Reem
02-12-2023, 11:37 AM
Rafael M?rquez Centeno naci? en Teruel all? por 1976, recorriendo desde muy ni?o diferentes centros de reforma y acogida del Gobierno de Arag?n. Su primer destino fue el desaparecido Lorenzo Lostale de Huesca, donde recal? después de que los servicios sociales vieran que el seno familiar en el que viv?a no era el m?s proclive. Sus padres se hab?an separado y, mientras su madre conviv?a con varios hombres y no le prestaba las pertinentes atenciones, su progenitor, con problemas de alcoholismo, le viol? a los seis a?os. Una marca que le llev? a matar a un sexagenario en Huesca y poco tiempo después a un treinta?ero en la localidad zaragozana de Pina de Ebro. Ahora permanece en prisi?n, aunque le queda poco para salir.
Un informe de su primer colegio, all? por 1988, ya le clasificaba como «un border line que, a pesar de llegar a los cursos medios, no pod?a superar la primaria». El estudio dejaba constancia de que el adolescente «ha mentido en todos los centros donde ha estado». A partir de los 16 a?os estuvo en el Hogar San Francisco de Paula, donde un informe psicol?gico de 18 de marzo de 1993 destac? que era un joven con «comportamientos y desequilibrios psicol?gicos preocupantes» y resalt? otra vez su tendencia a la fabulaci?n. «Llega a creerse sus propias mentiras», a?ad?a. Meses después cometi? su primer asesinato. Era el verano de 1994 y en el n?mero 28 de la calle Desenga?o de la capital altoaragonesa fue hallado muerto el taxidermista, Manuel Zapater Carilla, de 67 a?os. M?rquez le asesin? con un hacha. Tras cometer el crimen, le rob? el coche y contact? en un bar con otros dos j?venes, que ten?an que viajar a Teruel, y se ofreci? a llevarles.
Si no llega a ser por la infracci?n de tr?fico que cometi? el criminal al volante el descubrimiento del cad?ver hubiera sido de otra forma. Cuando la Guardia Civil detuvo el veh?culo en el que viajaban los tres j?venes y comprob? que el due?o del turismo no eran ninguno de los tres, sospecharon, intentando llamar al taxidermista, pero no les cog?a el teléfono as? que acudieron al domicilio de la v?ctima, situado en el Tubo oscense. Estaba muerto en el sof? mientras descansaba frente al televisor.
"Acud?a para intentar abusar de los ni?os y también lo quiso hacer conmigo"
Los tres fueron inmediatamente detenidos, si bien solo fue enviado provisionalmente a prisi?n M?rquez, quien, inicialmente, confes? el crimen, pero, m?s tarde, cambio su declaraci?n y aleg? que hab?a sido obligado a autoinculparse.
Ofreci? una versi?n que fue cuestionada durante el juicio. Seg?n el joven, el taxidermista sol?a visitar el centro Lorenzo Lostale, cuando él estaba interno. «Acud?a para intentar abusar de los ni?os y también lo quiso hacer conmigo», declar? para dar a entender que trat? de vengarse.
Ya en el juicio en la Audiencia de Huesca, M?rquez afirm? que no quer?a matarle, pero que lo hizo «en defensa propia» cuando quiso violarle. A?adi? que, primero, le clav? un cuchillo y le dej? malherido, pero la v?ctima le ten?a asido por una pierna y utiliz? un hacha para rematarle.
Tantos cambios de versi?n e incoherencias, y el hecho que se le reconociera como un «mentiroso patol?gico» que llev? al tribunal a no admitirle el hecho de la supuesta violaci?n por parte de la v?ctima, pues el homicida y el fallecido hab?an mantenido relaciones sexuales consentidas de mutuo acuerdo durante varias semanas. El propio acusado reconoci? estos hechos, aunque manifest? que el taxidermista asesinado le provocaba «repulsi?n».
M?rquez fue condenado a 26 a?os por asesinato, pero recurri? al Supremo que le rebaj? la pena a 20 a?os, al aplicarle una atenuante de trastorno mental.
La suerte estaba de su lado, pues no estuvo mucho tiempo en prisi?n. Tan solo nueve a?os. Se acogi? al antiguo C?digo Penal, que contemplaba redenciones de pena por trabajo, y obtuvo la libertad condicional el 24 de enero del 2003, tras pasar por las c?rceles de Daroca, Alcal? 2, Logro?o y Zuera.
