Reem
03-07-2024, 05:30 AM
El general retirado de la Guardia Civil (https://www.sport.es/es/temas/guardia-civil-1835131) Pedro Laguna Palacios, que era m?ximo responsable del cuerpo en Asturias cuando se produjeron los atentados del 11M (https://www.sport.es/es/temas/11m-1884317) en Madrid, rompe a?os de silencio para expresar, en un art?culo en LA NUEVA ESPA?A, del grupo Prensa Ibérica, sus reflexiones personales y profesionales sobre aquel tr?gico atentado y los acontecimientos que lo siguieron.
Pedro Laguna defiende la actuaci?n de la Guardia Civil de Asturias en los a?os anteriores al atentado y resalta que quienes vendieron los explosivos a los terroristas que colocaron las mochilas en los trenes estaban investigados por los agentes, si bien por drogas y hurto y las informaciones recibidas por confidentes sobre otras operaciones no llegaron a corroborarse, aunque el asunto nunca qued? cerrado, sino "en estado de latencia". "Nunca podremos ser infalibles, aunque en nuestro af?n de servicio debamos aspirar siempre a ello", se?ala Laguna en el art?culo.
El general, ya jubilado, lamenta el da?o causado a la Guardia Civil por los pol?ticos que alimentaron la teor?a de la conspiraci?n. "Fue vergonzoso ver entonces, y es penoso comprobar a?n hoy, c?mo algunos pol?ticos utilizaron los hechos de forma interesada para sacar alg?n tipo de ventaja o rendimiento, a?n a costa de mancillar sin fundamento no ya s?lo a personas con nombres y apellidos, sino a toda una instituci?n", refiere Laguna.
Pedro Laguna Palacios (Beg?jar-Jaén, 1945) fue coronel jefe de la zona de Asturias de la Guardia Civil entre abril de 2001 y junio de 2004. Hijo de guardia civil, entr? en la Benemérita en Oviedo en 1967. Luego estuvo destinado en diferentes plazas: San Sebasti?n, Zaragoza, Madrid, Pontevedra y Le?n, antes de recalar de nuevo en Oviedo ya como teniente coronel en el a?o 1993.
Al frente de la Comandancia de Oviedo alcanz? grandes éxitos, como la aprehensi?n del alijo de 4.000 kilos de coca?na de Salave (Tapia de Casariego), considerado el mayor de Espa?a durante muchos a?os. En 2004 ascendi? a general de brigada y se hizo cargo de la Guardia Civil de Castilla y Le?n en la que concluy? su carrera en junio de 2008. Laguna es una presencia habitual en los actos de la Guardia Civil y el Regimiento "Pr?ncipe".
El art?culo ?ntegro del General Laguna
Una visi?n sobre el 11M
Por Pedro Laguna Palacios, General retirado de la Guardia Civil
Recomiendo a quien espere encontrase en estas l?neas nuevas y jugosas informaciones sobre las investigaciones del 11M que abandone la lectura. Creo que 20 a?os después de aquel terrible atentado est? todo contado y realmente importante s?lo queda el dolor imborrable de las v?ctimas. El ?nico consuelo que se me ocurre que podr?amos ofrecerles hoy a los supervivientes es la certeza de nuestro aprendizaje y la garant?a de adoptar las medidas para prevenir que la historia se repita.
Esta es una tarea que nos compete a todos, pero especialmente a aquellos que decidimos dedicar nuestra vida profesional a los dem?s. El mandato de cuidar y proteger a nuestros conciudadanos que juramos cumplir en la Guardia Civil se asume de forma vocacional por nuestras mujeres y hombres. Para nosotros no es una obligaci?n profesional, sino una forma de entender la vida.
Quiz?s eso explique que, a menudo con una capacidad limitada en relaci?n con nuestras m?ltiples y exigentes competencias de seguridad ciudadana, se consigan resultados tan notables. En este aspecto, Asturias suele destacar y también lo hac?a en el 2004. En aquella época la regi?n registraba las mejores tasas del pa?s en la resoluci?n de delitos, los ?ndices de seguridad y la baja criminalidad.
