Reem
07-30-2023, 07:27 AM
Tras el 'shock' del 23 de julio, el an?lisis de la estrategia y los errores cometidos recorre las organizaciones del PP por toda Espa?a. En Génova tienen los datos, pero en las comunidades aut?nomas se?alan sus percepciones. No hay duda de que el miedo a Vox frustr? las expectativas del PP, que se qued? en 137 esca?os, una cifra que no figuraba ni en los an?lisis menos optimistas. “La realidad es que no nos podemos creer lo que ha pasado”, dice un dirigente de la c?pula. La frase no puede ser m?s gr?fica: incredulidad absoluta por una victoria convertida en derrota.
Como casi siempre cuando las cosas salen mal, son muchos los dirigentes y cargos de distintos niveles que ahora se?alan las causas. “Lo que estaba ocurriendo y no vimos. No supimos medir que algunos movimientos nos estaban haciendo mucho da?o y las encuestas no los percib?an”, sostienen también barones auton?micos. Pero si en algo coinciden todas las fuentes consultadas por este diario fuera de la direcci?n nacional es en que “Feij?o dej? de ser Feij?o”.
Los pactos tras las auton?micas y municipales lo contaminaron todo. En Génova estaban convencidos de que firmar acuerdos con Miguel ?ngel Revilla en Cantabria o Coalici?n Canaria en las islas, o incluso haber dado la alcald?a de Barcelona al PSC, compensar?an las alianzas con Vox. Sin embargo, esos pactos, dicen ahora muchos dirigentes, evidenciaron lo que después Feij?o neg? durante toda su campa?a: que él también pactar?a con Vox si lo necesitaba. “Es muy dif?cil bendecir los acuerdos en la Comunidad Valenciana y Extremadura, y después decir que eso t? no lo quieres para ti y que no lo vas a hacer”, explican.
Los pactos que dijo no querer
Que fuera bajo el mandato de Feij?o cuando el PP normaliz? los pactos con Vox a cinco semanas de las generales inquiet? a muchos en el partido. Sobre todo, porque durante los a?os anteriores fue él quien como presidente de Galicia (comunidad que se mantiene inmune a la extrema derecha) defendi? la autonom?a de las siglas, siendo partidario de no hacer acuerdos con la formaci?n de Santiago Abascal. El dirigente gallego llegaba a Madrid para recuperar la ansiada reunificaci?n del centro-derecha y devolver al PP, explicaban sus colaboradores m?s cercanos, la centralidad y la moderaci?n.
Durante el primer a?o de la nueva direcci?n, toda la estrategia de Génova se bas? en recuperar votos del centro y el centro-izquierda, como quedaba demostrado en todas las encuestas. El trasvase se iba produciendo y el PP insisti? en dar las grandes batallas sociales, separ?ndose de Vox. La ?nica excepci?n era Isabel D?az Ayuso, que no estaba convencida de enfrentarse tanto a su rival por la derecha.
Pero, al final, después del 28 de mayo, el PP firm? pactos con Vox mientras ese partido segu?a renegando de la violencia machista, exig?a la retirada de banderas LGTBI de ayuntamientos e incluso se apartaba de los minutos de silencio a las puertas de las instituciones tras asesinatos de mujeres. La elecci?n de perfiles extravagantes y llenos de estridencias para las presidencias de algunos Parlamentos auton?micos terminaron fueron la guinda.
Muchos dirigentes populares se preguntan ahora por qué se tuvo que cerrar a toda prisa el acuerdo valenciano por mucho que Carlos Flores (el candidato de Vox sobre el que pesaba una condena contra su exmujer) fuera apartado. “Ese fue el primer error. Creyeron que por hacerlo r?pido todo quedar?a olvidado. Debimos pactar las mesas de los parlamentos y aguantar la presi?n de Vox. Ni un solo gobierno hasta después de las generales. Ah? tenemos a [Jorge] Azc?n en Arag?n y a Fernando [L?pez Miras] en Murcia. Aguantaron. Ahora ya veremos”, concluye otro veterano dirigente del PP.
El caso de Extremadura, coinciden todos los consultados, es diferente. Mar?a Guardiola incendi? el partido por un discurso demasiado beligerante que llegaba a poner en duda el cambio pol?tico en la comunidad. Después de dejar claro que sus principios le imped?an meter a Vox en el Gobierno, Génova forz? una rectificaci?n y termin? por haber un solo consejero de la extrema derecha dentro. El problema de la presidenta extreme?a es que enfad? primero a un sector y decepcion? después al otro. Y de cara al partido: la credibilidad del PP qued? por los suelos.
