Reem
02-10-2023, 12:35 PM
Es todav?a lunes, pero Mart?n Sagrera, soci?logo jubilado de 87 a?os, ya tiene todo preparado para la manifestaci?n del domingo. Ese d?a, una marcha a favor de la sanidad p?blica aspira a llenar el centro de Madrid y él, como lleva haciendo desde hace décadas en miles de protestas, acudir? para repartir gratuitamente las peque?as pancartas que confecciona en su casa. Son sencillas: un fino palo de madera, una hoja Din A3 o Din A4 y un lema, una frase, a veces una sola palabra: "Tienen que ser pocas, hay que sintetizar".
A pesar de su aspecto endeble, sus carteles han alzado la voz para defender multitud de causas: las luchas contra las dictaduras, las guerras, el terrorismo o la violencia de género, o la defensa de los derechos humanos, el ecologismo, las pensiones, la vivienda digna, la sanidad y los derechos LGTBI. Su lista de lemas es interminable: "Malos Gobiernos dividen los pueblos", "Pan y techo, a justo precio", "M?s sanitarios, muy necesarios", "Gay, ok", "Carne, veneno"… Sus mensajes ensartados en varillas atraviesan buena parte de la historia reciente de Espa?a. Del 23-F a las marchas contra ETA, del 11-M al 15-M, Mart?n siempre estuvo all?.*
https://www.aglitk.com/clip/03e5a37a-6ac9-466f-bc90-798cd758e94e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Pancartas de Mart?n Sagrera, en un marcha por el Primero de Mayo. | EFE
Es, como él mismo asume en su propia p?gina web, el "mayor pancartero de Espa?a". "Y quiz?s, internacional", a?ade. "El otro d?a hicimos cuatro manifestaciones, en una ma?ana de s?bado. Fue un récord", se enorgullece. Para él, su labor sigue siendo necesaria en un pa?s del que considera que no sale a la calle lo suficiente. Y contrapone los ejemplos de Francia o Portugal. "Nos nos movilizamos, y cada vez menos. La ley mordaza hizo mucho da?o, aunque ya suced?a antes. Este pueblo no se mueve, la gente es muy pasiva. Por eso cada vez se ven m?s mis pancartas, porque cada d?a hay menos gente", admite con pesar. "?Hay que protestar, co?o!", exclama.
La factor?a de pancartas radica en su propio domicilio, un ?tico donde se amontonan las herramientas de protesta junto a las estanter?as con libros. "Tengo siete cuartos de archivo y dos m?s a medias, y en un sotanillo cercano guardo m?s cosas", abunda. Una terraza ahora cerrada hace las veces de almacén principal. Por todas partes hay cajas que guardan pancartas de las manifestaciones por venir, pero también de antiguas reivindicaciones, muchas listas para volver a ver la luz, si es necesario. En una esquina hay un "OUI" en letras grandes. "Esa es de una manifestaci?n en Marsella contra la ultraderecha", aclara. El espacio est? inflamado por mensajes reivindicativos y por la luz de un tibio sol de invierno que le recuerda que las tardes ya son m?s largas.
https://www.aglitk.com/clip/5c3848c3-95b8-4316-a089-855e89a07de4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Pancartas en la vivienda de Mart?n, listas para repartir en la pr?xima manifestaci?n. | A.R.
Mart?n no imprime los lemas en su casa. Para eso recurre a una copister?a cercana. Lo que s? hace él con alg?n amigo o colaborador es pegar los papeles con adhesivos y grapas en los palos, que pide por internet en grandes cantidades. Los d?as de manifestaci?n, carga con las pancartas en su coche y se planta en el centro de Madrid para repartirlas. En las grandes marchas, puede llegar a entregar centenares.*
El coste por cartel no es muy elevado, pero las proporciones casi industriales de algunas de sus tiradas elevan los gastos. Como no cobra por ellas, a Mart?n le preguntan a veces c?mo las paga, y él aclara que puede permit?rselo gracias a la herencia de uno de sus abuelos.*
Pero en el taller 'pancartero' hay otro trabajo: el intelectual. Un buen lema resulta fundamental. "Si uno tiene un cartelito peque?o tiene que decir muy pocas palabras y muy claras", explica. La clave es "sintetizar y sintetizar". Y Mart?n esto lo aprendi? en los evangelios y en los refranes: "A m? siempre me han gustado los evangelios, primero, y después, los refranes. Hay un proverbio que dice: ‘Los refranes son evangelios chiquititos'. Porque resumen muy bien los temas. He le?do refranes desde peque?o. Y eso me ha ayudado a sintetizar".
