Reem
01-22-2023, 09:36 AM
Catalu?a es el foco de los desvelos de Moncloa. Lo vuelve a ser. Se ha visto esta semana, con la cumbre franco-espa?ola en Barcelona. La Comunitat Valenciana se ha ofrecido para citas de este tipo como rinc?n de estabilidad, pero las protestas eran predecibles, as? que si el presidente del Gobierno, Pedro S?nchez, eligi? Barcelona para su encuentro con Macron es porque, adem?s de mostrar su compromiso con Catalu?a, le interesaba hacer visible la divisi?n del independentismo.
Catalu?a. Primero han sido las reformas de la sedici?n y la malversaci?n. S?nchez ha jugado fuerte en decisiones que incluso levantan ampollas en el PSOE en la mayor parte de Espa?a, como el cambio en la regulaci?n de la malversaci?n, cuestionado por la mayor?a de barones, incluso por Ximo Puig (aunque sin cargar las tintas).
La medida estaba en la hoja de transacciones con Esquerra para su apoyo a los presupuestos del Estado, pero S?nchez no ha dudado en acelerar reformas a sabiendas incluso del riesgo que implicaban para un acuerdo con Alberto N??ez Feij?o sobre el Poder Judicial y el Constitucional, que efectivamente salt? por los aires. S?nchez ha dejado claro desde el verano que el Gobierno act?a en Catalu?a, en contraposici?n con etapas anteriores. Y en pol?tica si se act?a es porque existe también interés electoral. Recuperar Catalu?a y Barcelona aparece as? como pilar de la estrategia monclovita.
Ese compromiso no se ha visto con el trasvase Tajo-Segura (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/regantes-murcia-piden-responsabilidad-sanchez-81543027). El desinterés de Moncloa por este conflicto no significa (ser?a temerario) que no le interese la C. Valenciana, sino m?s bien que considera que no le va a producir da?os graves en la estrategia general cuando se vote a finales de 2023. El muro que Puig y los suyos no han podido derribar es hacer ver a S?nchez (y los suyos) que el cambio en las condiciones s? que puede ser determinante para perder la C. Valenciana en las elecciones auton?micas de mayo.
Ha podido m?s de momento la condici?n de la vicepresidenta Teresa Ribera como valor internacional del Ejecutivo. Lo vivido ha demostrado que no hay quien le tosa. El prestigio ganado por Ribera en la soluci?n a la crisis de la energ?a en Europa tiene sus réditos. Y ella, su departamento, ha actuado desde una visi?n conservacionista pura (entendiendo que lo prioritario es proteger el Tajo y su ribera ante un horizonte de estrés h?drico) antes incluso que por criterios meramente técnicos. El propio dictamen del Consejo de Estado se?ala la ausencia de par?metros claros para definir los caudales ecol?gicos. ?Por qué 8,65 hm3 y no nueve, o seis?
El informe puede ser un aval a las tesis valencianas, pero no asegura nada. Queda por ver si hace cambiar el paso al Ministerio de Transici?n Ecol?gica o no. Haber dejado que la situaci?n se encone complica las soluciones ahora. Cualquier decisi?n va a ser interpretada como cesi?n o enroque. Y no era (no es) tan complicado: bastaba con incluir alg?n condicionante a futuro, una revisi?n en 2025 de lo fijado en funci?n de la situaci?n en ese momento.
Existen conversaciones discretas, pero tampoco suscitan demasiadas esperanzas en el Consell porque hasta ahora el ministerio no ha levantado el pie. El laberinto contin?a. Hay da?os de imagen irreparables, pero las secuelas electorales pueden reducirse.
Ser?a dif?cil de explicar que Moncloa y vicepresidencia no muevan ni la m?s m?nima ficha, porque ser?a dejar a Puig (m?s que al Botànic) a los pies de los caballos. Puig (y el Botànic) necesitan salir de este embarrado meandro con un mensaje de conflicto reconducido, porque ya no se trata tampoco un asunto encapsulado en las comarcas del sur. El d?a que subi? al grado de pulso entre instituciones se convirti? en un problema auton?mico.