Obviamente, esa circunstancia no nos blindaba de las amenazas ni nos hac?a infalibles, como qued? probado, pero s? es justo recordar cu?l era y es la realidad de Asturias en esta materia. En mi opini?n, gracias en buena medida a la acci?n de la Guardia Civil.
Sin embargo, al abrigo del atentado, aquella realidad objetivable lleg? incluso a cuestionarse por parte de quienes deber?an defenderla. Fue vergonzoso ver entonces, y es penoso comprobar a?n hoy, c?mo algunos pol?ticos utilizaron los hechos de forma interesada para sacar alg?n tipo de ventaja o rendimiento, a?n a costa de mancillar sin fundamento no ya s?lo a personas con nombres y apellidos, sino a toda una instituci?n.
La eficiencia de la Guardia Civil, como la de otras instituciones propias del Estado de derecho, se basa en buena medida en su capacidad para ganarse la confianza de los ciudadanos. Hacerse merecedora de ella es su responsabilidad. Debe gan?rsela a través del ejercicio diario de sus funciones, pero jam?s deber?a tener que defenderse de los que supuestamente han de acompa?arla en ese objetivo.
Los partidos pol?ticos que bajo la excusa de una presunta b?squeda de la verdad dieron cobijo a la mentira, a la desinformaci?n, a la introducci?n deliberada de lucubraciones y falsas insinuaciones, contribuyendo al miedo y la desconfianza general, deber?an ahora, con los hechos enjuiciados y el relato probado, preguntarse para qué sirvi?. Y, si les queda dignidad, qué medidas han tomado para evitar que entre los suyos se alienten o permitan estas actitudes ruines.
La b?squeda de la verdad es una obligaci?n legal y moral. Los que aceptamos el noble objetivo de la protecci?n ciudadana estamos preparados para asumir que la responsabilidad del fracaso es alta, como también lo es la del éxito, aunque este no se percibe con la misma nitidez. Conocemos muy bien las consecuencias de lo que no conseguimos evitar, pero nunca podremos medir con exactitud lo que s? impedimos. Y, créanme, tenemos éxito mucho m?s a menudo de lo que fracasamos.
De forma reducida, la ramificaci?n en Asturias del atentado del 11M es la historia del arma homicida. Desgraciadamente de esta regi?n salieron los explosivos con los que se perpetr? un atentado sin precedentes. Y esa es la conexi?n que vincula esta tierra con aquel execrable crimen. Me parece importante recordar lo obvio porque en aquella época asistimos a un ejercicio poco convencional, y probablemente muy interesado, de desplazar el foco habitual del relato. El robo de explosivos se convirti? en protagonista de la historia, cuando en un crimen la atenci?n suele centrarse en quiénes, qué y por qué con m?s énfasis que en con qué.
Esta reflexi?n no es un intento de eludir las responsabilidades de los errores que pudieran haberse cometido, pero s? un ejercicio necesario para contextualizar los hechos de forma objetiva. En aquella época no hab?a en Asturias un clima de especial alerta sobre aspectos que resultaron luego ser determinantes para que terroristas yihadistas consiguieran el material explosivo y, ni mucho menos, pod?a imaginarse f?cilmente que, como luego conocimos, su relaci?n espont?nea e instrumental con nuestra regi?n tuviera consecuencias tan fatales.
Precisamente, es importante discernir qué sab?amos entonces y qué supimos luego. Si los responsables de las investigaciones en curso hubieran sabido todo con la profusi?n de detalles que luego obtuvimos habr?amos obrado diferente, pero ese no es el curso natural en la indagaci?n de posibles delitos.
En aquel momento exist?a una investigaci?n que afecta a individuos que hoy sabemos colaboradores fundamentales de los autores materiales del atentado, pero entonces eran investigados ante la sospecha de delitos relacionados con la droga o el hurto.