https://www.aglitk.com/clip/950211fa-3cf8-45f3-a557-84418443d538_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Las pancartas de protestas pasadas se amontonan en la casa de Mart?n Sagrera. | A.R.
De la vida académica a la protesta
Mart?n va ya para los 88 a?os, "un n?mero capic?a", asume como catal?n de Palafrugell (Girona), aunque creci? en Andaluc?a, como delata su acento, antes de que el franquismo le "echara" de Espa?a. "Iba para curra, que era lo que se estilaba. Entonces, fui a estudiar a Roma, que es donde se hacen los obispos", admite. Pero aquello se torci? y recal? en Par?s, donde se doctor? el Filosof?a, aunque estudi? también Historia de las Religiones, Sociolog?a y Demograf?a.
Después, se traslad? a América Latina, donde vivi? 15 a?os. All? acab? de madurar su activismo, mientras desarrollaba su labor como investigador y docente en diferentes universidades. De sus visitas a Estados Unidos hab?a quedado impresionado por los manifestantes que sal?an a protestar solos, con la ?nica compa??a de sus propias pancartas. Y pronto tom? el ejemplo. En 1959, cuando estaba en Puerto Rico, alarmado por la visita del presidente estadounidense Ike Eisenhower a Espa?a, cre? su primer cartel de protesta y se ech? a la calle con su lema: "Descolonicemos Puerto Rico y Espa?a pol?tica y sexualmente". "Entonces era jovencito, y m?s indignado que ahora", bromea.
https://www.aglitk.com/clip/e470749a-4483-46c0-aab7-674b4cacd75c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Mart?n Sagrera, en 1959 en Puerto Rico, en su primera protesta con pancarta, en la portada de una de sus publicaciones. | Mart?n Sagrera
La sexualidad, la religi?n, la demograf?a o el racismo han sido objeto de gran parte de sus investigaciones, plasmadas en algunos de los m?s de veinte libros que ha publicado.
A su regreso a Espa?a, tras la muerte de Franco, se trajo el activismo en la maleta, aunque también muchas dudas. "?Para qué voy a volver si esto no ha cambiado?", pensaba entonces. Decidi? instalarse en Madrid, para "no molestar" a su familia, repartida entre Barcelona y Sevilla. La capital, epicentro y amplificador de las protestas en Espa?a, le servir?a como plataforma de sus reivindicaciones para todo el pa?s.
El activismo lo compatibiliz? solo durante un breve tiempo con la militancia pol?tica. "No soy de ning?n partido, pero cuando volv? a Espa?a pensé ‘tengo que casarme con el pa?s, después de tantos a?os’, y entonces decid? meterme en el PSOE", expone. No ocup? cargos de responsabilidad y*enseguida renunci?. "Los partidos tienen algo de iglesia y yo soy una persona cr?tica, anal?tica, intelectual en el peor de los sentidos. Adem?s, la pol?tica es dur?sima", reconoce.
https://www.aglitk.com/clip/5834d169-28fe-4591-b1a6-b939bdd63454_16-9-aspect-ratio_default_1202138.jpg Carteles de Mart?n Sagrera en una manifestaci?n contra la violencia de género. | EFE
El intento de golpe del 23-F
Después de su regreso a Espa?a, el 23-F le dej? claro que el pasado m?s oscuro segu?a al acecho. Ateo "gracias a Dios", pese a su primera vocaci?n, recuerda el d?a del golpe y c?mo se sum? a las protestas para defender la democracia frente a los titubeos que apreciaba en la Iglesia. "Aquellos d?as estaban reunidos los obispos en Madrid, y hasta la ma?ana siguiente no dieron el ‘no’ al golpe. Esperaron a que pasara. Ese d?a yo no hab?a hecho carteles, sino un manifiesto que se titulaba 'El golpe y los obispos', que encargué imprimir en una fotocopiadora ciclostil", rememora. Cuando a?n faltaban algunos meses para que el primer Gobierno de la democracia aprobase la ley del divorcio, cont? con una ayuda inesperada en su protesta contra la jerarqu?a eclesi?stica. "El que me los hizo, como se quer?a divorciar, me ayud? a repartirlos", evoca con una sonrisa.
