Reem
02-20-2023, 12:40 PM
Nadie como Susan Sontag, la gran cr?tica de la sociedad norteamericana fallecida en el 2004, a la hora de plantearse la ética de la fotograf?a, uno de sus grandes caballos de batalla. Lo hizo tempranamente en su ensayo ‘Sobre la fotograf?a’ y poco antes de morir en el fundamental ‘Ante el dolor de los dem?s’. La escritura de ese libro fue en paralelo al tercer c?ncer al que se enfrentaba y a las im?genes de las torturas en Abu Ghraib que circularon entonces y que mostraban a los soldados iraqu?s disfrutando con aquellas terribles faena. No era la primera vez que las im?genes agred?an a la autora. De ni?a se enfrent? a un libro de fotograf?as del Holocausto que fueron para ella un antes y un después en su formaci?n como personas. La imagen nunca es neutral y as? lo dej? escrito. Llam? a la c?mara “arma depredadora” y afirm? que su utilizaci?n pod?a convertirse en una “agresi?n”.
Y sin embargo, parad?jicamente, la relaci?n m?s larga y profunda de la escritora la tuvo precisamente con una fot?grafa, Annie Leibovitz, aunque jam?s se mencionaran la una a otra como ‘pareja’ en p?blico. No pod?an estar m?s alejadas. Leibovitz amaba el glamur de las estrellas de cine que capt? espectacularmente con su c?mara y fue es conocida por ser la ?ltima que dispar? un obturador fotogr?fico frente a John Lennon y Yoko Ono pocas horas antes de que Mark David Chapman lo hiciera frente al cantante con un arma de verdad. Sontag era el polo opuesto, la pensadora grave y profunda que muy a menudo se mostraba intransigente y terrible. Se conocieron cuando Leibovitz ten?a 39 a?os y Sontag superaba los 55.
La ?ltima etapa de la enfermedad de Sontag qued? precisamente documentada por la c?mara de su compa?era. La escritora, que jam?s se resign? ante la perspectiva de morir llegando incluso a negar la enfermedad, acab? sometiéndose a un doloroso trasplante de médula ?sea que no fue exitoso. Durante todo ese proceso estuvo ah? el objetivo de su amiga documentando d?a a d?a el terrible combate con la muerte.
Intimidad expuesta
Dos a?os m?s tarde del deceso, a Leibovitz le ofrecieron una retrospectiva de toda su obra para la National Portrait Gallery de Londres y a ella se le present? el dilema: ?Deb?a incluir las fotos que hizo a su compa?era en su lecho de muerte e incluso la m?s polémica, la que hizo siendo ya un cad?ver? Formaban parte de su vida. Y nunca hab?a querido exponer su intimidad. Lo consult? con algunos amigos comunes, pero no acept? las reticencias del hijo de Sontag, David Rieff a quien la fot?grafa record? que una de las primeras funciones de la fotograf?a fue retratar a los muertos para conservar su memoria. La foto en cuesti?n, en blanco y negro, dividida por su autora en varios fragmentos superpuestos unidos con cinta adhesiva en un formato panor?mico, muestra los restos mortales en el ata?d. Fue la imagen m?s perturbadora de la exposici?n y desde entonces Rieff y Leibovitz se han convertido en poderosos antagonistas. Aquellas eran “im?genes de carnaval de la muerte de una celebridad”, escribi? el hijo para apuntalar una reflexi?n que parece en sinton?a con los escritos de su madre. Aunque fuese ella misma la que dej? a su compa?era documentar su ?ltima derrota.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/fotografia-post-mortem-caso-cadaver-83277610)
Y sin embargo, parad?jicamente, la relaci?n m?s larga y profunda de la escritora la tuvo precisamente con una fot?grafa, Annie Leibovitz, aunque jam?s se mencionaran la una a otra como ‘pareja’ en p?blico. No pod?an estar m?s alejadas. Leibovitz amaba el glamur de las estrellas de cine que capt? espectacularmente con su c?mara y fue es conocida por ser la ?ltima que dispar? un obturador fotogr?fico frente a John Lennon y Yoko Ono pocas horas antes de que Mark David Chapman lo hiciera frente al cantante con un arma de verdad. Sontag era el polo opuesto, la pensadora grave y profunda que muy a menudo se mostraba intransigente y terrible. Se conocieron cuando Leibovitz ten?a 39 a?os y Sontag superaba los 55.
La ?ltima etapa de la enfermedad de Sontag qued? precisamente documentada por la c?mara de su compa?era. La escritora, que jam?s se resign? ante la perspectiva de morir llegando incluso a negar la enfermedad, acab? sometiéndose a un doloroso trasplante de médula ?sea que no fue exitoso. Durante todo ese proceso estuvo ah? el objetivo de su amiga documentando d?a a d?a el terrible combate con la muerte.
Intimidad expuesta
Dos a?os m?s tarde del deceso, a Leibovitz le ofrecieron una retrospectiva de toda su obra para la National Portrait Gallery de Londres y a ella se le present? el dilema: ?Deb?a incluir las fotos que hizo a su compa?era en su lecho de muerte e incluso la m?s polémica, la que hizo siendo ya un cad?ver? Formaban parte de su vida. Y nunca hab?a querido exponer su intimidad. Lo consult? con algunos amigos comunes, pero no acept? las reticencias del hijo de Sontag, David Rieff a quien la fot?grafa record? que una de las primeras funciones de la fotograf?a fue retratar a los muertos para conservar su memoria. La foto en cuesti?n, en blanco y negro, dividida por su autora en varios fragmentos superpuestos unidos con cinta adhesiva en un formato panor?mico, muestra los restos mortales en el ata?d. Fue la imagen m?s perturbadora de la exposici?n y desde entonces Rieff y Leibovitz se han convertido en poderosos antagonistas. Aquellas eran “im?genes de carnaval de la muerte de una celebridad”, escribi? el hijo para apuntalar una reflexi?n que parece en sinton?a con los escritos de su madre. Aunque fuese ella misma la que dej? a su compa?era documentar su ?ltima derrota.
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