En cuanto a los ayuntamientos donde el PP no gan? o no le daban los n?meros (en realidad, de capitales de provincia, fueron cuatro) también se cerraron pactos con la extrema derecha. Hubo casos como el de la localidad valenciana de N?quera que acapararon titulares nacionales por retirar la bandera LGTBI a las puertas del Orgullo. “Un ejemplo anecd?tico, muy peque?o, que sin embargo nos hundi? el apoyo en todo el colectivo”, reconoce ahora otro dirigente nacional. Gota a gota, el PP se iba arrinconando.
Anuncios de ministros antes de votar
“Ese s? que no es el Feij?o de Galicia”, asegura otro dirigente que conoce al l?der del PP desde hace décadas. Cuando avanz? que ten?a pensada la vicepresidenta e incluso el futuro ministro de Econom?a sorprendi? mucho dentro del partido. En Génova lo justificaban: “El mensaje es para Abascal. Si es una mujer, significa que él no va a ser vicepresidente de nada. No habr? coalici?n”, dec?an.
Pero en el partido no daban crédito: el l?der que se hab?a ganado la fama de superar en hermetismo a Mariano Rajoy — “siempre se ha dicho que llamaba a sus consejeros de la Xunta cinco minutos antes de nombrarlos” — aireaba pistas de quiénes estar?an en su Consejo de Ministros d?as antes de celebrarse unas elecciones. “Una cosa es hablar de que te gustar?a reducir el n?mero de ministerios. Que acabar?s con las superestructuras y el despilfarro. Y otra es abrir el debate de las quinielas sobre quiénes van a ser ministros”. Muchos cargos insisten en que esa “falta de prudencia” nunca ha caracterizado la forma de actuar de Feij?o.
Las expectativas
Como tampoco, critican fuentes de distintos territorios, “elevar tanto las expectativas” con listones que oscilaron p?blicamente los 150 o 160 esca?os. En privado, algunos dirigentes de la c?pula, incluido Feij?o, elevaron esa cifra. “No tiene ning?n sentido llegar a ese punto. Ha sido un error bestial, igual que fiarnos al cien por cien de las encuestas”, se lamentan ahora.
“Toda la direcci?n entraba al trapo del mensaje de los medios de comunicaci?n, dando por hecho que ?bamos a gobernar. Hasta que se vote y los n?meros estén claros, no se puede hablar de todo esto”, insisten. En el partido reprochan que la estrategia de voto ?til para ahuyentar a los electores de Vox cayera en un escenario de “irrealidad”, pensando que se alcanzar?a la absoluta. Y también critican que en esa voluntad ‘atrapalotodo’ el PP “se pasara de frenada”, pidiendo el voto de Vox y Podemos al mismo tiempo. “Es que al final dejamos de ser cre?bles”, concluyen.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/feijoo-dejo-feijoo-recta-final-90477751)
Como casi siempre cuando las cosas salen mal, son muchos los dirigentes y cargos de distintos niveles que ahora se?alan las causas. “Lo que estaba ocurriendo y no vimos. No supimos medir que algunos movimientos nos estaban haciendo mucho da?o y las encuestas no los percib?an”, sostienen también barones auton?micos. Pero si en algo coinciden todas las fuentes consultadas por este diario fuera de la direcci?n nacional es en que “Feij?o dej? de ser Feij?o”.
Los pactos tras las auton?micas y municipales lo contaminaron todo. En Génova estaban convencidos de que firmar acuerdos con Miguel ?ngel Revilla en Cantabria o Coalici?n Canaria en las islas, o incluso haber dado la alcald?a de Barcelona al PSC, compensar?an las alianzas con Vox. Sin embargo, esos pactos, dicen ahora muchos dirigentes, evidenciaron lo que después Feij?o neg? durante toda su campa?a: que él también pactar?a con Vox si lo necesitaba. “Es muy dif?cil bendecir los acuerdos en la Comunidad Valenciana y Extremadura, y después decir que eso t? no lo quieres para ti y que no lo vas a hacer”, explican.
Los pactos que dijo no querer
Que fuera bajo el mandato de Feij?o cuando el PP normaliz? los pactos con Vox a cinco semanas de las generales inquiet? a muchos en el partido. Sobre todo, porque durante los a?os anteriores fue él quien como presidente de Galicia (comunidad que se mantiene inmune a la extrema derecha) defendi? la autonom?a de las siglas, siendo partidario de no hacer acuerdos con la formaci?n de Santiago Abascal. El dirigente gallego llegaba a Madrid para recuperar la ansiada reunificaci?n del centro-derecha y devolver al PP, explicaban sus colaboradores m?s cercanos, la centralidad y la moderaci?n.