Poco m?s tarde estallaron las protestas contra el ingreso de Espa?a en la OTAN, de las que a?n conserva algunos carteles, aunque hoy ya no comparte esas posiciones: "La cantidad de miles de pancartas que hice contra la OTAN... Pero era en otras circunstancias. Ahora, teniendo la guerra en Europa y como estamos... Quedan cuatro que est?n en contra".*
La guerra de Ucrania y la "escasa" movilizaci?n contra la invasi?n rusa constituye precisamente uno de los asuntos que m?s le preocupan ahora. Si en Espa?a hab?a alguien concienciado por la deriva autoritaria de Vlad?mir Putin mucho antes de la agresi?n militar a su pa?s vecino, ese era Mart?n. Cuando el presidente ruso visit? Espa?a en 2006, él sali? a protestar con su pancarta: "Ru?n con Put?n. Libertad de expresi?n. Disidentes a prisi?n".
Del 11-M al 14-M
Con emoci?n y dolor recuerda, igualmente, el 11 de marzo de 2004, el d?a en el que Madrid se estremeci? bajo el golpe del terrorismo islamista. Y también las jornadas de conmoci?n que se sucedieron después, hasta las elecciones generales del 14-M. El d?a 12, como centenares de miles de madrile?os, acudi? a la marcha de repulsa. Lo hizo con pancartas que proclamaban un simple pero rotundo "No". Algunas ya las ten?a, pero las salpic? con tinta roja para enfatizar el horror de la barbarie yihadista. "Cuando salimos, estaba el pueblo en marcha, no se pod?a llegar al lugar de la manifestaci?n, nunca ha habido una manifestaci?n as?", atestigua.*
Sin embargo, el escenario trasmut? pronto del duelo por las v?ctimas a la disputa pol?tica, agitada por la gesti?n del Gobierno de José Mar?a Aznar, que insisti? en se?alar a ETA cuando los primeros indicios apuntaban ya a una autor?a islamista. El s?bado d?a 13, en la jornada de reflexi?n, miles de personas se movilizaron para protestar contra el Ejecutivo. Un amigo le cont? a Mart?n que se hab?a organizado una concentraci?n frente a la sede del PP. Entonces, no lo dud?: "Me acordé de que ten?a las pancartas con la palabra 'PAZ' por la guerra de Irak y empecé a sacarlas. Llamé a otro amigo muy implicado en el 'No a la guerra'. ?l y su hijo ten?an, a su vez, m?s pancartas. Las llevamos all?, las repartimos y volv? a por m?s. Fue impresionante".*
Mart?n cree que su papel contribuy? a que todo se desarrollase de forma pac?fica pese al ambiente de tensi?n: "Un t?o con un cartel de 'PAZ' no iba a ponerse a tirar piedras. Y un polic?a no iba a cargar contra alguien que llevaba un cartel de 'PAZ'", razona. Pero el impacto medi?tico era inevitable. "Al d?a siguiente, hab?a peri?dicos que ten?an dos p?ginas con las im?genes de la gente frente a la sede del PP pidiendo paz con las pancartas–revive– y eso yo creo que influy?".*
El 14-M, contra el pron?stico de las encuestas, el PSOE gan? las elecciones. Envuelto en los acontecimientos, Mart?n se vio convertido en protagonista y no pudo evitar resultar se?alado. "La derecha le ech? la culpa a los socialistas. Dec?an que lo ten?an preparado. Yo sal? en los peri?dicos y algunos me acusaron de eso. Pero aquello no era una cosa que hubiera montado el PSOE", defiende. Y va m?s all?: "Fue una casualidad, fue bonito y creo que ayud? al pa?s; no digo ya a un partido, sino que ayud? a que el pa?s no se dividiese m?s".
