Reem
03-04-2023, 01:26 PM
Gran parte de los venezolanos por aquel entonces adolescentes o adultos deben recordar el 5 de marzo de 2013. Quiz? no tantos hab?an imaginado, ni en sus peores aprensiones, que a las 16.25 de ese d?a, cuando se anunci? la muerte de Hugo Ch?vez, a los 58 a?os y tras una larga enfermedad, se iniciar?a una era de penurias sin precedentes: ruina econ?mica, éxodo masivo y una escalada del conflicto pol?tico interno sembrada de dolor y muerte.
Ch?vez hab?a dejado su marca a lo largo de 15 a?os, dentro y fuera de su pa?s. El exmilitar hab?a sacado del escenario a los pol?ticos tradicionales. Su modo de ejercer el poder fue considerado una caricatura a destiempo del castrismo, una tentativa de actualizar las metas del socialismo en el siglo XXI y, también otra variante carism?tica y a la vez autoritaria del populismo latinoamericano. Ch?vez enfrent? un golpe de Estado y una huelga petrolera. Conoci? la pérdida de la popularidad y las mieles de la ovaci?n. Su Revoluci?n Bolivariana fue hija de un alza de 1.000% de los precios internacionales de los hidrocarburos. Cuando el barril de crudo lleg? a los 100 d?lares, en 2010, sus programas sociales encontraron su momento de mayor expansi?n y el fervor de los beneficiados. Ch?vez intent? reactualizar el mito de la "Venezuela saudita", pero esta vez adornada de la iconograf?a rebelde de América Latina. La dependencia del petr?leo no hizo m?s que perpetuar los problemas estructurales del modelo rent?stico.
La muerte lo encontr? cuando la propia Venezuela necesitaba una salida de ese laberinto. Nicol?s Maduro sustituy? primero a Ch?vez de manera provisional y en calidad de heredero. Después de los masivos rituales de despedida, intent? mantener viva la memoria entre la reverencia religiosa y el sinsentido. Apenas fallecido, un v?deo de animaci?n mostr? al bolivariano en el cielo junto con Ernesto Guevara, Juan Per?n, Salvador Allende y Sim?n Bol?var. Maduro lo utiliz? como imagen de la campa?a electoral. El difunto comandante era su garant?a, y entonces, cuando peleaba voto a voto con Henrique Capriles, dijo haber descubierto su esp?ritu en un pajarito que daba vueltas a su lado y, entre gorjeos, lo bendec?a. "Lo sent? ah? como diciéndonos: 'hoy arranca la batalla. Vayan a la victoria'". La inclinaci?n ornitol?gica del candidato no solo suscit? mofas. Dej? entrever que las apelaciones milagrosas no alcanzar?an para sostener la base social del chavismo.
Cambio de ciclo
Maduro gan? los comicios por apenas dos puntos, pero fue incapaz de reproducir el liderazgo anterior, entre otras razones debido a la constante ca?da de los precios internacionales del petr?leo. El exsindicalista enfrent? su primera ola desestabilizadora apenas hab?a asumido el poder como presidente electo. Las protestas callejeras que la oposici?n m?s intransigente convoc? bajo la consigna "la salida" concluy? con 40 muertos y parte de sus impulsores en el exilio. El antichavismo devino de inmediato antimadurismo. Las fuerzas que rechazaban la presencia del exsindicalista del transporte en el Palacio de Miraflores se unieron en 2015 y lograron arrebatarle el control de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) al partido gobernante. Intentaron sin suerte llamar a una consulta popular revocatoria del mandatario y volvieron a la calle. Los 100 d?as de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, en 2017, dejaron m?s de 100 v?ctimas fatales.
Ch?vez era, para entonces, una cita religiosa, imagen impresa en afiches y pintada en algunos edificios. Esos ojos que miraban desde lo alto no deber?an dar crédito de lo que suced?a sobre el asfalto. En 2018 se decret? la emergencia econ?mica. El bol?var, la moneda nacional, se depreciaba a cada hora. El salario m?nimo rondaba los tres d?lares. La migraci?n se convirti? en un fen?meno sin precedentes: cerca de siete millones de venezolanos abandonaron el pa?s por aire y a pie. Las negociaciones para encauzar la disputa nunca llegaron a nada y, en enero de 2019, la tensi?n lleg? incluso m?s lejos de lo que podr?a haberse previsto. El diputado Juan Guaid? se autoproclam? ante una multitud "presidente encargado" de Venezuela. Cont? con el aval entusiasta de Donald Trump. Parte de Europa y América Latina acompa?? a Estados Unidos. La euforia inicial se desinfl? gradualmente.
