Reem
03-06-2023, 07:30 PM
De "irresponsables" tach? este lunes el presidente de La Izquierda, Martin Schirdewan, las especulaciones sobre una escisi?n de un partido, el suyo, que si tiene esca?os en el Bundestag (Parlamento federal) es gracias a los mandatos directos ganados en un par de distritos del este del pa?s. La situaci?n de La Izquierda, o Die Linke, es casi ag?nica desde las elecciones generales de Alemania de 2021, en que obtuvo un 4,9%. Es decir, por debajo del list?n del 5% m?nimo para obtener esca?os, salvo que se logre tres victorias de distrito, como fue el caso, uno de ellos por parte de su l?der m?s hist?rico, Gregor Gysi.
La estocada final podr?a venir de Sahra Wagenknecht, figura del ala m?s cercana al comunismo, quien el viernes pasado anunci? que no volver? a presentarse a unas elecciones con ese partido. Su renuncia podr?a verse incluso como un alivio para La Izquierda. Es un personaje identificado con la l?nea pro-rusa de la que la c?pula del partido trata de distanciarse. Algunos de sus postulados se acercan a los de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). No solo en lo que respecta a la actual "comprensi?n" hacia el presidente Vlad?mir Putin. También defendi? posicionamientos propios del radicalismo xen?fobo ultra en la crisis humanitaria de 2015, cuando Alemania recibi? cerca de un mill?n de refugiados.
Wagenknecht impuls? en febrero una Marcha por la Paz convocada junto con Alice Schwarzer, icono del feminismo hist?rico alem?n y ahora decantada hacia el ultraconservadurismo. La iniciativa congreg? a decenas de miles de personas ante la Puerta de Brandeburgo, entre ciudadanos "comunes" contrarios a los suministros de armas a Ucrania y algunas banderas pro-rusas. En la marcha se mezclaron varias columnas de ultraderechistas, mientras la c?pula de La Izquierda rechazaba todo v?nculo con la convocatoria.
Se?al de alarma
Wagenknecht, de 53 a?os, y Schwarzer, de 79, no estaban solas ante el escenario. La convocatoria signific? también la reaparici?n p?blica de Oskar Lafontaine, asimismo de 79 a?os y fundador de La Izquierda junto con Gysi en 2005.
Era m?s que una se?al de alarma para el partido. Lafontaine dej? formalmente su militancia en marzo del a?o pasado, unas semanas después del inicio de la invasi?n rusa. Lo hizo en desacuerdo con la l?nea hacia Mosc? del partido. "Al fundar La Izquierda quise ofrecer una alternativa frente a la pol?tica de inseguridad y desequilibrios sociales. La actual Izquierda ha renunciado a esos objetivos", afirm? entonces Lafontaine. Die Linke, la Izquierda, hab?a abandonado los ideales de desarme y pacifismo con que naci?, dijo, al no rechazar con la contundencia debida la l?nea de rearme del canciller Olaf Scholz.
La ruptura con su partido es el segundo desgarro pol?tico protagonizado por Lafontaine. El primero lo provoc? en 1999 con su doble dimisi?n como presidente del Partido Socialdem?crata (SPD) y ministro de Finanzas, unos pocos meses después de llegar al poder Gerhard Schr?der al frente de una coalici?n roji-verde.
Ajuste de cuentas pol?tico
Lafontaine se llev? consigo a la disidencia socialdem?crata en lo que se consider? un ajuste de cuentas pol?tico, pero con cierto componente testoster?nico, entre el centrismo de Schr?der y las esencias m?s izquierdistas del SPD. Acab? fusion?ndose con el post-comunista Partido del Socialismo Democr?tico (PDS) de Gysi, una formaci?n arrinconada por el resto del espectro parlamentario alem?n de entonces y etiquetada de heredera del régimen del muro de Berl?n.