Las protestas contra ETA y el 15-M
Las manifestaciones contra ETA encarnaron también, durante a?os, la respuesta de dignidad de la sociedad frente a la crueldad del terrorismo de la banda, otro largo y oscuro episodio de la historia de Espa?a. "Fue una de las cosas que ha desgraciado este pa?s, porque se perdieron muchas libertades", lamenta a?n hoy Mart?n, que calcula que lleg? a participar en "unas 80 o 90 manifestaciones". No solo en Madrid, sino también en el Pa?s Vasco y otros puntos de Espa?a. Sus pancartas con el lema "ETA No" se convirtieron en uno de los iconos de la lucha contra el terror. Desde hace m?s de una década, por suerte, no ha tenido que volver con ellas a la calle.*
Mart?n se sum? igualmente a las protestas del 15-M. Entonces s? vio brotar una movilizaci?n muy cercana a su forma de ver las cosas. En las concentraciones de los indignados particip? desde el primer d?a. "Aquello era de locura. Hab?a manifestaciones diarias. Nunca ha habido esa efervescencia", a?ora. Al final, sin embargo, acab? distanci?ndose, algo desencantado y "triste" porque "en Espa?a no sabemos organizarnos".
Pero ni los libros ni la manifestaciones han sido suficientes para saciar su af?n reivindicativo. Seg?n cuenta, a lo largo de su vida ha llegado a repartir 20 millones de documentos, que ha enviado en ocasiones por v?a postal a decenas de pa?ses –"en Correos me miraban desesperados"–.*Adem?s, sigue mandando cartas a la prensa, otro de sus canales preferidos. Ha escrito "unas 8.000". Y cuando no hay manifestaci?n que recoja sus demandas, la monta él mismo. Es lo que llama "monomanifestaci?n".
Después del domingo, revisar? el calendario de protestas, como hace siempre, con la informaci?n de la Delegaci?n del Gobierno o en canales de Telegram, en busca de otra oportunidad para defender las causas que considera justas. A Mart?n le siguen sobrando los motivos para salir a la calle.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/martin-sagrera-pancartero-espana-manifestaciones-82772678)
A pesar de su aspecto endeble, sus carteles han alzado la voz para defender multitud de causas: las luchas contra las dictaduras, las guerras, el terrorismo o la violencia de género, o la defensa de los derechos humanos, el ecologismo, las pensiones, la vivienda digna, la sanidad y los derechos LGTBI. Su lista de lemas es interminable: "Malos Gobiernos dividen los pueblos", "Pan y techo, a justo precio", "M?s sanitarios, muy necesarios", "Gay, ok", "Carne, veneno"… Sus mensajes ensartados en varillas atraviesan buena parte de la historia reciente de Espa?a. Del 23-F a las marchas contra ETA, del 11-M al 15-M, Mart?n siempre estuvo all?.*
https://www.aglitk.com/clip/03e5a37a-6ac9-466f-bc90-798cd758e94e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Pancartas de Mart?n Sagrera, en un marcha por el Primero de Mayo. | EFE
Es, como él mismo asume en su propia p?gina web, el "mayor pancartero de Espa?a". "Y quiz?s, internacional", a?ade. "El otro d?a hicimos cuatro manifestaciones, en una ma?ana de s?bado. Fue un récord", se enorgullece. Para él, su labor sigue siendo necesaria en un pa?s del que considera que no sale a la calle lo suficiente. Y contrapone los ejemplos de Francia o Portugal. "Nos nos movilizamos, y cada vez menos. La ley mordaza hizo mucho da?o, aunque ya suced?a antes. Este pueblo no se mueve, la gente es muy pasiva. Por eso cada vez se ven m?s mis pancartas, porque cada d?a hay menos gente", admite con pesar. "?Hay que protestar, co?o!", exclama.