Aquella investigaci?n se desarrolla operacionalmente por las comandancias de Oviedo y de Gij?n y adem?s llega a contar con el apoyo de dos oficiales venidos de Madrid. Se investiga y se siguen los indicios existentes, con las dificultades propias de estos procedimientos, como la dif?cil tarea de dar veracidad a las informaciones de confidentes poco cre?bles o que a menudo tienen intereses propios en sus revelaciones a la autoridad.
Tras diferentes acciones, las l?neas de investigaci?n no obtienen resultados conclusivos y se deja entonces la operaci?n en un estado de latencia, aunque no llega a cerrarse, esperando que puedan aparecer nuevas pistas o alg?n tipo de progreso. Eso no sucedi?.
En nuestro trabajo debemos aceptar que las investigaciones no siempre observen los resultados esperados y, desgraciadamente, nunca podremos ser infalibles, aunque en nuestro af?n de servicio debamos aspirar siempre a ello. Espero que ahora, con las comandancias de la Guardia Civil de Oviedo y Gij?n unificadas, podamos ser m?s eficientes en los procedimientos de investigaci?n. Creo que esta es una clara ventaja operativa que deber?a haberse llevado a cabo mucho antes, como ya estaba dispuesto desde el a?o 1994 y que no se hab?a producido hasta fechas recientes, a mi entender, por razones pol?ticas y no técnicas.
Medidas como esta, la optimizaci?n de procedimientos internos y, especialmente, el respaldo de una clase pol?tica responsable en su actitud hacia sus fuerzas de seguridad son la mejor manera de contribuir a la eficiencia de la Guardia Civil. Por su puesto, debemos someternos a una cr?tica constructiva y exigente, pero no aceptar aquella gratuitamente incriminatoria.
Haciendo esto fortalecemos el compromiso contra?do por nuestros guardias, mujeres y hombres leales, con los asturianos. Este es también el camino m?s corto para prevenir cr?menes tan horribles como el cometido en los trenes de Atocha en 2004 y quiz?s la ?nica manera que hoy tenemos de honrar el dolor de las v?ctimas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/general-laguna-jefe-guardia-civil-99125298)
Pedro Laguna defiende la actuaci?n de la Guardia Civil de Asturias en los a?os anteriores al atentado y resalta que quienes vendieron los explosivos a los terroristas que colocaron las mochilas en los trenes estaban investigados por los agentes, si bien por drogas y hurto y las informaciones recibidas por confidentes sobre otras operaciones no llegaron a corroborarse, aunque el asunto nunca qued? cerrado, sino "en estado de latencia". "Nunca podremos ser infalibles, aunque en nuestro af?n de servicio debamos aspirar siempre a ello", se?ala Laguna en el art?culo.
El general, ya jubilado, lamenta el da?o causado a la Guardia Civil por los pol?ticos que alimentaron la teor?a de la conspiraci?n. "Fue vergonzoso ver entonces, y es penoso comprobar a?n hoy, c?mo algunos pol?ticos utilizaron los hechos de forma interesada para sacar alg?n tipo de ventaja o rendimiento, a?n a costa de mancillar sin fundamento no ya s?lo a personas con nombres y apellidos, sino a toda una instituci?n", refiere Laguna.
Pedro Laguna Palacios (Beg?jar-Jaén, 1945) fue coronel jefe de la zona de Asturias de la Guardia Civil entre abril de 2001 y junio de 2004. Hijo de guardia civil, entr? en la Benemérita en Oviedo en 1967. Luego estuvo destinado en diferentes plazas: San Sebasti?n, Zaragoza, Madrid, Pontevedra y Le?n, antes de recalar de nuevo en Oviedo ya como teniente coronel en el a?o 1993.