La historia puede que no se repita, pero es inevitable conectar unos episodios con otros. Esta no es la guerra del trasvase del Ebro, pero de nuevo vuelve a estar el agua de por medio, de nuevo el Gobierno desatiende las reivindicaciones valencianas y de nuevo Catalu?a juega alg?n papel, aunque tangencial. Aquella batalla tuvo perdedores y vencedores pol?ticos. ?Se repetir? el esquema?
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/agenda-catalana-vuelve-foco-moncloa-81635909)
Catalu?a. Primero han sido las reformas de la sedici?n y la malversaci?n. S?nchez ha jugado fuerte en decisiones que incluso levantan ampollas en el PSOE en la mayor parte de Espa?a, como el cambio en la regulaci?n de la malversaci?n, cuestionado por la mayor?a de barones, incluso por Ximo Puig (aunque sin cargar las tintas).
La medida estaba en la hoja de transacciones con Esquerra para su apoyo a los presupuestos del Estado, pero S?nchez no ha dudado en acelerar reformas a sabiendas incluso del riesgo que implicaban para un acuerdo con Alberto N??ez Feij?o sobre el Poder Judicial y el Constitucional, que efectivamente salt? por los aires. S?nchez ha dejado claro desde el verano que el Gobierno act?a en Catalu?a, en contraposici?n con etapas anteriores. Y en pol?tica si se act?a es porque existe también interés electoral. Recuperar Catalu?a y Barcelona aparece as? como pilar de la estrategia monclovita.
Ese compromiso no se ha visto con el trasvase Tajo-Segura (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/regantes-murcia-piden-responsabilidad-sanchez-81543027). El desinterés de Moncloa por este conflicto no significa (ser?a temerario) que no le interese la C. Valenciana, sino m?s bien que considera que no le va a producir da?os graves en la estrategia general cuando se vote a finales de 2023. El muro que Puig y los suyos no han podido derribar es hacer ver a S?nchez (y los suyos) que el cambio en las condiciones s? que puede ser determinante para perder la C. Valenciana en las elecciones auton?micas de mayo.
Ha podido m?s de momento la condici?n de la vicepresidenta Teresa Ribera como valor internacional del Ejecutivo. Lo vivido ha demostrado que no hay quien le tosa. El prestigio ganado por Ribera en la soluci?n a la crisis de la energ?a en Europa tiene sus réditos. Y ella, su departamento, ha actuado desde una visi?n conservacionista pura (entendiendo que lo prioritario es proteger el Tajo y su ribera ante un horizonte de estrés h?drico) antes incluso que por criterios meramente técnicos. El propio dictamen del Consejo de Estado se?ala la ausencia de par?metros claros para definir los caudales ecol?gicos. ?Por qué 8,65 hm3 y no nueve, o seis?
El informe puede ser un aval a las tesis valencianas, pero no asegura nada. Queda por ver si hace cambiar el paso al Ministerio de Transici?n Ecol?gica o no. Haber dejado que la situaci?n se encone complica las soluciones ahora. Cualquier decisi?n va a ser interpretada como cesi?n o enroque. Y no era (no es) tan complicado: bastaba con incluir alg?n condicionante a futuro, una revisi?n en 2025 de lo fijado en funci?n de la situaci?n en ese momento.
Existen conversaciones discretas, pero tampoco suscitan demasiadas esperanzas en el Consell porque hasta ahora el ministerio no ha levantado el pie. El laberinto contin?a. Hay da?os de imagen irreparables, pero las secuelas electorales pueden reducirse.
Ser?a dif?cil de explicar que Moncloa y vicepresidencia no muevan ni la m?s m?nima ficha, porque ser?a dejar a Puig (m?s que al Botànic) a los pies de los caballos. Puig (y el Botànic) necesitan salir de este embarrado meandro con un mensaje de conflicto reconducido, porque ya no se trata tampoco un asunto encapsulado en las comarcas del sur. El d?a que subi? al grado de pulso entre instituciones se convirti? en un problema auton?mico.
La historia puede que no se repita, pero es inevitable conectar unos episodios con otros. Esta no es la guerra del trasvase del Ebro, pero de nuevo vuelve a estar el agua de por medio, de nuevo el Gobierno desatiende las reivindicaciones valencianas y de nuevo Catalu?a juega alg?n papel, aunque tangencial. Aquella batalla tuvo perdedores y vencedores pol?ticos. ?Se repetir? el esquema?
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/agenda-catalana-vuelve-foco-moncloa-81635909)