Reem
02-12-2023, 10:15 AM
Una bofetada en TikTok. (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/policia-detiene-hombre-pego-novia-82261861) Siendo precisos, una presunta agresi?n machista en pleno directo por la que piden hasta un a?o de prisi?n. “Es mi padre”, primero. No, era realmente su pareja al que se ve?a arremeterle un fuerte golpe en la cara mientras conversaba en l?nea. “Todo fue un show. Lo hicimos por fama”, después. Luego, otro directo, “solo me ha dado dos palizas en mi vida y porque hab?a visto cosas”, trata de justificar.
Hace unas semanas se desataba la polémica en redes después de que cientos de personas viesen en vivo esta violenta escena y se hiciese viral. Tras unos d?as, la v?ctima acud?a a los juzgados acompa?ando al presunto agresor, insistiendo en que todo hab?a sido un paripé.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
“Habr?a que ver hasta qué punto el cambio de versi?n en ella es real”, analiza Belén Montesa, psic?loga con amplia experiencia en el ?mbito de la educaci?n, sobre este caso concreto. “De ser cierto que era algo pactado, demuestra un comportamiento patol?gico por parte de ambos al ponerse en esa identidad con un tema tan delicado solo para conseguir seguidores. Patol?gico y s?dico”, apunta.
Pero, m?s all? del trasfondo de este caso en particular, no es el ?nico ejemplo del ‘todo vale’ por los likes, los seguidores y la fama as? como el rédito econ?mico que esperan sacar de ello: familias que se inventan enfermedades para pedir donativos, ‘influencers’ que hacen gala de pr?cticas sexuales abusivas o que convierten la polémica y el escarnio a otros -incluso a personas especialmente vulnerables- en su fuente de contenido.
En este sentido, esta misma semana se pon?a el foco en los streamers AuronPlay y Biyin por comentarios filonazis y chistes inaceptables sobre cuestiones tan delicadas como la desaparici?n del ni?o canario Yéremi Vargas (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/madre-yeremi-vargas-denuncia-humor-82599150) o personas con discapacidad. Humor negro, dicen.
Lo mismo sucede con los retos virales. “La moda de los padres que lanzan una loncha de queso a sus bebés, graban la reacci?n y la comparten en redes sociales es terrible”, censura Montesa, ya que “este tipo de ‘bromas’, en algunos casos a menores, se basan en la humillaci?n” e incluso “llegan a incumplir la legislaci?n de protecci?n del menor”.
La psic?loga establece un paralelismo entre estas conductas y la pornograf?a. “Los humanos tenemos ciertas tendencias s?dicas en lo que miramos. Por ejemplo, en una pel?cula en la que vemos determinados sucesos”, explica. Y esto entra dentro de la naturaleza de las personas, sin embargo “el problema es que est? saltando de la ficci?n a escenas de la vida real, falta esa capacidad de diferenciar qué es realidad y qué es ficci?n, algo as? como lo que ocurre con el porno”, donde todo est? guionizado, pero cuya frontera entre realidad y ficci?n lleva tiempo desdibuj?ndose, con las consecuencias que acarrea.
"Falta capacidad para diferencias qué es realidad y qué ficci?n, como pasa con el porno"
A esto se suma la necesidad que generan las redes sociales de ser mirado “aunque el precio sea someter o someterse a la denigraci?n”.
Los menores son adem?s mucho m?s permeables a este tipo de influencias, ya que “tienen mayor necesidad de sentirse queridos, aceptados y pertenecientes a un grupo”, explica la psic?loga. Sin embargo, de nuevo insiste en que no se puede generalizar. “No podemos decir que todos los j?venes tienen estos comportamientos”, aclara. Es m?s, “son s?ntoma de carencias, de falta de l?mites y valores que los llevan a buscar una identidad y reconocimiento a cualquier precio en un momento, la adolescencia, ya de por s? lleno de turbulencias emocionales”.
En este sentido, para la Dra. Eva Herrero Curiel, profesora de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, estamos ante un tema “muy complejo” que requiere un an?lisis profundo m?s all? de un caso concreto y el “todo vale por la fama”: “Tendr?amos que ver, desde el punto de vista psicol?gico, hasta qué punto el uso de las redes sociales est? afectando a nuestra salud mental, m?s a?n en una época de turbulencias a nivel emocional y en la que a?n nos estamos formando como individuos como es la adolescencia”. En su opini?n, estamos ante un problema social que deber?a llevarnos a reflexionar: “?Qué est? pasando para que alguien crea que la violencia de cualquier tipo, o la mentira, vaya a repercutirle en términos de fama y dinero?”, se pregunta y concluye: “Hay que hacer mucha pedagog?a, y no solo con los j?venes”.
