Reem
03-06-2023, 06:36 AM
Sobre los trolls, incels y dem?s subespecies mis?ginas que se dedican a vomitar su odio hacia las mujeres en foros de internet tendemos a pensar que son unos bichos raros, cuatro gatos. Adolescentes v?rgenes, ermita?os vulnerables, un par de acosadores en el mundo virtual posteando insultos y teor?as de la conspiraci?n contra el feminismo a altas horas de la madrugada desde una triste habitaci?n llena de bolsas vac?as de Cheetos. Pero seg?n Laura Bates, la autora de ‘Los hombres que odian a las mujeres’ (Capit?n Swing, este lunes en librer?as), estamos cometiendo un grave error al infravalorar la amenaza real que supone la manosfera y c?mo su ideolog?a se est? infiltrando en los m?s j?venes.
“Mira a Andrew Tate [actualmente encarcelado en Ruman?a por presuntos delitos de trata de personas y violaci?n], sus v?deos en los que defiende la violaci?n y habla de agarrar por el cuello a las mujeres y las compara con perros contravienen las pol?ticas de TikTok y, sin embargo, tienen m?s de 12.000 millones de visualizaciones. Eso es m?s que el n?mero de personas que habitan el planeta. Y nadie hace nada porque es sumamente lucrativo”, critica. “Es indignante que se estén enriqueciendo con ese odio que afecta cada d?a a millones de personas”.
Un mundo repartido entre ‘alpha fucks’ y ‘beta bucks’
El de Tate no es el ?nico caso. En su ensayo, Bates aporta un surtido abanico de adultos aparentemente funcionales, respetables miembros de su comunidad (representantes pol?ticos, entrenadores de f?tbol infantil con seis hijos) que luego han resultado ser mentes absolutamente degeneradas, violentamente mis?ginas. Los incels -un acr?nimo de ‘célibe involuntario’- han ganado en los ?ltimos cinco a?os una extraordinaria influencia en webs, canales de Youtube, podcasts, foros y chats con millones de usuarios desde los que difunden sus rid?culas teor?as. Seg?n una de las m?s extendidas, el 20% de los hombres (los m?s agraciados) disfrutan del 80% de relaciones sexuales con mujeres. Estas son acusadas de acostarse con hombres atractivos en su juventud hasta que sientan cabeza y se casan con hombres menos guapos a los que en realidad no quieren, con el ?nico prop?sito de que las mantengan.
Una cosmovisi?n de las relaciones sexoafectivas que lleva a dividir la humanidad entre los ‘alpha fucks’ (los alphas folladores) y los ‘beta bucks’ (los betas pagadores) y un sinf?n de subculturas como los ‘heightcels’ (demasiado bajitos), ‘gingercels’ (demasiado pelirrojos), ‘baldcels’ (calvos sin remedio) y un largo subapartado racista como los ‘currycels’, ‘blackcels’, ‘ricecels’ o ‘ethnicels’ para denotar a los hombres negros, asi?ticos o indios que no tienen el éxito que merecen con las mujeres por motivos étnicos.
https://aglitk.com/clip/12f89c69-6883-443f-b4a5-8ceee0cbef2e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La activista Laura Bates. | EPC
La radicalizaci?n de los adolescentes
Un delirio m?ximo que podr?a tomarse a broma si no fuera porque est? calando mucho m?s de lo que se cree, especialmente entre los adolescentes. Bates se dio cuenta hace dos a?os, cuando en las charlas que imparte en colegios e institutos sobre sexismo se empez? a encontrar con ni?os y adolescentes muy familiarizados con las teor?as de la conspiraci?n habituales en la manosfera: que si el feminismo es una caza de brujas, la brecha salarial un mito, las mujeres mienten sobre la violaci?n, los hombres buenos est?n perdiendo sus trabajos y las mujeres no cualificadas est?n tomando el mando. “Existe la idea de que el feminismo ha ido demasiado lejos y todas esas ideas sexistas est?n circulando de una manera muy efectiva. Los padres y los profesores no se dan cuenta de que muchos adolescentes se est?n radicalizando, pero es dif?cil verlo porque como sucede con los terroristas, es un proceso invisible. Me preocupa el impacto a largo plazo de una invasi?n tan generalizada del extremismo”, alerta.