La factor?a de pancartas radica en su propio domicilio, un ?tico donde se amontonan las herramientas de protesta junto a las estanter?as con libros. "Tengo siete cuartos de archivo y dos m?s a medias, y en un sotanillo cercano guardo m?s cosas", abunda. Una terraza ahora cerrada hace las veces de almacén principal. Por todas partes hay cajas que guardan pancartas de las manifestaciones por venir, pero también de antiguas reivindicaciones, muchas listas para volver a ver la luz, si es necesario. En una esquina hay un "OUI" en letras grandes. "Esa es de una manifestaci?n en Marsella contra la ultraderecha", aclara. El espacio est? inflamado por mensajes reivindicativos y por la luz de un tibio sol de invierno que le recuerda que las tardes ya son m?s largas.
https://www.aglitk.com/clip/5c3848c3-95b8-4316-a089-855e89a07de4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Pancartas en la vivienda de Mart?n, listas para repartir en la pr?xima manifestaci?n. | A.R.
Mart?n no imprime los lemas en su casa. Para eso recurre a una copister?a cercana. Lo que s? hace él con alg?n amigo o colaborador es pegar los papeles con adhesivos y grapas en los palos, que pide por internet en grandes cantidades. Los d?as de manifestaci?n, carga con las pancartas en su coche y se planta en el centro de Madrid para repartirlas. En las grandes marchas, puede llegar a entregar centenares.*
El coste por cartel no es muy elevado, pero las proporciones casi industriales de algunas de sus tiradas elevan los gastos. Como no cobra por ellas, a Mart?n le preguntan a veces c?mo las paga, y él aclara que puede permit?rselo gracias a la herencia de uno de sus abuelos.*
Pero en el taller 'pancartero' hay otro trabajo: el intelectual. Un buen lema resulta fundamental. "Si uno tiene un cartelito peque?o tiene que decir muy pocas palabras y muy claras", explica. La clave es "sintetizar y sintetizar". Y Mart?n esto lo aprendi? en los evangelios y en los refranes: "A m? siempre me han gustado los evangelios, primero, y después, los refranes. Hay un proverbio que dice: ‘Los refranes son evangelios chiquititos'. Porque resumen muy bien los temas. He le?do refranes desde peque?o. Y eso me ha ayudado a sintetizar".
https://www.aglitk.com/clip/950211fa-3cf8-45f3-a557-84418443d538_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Las pancartas de protestas pasadas se amontonan en la casa de Mart?n Sagrera. | A.R.
De la vida académica a la protesta
Mart?n va ya para los 88 a?os, "un n?mero capic?a", asume como catal?n de Palafrugell (Girona), aunque creci? en Andaluc?a, como delata su acento, antes de que el franquismo le "echara" de Espa?a. "Iba para curra, que era lo que se estilaba. Entonces, fui a estudiar a Roma, que es donde se hacen los obispos", admite. Pero aquello se torci? y recal? en Par?s, donde se doctor? el Filosof?a, aunque estudi? también Historia de las Religiones, Sociolog?a y Demograf?a.
Después, se traslad? a América Latina, donde vivi? 15 a?os. All? acab? de madurar su activismo, mientras desarrollaba su labor como investigador y docente en diferentes universidades. De sus visitas a Estados Unidos hab?a quedado impresionado por los manifestantes que sal?an a protestar solos, con la ?nica compa??a de sus propias pancartas. Y pronto tom? el ejemplo. En 1959, cuando estaba en Puerto Rico, alarmado por la visita del presidente estadounidense Ike Eisenhower a Espa?a, cre? su primer cartel de protesta y se ech? a la calle con su lema: "Descolonicemos Puerto Rico y Espa?a pol?tica y sexualmente". "Entonces era jovencito, y m?s indignado que ahora", bromea.
https://www.aglitk.com/clip/e470749a-4483-46c0-aab7-674b4cacd75c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Mart?n Sagrera, en 1959 en Puerto Rico, en su primera protesta con pancarta, en la portada de una de sus publicaciones. | Mart?n Sagrera
La sexualidad, la religi?n, la demograf?a o el racismo han sido objeto de gran parte de sus investigaciones, plasmadas en algunos de los m?s de veinte libros que ha publicado.
