Reem
02-15-2023, 02:23 PM
Una c?mara de seguridad de la discoteca Sutton capt? al futbolista Dani Alves abandonando el local después de la supuesta violaci?n, seg?n las fuentes consultadas por EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica. La grabaci?n muestra que el exjugador del F.C.Barcelona pas? junto a la v?ctima y su amiga sin dirigirse a ellas. En las im?genes se aprecia que Alves casi las roza al pasar a su lado pero evita mirar a las dos j?venes, que en ese instante se encuentran de espaldas, relatando a un empleado de seguridad y a un responsable de Sutton lo que acaba de suceder en el ba?o del reservado. La v?ctima, de 23 a?os, est? llorando.
Las im?genes que grabaron los instantes posteriores a la supuesta violaci?n pueden desempe?ar un papel importante en el proceso judicial si, como parece, Alves se defiende de la acusaci?n argumentando que se trat? de un encuentro sexual consentido. En el auto de prisi?n que se dict? contra el jugador, la magistrada Anna Mar?n –que se encontraba cubriendo una baja de otra magistrada que ya ha regresado al juzgado de instrucci?n 15 de Barcelona– subraya que el comportamiento de Alves inmediatamente posterior a los hechos no casa f?cilmente con el de alguien que acaba de mantener una relaci?n sexual con consentimiento. El futbolista no volvi? a entablar di?logo alguno con la joven –la misma a la que bailaba pegado antes de entrar en el ba?o– e incluso la ignor?, seg?n la grabaci?n de una c?mara ubicada en la entrada principal de Sutton, al salir de la discoteca mientras la denunciante estaba siendo consolada por su amiga y por dos trabajadores de la discoteca.
Im?genes posteriores a los hechos
En las im?genes de las c?maras instaladas en la zona reservada de Sutton se aprecia c?mo Alves regresa a la mesa de su espacio VIP después de la supuesta violaci?n. Futbolista y denunciante acaban de pasar sin c?maras entre 15 y 16 minutos en el interior de un ba?o. En el sof? se encuentra su amigo y una amiga de la denunciante. La segunda amiga que la acompa?aba esa noche ha ido a la planta inferior. Alves evita el contacto con el grupo y acude a buscarse una copa sin cruzar palabra con ellos.
Medio minuto después de haberlo hecho Alves, las c?maras captan también c?mo la denunciante sale del ba?o. Ella se dirige a su amiga, la agarra por el brazo, le dice algo al o?do y ambas se marchan. La amiga se despide con un beso del amigo de Alves, pero la denunciante no. Alves est? muy cerca de ellos pero evita el contacto visual con la joven. A pesar de haber compartido ese encuentro que, seg?n el futbolista ha sido consentido, ni Alves ni la denunciante se hablan ni se despiden. Ni un simple gesto.
Las dos amigas bajan a la planta inferior agarradas. Pasan junto al guardarropa y se dirigen a la salida. Es en ese pasillo en el que la v?ctima rompe a llorar y le cuenta a su amiga lo que acaba de suceder: que Alves acaba de violarla y que le ha hecho da?o, seg?n su versi?n de los hechos. Se se?ala la rodilla –el parte de lesiones del examen forense que se le practicar? esa misma noche en el Hospital Cl?nic refiere lesiones en la rodilla– y la amiga la abraza.
Cuando las dos amigas se encuentran ya junto a la puerta principal, una c?mara capta c?mo acude un trabajador de seguridad, primero, y un responsable del local, después, para interesarse por su estado. Al poco tiempo, esa c?mara capta también c?mo Alves y su amigo se acercan por detr?s, por el mismo pasillo que han usado las j?venes. Avanzan hacia las dos j?venes, que no se percatan de su presencia porque est?n de espaldas, y hacia los dos miembros de Sutton que las atienden.
El paso que queda entre la pared y las dos mujeres es estrecho. Alves y su amigo tienen que pasar junto a ellas, a escasos cent?metros. En esa grabaci?n da la impresi?n de que tanto Alves como su amigo perciben que la joven est? llorando.
Seg?n la denuncia de la v?ctima, que aporta capturas de ello, el amigo de Alves se puso en contacto con sus amigas a través de Instagram después de estos hechos. Se interes? por ellas y se puso a su disposici?n por si necesitaban cualquier cosa. Ese contacto extra?? lo bastante a sus amigas, que entonces ya sab?an lo que hab?a ocurrido, como para informar a los Mossos d'Esquadra.
Incoherencia con la grabaci?n
La ?ltima de las tres versiones que Alves ha ensayado para defenderse de la acusaci?n es la siguiente: él se encontraba en el ba?o haciendo sus necesidades cuando la joven abri? la puerta, entr? y le practic? una felaci?n. La v?ctima, por el contrario, dio dos d?as después en sede policial y también en sede judicial la misma versi?n de los hechos. Seg?n la denunciante, Alves le insisti? para que la acompa?ara a través de una puerta. Ella accedi? sin saber que se trataba de un ba?o. Al descubrirlo quiso salir pero él se lo impidi?. Después, el se sent? en el retrete y a ella se la sent? encima por la fuerza. Ella le pidi? que parara y suplic? que la dejara marcharse. ?l se neg?. La tir? al suelo, la agarr? por el cuello, la abofete? e intent? que le hiciera una felaci?n por la fuerza –a lo que ella se neg?–. Después la levant?, la coloc? contra el lavamanos y, por ?ltimo, la puso contra el retrete y la viol? hasta eyacular.
La posici?n de las huellas dactilares y las lesiones en la rodilla encajan en la versi?n de la mujer. También respaldan su denuncia las pruebas de ADN, que han hallado restos de semen en la vagina de la v?ctima.
