Reem
02-13-2023, 12:41 PM
Si ya es complicado dejar atr?s una vida, como lo hacen tantas personas que diariamente emigran a Espa?a, m?s lo es para muchos encontrar una nueva oportunidad. El perfil del extranjero se ha vuelto ultracualificado, repleto de formaci?n y experiencia, pero acaba ensombreciéndose ante la excesiva burocracia que predica nuestro sistema. ?El resultado? La mayor?a terminan perdiendo un tiempo valioso, como el pa?s recursos, por un papel que en ocasiones ni llega... Todo ello con desastrosos efectos colaterales que dejan médicos, abogados, arquitectos o ingenieros en el camino. Ese camino, una senda tediosa, empieza cuando ponen un pie aqu?. Entonces ya no son licenciados, son for?neos con t?tulos no homologados. Entonces es su problema hacerse valer. Son ellos quienes deben luchar para recuperar parte de la vida que dejaron atr?s. Luchar por un trabajo, y no cualquier trabajo.
Esa es la odisea que han vivido y siguen viviendo profesionales como Alejandra Feo, que documenta parte de su dilatada trayectoria académica, también*laboral, a FARO DE VIGO, del grupo Prensa Ibérica. Coordinadora de log?stica, jefa de gesti?n de informaci?n o corresponsal de normalizaci?n son algunos de los cargos que ha ostentado esta ingeniera industrial que cuenta con dos m?steres y cuyo ?ltimo empleo fue en la gerencia de planificaci?n estatal de la Corporaci?n Eléctrica Nacional de Venezuela. De all? parti? hasta Galicia, motivada por la crisis que tiene sumida a la naci?n de Nicol?s Maduro, hace cuatro a?os.
Lleg? de la mano de su marido, gallego retornado que conoci? mientras estudiaba en la universidad, pero la vida f?cil que hab?an cosechado en el pa?s que toma a Caracas como capital se desvaneci?. Ante la urgencia de marcharse, tras sufrir un intento de secuestro, solo tuvo tiempo de llevarse su titulaci?n superior (como la carrera y los posgrados que hab?a hecho) pero no la elemental (como bachillerato). Es precisamente esta ?ltima la que ahora, pese a tener t?tulos mayores que acrediten haberla pasado con creces, la que no le permite homologar los mismos. Una verdadera incongruencia.
“Para m? se han truncado los sue?os, poder crecer, porque no tengo c?mo. Aqu? lo ?nico que he hecho es trabajar de lunes a domingo para poder sacar a mi familia adelante”, afirma Alejandra, que ante las trabas que se ha encontrado durante todo el proceso se ha visto forzada a dedicarse a otras actividades, en su caso como cuidadora a domicilio. “Mi cabeza est? muy agotada. Sobre todo es la parte psicol?gica, aunque tu cerebro lo vaya entendiendo. Yo misma me doy aliento”, agrega. Y aun reconociendo que no pretende cambiar las leyes, considera que es una injusticia: “Me da rabia no poder poner mis capacidades al servicio de la gente por no tener un papel”.
En posici?n similar est? Juan Carlos Torres, médico que lleva desde 2021 en Galicia tras huir de Colombia, donde trabajaba como cirujano en una prisi?n de m?xima seguridad, luego de formarse en diferentes especialidades como pediatr?a, en el Miami Children´s Hospital, y viajar a distintos pa?ses del mundo como Rusia, Alemania o China para ampliar su experiencia profesional.
Dentro del centro penitenciario, los problemas llegaron cuando el Gobierno de Iv?n Duque aprob? una medida para liberar a algunos internos mayores de 60 a?os con ciertas patolog?as y as? evitar contagios de coronavirus en las prisiones. En el pabell?n en el que trabajaba, donde conflu?an jefes de guerrillas y cabecillas del narcotr?fico “muy influyentes”, pronto comenzaron a presionarlo para que diagnosticase a su favor y pudiesen salir de la c?rcel f?cilmente. Ante su negativa, los reos dieron con otra f?rmula y consiguieron que entraran sanitarios externos sin su autorizaci?n, que finalmente les abrieron las puertas. A él le envenenaron y casi lo matan. Tuvo que acabar pidiendo asilo, dej? su puesto y termin? viniendo a Espa?a.
“Hay mucha burocracia por un papel y se pierde mucho profesional. Hay gente muy preparada, y con muy buena disposici?n a trabajar, a la que le toca vivir de las ayudas. Y eso no tiene sentido. Hay ingenieros muy buenos, médicos superespecializados y se pierde esa mano de obra tan valiosa. Ese conocimiento que traen los extranjeros”, resalta Juan Carlos.
?l, que lleva sin encontrar trabajo casi dos a?os, subsiste como puede gracias al dinero que lleva su mujer a casa, enfermera que ahora también trabaja, al igual que Alejandra, como cuidadora a domicilio. “Tener la opci?n de producir pero no poder producir genera mucha impotencia”, se?ala, a la espera de que homologuen su titulaci?n, algo que previsiblemente se resolver? este a?o.