Al frente de la Comandancia de Oviedo alcanz? grandes éxitos, como la aprehensi?n del alijo de 4.000 kilos de coca?na de Salave (Tapia de Casariego), considerado el mayor de Espa?a durante muchos a?os. En 2004 ascendi? a general de brigada y se hizo cargo de la Guardia Civil de Castilla y Le?n en la que concluy? su carrera en junio de 2008. Laguna es una presencia habitual en los actos de la Guardia Civil y el Regimiento "Pr?ncipe".
El art?culo ?ntegro del General Laguna
Una visi?n sobre el 11M
Por Pedro Laguna Palacios, General retirado de la Guardia Civil
Recomiendo a quien espere encontrase en estas l?neas nuevas y jugosas informaciones sobre las investigaciones del 11M que abandone la lectura. Creo que 20 a?os después de aquel terrible atentado est? todo contado y realmente importante s?lo queda el dolor imborrable de las v?ctimas. El ?nico consuelo que se me ocurre que podr?amos ofrecerles hoy a los supervivientes es la certeza de nuestro aprendizaje y la garant?a de adoptar las medidas para prevenir que la historia se repita.
Esta es una tarea que nos compete a todos, pero especialmente a aquellos que decidimos dedicar nuestra vida profesional a los dem?s. El mandato de cuidar y proteger a nuestros conciudadanos que juramos cumplir en la Guardia Civil se asume de forma vocacional por nuestras mujeres y hombres. Para nosotros no es una obligaci?n profesional, sino una forma de entender la vida.
Quiz?s eso explique que, a menudo con una capacidad limitada en relaci?n con nuestras m?ltiples y exigentes competencias de seguridad ciudadana, se consigan resultados tan notables. En este aspecto, Asturias suele destacar y también lo hac?a en el 2004. En aquella época la regi?n registraba las mejores tasas del pa?s en la resoluci?n de delitos, los ?ndices de seguridad y la baja criminalidad.
Obviamente, esa circunstancia no nos blindaba de las amenazas ni nos hac?a infalibles, como qued? probado, pero s? es justo recordar cu?l era y es la realidad de Asturias en esta materia. En mi opini?n, gracias en buena medida a la acci?n de la Guardia Civil.
Sin embargo, al abrigo del atentado, aquella realidad objetivable lleg? incluso a cuestionarse por parte de quienes deber?an defenderla. Fue vergonzoso ver entonces, y es penoso comprobar a?n hoy, c?mo algunos pol?ticos utilizaron los hechos de forma interesada para sacar alg?n tipo de ventaja o rendimiento, a?n a costa de mancillar sin fundamento no ya s?lo a personas con nombres y apellidos, sino a toda una instituci?n.
La eficiencia de la Guardia Civil, como la de otras instituciones propias del Estado de derecho, se basa en buena medida en su capacidad para ganarse la confianza de los ciudadanos. Hacerse merecedora de ella es su responsabilidad. Debe gan?rsela a través del ejercicio diario de sus funciones, pero jam?s deber?a tener que defenderse de los que supuestamente han de acompa?arla en ese objetivo.
Los partidos pol?ticos que bajo la excusa de una presunta b?squeda de la verdad dieron cobijo a la mentira, a la desinformaci?n, a la introducci?n deliberada de lucubraciones y falsas insinuaciones, contribuyendo al miedo y la desconfianza general, deber?an ahora, con los hechos enjuiciados y el relato probado, preguntarse para qué sirvi?. Y, si les queda dignidad, qué medidas han tomado para evitar que entre los suyos se alienten o permitan estas actitudes ruines.
La b?squeda de la verdad es una obligaci?n legal y moral. Los que aceptamos el noble objetivo de la protecci?n ciudadana estamos preparados para asumir que la responsabilidad del fracaso es alta, como también lo es la del éxito, aunque este no se percibe con la misma nitidez. Conocemos muy bien las consecuencias de lo que no conseguimos evitar, pero nunca podremos medir con exactitud lo que s? impedimos. Y, créanme, tenemos éxito mucho m?s a menudo de lo que fracasamos.
