Reem
02-14-2023, 11:16 AM
Son los a?os 40, est? probando y se est? buscando. Pinta a su primera novia, Felicity Hellaby y a su primera esposa, Kathleen Kitty Garman. Pinta una garza, la cabeza de un gallo muerto o su estudio de trabajo, con la cabeza de una cebra asomando por una ventana. Pinta como un miniaturista. Y se pinta a s? mismo. Lucian Freud acaba de emprender el viaje que le llevar? a ser Lucian Freud, sus autorretratos muestran un rostro hier?tico, de mirada distante y algo alucinada, y sus pinceles cargan a?n con la influencia de los retratistas del Renacimiento alem?n. En Habitaci?n de hotel (1954), el pintor congela en el tiempo la ruptura con su segunda esposa, Caroline Blackwood, tendida en la cama, a la que observa a contraluz, junto a la ventana. Ser? el ?ltimo cuadro que pinte sentado y, cuando se ponga de pie, Freud cambiar? sus pinceles y su trazo, pero también su visi?n sobre el cuerpo de los otros y sobre el suyo propio, que veremos alto, erguido, vestido con traje gris, en un espectacular contrapicado del pintor que observa su propio reflejo en un espejo situado en el suelo y que no vemos.
Se llama Reflejo con dos ni?os (Autorretrato) y ese cuadro de 1965, que convierte en protagonista la mirada desafiante de Freud sobre s? mismo, es la imagen que ha elegido el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid para dar la bienvenida al visitante a una de las grandes exposiciones del a?o, Lucian Freud. Nuevas perspectivas, que la pinacoteca inaugura este martes en colaboraci?n con la National Gallery de Londres, donde pudo verse hasta finales de enero. La muestra, que coincide con el centenario del nacimiento del pintor, est? comisariada por Daniel Herrmann en Londres y Paloma Alarc? en Madrid, y re?ne 55 obras de Freud a lo largo de siete décadas de producci?n.
Su llegada a Madrid, como la mirada de Freud, también ha tenido algo de desaf?o: “Desde hace a?os venimos acariciando el sue?o de traer una exposici?n de Freud, después de la muestra que le dedic? el Museo Reina Sof?a en 1994, y fracasamos en varias ocasiones hasta que en 2018 nos armamos de valor y decidimos visitar a David Dawson, director del archivo del pintor (y su estrecho colaborador en las ?ltimas décadas), que nos dijo adelante”, ha sostenido Guillermo Solana, director art?stico del museo, en la presentaci?n de la muestra.
Seg?n Solana, el Thyssen se convirti? en la segunda sede de la exposici?n debido, en parte, a que el director de la National Gallery, Gabriele Finaldi, trabaj? durante a?os en el Museo del Prado, que, a pesar de ser el socio natural de la instituci?n inglesa, no dispone de obra de Freud, al contrario que el Thyssen, que cuenta con cinco obras del pintor brit?nico, dos de ellas retratos del Bar?n Thyssen, con quien Freud mantuvo una relaci?n de amistad de a?os.
https://estaticos-cdn.epe.es/clip/68250a00-3b55-4813-8677-dd38c749ec5a_source-aspect-ratio_default_0.jpgY en torno a los retratos que Freud hizo del bar?n saltaba la noticia, siempre ins?lita en una presentaci?n institucional, cuando Francesca Thyssen ha anunciado p?blicamente su decisi?n de donar al museo (y, por tanto, al Estado) el retrato de su padre Hombre en una silla, de su propiedad, que Freud firm? en 1985. En el cuadro se ve a Heinrich Thyssen sentado en un sill?n, vestido de traje y apoyadas sobre las rodillas, sus manos fuertes y un tanto desfiguradas. Francesca ha explicado en la rueda de prensa que sus hijos y ella convivieron con el retrato durante una década en su casa de Viena pero, al dispararse en el mercado la cotizaci?n de las obras del artista, no pudo asumir el coste del seguro y de ah? que primero prestara el cuadro al museo, después lo dejara en dep?sito y ahora haya decidido donarlo. Se trata del quinto Freud que pasa a formar parte del Estado, junto con las otras cuatro obras que ya ten?a el Thyssen y que se incluyen en esta muestra: Reflejo con dos ni?os. Autorretrato (1965), Gran interior. Paddington (1968-69), ?ltimo retrato (1976-77) y el otro retrato del bar?n, de menores dimensiones.
Una nueve perspectiva
La exposici?n del Museo Thyssen evita las grandes cartelas explicativas sobre la obra de Freud y opta por recuperar su voz, sus observaciones sobre su proceso creativo o sobre el ser humano, frases impresas en las paredes, junto a sus cuadros, en las que leemos: “Soy una especie de bi?logo, mi interés por el ser humano como tema es el de un observador atento y un estudioso de las personas”. Pero el Thyssen no solo prescinde de explicaciones, también obvia su faceta de celebrity y “ese enfoque sensacionalista en torno a su atormentada vida privada, al sexo m?rbido, esos aspectos m?s turbios de la relaci?n entre arte y vida”, seg?n Guillermo Solana, que considera que Freud “ha sido un personaje p?blico antes de ser un pintor admirado” y defiende una perspectiva que “abre los ojos a su pintura” y que pone el foco “en la dignidad humana y la ternura, y no tanto en el deseo”.