En su propio nombre
Maduro soport? las sanciones y conjuras: result? el vencedor de una ?spera pelea que dej? maltrecha a la sociedad. A estas alturas, cree haber encontrado las razones para promover un culto a su propia figura, lo que ha generado desapego en parte de los seguidores del padre fundador de la pauperizada Rep?blica Bolivariana. El Gobierno se empe?a en demostrar a través de las publicidades que Venezuela ha dejado atr?s el ciclo que pulveriz? su PIB y, dolarizaci?n mediante, comienza a recuperarse. La ?ltima Encuesta sobre Condiciones de Vida (Encovi) da cuenta de que la pobreza multidimensional, que incluye vivienda, educaci?n, empleo, servicios y salarios, pas? de 65,2% en 2021 a 50,5% en 2022.
Los cambios pol?ticos regionales y la invasi?n rusa de Ucrania han modificado a su vez el escenario internacional. Las reservas petroleras venezolanas constituyeron un certificado de respetabilidad para Maduro que volvi? a negociar subrepticiamente con Washington. A su vez, se retomaron las conversaciones con la oposici?n en México, a la espera que la Casa Blanca ablande las sanciones. Guaid? se ha desvanecido por completo como amenaza.
Si bien el "presidente obrero" sigue invocando al extinto l?der y evoca los aspectos que han constituido al mito, ejercita el poder hace una década en su propio nombre, siempre en alianza pol?tica y econ?mica con las Fuerzas Armadas. Sin la capacidad de seducci?n de su mentor ni los petrod?lares de anta?o, aspira a mantenerse en el Palacio de Miraflores a partir de 2024. "?Sigamos venciendo con Ch?vez, eterno coraz?n de la patria!", suele escribir en las redes sociales, aunque imposibilitado de materializar las promesas que el comandante hab?a formulado al ascender a la cima pol?tica.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/venezuela-10-anos-despues-muerte-84101557)
Ch?vez hab?a dejado su marca a lo largo de 15 a?os, dentro y fuera de su pa?s. El exmilitar hab?a sacado del escenario a los pol?ticos tradicionales. Su modo de ejercer el poder fue considerado una caricatura a destiempo del castrismo, una tentativa de actualizar las metas del socialismo en el siglo XXI y, también otra variante carism?tica y a la vez autoritaria del populismo latinoamericano. Ch?vez enfrent? un golpe de Estado y una huelga petrolera. Conoci? la pérdida de la popularidad y las mieles de la ovaci?n. Su Revoluci?n Bolivariana fue hija de un alza de 1.000% de los precios internacionales de los hidrocarburos. Cuando el barril de crudo lleg? a los 100 d?lares, en 2010, sus programas sociales encontraron su momento de mayor expansi?n y el fervor de los beneficiados. Ch?vez intent? reactualizar el mito de la "Venezuela saudita", pero esta vez adornada de la iconograf?a rebelde de América Latina. La dependencia del petr?leo no hizo m?s que perpetuar los problemas estructurales del modelo rent?stico.
La muerte lo encontr? cuando la propia Venezuela necesitaba una salida de ese laberinto. Nicol?s Maduro sustituy? primero a Ch?vez de manera provisional y en calidad de heredero. Después de los masivos rituales de despedida, intent? mantener viva la memoria entre la reverencia religiosa y el sinsentido. Apenas fallecido, un v?deo de animaci?n mostr? al bolivariano en el cielo junto con Ernesto Guevara, Juan Per?n, Salvador Allende y Sim?n Bol?var. Maduro lo utiliz? como imagen de la campa?a electoral. El difunto comandante era su garant?a, y entonces, cuando peleaba voto a voto con Henrique Capriles, dijo haber descubierto su esp?ritu en un pajarito que daba vueltas a su lado y, entre gorjeos, lo bendec?a. "Lo sent? ah? como diciéndonos: 'hoy arranca la batalla. Vayan a la victoria'". La inclinaci?n ornitol?gica del candidato no solo suscit? mofas. Dej? entrever que las apelaciones milagrosas no alcanzar?an para sostener la base social del chavismo.