?Por qué nos cuesta tanto se?alar a los hombres que odian a las mujeres? “Existe un miedo atroz a ofender a los hombres, es algo que nos aterroriza. Siempre que se les acusa de algo surge el mismo argumento: no se puede generalizar”, el famoso ‘Not all men’. “En Espa?a, el pasado diciembre una mujer fue asesinada por su pareja o ex pareja cada tres d?as. Est? tan normalizado que nos resulta casi imposible pensar que la violencia contra las mujeres es extrema porque es cotidiana”, se?ala. “En Estados Unidos, el 98% de los que cometen tiroteos masivos son hombres blancos. ?Qué pasar?a si ese 98% tuviera otra caracter?stica definitoria? Estar?amos hablando de ello”, apunta.
?Es la violencia mis?gina una forma de terrorismo?
“Que un grupo esté esparciendo un tipo de violencia contra un grupo demogr?fico espec?fico para infundir miedo es la definici?n internacional de terrorismo, y no lo estamos llamando as?. Pero es exactamente lo que estamos viendo: hechos de violencia de la vida real dise?ados para sembrar el miedo y promover una ideolog?a espec?fica”, denuncia Bates. “Ha habido ataques terroristas mis?ginos como el de Alek Minassian en Toronto que no han sido juzgados como tal. ?l mismo confes? que odiaba a las mujeres, que quer?a castigarlas y el 80% de sus v?ctimas fueron mujeres. Pero la polic?a no lo mencion? en absoluto y no se tuvo en cuenta al procesarle”.
?C?mo pueden las mujeres hacer frente a todo ese odio que reciben en redes? Para Bates, las mujeres no deber?an pagar el precio de la misoginia. “Deber?an ser los mis?ginos quienes pierdan el acceso a las redes sociales. Nunca hablamos de la libertad de expresi?n de quienes son expulsados de esos espacios por abuso o acoso. El debate siempre es completamente unilateral y creo que la respuesta no puede ser ense?ar a las mujeres a mantenerte seguras en internet, la soluci?n tiene que ser evitar que el acoso suceda. Tiene que haber una mayor regulaci?n en las plataformas, m?s sanciones y transparencia. Depende de ellos abordar el problema, pero no lo har?n a menos que se vean obligados”, opina Bates, quien cree que el internet que hoy habitamos es resultado de los algoritmos dise?ados hace tres décadas, en los 90, por hombres.
Sexismo cotidiano
Hace una década, con 24 a?os, Laura Bates fund? el proyecto Everyday Sexism dedicada a recoger ejemplos de sexismo cotidiano. El detonante fue una semana especialmente dura en la que Bates encaden? varios incidentes en Londres: estaba sentada en el autob?s hablando con su madre por teléfono cuando un hombre le toc? la entrepierna sin su consentimiento (“me quejé en voz alta y ning?n pasajero intervino ni hizo contacto visual conmigo”, recuerda), un desconocido se le insinu? agresivamente y la persigui? hasta su casa pese a las reiteradas negativas de Bates y dos trabajadores de la construcci?n hicieron comentarios sobre sus pechos en plena calle, delante suyo, como si ella no estuviera delante.
“Probablemente si no hubiera pasado todo en la misma semana habr?a seguido pensando que esas cosas nos suceden a las mujeres y forman parte de la vida. Ni siquiera se lo conté a nadie. Pero algo me hizo detenerme y pensar: ?por qué diablos esto es tan normal? Comencé a hablar con otras mujeres y ni?as y absolutamente todas me contaron que eso les suced?a todos los d?as, en la calle, en el colegio y en el trabajo. Me quedé abrumada por la escala y gravedad del problema”, explica.