El Thyssen prescinde también de la cr?tica feminista que calific? la obra de Freud de “mis?gina” y “hom?foba” y coloca en primer plano la reflexi?n en torno a la pintura que atraviesa toda su obra: “El ingrediente sin el cual la pintura no puede existir: pintura”, dijo Freud, palabras que también leemos impresas en las salas del museo.
https://estaticos-cdn.epe.es/clip/fd4084d3-9149-4693-867d-3ea7d62524f6_source-aspect-ratio_default_0.jpgLucian Freud. Nuevas perspectivas es, adem?s, una exposici?n que quiere ser lenta, que invita al p?blico a que contemple las obras despacio, con la misma lentitud con la que trabajaba Freud. Organizada de manera m?s o menos cronol?gica desde los a?os 40 y hasta 2011, a?o de la muerte del pintor, se divide en secciones tem?ticas que re?nen sus primeros retratos, sus inicios en ese proceso de “llegar a ser Freud” y la intimidad de sus v?nculos con amigos, familiares o amantes que el pintor traslada en los retratos dobles de sus hijas Bella y Esther o de la pareja de artistas Angus Cook y Cerith Wyn Ewans. El Thyssen dedica otra sala al poder, a esos encargos que Freud aceptaba en contadas ocasiones y cuyos modelos, como el resto, también posaban en sesiones largu?simas, el bar?n Thyssen o el banquero Rothschild, entre ellos.
https://estaticos-cdn.epe.es/clip/f4d192f2-8671-4ffa-b4b8-1c758b2f5b7e_source-aspect-ratio_default_0.jpgPero si hay una sala estrella sobre la que orbitan las dem?s esa es la dedicada a esos desnudos en los que Freud volcar? su visi?n del cuerpo humano, una visi?n tan emp?tica como despiadada que tiene que ver con el tiempo, con el deterioro, con la piel, las nalgas, los ?rganos genitales, los pliegues, las cicatrices y las marcas. "Quiero que la pintura act?e como si fuera carne", dir? el pintor, y esa carne que inunda las salas del museo ser? la carne de cuerpos a la intemperie, de cuerpos vulnerables, de cuerpos con conciencia de mortalidad, de cuerpos que perturban y seducen a partes iguales, cuerpos como el de Sue Tilly en Durmiendo junto a la alfombra del le?n.
La exposici?n termina con una selecci?n de obras en las que Freud convierte su estudio en escenario y tema de su pintura, un espacio casi teatral en el que impone sus reglas, en el que observa desde arriba y coloca los cuerpos en una perspectiva ascendente, en pendiente, como si fueran a precipitarse por la parte inferior del marco. El ?ltimo de los cuadros de esta muestra es la ?ltima obra que pint? Freud, un retrato inacabado de David Dawson, desnudo, junto a un perro tumbado, en cuya oreja, alerta Freud, pos? por ?ltima vez sus pinceles antes de morir el 20 de julio de 2011.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/lucian-freud-museo-thyssen-pintura-82949221)
Se llama Reflejo con dos ni?os (Autorretrato) y ese cuadro de 1965, que convierte en protagonista la mirada desafiante de Freud sobre s? mismo, es la imagen que ha elegido el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid para dar la bienvenida al visitante a una de las grandes exposiciones del a?o, Lucian Freud. Nuevas perspectivas, que la pinacoteca inaugura este martes en colaboraci?n con la National Gallery de Londres, donde pudo verse hasta finales de enero. La muestra, que coincide con el centenario del nacimiento del pintor, est? comisariada por Daniel Herrmann en Londres y Paloma Alarc? en Madrid, y re?ne 55 obras de Freud a lo largo de siete décadas de producci?n.
Su llegada a Madrid, como la mirada de Freud, también ha tenido algo de desaf?o: “Desde hace a?os venimos acariciando el sue?o de traer una exposici?n de Freud, después de la muestra que le dedic? el Museo Reina Sof?a en 1994, y fracasamos en varias ocasiones hasta que en 2018 nos armamos de valor y decidimos visitar a David Dawson, director del archivo del pintor (y su estrecho colaborador en las ?ltimas décadas), que nos dijo adelante”, ha sostenido Guillermo Solana, director art?stico del museo, en la presentaci?n de la muestra.