Su segundo asesinato
A su salida de la c?rcel recal? en Pina de Ebro. All? cometi? su segundo crimen. Mat? en el interior de su domicilio situado en la calle del sol a Pedro Luis Jabato Crespo, de 35 a?os y de origen vasco, que resid?a en este municipio zaragozano porque hab?a encontrado trabajo en el pol?gono industrial.
En el interior de la vivienda, M?rquez golpe? con una figura de m?rmol en la cabeza a su v?ctima, Pedro Luis. Le provoc? graves lesiones en el cr?neo y fue seguido de otros en la cara y en el cuerpo y de un intento de estrangulamiento que provoc? la rotura de la laringe de Jabato. Después, M?rquez at? de pies y manos a su v?ctima en una cama, abandon?ndole en estado semiinconsciente.
Como hizo con su primera v?ctima en Huesca, huy? del lugar del crimen en el coche de su v?ctima, a quien sustrajo una tarjeta bancaria, el m?vil y las llaves de la vivienda, motivo por el que también ha sido condenado como autor de un delito de robo de veh?culo de motor y una falta de hurto. La Guardia Civil hall? a Crespo varios d?as después, en estado ag?nico, y lo traslad? a un centro sanitario en el que falleci? al poco tiempo dada la gravedad de las heridas que presentaba.
El 27 de abril del 2004, M?rquez fue detenido. Entonces manifest? que mat? a Pedro Luis en un juego de rol en el que le correspondi? la ficha de la muerte. «Y en el rol no gustan los maricones», sentenci? en aquella ocasi?n. También dijo que, cuando visit? el piso de su v?ctima, esta le piropeaba sin parar. La noche de los hechos, M?rquez cogi? la tarjeta de crédito y 280 euros de la v?ctima, as? como su coche, con el que sufri? una aver?a cuando iba camino a Zaragoza.
Una confesi?n que, al igual que en el caso de Huesca, trat? de invalidar. «Me confesé culpable porque la Guardia Civil me dio una paliza de muerte», afirm? en la vista oral en la que estuvo defendido por el letrado Pedro Santisteve –que a?os m?s adelante fue alcalde de Zaragoza–. Aleg? durante la vista que, si bien estuvo en el lugar del crimen, el autor del asesinato fue una tercera persona, Ben Ali, un magreb? que fue expulsado de Espa?a.
El responsable de la Polic?a Judicial de la Benemérita que dirigi? la detenci?n de M?rquez, asegur? que el crimen de Pina y el de Huesca «son dos fotocopias idénticas».
Por todo ello, los magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza que le impusieron una condena de 23 a?os de prisi?n por un delito de asesinato.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/marquez-joven-teruel-mataba-gays-82863637)
Un informe de su primer colegio, all? por 1988, ya le clasificaba como «un border line que, a pesar de llegar a los cursos medios, no pod?a superar la primaria». El estudio dejaba constancia de que el adolescente «ha mentido en todos los centros donde ha estado». A partir de los 16 a?os estuvo en el Hogar San Francisco de Paula, donde un informe psicol?gico de 18 de marzo de 1993 destac? que era un joven con «comportamientos y desequilibrios psicol?gicos preocupantes» y resalt? otra vez su tendencia a la fabulaci?n. «Llega a creerse sus propias mentiras», a?ad?a. Meses después cometi? su primer asesinato. Era el verano de 1994 y en el n?mero 28 de la calle Desenga?o de la capital altoaragonesa fue hallado muerto el taxidermista, Manuel Zapater Carilla, de 67 a?os. M?rquez le asesin? con un hacha. Tras cometer el crimen, le rob? el coche y contact? en un bar con otros dos j?venes, que ten?an que viajar a Teruel, y se ofreci? a llevarles.
Si no llega a ser por la infracci?n de tr?fico que cometi? el criminal al volante el descubrimiento del cad?ver hubiera sido de otra forma. Cuando la Guardia Civil detuvo el veh?culo en el que viajaban los tres j?venes y comprob? que el due?o del turismo no eran ninguno de los tres, sospecharon, intentando llamar al taxidermista, pero no les cog?a el teléfono as? que acudieron al domicilio de la v?ctima, situado en el Tubo oscense. Estaba muerto en el sof? mientras descansaba frente al televisor.
"Acud?a para intentar abusar de los ni?os y también lo quiso hacer conmigo"
Los tres fueron inmediatamente detenidos, si bien solo fue enviado provisionalmente a prisi?n M?rquez, quien, inicialmente, confes? el crimen, pero, m?s tarde, cambio su declaraci?n y aleg? que hab?a sido obligado a autoinculparse.