A su regreso a Espa?a, tras la muerte de Franco, se trajo el activismo en la maleta, aunque también muchas dudas. "?Para qué voy a volver si esto no ha cambiado?", pensaba entonces. Decidi? instalarse en Madrid, para "no molestar" a su familia, repartida entre Barcelona y Sevilla. La capital, epicentro y amplificador de las protestas en Espa?a, le servir?a como plataforma de sus reivindicaciones para todo el pa?s.
El activismo lo compatibiliz? solo durante un breve tiempo con la militancia pol?tica. "No soy de ning?n partido, pero cuando volv? a Espa?a pensé ‘tengo que casarme con el pa?s, después de tantos a?os’, y entonces decid? meterme en el PSOE", expone. No ocup? cargos de responsabilidad y*enseguida renunci?. "Los partidos tienen algo de iglesia y yo soy una persona cr?tica, anal?tica, intelectual en el peor de los sentidos. Adem?s, la pol?tica es dur?sima", reconoce.
https://www.aglitk.com/clip/5834d169-28fe-4591-b1a6-b939bdd63454_16-9-aspect-ratio_default_1202138.jpg Carteles de Mart?n Sagrera en una manifestaci?n contra la violencia de género. | EFE
El intento de golpe del 23-F
Después de su regreso a Espa?a, el 23-F le dej? claro que el pasado m?s oscuro segu?a al acecho. Ateo "gracias a Dios", pese a su primera vocaci?n, recuerda el d?a del golpe y c?mo se sum? a las protestas para defender la democracia frente a los titubeos que apreciaba en la Iglesia. "Aquellos d?as estaban reunidos los obispos en Madrid, y hasta la ma?ana siguiente no dieron el ‘no’ al golpe. Esperaron a que pasara. Ese d?a yo no hab?a hecho carteles, sino un manifiesto que se titulaba 'El golpe y los obispos', que encargué imprimir en una fotocopiadora ciclostil", rememora. Cuando a?n faltaban algunos meses para que el primer Gobierno de la democracia aprobase la ley del divorcio, cont? con una ayuda inesperada en su protesta contra la jerarqu?a eclesi?stica. "El que me los hizo, como se quer?a divorciar, me ayud? a repartirlos", evoca con una sonrisa.
Poco m?s tarde estallaron las protestas contra el ingreso de Espa?a en la OTAN, de las que a?n conserva algunos carteles, aunque hoy ya no comparte esas posiciones: "La cantidad de miles de pancartas que hice contra la OTAN... Pero era en otras circunstancias. Ahora, teniendo la guerra en Europa y como estamos... Quedan cuatro que est?n en contra".*
La guerra de Ucrania y la "escasa" movilizaci?n contra la invasi?n rusa constituye precisamente uno de los asuntos que m?s le preocupan ahora. Si en Espa?a hab?a alguien concienciado por la deriva autoritaria de Vlad?mir Putin mucho antes de la agresi?n militar a su pa?s vecino, ese era Mart?n. Cuando el presidente ruso visit? Espa?a en 2006, él sali? a protestar con su pancarta: "Ru?n con Put?n. Libertad de expresi?n. Disidentes a prisi?n".