Cambio de ciclo
Maduro gan? los comicios por apenas dos puntos, pero fue incapaz de reproducir el liderazgo anterior, entre otras razones debido a la constante ca?da de los precios internacionales del petr?leo. El exsindicalista enfrent? su primera ola desestabilizadora apenas hab?a asumido el poder como presidente electo. Las protestas callejeras que la oposici?n m?s intransigente convoc? bajo la consigna "la salida" concluy? con 40 muertos y parte de sus impulsores en el exilio. El antichavismo devino de inmediato antimadurismo. Las fuerzas que rechazaban la presencia del exsindicalista del transporte en el Palacio de Miraflores se unieron en 2015 y lograron arrebatarle el control de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) al partido gobernante. Intentaron sin suerte llamar a una consulta popular revocatoria del mandatario y volvieron a la calle. Los 100 d?as de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, en 2017, dejaron m?s de 100 v?ctimas fatales.
Ch?vez era, para entonces, una cita religiosa, imagen impresa en afiches y pintada en algunos edificios. Esos ojos que miraban desde lo alto no deber?an dar crédito de lo que suced?a sobre el asfalto. En 2018 se decret? la emergencia econ?mica. El bol?var, la moneda nacional, se depreciaba a cada hora. El salario m?nimo rondaba los tres d?lares. La migraci?n se convirti? en un fen?meno sin precedentes: cerca de siete millones de venezolanos abandonaron el pa?s por aire y a pie. Las negociaciones para encauzar la disputa nunca llegaron a nada y, en enero de 2019, la tensi?n lleg? incluso m?s lejos de lo que podr?a haberse previsto. El diputado Juan Guaid? se autoproclam? ante una multitud "presidente encargado" de Venezuela. Cont? con el aval entusiasta de Donald Trump. Parte de Europa y América Latina acompa?? a Estados Unidos. La euforia inicial se desinfl? gradualmente.
En su propio nombre
Maduro soport? las sanciones y conjuras: result? el vencedor de una ?spera pelea que dej? maltrecha a la sociedad. A estas alturas, cree haber encontrado las razones para promover un culto a su propia figura, lo que ha generado desapego en parte de los seguidores del padre fundador de la pauperizada Rep?blica Bolivariana. El Gobierno se empe?a en demostrar a través de las publicidades que Venezuela ha dejado atr?s el ciclo que pulveriz? su PIB y, dolarizaci?n mediante, comienza a recuperarse. La ?ltima Encuesta sobre Condiciones de Vida (Encovi) da cuenta de que la pobreza multidimensional, que incluye vivienda, educaci?n, empleo, servicios y salarios, pas? de 65,2% en 2021 a 50,5% en 2022.
Los cambios pol?ticos regionales y la invasi?n rusa de Ucrania han modificado a su vez el escenario internacional. Las reservas petroleras venezolanas constituyeron un certificado de respetabilidad para Maduro que volvi? a negociar subrepticiamente con Washington. A su vez, se retomaron las conversaciones con la oposici?n en México, a la espera que la Casa Blanca ablande las sanciones. Guaid? se ha desvanecido por completo como amenaza.
Si bien el "presidente obrero" sigue invocando al extinto l?der y evoca los aspectos que han constituido al mito, ejercita el poder hace una década en su propio nombre, siempre en alianza pol?tica y econ?mica con las Fuerzas Armadas. Sin la capacidad de seducci?n de su mentor ni los petrod?lares de anta?o, aspira a mantenerse en el Palacio de Miraflores a partir de 2024. "?Sigamos venciendo con Ch?vez, eterno coraz?n de la patria!", suele escribir en las redes sociales, aunque imposibilitado de materializar las promesas que el comandante hab?a formulado al ascender a la cima pol?tica.
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