Un avi?n desesperante
“Se suben al avi?n con una carrera y se bajan del avi?n sin cualificaci?n. Eso es una realidad”, expone Jorge Garc?a, responsable territorial de operaciones de Acci?n Laboral Vigo, destacando que antes lo habitual era encontrar extranjeros con escasa formaci?n, pero el perfil ha cambiado. “Hoy en d?a hay much?simos licenciados. Profesionales que ten?an negocios que han malvendido para escapar de sus pa?ses y que aqu? sobreviven haciendo tareas que solo har?a gente sin estudios”, a?ade.
En el mejor de los casos, a?os mediante, acaban homologando sus titulaciones y encuentran trabajo. En los peores, m?s frecuentes de lo que uno se esperar?a, no logran homologar esos t?tulos y terminan trabajando de cualquier cosa por necesidad. Con todo, recuerda el especialista en orientaci?n, son personas que pese a lo vivido echan de menos a sus tierras, “parad?jicamente regiones que nos dieron de comer a nosotros hace 50 o 60 a?os, como Argentina, Colombia, México o Venezuela”.
Galicia duplic? sus afiliados colombianos en un lustro y multiplic? por siete los venezolanos
Buena parte del m?sculo laboral –cada vez m?s– llega a cuenta del exterior, y los ?ltimos datos de afiliaciones de la Seguridad Social en la comunidad –relativos a diciembre de 2022– dan cuenta de ello, con grandes protagonistas como Portugal. El pa?s luso es el que m?s trabajadores aporta a Galicia. De nuestro estado vecino son originarios 8.511 profesionales de la autonom?a (unos 1.300 m?s que hace cinco a?os), pero los mayores incrementos se quedan fuera de la pen?nsula ibérica y tienen su origen al otro lado del charco. Colombianos (3.677) y venezolanos (7.084) son dos de las nacionalidades que m?s han crecido, duplic?ndose y multiplic?ndose por siete sus trabajadores aqu? respectivamente. Otros territorios con gran peso entre los afiliados extranjeros de Galicia son Brasil (3.082), Rumania (2.768) y Marruecos (2.727), casi a partes iguales. También Italia (2.384), Cuba (1.645) y Senegal (1.443). Asimismo, hay el doble de extracomunitarios (34.965) que de comunitarios (16.410). Dicha brecha entre trabajadores europeos y no europeos se ha hecho m?s grande en la comunidad a lo largo de los ?ltimos cinco a?os. Si en el 2017 los trabajadores extranjeros procedentes de pa?ses de la Uni?n Europea representaban el 44,2% del total, ahora solamente suponen el 31,9%. De los afiliados extranjeros, hay m?s de 8.500 aut?nomos, as? como cerca de 3.000 personas vinculadas al sector agrario y pesquero.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/economia/talento-emigrante-valioso-aprovechado-82900218)
Esa es la odisea que han vivido y siguen viviendo profesionales como Alejandra Feo, que documenta parte de su dilatada trayectoria académica, también*laboral, a FARO DE VIGO, del grupo Prensa Ibérica. Coordinadora de log?stica, jefa de gesti?n de informaci?n o corresponsal de normalizaci?n son algunos de los cargos que ha ostentado esta ingeniera industrial que cuenta con dos m?steres y cuyo ?ltimo empleo fue en la gerencia de planificaci?n estatal de la Corporaci?n Eléctrica Nacional de Venezuela. De all? parti? hasta Galicia, motivada por la crisis que tiene sumida a la naci?n de Nicol?s Maduro, hace cuatro a?os.
Lleg? de la mano de su marido, gallego retornado que conoci? mientras estudiaba en la universidad, pero la vida f?cil que hab?an cosechado en el pa?s que toma a Caracas como capital se desvaneci?. Ante la urgencia de marcharse, tras sufrir un intento de secuestro, solo tuvo tiempo de llevarse su titulaci?n superior (como la carrera y los posgrados que hab?a hecho) pero no la elemental (como bachillerato). Es precisamente esta ?ltima la que ahora, pese a tener t?tulos mayores que acrediten haberla pasado con creces, la que no le permite homologar los mismos. Una verdadera incongruencia.
“Para m? se han truncado los sue?os, poder crecer, porque no tengo c?mo. Aqu? lo ?nico que he hecho es trabajar de lunes a domingo para poder sacar a mi familia adelante”, afirma Alejandra, que ante las trabas que se ha encontrado durante todo el proceso se ha visto forzada a dedicarse a otras actividades, en su caso como cuidadora a domicilio. “Mi cabeza est? muy agotada. Sobre todo es la parte psicol?gica, aunque tu cerebro lo vaya entendiendo. Yo misma me doy aliento”, agrega. Y aun reconociendo que no pretende cambiar las leyes, considera que es una injusticia: “Me da rabia no poder poner mis capacidades al servicio de la gente por no tener un papel”.