Ofreci? una versi?n que fue cuestionada durante el juicio. Seg?n el joven, el taxidermista sol?a visitar el centro Lorenzo Lostale, cuando él estaba interno. «Acud?a para intentar abusar de los ni?os y también lo quiso hacer conmigo», declar? para dar a entender que trat? de vengarse.
Ya en el juicio en la Audiencia de Huesca, M?rquez afirm? que no quer?a matarle, pero que lo hizo «en defensa propia» cuando quiso violarle. A?adi? que, primero, le clav? un cuchillo y le dej? malherido, pero la v?ctima le ten?a asido por una pierna y utiliz? un hacha para rematarle.
Tantos cambios de versi?n e incoherencias, y el hecho que se le reconociera como un «mentiroso patol?gico» que llev? al tribunal a no admitirle el hecho de la supuesta violaci?n por parte de la v?ctima, pues el homicida y el fallecido hab?an mantenido relaciones sexuales consentidas de mutuo acuerdo durante varias semanas. El propio acusado reconoci? estos hechos, aunque manifest? que el taxidermista asesinado le provocaba «repulsi?n».
M?rquez fue condenado a 26 a?os por asesinato, pero recurri? al Supremo que le rebaj? la pena a 20 a?os, al aplicarle una atenuante de trastorno mental.
La suerte estaba de su lado, pues no estuvo mucho tiempo en prisi?n. Tan solo nueve a?os. Se acogi? al antiguo C?digo Penal, que contemplaba redenciones de pena por trabajo, y obtuvo la libertad condicional el 24 de enero del 2003, tras pasar por las c?rceles de Daroca, Alcal? 2, Logro?o y Zuera.
Su segundo asesinato
A su salida de la c?rcel recal? en Pina de Ebro. All? cometi? su segundo crimen. Mat? en el interior de su domicilio situado en la calle del sol a Pedro Luis Jabato Crespo, de 35 a?os y de origen vasco, que resid?a en este municipio zaragozano porque hab?a encontrado trabajo en el pol?gono industrial.
En el interior de la vivienda, M?rquez golpe? con una figura de m?rmol en la cabeza a su v?ctima, Pedro Luis. Le provoc? graves lesiones en el cr?neo y fue seguido de otros en la cara y en el cuerpo y de un intento de estrangulamiento que provoc? la rotura de la laringe de Jabato. Después, M?rquez at? de pies y manos a su v?ctima en una cama, abandon?ndole en estado semiinconsciente.
Como hizo con su primera v?ctima en Huesca, huy? del lugar del crimen en el coche de su v?ctima, a quien sustrajo una tarjeta bancaria, el m?vil y las llaves de la vivienda, motivo por el que también ha sido condenado como autor de un delito de robo de veh?culo de motor y una falta de hurto. La Guardia Civil hall? a Crespo varios d?as después, en estado ag?nico, y lo traslad? a un centro sanitario en el que falleci? al poco tiempo dada la gravedad de las heridas que presentaba.
El 27 de abril del 2004, M?rquez fue detenido. Entonces manifest? que mat? a Pedro Luis en un juego de rol en el que le correspondi? la ficha de la muerte. «Y en el rol no gustan los maricones», sentenci? en aquella ocasi?n. También dijo que, cuando visit? el piso de su v?ctima, esta le piropeaba sin parar. La noche de los hechos, M?rquez cogi? la tarjeta de crédito y 280 euros de la v?ctima, as? como su coche, con el que sufri? una aver?a cuando iba camino a Zaragoza.
Una confesi?n que, al igual que en el caso de Huesca, trat? de invalidar. «Me confesé culpable porque la Guardia Civil me dio una paliza de muerte», afirm? en la vista oral en la que estuvo defendido por el letrado Pedro Santisteve –que a?os m?s adelante fue alcalde de Zaragoza–. Aleg? durante la vista que, si bien estuvo en el lugar del crimen, el autor del asesinato fue una tercera persona, Ben Ali, un magreb? que fue expulsado de Espa?a.
El responsable de la Polic?a Judicial de la Benemérita que dirigi? la detenci?n de M?rquez, asegur? que el crimen de Pina y el de Huesca «son dos fotocopias idénticas».
Por todo ello, los magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza que le impusieron una condena de 23 a?os de prisi?n por un delito de asesinato.
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