Del 11-M al 14-M
Con emoci?n y dolor recuerda, igualmente, el 11 de marzo de 2004, el d?a en el que Madrid se estremeci? bajo el golpe del terrorismo islamista. Y también las jornadas de conmoci?n que se sucedieron después, hasta las elecciones generales del 14-M. El d?a 12, como centenares de miles de madrile?os, acudi? a la marcha de repulsa. Lo hizo con pancartas que proclamaban un simple pero rotundo "No". Algunas ya las ten?a, pero las salpic? con tinta roja para enfatizar el horror de la barbarie yihadista. "Cuando salimos, estaba el pueblo en marcha, no se pod?a llegar al lugar de la manifestaci?n, nunca ha habido una manifestaci?n as?", atestigua.*
Sin embargo, el escenario trasmut? pronto del duelo por las v?ctimas a la disputa pol?tica, agitada por la gesti?n del Gobierno de José Mar?a Aznar, que insisti? en se?alar a ETA cuando los primeros indicios apuntaban ya a una autor?a islamista. El s?bado d?a 13, en la jornada de reflexi?n, miles de personas se movilizaron para protestar contra el Ejecutivo. Un amigo le cont? a Mart?n que se hab?a organizado una concentraci?n frente a la sede del PP. Entonces, no lo dud?: "Me acordé de que ten?a las pancartas con la palabra 'PAZ' por la guerra de Irak y empecé a sacarlas. Llamé a otro amigo muy implicado en el 'No a la guerra'. ?l y su hijo ten?an, a su vez, m?s pancartas. Las llevamos all?, las repartimos y volv? a por m?s. Fue impresionante".*
Mart?n cree que su papel contribuy? a que todo se desarrollase de forma pac?fica pese al ambiente de tensi?n: "Un t?o con un cartel de 'PAZ' no iba a ponerse a tirar piedras. Y un polic?a no iba a cargar contra alguien que llevaba un cartel de 'PAZ'", razona. Pero el impacto medi?tico era inevitable. "Al d?a siguiente, hab?a peri?dicos que ten?an dos p?ginas con las im?genes de la gente frente a la sede del PP pidiendo paz con las pancartas–revive– y eso yo creo que influy?".*
El 14-M, contra el pron?stico de las encuestas, el PSOE gan? las elecciones. Envuelto en los acontecimientos, Mart?n se vio convertido en protagonista y no pudo evitar resultar se?alado. "La derecha le ech? la culpa a los socialistas. Dec?an que lo ten?an preparado. Yo sal? en los peri?dicos y algunos me acusaron de eso. Pero aquello no era una cosa que hubiera montado el PSOE", defiende. Y va m?s all?: "Fue una casualidad, fue bonito y creo que ayud? al pa?s; no digo ya a un partido, sino que ayud? a que el pa?s no se dividiese m?s".
Las protestas contra ETA y el 15-M
Las manifestaciones contra ETA encarnaron también, durante a?os, la respuesta de dignidad de la sociedad frente a la crueldad del terrorismo de la banda, otro largo y oscuro episodio de la historia de Espa?a. "Fue una de las cosas que ha desgraciado este pa?s, porque se perdieron muchas libertades", lamenta a?n hoy Mart?n, que calcula que lleg? a participar en "unas 80 o 90 manifestaciones". No solo en Madrid, sino también en el Pa?s Vasco y otros puntos de Espa?a. Sus pancartas con el lema "ETA No" se convirtieron en uno de los iconos de la lucha contra el terror. Desde hace m?s de una década, por suerte, no ha tenido que volver con ellas a la calle.*
Mart?n se sum? igualmente a las protestas del 15-M. Entonces s? vio brotar una movilizaci?n muy cercana a su forma de ver las cosas. En las concentraciones de los indignados particip? desde el primer d?a. "Aquello era de locura. Hab?a manifestaciones diarias. Nunca ha habido esa efervescencia", a?ora. Al final, sin embargo, acab? distanci?ndose, algo desencantado y "triste" porque "en Espa?a no sabemos organizarnos".
Pero ni los libros ni la manifestaciones han sido suficientes para saciar su af?n reivindicativo. Seg?n cuenta, a lo largo de su vida ha llegado a repartir 20 millones de documentos, que ha enviado en ocasiones por v?a postal a decenas de pa?ses –"en Correos me miraban desesperados"–.*Adem?s, sigue mandando cartas a la prensa, otro de sus canales preferidos. Ha escrito "unas 8.000". Y cuando no hay manifestaci?n que recoja sus demandas, la monta él mismo. Es lo que llama "monomanifestaci?n".
Después del domingo, revisar? el calendario de protestas, como hace siempre, con la informaci?n de la Delegaci?n del Gobierno o en canales de Telegram, en busca de otra oportunidad para defender las causas que considera justas. A Mart?n le siguen sobrando los motivos para salir a la calle.*
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