En posici?n similar est? Juan Carlos Torres, médico que lleva desde 2021 en Galicia tras huir de Colombia, donde trabajaba como cirujano en una prisi?n de m?xima seguridad, luego de formarse en diferentes especialidades como pediatr?a, en el Miami Children´s Hospital, y viajar a distintos pa?ses del mundo como Rusia, Alemania o China para ampliar su experiencia profesional.
Dentro del centro penitenciario, los problemas llegaron cuando el Gobierno de Iv?n Duque aprob? una medida para liberar a algunos internos mayores de 60 a?os con ciertas patolog?as y as? evitar contagios de coronavirus en las prisiones. En el pabell?n en el que trabajaba, donde conflu?an jefes de guerrillas y cabecillas del narcotr?fico “muy influyentes”, pronto comenzaron a presionarlo para que diagnosticase a su favor y pudiesen salir de la c?rcel f?cilmente. Ante su negativa, los reos dieron con otra f?rmula y consiguieron que entraran sanitarios externos sin su autorizaci?n, que finalmente les abrieron las puertas. A él le envenenaron y casi lo matan. Tuvo que acabar pidiendo asilo, dej? su puesto y termin? viniendo a Espa?a.
“Hay mucha burocracia por un papel y se pierde mucho profesional. Hay gente muy preparada, y con muy buena disposici?n a trabajar, a la que le toca vivir de las ayudas. Y eso no tiene sentido. Hay ingenieros muy buenos, médicos superespecializados y se pierde esa mano de obra tan valiosa. Ese conocimiento que traen los extranjeros”, resalta Juan Carlos.
?l, que lleva sin encontrar trabajo casi dos a?os, subsiste como puede gracias al dinero que lleva su mujer a casa, enfermera que ahora también trabaja, al igual que Alejandra, como cuidadora a domicilio. “Tener la opci?n de producir pero no poder producir genera mucha impotencia”, se?ala, a la espera de que homologuen su titulaci?n, algo que previsiblemente se resolver? este a?o.
Un avi?n desesperante
“Se suben al avi?n con una carrera y se bajan del avi?n sin cualificaci?n. Eso es una realidad”, expone Jorge Garc?a, responsable territorial de operaciones de Acci?n Laboral Vigo, destacando que antes lo habitual era encontrar extranjeros con escasa formaci?n, pero el perfil ha cambiado. “Hoy en d?a hay much?simos licenciados. Profesionales que ten?an negocios que han malvendido para escapar de sus pa?ses y que aqu? sobreviven haciendo tareas que solo har?a gente sin estudios”, a?ade.
En el mejor de los casos, a?os mediante, acaban homologando sus titulaciones y encuentran trabajo. En los peores, m?s frecuentes de lo que uno se esperar?a, no logran homologar esos t?tulos y terminan trabajando de cualquier cosa por necesidad. Con todo, recuerda el especialista en orientaci?n, son personas que pese a lo vivido echan de menos a sus tierras, “parad?jicamente regiones que nos dieron de comer a nosotros hace 50 o 60 a?os, como Argentina, Colombia, México o Venezuela”.
Galicia duplic? sus afiliados colombianos en un lustro y multiplic? por siete los venezolanos
Buena parte del m?sculo laboral –cada vez m?s– llega a cuenta del exterior, y los ?ltimos datos de afiliaciones de la Seguridad Social en la comunidad –relativos a diciembre de 2022– dan cuenta de ello, con grandes protagonistas como Portugal. El pa?s luso es el que m?s trabajadores aporta a Galicia. De nuestro estado vecino son originarios 8.511 profesionales de la autonom?a (unos 1.300 m?s que hace cinco a?os), pero los mayores incrementos se quedan fuera de la pen?nsula ibérica y tienen su origen al otro lado del charco. Colombianos (3.677) y venezolanos (7.084) son dos de las nacionalidades que m?s han crecido, duplic?ndose y multiplic?ndose por siete sus trabajadores aqu? respectivamente. Otros territorios con gran peso entre los afiliados extranjeros de Galicia son Brasil (3.082), Rumania (2.768) y Marruecos (2.727), casi a partes iguales. También Italia (2.384), Cuba (1.645) y Senegal (1.443). Asimismo, hay el doble de extracomunitarios (34.965) que de comunitarios (16.410). Dicha brecha entre trabajadores europeos y no europeos se ha hecho m?s grande en la comunidad a lo largo de los ?ltimos cinco a?os. Si en el 2017 los trabajadores extranjeros procedentes de pa?ses de la Uni?n Europea representaban el 44,2% del total, ahora solamente suponen el 31,9%. De los afiliados extranjeros, hay m?s de 8.500 aut?nomos, as? como cerca de 3.000 personas vinculadas al sector agrario y pesquero.
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