De forma reducida, la ramificaci?n en Asturias del atentado del 11M es la historia del arma homicida. Desgraciadamente de esta regi?n salieron los explosivos con los que se perpetr? un atentado sin precedentes. Y esa es la conexi?n que vincula esta tierra con aquel execrable crimen. Me parece importante recordar lo obvio porque en aquella época asistimos a un ejercicio poco convencional, y probablemente muy interesado, de desplazar el foco habitual del relato. El robo de explosivos se convirti? en protagonista de la historia, cuando en un crimen la atenci?n suele centrarse en quiénes, qué y por qué con m?s énfasis que en con qué.
Esta reflexi?n no es un intento de eludir las responsabilidades de los errores que pudieran haberse cometido, pero s? un ejercicio necesario para contextualizar los hechos de forma objetiva. En aquella época no hab?a en Asturias un clima de especial alerta sobre aspectos que resultaron luego ser determinantes para que terroristas yihadistas consiguieran el material explosivo y, ni mucho menos, pod?a imaginarse f?cilmente que, como luego conocimos, su relaci?n espont?nea e instrumental con nuestra regi?n tuviera consecuencias tan fatales.
Precisamente, es importante discernir qué sab?amos entonces y qué supimos luego. Si los responsables de las investigaciones en curso hubieran sabido todo con la profusi?n de detalles que luego obtuvimos habr?amos obrado diferente, pero ese no es el curso natural en la indagaci?n de posibles delitos.
En aquel momento exist?a una investigaci?n que afecta a individuos que hoy sabemos colaboradores fundamentales de los autores materiales del atentado, pero entonces eran investigados ante la sospecha de delitos relacionados con la droga o el hurto.
Aquella investigaci?n se desarrolla operacionalmente por las comandancias de Oviedo y de Gij?n y adem?s llega a contar con el apoyo de dos oficiales venidos de Madrid. Se investiga y se siguen los indicios existentes, con las dificultades propias de estos procedimientos, como la dif?cil tarea de dar veracidad a las informaciones de confidentes poco cre?bles o que a menudo tienen intereses propios en sus revelaciones a la autoridad.
Tras diferentes acciones, las l?neas de investigaci?n no obtienen resultados conclusivos y se deja entonces la operaci?n en un estado de latencia, aunque no llega a cerrarse, esperando que puedan aparecer nuevas pistas o alg?n tipo de progreso. Eso no sucedi?.
En nuestro trabajo debemos aceptar que las investigaciones no siempre observen los resultados esperados y, desgraciadamente, nunca podremos ser infalibles, aunque en nuestro af?n de servicio debamos aspirar siempre a ello. Espero que ahora, con las comandancias de la Guardia Civil de Oviedo y Gij?n unificadas, podamos ser m?s eficientes en los procedimientos de investigaci?n. Creo que esta es una clara ventaja operativa que deber?a haberse llevado a cabo mucho antes, como ya estaba dispuesto desde el a?o 1994 y que no se hab?a producido hasta fechas recientes, a mi entender, por razones pol?ticas y no técnicas.
Medidas como esta, la optimizaci?n de procedimientos internos y, especialmente, el respaldo de una clase pol?tica responsable en su actitud hacia sus fuerzas de seguridad son la mejor manera de contribuir a la eficiencia de la Guardia Civil. Por su puesto, debemos someternos a una cr?tica constructiva y exigente, pero no aceptar aquella gratuitamente incriminatoria.
Haciendo esto fortalecemos el compromiso contra?do por nuestros guardias, mujeres y hombres leales, con los asturianos. Este es también el camino m?s corto para prevenir cr?menes tan horribles como el cometido en los trenes de Atocha en 2004 y quiz?s la ?nica manera que hoy tenemos de honrar el dolor de las v?ctimas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/general-laguna-jefe-guardia-civil-99125298)