?n orgullosos".
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