Juntos consolidaron La Izquierda, que poco a poco se gan? puestos como socio de coalici?n del SPD en el este del pa?s, incluida Berl?n, e incluso logr? colocar a uno de los suyos, Bodo Ramelow, al frente del gobierno regional de Turingia, en el este. A Wagenknecht, casada con Lafontaine en 2014, la invit? hace unos d?as a ingresar en la AfD el cabecilla de su ala m?s radical, Bj?rn H?cke, l?der precisamente de Turingia.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/izquierda-alemana-agonia-escision-cercania-84201460)
La estocada final podr?a venir de Sahra Wagenknecht, figura del ala m?s cercana al comunismo, quien el viernes pasado anunci? que no volver? a presentarse a unas elecciones con ese partido. Su renuncia podr?a verse incluso como un alivio para La Izquierda. Es un personaje identificado con la l?nea pro-rusa de la que la c?pula del partido trata de distanciarse. Algunos de sus postulados se acercan a los de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). No solo en lo que respecta a la actual "comprensi?n" hacia el presidente Vlad?mir Putin. También defendi? posicionamientos propios del radicalismo xen?fobo ultra en la crisis humanitaria de 2015, cuando Alemania recibi? cerca de un mill?n de refugiados.
Wagenknecht impuls? en febrero una Marcha por la Paz convocada junto con Alice Schwarzer, icono del feminismo hist?rico alem?n y ahora decantada hacia el ultraconservadurismo. La iniciativa congreg? a decenas de miles de personas ante la Puerta de Brandeburgo, entre ciudadanos "comunes" contrarios a los suministros de armas a Ucrania y algunas banderas pro-rusas. En la marcha se mezclaron varias columnas de ultraderechistas, mientras la c?pula de La Izquierda rechazaba todo v?nculo con la convocatoria.
Se?al de alarma
Wagenknecht, de 53 a?os, y Schwarzer, de 79, no estaban solas ante el escenario. La convocatoria signific? también la reaparici?n p?blica de Oskar Lafontaine, asimismo de 79 a?os y fundador de La Izquierda junto con Gysi en 2005.
Era m?s que una se?al de alarma para el partido. Lafontaine dej? formalmente su militancia en marzo del a?o pasado, unas semanas después del inicio de la invasi?n rusa. Lo hizo en desacuerdo con la l?nea hacia Mosc? del partido. "Al fundar La Izquierda quise ofrecer una alternativa frente a la pol?tica de inseguridad y desequilibrios sociales. La actual Izquierda ha renunciado a esos objetivos", afirm? entonces Lafontaine. Die Linke, la Izquierda, hab?a abandonado los ideales de desarme y pacifismo con que naci?, dijo, al no rechazar con la contundencia debida la l?nea de rearme del canciller Olaf Scholz.
La ruptura con su partido es el segundo desgarro pol?tico protagonizado por Lafontaine. El primero lo provoc? en 1999 con su doble dimisi?n como presidente del Partido Socialdem?crata (SPD) y ministro de Finanzas, unos pocos meses después de llegar al poder Gerhard Schr?der al frente de una coalici?n roji-verde.
Ajuste de cuentas pol?tico
Lafontaine se llev? consigo a la disidencia socialdem?crata en lo que se consider? un ajuste de cuentas pol?tico, pero con cierto componente testoster?nico, entre el centrismo de Schr?der y las esencias m?s izquierdistas del SPD. Acab? fusion?ndose con el post-comunista Partido del Socialismo Democr?tico (PDS) de Gysi, una formaci?n arrinconada por el resto del espectro parlamentario alem?n de entonces y etiquetada de heredera del régimen del muro de Berl?n.
Juntos consolidaron La Izquierda, que poco a poco se gan? puestos como socio de coalici?n del SPD en el este del pa?s, incluida Berl?n, e incluso logr? colocar a uno de los suyos, Bodo Ramelow, al frente del gobierno regional de Turingia, en el este. A Wagenknecht, casada con Lafontaine en 2014, la invit? hace unos d?as a ingresar en la AfD el cabecilla de su ala m?s radical, Bj?rn H?cke, l?der precisamente de Turingia.
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