Una década y m?s de un mill?n de testimonios compartidos después, la vida de Bates ha cambiado por completo: ahora recibe docenas de amenazas de muerte y violaci?n a diario (amenazas de una crueldad y odio escalofriantes que son delito pero que quedan impunes, amparadas en el anonimato en el que se mueve la manosfera) y necesita protecci?n policial cuando acude a alg?n sitio p?blico a dar una charla. “Algunos d?as recibo m?s de 100. Es duro. Aunque sepas que la mayor?a de ellos lo ?nico que intentan es asustarte, da mucho miedo. Es dif?cil”, confiesa.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/laura-bates-adolescentes-radicalizando-ideas-84168864)
“Mira a Andrew Tate [actualmente encarcelado en Ruman?a por presuntos delitos de trata de personas y violaci?n], sus v?deos en los que defiende la violaci?n y habla de agarrar por el cuello a las mujeres y las compara con perros contravienen las pol?ticas de TikTok y, sin embargo, tienen m?s de 12.000 millones de visualizaciones. Eso es m?s que el n?mero de personas que habitan el planeta. Y nadie hace nada porque es sumamente lucrativo”, critica. “Es indignante que se estén enriqueciendo con ese odio que afecta cada d?a a millones de personas”.
Un mundo repartido entre ‘alpha fucks’ y ‘beta bucks’
El de Tate no es el ?nico caso. En su ensayo, Bates aporta un surtido abanico de adultos aparentemente funcionales, respetables miembros de su comunidad (representantes pol?ticos, entrenadores de f?tbol infantil con seis hijos) que luego han resultado ser mentes absolutamente degeneradas, violentamente mis?ginas. Los incels -un acr?nimo de ‘célibe involuntario’- han ganado en los ?ltimos cinco a?os una extraordinaria influencia en webs, canales de Youtube, podcasts, foros y chats con millones de usuarios desde los que difunden sus rid?culas teor?as. Seg?n una de las m?s extendidas, el 20% de los hombres (los m?s agraciados) disfrutan del 80% de relaciones sexuales con mujeres. Estas son acusadas de acostarse con hombres atractivos en su juventud hasta que sientan cabeza y se casan con hombres menos guapos a los que en realidad no quieren, con el ?nico prop?sito de que las mantengan.
Una cosmovisi?n de las relaciones sexoafectivas que lleva a dividir la humanidad entre los ‘alpha fucks’ (los alphas folladores) y los ‘beta bucks’ (los betas pagadores) y un sinf?n de subculturas como los ‘heightcels’ (demasiado bajitos), ‘gingercels’ (demasiado pelirrojos), ‘baldcels’ (calvos sin remedio) y un largo subapartado racista como los ‘currycels’, ‘blackcels’, ‘ricecels’ o ‘ethnicels’ para denotar a los hombres negros, asi?ticos o indios que no tienen el éxito que merecen con las mujeres por motivos étnicos.
https://aglitk.com/clip/12f89c69-6883-443f-b4a5-8ceee0cbef2e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La activista Laura Bates. | EPC
La radicalizaci?n de los adolescentes
Un delirio m?ximo que podr?a tomarse a broma si no fuera porque est? calando mucho m?s de lo que se cree, especialmente entre los adolescentes. Bates se dio cuenta hace dos a?os, cuando en las charlas que imparte en colegios e institutos sobre sexismo se empez? a encontrar con ni?os y adolescentes muy familiarizados con las teor?as de la conspiraci?n habituales en la manosfera: que si el feminismo es una caza de brujas, la brecha salarial un mito, las mujeres mienten sobre la violaci?n, los hombres buenos est?n perdiendo sus trabajos y las mujeres no cualificadas est?n tomando el mando. “Existe la idea de que el feminismo ha ido demasiado lejos y todas esas ideas sexistas est?n circulando de una manera muy efectiva. Los padres y los profesores no se dan cuenta de que muchos adolescentes se est?n radicalizando, pero es dif?cil verlo porque como sucede con los terroristas, es un proceso invisible. Me preocupa el impacto a largo plazo de una invasi?n tan generalizada del extremismo”, alerta.
