Reem
07-16-2023, 06:51 AM
Marion Rousse fue ciclista antes que comentarista de la televisi?n francesa y directora del Tour Femmes, que empieza justo cuando los hombres aparcan las bicis para que la intensidad de la carrera no muera con el cambio de sexo. Laurent Jalabert también fue corredor y gan? una Vuelta después de poner a Miguel Indur?in contra las cuerdas, hasta que el campe?n navarro resolvi? el entuerto, en el Tour de 1995, el ?ltimo que gan? de los cinco que consigui? de forma consecutiva.
Pues bien, a los dos se les hac?a la boca agua el s?bado al festejar el enorme triunfo de Carlos Rodr?guez en Morzine, porque Morzine es una peque?a ciudad que vive del esqu? en invierno y de los cicloturistas que la visitan en verano para tratar de imitar a los magos del Tour subiendo los dos montes que la rodean, de un lado Avoriaz y del otro la Joux Plane.
Filosof?a ciclista
Una vez m?s la victoria del joven corredor granadino sirvi? para demostrar la mejor filosof?a que transmite el ciclismo, que no es un deporte marcado por colores y nacionalidades como sucede en otras disciplinas donde cuenta m?s el tinte de la camiseta que llevan los protagonistas que las gestas que puedan conseguir. El s?bado se am? infinitamente a Carlos Rodr?guez, ?por qué? Pues porque el aficionado francés representado por las voces de la televisi?n p?blica busca héroes en sus carreras m?s all? de que hayan nacido en Almu?écar o lo hayan hecho en cualquier pueblo o ciudad de Francia.
Para ellos, para los franceses, su carrera es tan grande, aman tanto al Tour, que lo consideran m?s un monumento de su cultura que un deporte, un s?mbolo de pa?s como pueda ser la Torre Eiffel, en Par?s, o el Mont Saint Michel, en la frontera entre Breta?a y Normand?a, tierras preciosas donde las haya, aunque con un clima que muchas veces no est? acorde con la fantas?a de los paisajes.
Todos a disfrutar
Por eso, disfrutaban con la gesta de Carlos, porque ellos quieren que su carrera esté activa mucho m?s que con el duelo entre dos prodigios como son Vingegaard y Pogacar; ellos buscan nuevos sabores, como el maestro chocolatero que crea postres para mejorar su arte en la cocina.
En el Tour nadie odia a nadie, nadie lleva banderas en las credenciales. Los belgas, l?gico, querr?n que Van Aert gane una etapa antes de que acabe la fiesta en Par?s o abandone la carrera porque su mujer se ha puesto de parto. Los neerlandeses, antes llamados holandeses, se desesperan porque Van der Poel est? algo apagado, corredor al que los franceses también consideran uno de los suyos al ser el nieto del ciclista m?s legendario del pa?s, un Poulidor quiz? m?s famoso que Anquetil o Hinault, que suman diez Tours entre los dos, y as? sucesivamente entre la representaci?n por pa?ses de la familia de la ronda francesa.
Pero, al igual que Rousse o Jalabert, o quién sea, incluyendo al p?blico que est? en las cunetas, quieren ir descubriendo genios en la chistera del Tour que sirvan para hacer m?s grande si cabe a la prueba. Por eso, el s?bado, Carlos, con su victoria en Morzine, se gan? el amor infinito de la afici?n francesa, de los que siguen esta carrera, porque descubrieron a un nuevo valor en firme que sirve para que crezca la Grande Boucle y para aumentar una leyenda y una cultura que dif?cilmente tiene una carrera ciclista y un espect?culo deportivo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tour-francia/amor-infinito-tour-89939909)
Pues bien, a los dos se les hac?a la boca agua el s?bado al festejar el enorme triunfo de Carlos Rodr?guez en Morzine, porque Morzine es una peque?a ciudad que vive del esqu? en invierno y de los cicloturistas que la visitan en verano para tratar de imitar a los magos del Tour subiendo los dos montes que la rodean, de un lado Avoriaz y del otro la Joux Plane.
Filosof?a ciclista
Una vez m?s la victoria del joven corredor granadino sirvi? para demostrar la mejor filosof?a que transmite el ciclismo, que no es un deporte marcado por colores y nacionalidades como sucede en otras disciplinas donde cuenta m?s el tinte de la camiseta que llevan los protagonistas que las gestas que puedan conseguir. El s?bado se am? infinitamente a Carlos Rodr?guez, ?por qué? Pues porque el aficionado francés representado por las voces de la televisi?n p?blica busca héroes en sus carreras m?s all? de que hayan nacido en Almu?écar o lo hayan hecho en cualquier pueblo o ciudad de Francia.
Para ellos, para los franceses, su carrera es tan grande, aman tanto al Tour, que lo consideran m?s un monumento de su cultura que un deporte, un s?mbolo de pa?s como pueda ser la Torre Eiffel, en Par?s, o el Mont Saint Michel, en la frontera entre Breta?a y Normand?a, tierras preciosas donde las haya, aunque con un clima que muchas veces no est? acorde con la fantas?a de los paisajes.
Todos a disfrutar
Por eso, disfrutaban con la gesta de Carlos, porque ellos quieren que su carrera esté activa mucho m?s que con el duelo entre dos prodigios como son Vingegaard y Pogacar; ellos buscan nuevos sabores, como el maestro chocolatero que crea postres para mejorar su arte en la cocina.
En el Tour nadie odia a nadie, nadie lleva banderas en las credenciales. Los belgas, l?gico, querr?n que Van Aert gane una etapa antes de que acabe la fiesta en Par?s o abandone la carrera porque su mujer se ha puesto de parto. Los neerlandeses, antes llamados holandeses, se desesperan porque Van der Poel est? algo apagado, corredor al que los franceses también consideran uno de los suyos al ser el nieto del ciclista m?s legendario del pa?s, un Poulidor quiz? m?s famoso que Anquetil o Hinault, que suman diez Tours entre los dos, y as? sucesivamente entre la representaci?n por pa?ses de la familia de la ronda francesa.
Pero, al igual que Rousse o Jalabert, o quién sea, incluyendo al p?blico que est? en las cunetas, quieren ir descubriendo genios en la chistera del Tour que sirvan para hacer m?s grande si cabe a la prueba. Por eso, el s?bado, Carlos, con su victoria en Morzine, se gan? el amor infinito de la afici?n francesa, de los que siguen esta carrera, porque descubrieron a un nuevo valor en firme que sirve para que crezca la Grande Boucle y para aumentar una leyenda y una cultura que dif?cilmente tiene una carrera ciclista y un espect?culo deportivo.
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