"Hay que hacer mucha pedagog?a y no solo con los j?venes"
Vanessa Rodr?guez, psic?loga, psicopedagoga y experta en neuroeducaci?n, a?ade otro punto de vista. En el caso de los adolescentes “cabe preguntarnos si ellos viven ciertos hecho como denigrante. Tendemos a ver sus comportamientos con una visi?n adultocéntrica y lo que puede ser denigrante para nosotros puede no serlo para ellos”.
Adem?s, los nativos digitales “no tienen esa diferenciaci?n que tenemos los migrantes digitales entre el mundo online y offline, sino que para ellos convergen”. Por esto, en su opini?n, para lograr conductas seguras lo importante es “acompa?arlos en el uso de las redes y ense?arles a diferenciar en cualquier ?mbito, también en el online, los espacios p?blicos, privados e ?ntimos”.
"Debemos ense?arles a diferenciar los espacios p?blicos, privados e ?ntimos"
Rodr?guez ofrece otra recomendaci?n: “Di?logo”. Para establecer esa comunicaci?n, a?ade, “debemos primero escuchar, tratar de entender su visi?n y, a partir de ah?, introducir interrogantes y pensar en com?n”.
La culpa del que mira
En toda esta ecuaci?n falta un elemento imprescindible, el que mira: “Tanta responsabilidad tiene el p?blico, el que ve y se r?e de determinados contenidos, como el que los crea”, sentencia de nuevo la psic?loga Belén Montesa.
“Si hubiese una censura social generalizada hacia este tipo de comportamientos, el resultado ser?a muy distinto, no se ven como actitudes que incluso incumplen las leyes de protecci?n del menor”, ahonda.
Las (no) agresiones en redes
Y es que hay cierto tipo de violencia a través de las redes sociales que sigue sin identificarse como agresiones. Nadie duda que el ciberacoso, la sextorsi?n, el grooming o el happy slapping son actos de coacci?n y crueldad, pero existen otras conductas lesivas aceptadas.
“En realidad los comportamientos violentos normalizados en redes sociales son los mismos que est?n normalizados fuera”, aclara Vanesa Rodr?guez, “aunque s? que se ven amplificados”.
Belén Montesa pone el foco también en la distancia que proporciona la pantalla. “El cuerpo compromete, y ese factor no existe en redes sociales. No se piensan o miden las circunstancias y adem?s existe cierta impunidad”, apunta.
Lo que nos hace humanos, explica, “es el ser cuidadoso, que lo que hacemos no caiga en saco roto, debemos cuidarnos, no todo se puede”. Con una reflexi?n similar concluye Rodr?guez, “debemos ayudar a los j?venes a tomar conciencia de que al otro lado hay alguien con sentimientos y que sus actos afectan igual en el mundo online como en el offline”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/violencia-humillacion-vale-like-82860250)
Hace unas semanas se desataba la polémica en redes después de que cientos de personas viesen en vivo esta violenta escena y se hiciese viral. Tras unos d?as, la v?ctima acud?a a los juzgados acompa?ando al presunto agresor, insistiendo en que todo hab?a sido un paripé.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
“Habr?a que ver hasta qué punto el cambio de versi?n en ella es real”, analiza Belén Montesa, psic?loga con amplia experiencia en el ?mbito de la educaci?n, sobre este caso concreto. “De ser cierto que era algo pactado, demuestra un comportamiento patol?gico por parte de ambos al ponerse en esa identidad con un tema tan delicado solo para conseguir seguidores. Patol?gico y s?dico”, apunta.
Pero, m?s all? del trasfondo de este caso en particular, no es el ?nico ejemplo del ‘todo vale’ por los likes, los seguidores y la fama as? como el rédito econ?mico que esperan sacar de ello: familias que se inventan enfermedades para pedir donativos, ‘influencers’ que hacen gala de pr?cticas sexuales abusivas o que convierten la polémica y el escarnio a otros -incluso a personas especialmente vulnerables- en su fuente de contenido.
En este sentido, esta misma semana se pon?a el foco en los streamers AuronPlay y Biyin por comentarios filonazis y chistes inaceptables sobre cuestiones tan delicadas como la desaparici?n del ni?o canario Yéremi Vargas (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/madre-yeremi-vargas-denuncia-humor-82599150) o personas con discapacidad. Humor negro, dicen.
Lo mismo sucede con los retos virales. “La moda de los padres que lanzan una loncha de queso a sus bebés, graban la reacci?n y la comparten en redes sociales es terrible”, censura Montesa, ya que “este tipo de ‘bromas’, en algunos casos a menores, se basan en la humillaci?n” e incluso “llegan a incumplir la legislaci?n de protecci?n del menor”.