Si la cuarta versi?n de Alves, que deber? coincidir con todas las pruebas recabadas, se basa en que se trat? de una relaci?n consentida, deber? aclarar también por qué la ignor? cuando se cruz? con ella, mientras lloraba, a la salida de Sutton.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/camara-capto-alves-ignorando-victima-83007033)
Las im?genes que grabaron los instantes posteriores a la supuesta violaci?n pueden desempe?ar un papel importante en el proceso judicial si, como parece, Alves se defiende de la acusaci?n argumentando que se trat? de un encuentro sexual consentido. En el auto de prisi?n que se dict? contra el jugador, la magistrada Anna Mar?n –que se encontraba cubriendo una baja de otra magistrada que ya ha regresado al juzgado de instrucci?n 15 de Barcelona– subraya que el comportamiento de Alves inmediatamente posterior a los hechos no casa f?cilmente con el de alguien que acaba de mantener una relaci?n sexual con consentimiento. El futbolista no volvi? a entablar di?logo alguno con la joven –la misma a la que bailaba pegado antes de entrar en el ba?o– e incluso la ignor?, seg?n la grabaci?n de una c?mara ubicada en la entrada principal de Sutton, al salir de la discoteca mientras la denunciante estaba siendo consolada por su amiga y por dos trabajadores de la discoteca.
Im?genes posteriores a los hechos
En las im?genes de las c?maras instaladas en la zona reservada de Sutton se aprecia c?mo Alves regresa a la mesa de su espacio VIP después de la supuesta violaci?n. Futbolista y denunciante acaban de pasar sin c?maras entre 15 y 16 minutos en el interior de un ba?o. En el sof? se encuentra su amigo y una amiga de la denunciante. La segunda amiga que la acompa?aba esa noche ha ido a la planta inferior. Alves evita el contacto con el grupo y acude a buscarse una copa sin cruzar palabra con ellos.
Medio minuto después de haberlo hecho Alves, las c?maras captan también c?mo la denunciante sale del ba?o. Ella se dirige a su amiga, la agarra por el brazo, le dice algo al o?do y ambas se marchan. La amiga se despide con un beso del amigo de Alves, pero la denunciante no. Alves est? muy cerca de ellos pero evita el contacto visual con la joven. A pesar de haber compartido ese encuentro que, seg?n el futbolista ha sido consentido, ni Alves ni la denunciante se hablan ni se despiden. Ni un simple gesto.
Las dos amigas bajan a la planta inferior agarradas. Pasan junto al guardarropa y se dirigen a la salida. Es en ese pasillo en el que la v?ctima rompe a llorar y le cuenta a su amiga lo que acaba de suceder: que Alves acaba de violarla y que le ha hecho da?o, seg?n su versi?n de los hechos. Se se?ala la rodilla –el parte de lesiones del examen forense que se le practicar? esa misma noche en el Hospital Cl?nic refiere lesiones en la rodilla– y la amiga la abraza.
Cuando las dos amigas se encuentran ya junto a la puerta principal, una c?mara capta c?mo acude un trabajador de seguridad, primero, y un responsable del local, después, para interesarse por su estado. Al poco tiempo, esa c?mara capta también c?mo Alves y su amigo se acercan por detr?s, por el mismo pasillo que han usado las j?venes. Avanzan hacia las dos j?venes, que no se percatan de su presencia porque est?n de espaldas, y hacia los dos miembros de Sutton que las atienden.
El paso que queda entre la pared y las dos mujeres es estrecho. Alves y su amigo tienen que pasar junto a ellas, a escasos cent?metros. En esa grabaci?n da la impresi?n de que tanto Alves como su amigo perciben que la joven est? llorando.
Seg?n la denuncia de la v?ctima, que aporta capturas de ello, el amigo de Alves se puso en contacto con sus amigas a través de Instagram después de estos hechos. Se interes? por ellas y se puso a su disposici?n por si necesitaban cualquier cosa. Ese contacto extra?? lo bastante a sus amigas, que entonces ya sab?an lo que hab?a ocurrido, como para informar a los Mossos d'Esquadra.
Incoherencia con la grabaci?n
La ?ltima de las tres versiones que Alves ha ensayado para defenderse de la acusaci?n es la siguiente: él se encontraba en el ba?o haciendo sus necesidades cuando la joven abri? la puerta, entr? y le practic? una felaci?n. La v?ctima, por el contrario, dio dos d?as después en sede policial y también en sede judicial la misma versi?n de los hechos. Seg?n la denunciante, Alves le insisti? para que la acompa?ara a través de una puerta. Ella accedi? sin saber que se trataba de un ba?o. Al descubrirlo quiso salir pero él se lo impidi?. Después, el se sent? en el retrete y a ella se la sent? encima por la fuerza. Ella le pidi? que parara y suplic? que la dejara marcharse. ?l se neg?. La tir? al suelo, la agarr? por el cuello, la abofete? e intent? que le hiciera una felaci?n por la fuerza –a lo que ella se neg?–. Después la levant?, la coloc? contra el lavamanos y, por ?ltimo, la puso contra el retrete y la viol? hasta eyacular.
La posici?n de las huellas dactilares y las lesiones en la rodilla encajan en la versi?n de la mujer. También respaldan su denuncia las pruebas de ADN, que han hallado restos de semen en la vagina de la v?ctima.
Si la cuarta versi?n de Alves, que deber? coincidir con todas las pruebas recabadas, se basa en que se trat? de una relaci?n consentida, deber? aclarar también por qué la ignor? cuando se cruz? con ella, mientras lloraba, a la salida de Sutton.
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