Durante el primer a?o de la nueva direcci?n, toda la estrategia de Génova se bas? en recuperar votos del centro y el centro-izquierda, como quedaba demostrado en todas las encuestas. El trasvase se iba produciendo y el PP insisti? en dar las grandes batallas sociales, separ?ndose de Vox. La ?nica excepci?n era Isabel D?az Ayuso, que no estaba convencida de enfrentarse tanto a su rival por la derecha.
Pero, al final, después del 28 de mayo, el PP firm? pactos con Vox mientras ese partido segu?a renegando de la violencia machista, exig?a la retirada de banderas LGTBI de ayuntamientos e incluso se apartaba de los minutos de silencio a las puertas de las instituciones tras asesinatos de mujeres. La elecci?n de perfiles extravagantes y llenos de estridencias para las presidencias de algunos Parlamentos auton?micos terminaron fueron la guinda.
Muchos dirigentes populares se preguntan ahora por qué se tuvo que cerrar a toda prisa el acuerdo valenciano por mucho que Carlos Flores (el candidato de Vox sobre el que pesaba una condena contra su exmujer) fuera apartado. “Ese fue el primer error. Creyeron que por hacerlo r?pido todo quedar?a olvidado. Debimos pactar las mesas de los parlamentos y aguantar la presi?n de Vox. Ni un solo gobierno hasta después de las generales. Ah? tenemos a [Jorge] Azc?n en Arag?n y a Fernando [L?pez Miras] en Murcia. Aguantaron. Ahora ya veremos”, concluye otro veterano dirigente del PP.
El caso de Extremadura, coinciden todos los consultados, es diferente. Mar?a Guardiola incendi? el partido por un discurso demasiado beligerante que llegaba a poner en duda el cambio pol?tico en la comunidad. Después de dejar claro que sus principios le imped?an meter a Vox en el Gobierno, Génova forz? una rectificaci?n y termin? por haber un solo consejero de la extrema derecha dentro. El problema de la presidenta extreme?a es que enfad? primero a un sector y decepcion? después al otro. Y de cara al partido: la credibilidad del PP qued? por los suelos.
En cuanto a los ayuntamientos donde el PP no gan? o no le daban los n?meros (en realidad, de capitales de provincia, fueron cuatro) también se cerraron pactos con la extrema derecha. Hubo casos como el de la localidad valenciana de N?quera que acapararon titulares nacionales por retirar la bandera LGTBI a las puertas del Orgullo. “Un ejemplo anecd?tico, muy peque?o, que sin embargo nos hundi? el apoyo en todo el colectivo”, reconoce ahora otro dirigente nacional. Gota a gota, el PP se iba arrinconando.
Anuncios de ministros antes de votar
“Ese s? que no es el Feij?o de Galicia”, asegura otro dirigente que conoce al l?der del PP desde hace décadas. Cuando avanz? que ten?a pensada la vicepresidenta e incluso el futuro ministro de Econom?a sorprendi? mucho dentro del partido. En Génova lo justificaban: “El mensaje es para Abascal. Si es una mujer, significa que él no va a ser vicepresidente de nada. No habr? coalici?n”, dec?an.
Pero en el partido no daban crédito: el l?der que se hab?a ganado la fama de superar en hermetismo a Mariano Rajoy — “siempre se ha dicho que llamaba a sus consejeros de la Xunta cinco minutos antes de nombrarlos” — aireaba pistas de quiénes estar?an en su Consejo de Ministros d?as antes de celebrarse unas elecciones. “Una cosa es hablar de que te gustar?a reducir el n?mero de ministerios. Que acabar?s con las superestructuras y el despilfarro. Y otra es abrir el debate de las quinielas sobre quiénes van a ser ministros”. Muchos cargos insisten en que esa “falta de prudencia” nunca ha caracterizado la forma de actuar de Feij?o.
Las expectativas
Como tampoco, critican fuentes de distintos territorios, “elevar tanto las expectativas” con listones que oscilaron p?blicamente los 150 o 160 esca?os. En privado, algunos dirigentes de la c?pula, incluido Feij?o, elevaron esa cifra. “No tiene ning?n sentido llegar a ese punto. Ha sido un error bestial, igual que fiarnos al cien por cien de las encuestas”, se lamentan ahora.
“Toda la direcci?n entraba al trapo del mensaje de los medios de comunicaci?n, dando por hecho que ?bamos a gobernar. Hasta que se vote y los n?meros estén claros, no se puede hablar de todo esto”, insisten. En el partido reprochan que la estrategia de voto ?til para ahuyentar a los electores de Vox cayera en un escenario de “irrealidad”, pensando que se alcanzar?a la absoluta. Y también critican que en esa voluntad ‘atrapalotodo’ el PP “se pasara de frenada”, pidiendo el voto de Vox y Podemos al mismo tiempo. “Es que al final dejamos de ser cre?bles”, concluyen.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/feijoo-dejo-feijoo-recta-final-90477751)