Seg?n Solana, el Thyssen se convirti? en la segunda sede de la exposici?n debido, en parte, a que el director de la National Gallery, Gabriele Finaldi, trabaj? durante a?os en el Museo del Prado, que, a pesar de ser el socio natural de la instituci?n inglesa, no dispone de obra de Freud, al contrario que el Thyssen, que cuenta con cinco obras del pintor brit?nico, dos de ellas retratos del Bar?n Thyssen, con quien Freud mantuvo una relaci?n de amistad de a?os.
https://estaticos-cdn.epe.es/clip/68250a00-3b55-4813-8677-dd38c749ec5a_source-aspect-ratio_default_0.jpgY en torno a los retratos que Freud hizo del bar?n saltaba la noticia, siempre ins?lita en una presentaci?n institucional, cuando Francesca Thyssen ha anunciado p?blicamente su decisi?n de donar al museo (y, por tanto, al Estado) el retrato de su padre Hombre en una silla, de su propiedad, que Freud firm? en 1985. En el cuadro se ve a Heinrich Thyssen sentado en un sill?n, vestido de traje y apoyadas sobre las rodillas, sus manos fuertes y un tanto desfiguradas. Francesca ha explicado en la rueda de prensa que sus hijos y ella convivieron con el retrato durante una década en su casa de Viena pero, al dispararse en el mercado la cotizaci?n de las obras del artista, no pudo asumir el coste del seguro y de ah? que primero prestara el cuadro al museo, después lo dejara en dep?sito y ahora haya decidido donarlo. Se trata del quinto Freud que pasa a formar parte del Estado, junto con las otras cuatro obras que ya ten?a el Thyssen y que se incluyen en esta muestra: Reflejo con dos ni?os. Autorretrato (1965), Gran interior. Paddington (1968-69), ?ltimo retrato (1976-77) y el otro retrato del bar?n, de menores dimensiones.
Una nueve perspectiva
La exposici?n del Museo Thyssen evita las grandes cartelas explicativas sobre la obra de Freud y opta por recuperar su voz, sus observaciones sobre su proceso creativo o sobre el ser humano, frases impresas en las paredes, junto a sus cuadros, en las que leemos: “Soy una especie de bi?logo, mi interés por el ser humano como tema es el de un observador atento y un estudioso de las personas”. Pero el Thyssen no solo prescinde de explicaciones, también obvia su faceta de celebrity y “ese enfoque sensacionalista en torno a su atormentada vida privada, al sexo m?rbido, esos aspectos m?s turbios de la relaci?n entre arte y vida”, seg?n Guillermo Solana, que considera que Freud “ha sido un personaje p?blico antes de ser un pintor admirado” y defiende una perspectiva que “abre los ojos a su pintura” y que pone el foco “en la dignidad humana y la ternura, y no tanto en el deseo”.
El Thyssen prescinde también de la cr?tica feminista que calific? la obra de Freud de “mis?gina” y “hom?foba” y coloca en primer plano la reflexi?n en torno a la pintura que atraviesa toda su obra: “El ingrediente sin el cual la pintura no puede existir: pintura”, dijo Freud, palabras que también leemos impresas en las salas del museo.
https://estaticos-cdn.epe.es/clip/fd4084d3-9149-4693-867d-3ea7d62524f6_source-aspect-ratio_default_0.jpgLucian Freud. Nuevas perspectivas es, adem?s, una exposici?n que quiere ser lenta, que invita al p?blico a que contemple las obras despacio, con la misma lentitud con la que trabajaba Freud. Organizada de manera m?s o menos cronol?gica desde los a?os 40 y hasta 2011, a?o de la muerte del pintor, se divide en secciones tem?ticas que re?nen sus primeros retratos, sus inicios en ese proceso de “llegar a ser Freud” y la intimidad de sus v?nculos con amigos, familiares o amantes que el pintor traslada en los retratos dobles de sus hijas Bella y Esther o de la pareja de artistas Angus Cook y Cerith Wyn Ewans. El Thyssen dedica otra sala al poder, a esos encargos que Freud aceptaba en contadas ocasiones y cuyos modelos, como el resto, también posaban en sesiones largu?simas, el bar?n Thyssen o el banquero Rothschild, entre ellos.
https://estaticos-cdn.epe.es/clip/f4d192f2-8671-4ffa-b4b8-1c758b2f5b7e_source-aspect-ratio_default_0.jpgPero si hay una sala estrella sobre la que orbitan las dem?s esa es la dedicada a esos desnudos en los que Freud volcar? su visi?n del cuerpo humano, una visi?n tan emp?tica como despiadada que tiene que ver con el tiempo, con el deterioro, con la piel, las nalgas, los ?rganos genitales, los pliegues, las cicatrices y las marcas. "Quiero que la pintura act?e como si fuera carne", dir? el pintor, y esa carne que inunda las salas del museo ser? la carne de cuerpos a la intemperie, de cuerpos vulnerables, de cuerpos con conciencia de mortalidad, de cuerpos que perturban y seducen a partes iguales, cuerpos como el de Sue Tilly en Durmiendo junto a la alfombra del le?n.
La exposici?n termina con una selecci?n de obras en las que Freud convierte su estudio en escenario y tema de su pintura, un espacio casi teatral en el que impone sus reglas, en el que observa desde arriba y coloca los cuerpos en una perspectiva ascendente, en pendiente, como si fueran a precipitarse por la parte inferior del marco. El ?ltimo de los cuadros de esta muestra es la ?ltima obra que pint? Freud, un retrato inacabado de David Dawson, desnudo, junto a un perro tumbado, en cuya oreja, alerta Freud, pos? por ?ltima vez sus pinceles antes de morir el 20 de julio de 2011.
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