La psic?loga establece un paralelismo entre estas conductas y la pornograf?a. “Los humanos tenemos ciertas tendencias s?dicas en lo que miramos. Por ejemplo, en una pel?cula en la que vemos determinados sucesos”, explica. Y esto entra dentro de la naturaleza de las personas, sin embargo “el problema es que est? saltando de la ficci?n a escenas de la vida real, falta esa capacidad de diferenciar qué es realidad y qué es ficci?n, algo as? como lo que ocurre con el porno”, donde todo est? guionizado, pero cuya frontera entre realidad y ficci?n lleva tiempo desdibuj?ndose, con las consecuencias que acarrea.
"Falta capacidad para diferencias qué es realidad y qué ficci?n, como pasa con el porno"
A esto se suma la necesidad que generan las redes sociales de ser mirado “aunque el precio sea someter o someterse a la denigraci?n”.
Los menores son adem?s mucho m?s permeables a este tipo de influencias, ya que “tienen mayor necesidad de sentirse queridos, aceptados y pertenecientes a un grupo”, explica la psic?loga. Sin embargo, de nuevo insiste en que no se puede generalizar. “No podemos decir que todos los j?venes tienen estos comportamientos”, aclara. Es m?s, “son s?ntoma de carencias, de falta de l?mites y valores que los llevan a buscar una identidad y reconocimiento a cualquier precio en un momento, la adolescencia, ya de por s? lleno de turbulencias emocionales”.
En este sentido, para la Dra. Eva Herrero Curiel, profesora de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, estamos ante un tema “muy complejo” que requiere un an?lisis profundo m?s all? de un caso concreto y el “todo vale por la fama”: “Tendr?amos que ver, desde el punto de vista psicol?gico, hasta qué punto el uso de las redes sociales est? afectando a nuestra salud mental, m?s a?n en una época de turbulencias a nivel emocional y en la que a?n nos estamos formando como individuos como es la adolescencia”. En su opini?n, estamos ante un problema social que deber?a llevarnos a reflexionar: “?Qué est? pasando para que alguien crea que la violencia de cualquier tipo, o la mentira, vaya a repercutirle en términos de fama y dinero?”, se pregunta y concluye: “Hay que hacer mucha pedagog?a, y no solo con los j?venes”.
"Hay que hacer mucha pedagog?a y no solo con los j?venes"
Vanessa Rodr?guez, psic?loga, psicopedagoga y experta en neuroeducaci?n, a?ade otro punto de vista. En el caso de los adolescentes “cabe preguntarnos si ellos viven ciertos hecho como denigrante. Tendemos a ver sus comportamientos con una visi?n adultocéntrica y lo que puede ser denigrante para nosotros puede no serlo para ellos”.
Adem?s, los nativos digitales “no tienen esa diferenciaci?n que tenemos los migrantes digitales entre el mundo online y offline, sino que para ellos convergen”. Por esto, en su opini?n, para lograr conductas seguras lo importante es “acompa?arlos en el uso de las redes y ense?arles a diferenciar en cualquier ?mbito, también en el online, los espacios p?blicos, privados e ?ntimos”.
"Debemos ense?arles a diferenciar los espacios p?blicos, privados e ?ntimos"
Rodr?guez ofrece otra recomendaci?n: “Di?logo”. Para establecer esa comunicaci?n, a?ade, “debemos primero escuchar, tratar de entender su visi?n y, a partir de ah?, introducir interrogantes y pensar en com?n”.
La culpa del que mira
En toda esta ecuaci?n falta un elemento imprescindible, el que mira: “Tanta responsabilidad tiene el p?blico, el que ve y se r?e de determinados contenidos, como el que los crea”, sentencia de nuevo la psic?loga Belén Montesa.
“Si hubiese una censura social generalizada hacia este tipo de comportamientos, el resultado ser?a muy distinto, no se ven como actitudes que incluso incumplen las leyes de protecci?n del menor”, ahonda.
Las (no) agresiones en redes
Y es que hay cierto tipo de violencia a través de las redes sociales que sigue sin identificarse como agresiones. Nadie duda que el ciberacoso, la sextorsi?n, el grooming o el happy slapping son actos de coacci?n y crueldad, pero existen otras conductas lesivas aceptadas.
“En realidad los comportamientos violentos normalizados en redes sociales son los mismos que est?n normalizados fuera”, aclara Vanesa Rodr?guez, “aunque s? que se ven amplificados”.
Belén Montesa pone el foco también en la distancia que proporciona la pantalla. “El cuerpo compromete, y ese factor no existe en redes sociales. No se piensan o miden las circunstancias y adem?s existe cierta impunidad”, apunta.
Lo que nos hace humanos, explica, “es el ser cuidadoso, que lo que hacemos no caiga en saco roto, debemos cuidarnos, no todo se puede”. Con una reflexi?n similar concluye Rodr?guez, “debemos ayudar a los j?venes a tomar conciencia de que al otro lado hay alguien con sentimientos y que sus actos afectan igual en el mundo online como en el offline”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/violencia-humillacion-vale-like-82860250)