?Por qué nos cuesta tanto se?alar a los hombres que odian a las mujeres? “Existe un miedo atroz a ofender a los hombres, es algo que nos aterroriza. Siempre que se les acusa de algo surge el mismo argumento: no se puede generalizar”, el famoso ‘Not all men’. “En Espa?a, el pasado diciembre una mujer fue asesinada por su pareja o ex pareja cada tres d?as. Est? tan normalizado que nos resulta casi imposible pensar que la violencia contra las mujeres es extrema porque es cotidiana”, se?ala. “En Estados Unidos, el 98% de los que cometen tiroteos masivos son hombres blancos. ?Qué pasar?a si ese 98% tuviera otra caracter?stica definitoria? Estar?amos hablando de ello”, apunta.
?Es la violencia mis?gina una forma de terrorismo?
“Que un grupo esté esparciendo un tipo de violencia contra un grupo demogr?fico espec?fico para infundir miedo es la definici?n internacional de terrorismo, y no lo estamos llamando as?. Pero es exactamente lo que estamos viendo: hechos de violencia de la vida real dise?ados para sembrar el miedo y promover una ideolog?a espec?fica”, denuncia Bates. “Ha habido ataques terroristas mis?ginos como el de Alek Minassian en Toronto que no han sido juzgados como tal. ?l mismo confes? que odiaba a las mujeres, que quer?a castigarlas y el 80% de sus v?ctimas fueron mujeres. Pero la polic?a no lo mencion? en absoluto y no se tuvo en cuenta al procesarle”.
?C?mo pueden las mujeres hacer frente a todo ese odio que reciben en redes? Para Bates, las mujeres no deber?an pagar el precio de la misoginia. “Deber?an ser los mis?ginos quienes pierdan el acceso a las redes sociales. Nunca hablamos de la libertad de expresi?n de quienes son expulsados de esos espacios por abuso o acoso. El debate siempre es completamente unilateral y creo que la respuesta no puede ser ense?ar a las mujeres a mantenerte seguras en internet, la soluci?n tiene que ser evitar que el acoso suceda. Tiene que haber una mayor regulaci?n en las plataformas, m?s sanciones y transparencia. Depende de ellos abordar el problema, pero no lo har?n a menos que se vean obligados”, opina Bates, quien cree que el internet que hoy habitamos es resultado de los algoritmos dise?ados hace tres décadas, en los 90, por hombres.
Sexismo cotidiano
Hace una década, con 24 a?os, Laura Bates fund? el proyecto Everyday Sexism dedicada a recoger ejemplos de sexismo cotidiano. El detonante fue una semana especialmente dura en la que Bates encaden? varios incidentes en Londres: estaba sentada en el autob?s hablando con su madre por teléfono cuando un hombre le toc? la entrepierna sin su consentimiento (“me quejé en voz alta y ning?n pasajero intervino ni hizo contacto visual conmigo”, recuerda), un desconocido se le insinu? agresivamente y la persigui? hasta su casa pese a las reiteradas negativas de Bates y dos trabajadores de la construcci?n hicieron comentarios sobre sus pechos en plena calle, delante suyo, como si ella no estuviera delante.
“Probablemente si no hubiera pasado todo en la misma semana habr?a seguido pensando que esas cosas nos suceden a las mujeres y forman parte de la vida. Ni siquiera se lo conté a nadie. Pero algo me hizo detenerme y pensar: ?por qué diablos esto es tan normal? Comencé a hablar con otras mujeres y ni?as y absolutamente todas me contaron que eso les suced?a todos los d?as, en la calle, en el colegio y en el trabajo. Me quedé abrumada por la escala y gravedad del problema”, explica.
Una década y m?s de un mill?n de testimonios compartidos después, la vida de Bates ha cambiado por completo: ahora recibe docenas de amenazas de muerte y violaci?n a diario (amenazas de una crueldad y odio escalofriantes que son delito pero que quedan impunes, amparadas en el anonimato en el que se mueve la manosfera) y necesita protecci?n policial cuando acude a alg?n sitio p?blico a dar una charla. “Algunos d?as recibo m?s de 100. Es duro. Aunque sepas que la mayor?a de ellos lo ?nico que intentan es asustarte, da mucho miedo. Es dif?cil”, confiesa.
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