Reem
03-11-2024, 04:10 AM
Christopher Nolan (https://www.sport.es/es/temas/christopher-nolan-1873384) ha ganado, por fin, su primer y muy merecido Premio Oscar. La estatuilla se la hab?a resistido hasta ahora al director de 'Memento', 'Interstellar', 'Dunkerque' o 'Tenet'. 'Oppenheimer' es el primer ‘biopic’ que Christopher Nolan dirige, su pel?cula m?s larga hasta la fecha y tal vez, aunque suene contradictorio, la m?s frenética; sus tres horas de metraje avanzan a una velocidad que la mayor?a de ‘blockbuster’s envidiar?an, y eso tiene un mérito a?adido si consideramos que se compone sobre todo de escenas en las que cient?ficos y pol?ticos hablan y hablan, casi siempre sentados. Por lo dem?s, encaja a la perfecci?n en la filmograf?a de su director.
De hecho, tiene mucho sentido que el brit?nico asegure llevar mucho tiempo obsesionado con Oppenheimer, porque el perfil del llamado "padre de la bomba at?mica" coincide plenamente con el de un personaje protot?pico de su cine: un individuo brillante, emocionalmente discapacitado y casi siempre arrogante, que se enfrenta a un dilema moral extraordinario y que, a menudo, para salvar el mundo en su conjunto se ve obligado a poner en peligro el suyo propio.
Image ID:
99307786
El f?sico Robert Oppenheimer.
EFE
/clip/d60c7288-7b73-40ea-83e2-16a8438d5535_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
440
248
Oppenheimer, adem?s, ha pasado a la historia como el creador de uno de esos artilugios que jam?s deber?an usarse de los que tantos ejemplos encontramos en el cine de Nolan: la m?quina para crear clones que Nikola Tesla construye en ‘El truco final’, el sonar que Batman crea en ‘El caballero oscuro’ a partir de las se?ales telef?nicas de todos sus conciudadanos, el dispositivo que Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) utiliza en ‘Origen’ para entrar en los sue?os de sus v?ctimas y robarles sus secretos; casi siempre, por supuesto, esa tecnolog?a acaba siendo usada.
Métodos peligrosos
El propio Nolan ha recurrido sistem?ticamente a métodos peligrosos para cumplir sus objetivos. Por ejemplo, rod? escenas de ‘Interstellar’ en lo alto de un glaciar en descomposici?n, e hizo explosionar un Boeing 747 por exigencias del guion de ‘Tenet’. Y, mientras filmaba ‘Oppenheimer’, recre? la primera detonaci?n de un arma nuclear de la historia sin apenas recurrir a im?genes generadas por ordenador. Es poco probable que lanzara una bomba real para contemplar sus efectos con la c?mara pero, si se descubriera que lo hizo, no habria muchos motivos para sorprenderse.
Es un director, dicho de otro modo, capaz de lo que sea para lograr su cometido: hacer pel?culas con la mirada puesta en la taquilla que no solo reclaman una participaci?n activa del espectador sino que exigen varios visionados para ser asimiladas, y que contentan tanto a quienes van al cine en busca de entretenimiento visceral como quienes también andan buscando est?mulos intelectuales. A los primeros les proporcionan im?genes de ciudades que se pliegan sobre s? mismas y frenéticas batallas aéreas; para los otros, adem?s, convierten el cine de superhéroes en un paseo por el territorio que separa la anarqu?a del fascismo y utilizan el léxico de las pel?culas de atracos para reflexionar sobre el libre albedr?o.
En otras palabras: mientras cuenta historias sobre tipos obsesivos y dispuestos a cumplir misiones aparentemente imposibles -salvar Gotham, encontrar un nuevo hogar para la humanidad, evitar la Tercera Guerra Mundial, desarrollar la tecnolog?a necesaria para construir el arma m?s destructiva imaginable-, Nolan nos confirma una y otra vez que él mismo es uno de ellos.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/primer-oscar-christopher-nolan-director-99307819)
De hecho, tiene mucho sentido que el brit?nico asegure llevar mucho tiempo obsesionado con Oppenheimer, porque el perfil del llamado "padre de la bomba at?mica" coincide plenamente con el de un personaje protot?pico de su cine: un individuo brillante, emocionalmente discapacitado y casi siempre arrogante, que se enfrenta a un dilema moral extraordinario y que, a menudo, para salvar el mundo en su conjunto se ve obligado a poner en peligro el suyo propio.
Image ID:
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El f?sico Robert Oppenheimer.
EFE
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Oppenheimer, adem?s, ha pasado a la historia como el creador de uno de esos artilugios que jam?s deber?an usarse de los que tantos ejemplos encontramos en el cine de Nolan: la m?quina para crear clones que Nikola Tesla construye en ‘El truco final’, el sonar que Batman crea en ‘El caballero oscuro’ a partir de las se?ales telef?nicas de todos sus conciudadanos, el dispositivo que Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) utiliza en ‘Origen’ para entrar en los sue?os de sus v?ctimas y robarles sus secretos; casi siempre, por supuesto, esa tecnolog?a acaba siendo usada.
Métodos peligrosos
El propio Nolan ha recurrido sistem?ticamente a métodos peligrosos para cumplir sus objetivos. Por ejemplo, rod? escenas de ‘Interstellar’ en lo alto de un glaciar en descomposici?n, e hizo explosionar un Boeing 747 por exigencias del guion de ‘Tenet’. Y, mientras filmaba ‘Oppenheimer’, recre? la primera detonaci?n de un arma nuclear de la historia sin apenas recurrir a im?genes generadas por ordenador. Es poco probable que lanzara una bomba real para contemplar sus efectos con la c?mara pero, si se descubriera que lo hizo, no habria muchos motivos para sorprenderse.
Es un director, dicho de otro modo, capaz de lo que sea para lograr su cometido: hacer pel?culas con la mirada puesta en la taquilla que no solo reclaman una participaci?n activa del espectador sino que exigen varios visionados para ser asimiladas, y que contentan tanto a quienes van al cine en busca de entretenimiento visceral como quienes también andan buscando est?mulos intelectuales. A los primeros les proporcionan im?genes de ciudades que se pliegan sobre s? mismas y frenéticas batallas aéreas; para los otros, adem?s, convierten el cine de superhéroes en un paseo por el territorio que separa la anarqu?a del fascismo y utilizan el léxico de las pel?culas de atracos para reflexionar sobre el libre albedr?o.
En otras palabras: mientras cuenta historias sobre tipos obsesivos y dispuestos a cumplir misiones aparentemente imposibles -salvar Gotham, encontrar un nuevo hogar para la humanidad, evitar la Tercera Guerra Mundial, desarrollar la tecnolog?a necesaria para construir el arma m?s destructiva imaginable-, Nolan nos confirma una y otra vez que él mismo es uno de ellos.
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