Reem
01-20-2023, 02:47 PM
Ante la polvareda levantada en torno al aborto tras el nuevo protocolo promovido por Vox en Castilla y Le?n, y desautorizado por el propio Alfonso Fern?ndez Ma?ueco, los obispos de la comunidad aut?noma dan un paso al frente. Entre ellos, el de la di?cesis de Zamora, Fernando Valera, que rubrica un comunicado en el que ponen en valor "el don de la maternidad y la dignidad de la vida humana naciente".
Estas son las directrices que defienden desde la Iglesia de Castilla y Le?n (texto ?ntegro):
1. Todo ser humano, m?s all? de cualquier condicionamiento, desde su concepci?n hasta su muerte natural, es siempre un bien para la humanidad y un don de Dios, creado a su imagen y semejanza, que debe ser acogido, protegido y amado.
2. Nuestro reconocimiento y profundo agradecimiento a las mujeres gestantes que con su entrega portan con amor en su seno el don precioso de la vida, esperanza y futuro de nuestra sociedad, particularmente en una tierra como la nuestra que se va despoblando y sus habitantes envejeciendo. Este reconocimiento se hace extensivo a quienes componen su n?cleo familiar m?s ?ntimo que les acompa?an en estas etapas decisivas de la vida. En palabras del Papa Francisco: “El embarazo es una época dif?cil, pero también es un tiempo maravilloso… Cada mujer participa del misterio de la creaci?n, que se renueva en la generaci?n humana… Pensemos cu?nto vale ese embri?n desde el instante en que es concebido” (AL, 168).
3. Queremos estar cerca de las mujeres embarazadas que atraviesan circunstancias no deseadas o dif?ciles de tipo personal, familiar, laboral, econ?mico o de cualquier ?ndole, y ponernos a su servicio. Es necesario que tengan la certeza de que no est?n solas en sus dificultades y que pueden contar con toda la ayuda que podamos prestar desde los organismos eclesiales y de ayuda a la mujer gestante. As? mismo, es preciso que la sociedad, sus instituciones y administraciones p?blicas y los diversos ?mbitos econ?micos, laborales y sociales respondan adecuadamente a todas sus necesidades.
4. Vuelve a decirnos el Papa Francisco: “Si un ni?o llega al mundo en circunstancias no deseadas, los padres, u otros miembros de la familia, deben hacer todo lo posible por aceptarlo como don de Dios y por asumir la responsabilidad de acogerlo con apertura y cari?o. Porque «cuando se trata de los ni?os que vienen al mundo, ning?n sacrificio de los adultos ser? considerado demasiado costoso o demasiado grande, con tal de evitar que un ni?o piense que es un error, que no vale nada y que ha sido abandonado a las heridas de la vida y a la prepotencia de los hombres»” (AL, 166).
5. La muerte provocada del ser humano, también en el seno materno mediante la pr?ctica del aborto, no puede ser considerada como un derecho, pues niega de ra?z la vida, fundamento de la dignidad humana que sostiene todos los dem?s derechos. Ofrecer un per?odo de reflexi?n y proporcionar informaci?n sobre alternativas al aborto permiten a la mujer gestante contar con elementos necesarios para ponderar sus decisiones. As? mismo, los profesionales sanitarios pueden ejercer el derecho fundamental de objeci?n de conciencia sin sufrir la estigmatizaci?n que supone el ser obligados a inscribirse en una lista de objetores. Del mismo modo, desvincular de la ayuda y cuidado de sus padres, en el ejercicio de su patria potestad, a una menor embarazada que se plantea abortar la hace vulnerable y la deja sola ante una situaci?n tan complicada.
6. Por eso, es necesario proporcionar siempre toda la ayuda y acompa?amiento necesarios a las personas que pasan por situaciones de dificultad o vulnerabilidad, como es el caso de mujeres embarazadas en circunstancias no deseadas o dif?ciles, junto con la acogida y protecci?n del nasciturus, habitualmente ignorado como parte concernida en esta cuesti?n, y que debe ser considerado como un bien primordial que el ordenamiento jur?dico est? llamado a reconocer, tutelar y promover. El cuidado y promoci?n de ambas realidades son indicadores ciertos de sociedades verdaderamente humanas, fraternas y civilizadas.
7. Es conveniente abordar esta cuesti?n mediante un amplio di?logo social, sosegado y racional, partiendo de la realidad, con la participaci?n de los diversos ?mbitos que configuran la sociedad, m?s all? de posicionamientos ideol?gicos o partidistas y con la ayuda de los conocimientos proporcionados por la ciencia y la antropolog?a. De este modo podremos considerar adecuadamente las cuestiones esenciales en torno al inicio de la vida humana, la gestaci?n y la maternidad y ver el modo de superar sus desaf?os y dificultades. Lo cual lleva consigo el compromiso esencial de reconocer, promover y proteger siempre la vida de todo ser humano, desde su inicio en el seno materno hasta su fin natural, custodiando su dignidad como un bien esencial que constituye el fundamento del bien com?n y de la sociedad.
La declaraci?n est? firmada por el arzobispo de Burgos; Mario Iceta; el arzobispo de Valladolid, Luis Javier Argüello; el obispo de Segovia, César Augusto Franco; el obispo de Astorga, Jes?s Fern?ndez; el obispo de Le?n, Luis ?ngel de las Heras; el obispo de Palencia, Manuel Herrero; el obispo de Osma-Soria, Abilio Mart?nez; el obispo de Ciudad Rodrigo y Salamanca, José Luis Retana; el administrador diocesano de ?vila, Jes?s Garc?a; y el obispo de Zamora, Fernando Valera.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/obispo-zamora-aborto-servicio-embarazadas-81469469)
Estas son las directrices que defienden desde la Iglesia de Castilla y Le?n (texto ?ntegro):
1. Todo ser humano, m?s all? de cualquier condicionamiento, desde su concepci?n hasta su muerte natural, es siempre un bien para la humanidad y un don de Dios, creado a su imagen y semejanza, que debe ser acogido, protegido y amado.
2. Nuestro reconocimiento y profundo agradecimiento a las mujeres gestantes que con su entrega portan con amor en su seno el don precioso de la vida, esperanza y futuro de nuestra sociedad, particularmente en una tierra como la nuestra que se va despoblando y sus habitantes envejeciendo. Este reconocimiento se hace extensivo a quienes componen su n?cleo familiar m?s ?ntimo que les acompa?an en estas etapas decisivas de la vida. En palabras del Papa Francisco: “El embarazo es una época dif?cil, pero también es un tiempo maravilloso… Cada mujer participa del misterio de la creaci?n, que se renueva en la generaci?n humana… Pensemos cu?nto vale ese embri?n desde el instante en que es concebido” (AL, 168).
3. Queremos estar cerca de las mujeres embarazadas que atraviesan circunstancias no deseadas o dif?ciles de tipo personal, familiar, laboral, econ?mico o de cualquier ?ndole, y ponernos a su servicio. Es necesario que tengan la certeza de que no est?n solas en sus dificultades y que pueden contar con toda la ayuda que podamos prestar desde los organismos eclesiales y de ayuda a la mujer gestante. As? mismo, es preciso que la sociedad, sus instituciones y administraciones p?blicas y los diversos ?mbitos econ?micos, laborales y sociales respondan adecuadamente a todas sus necesidades.
4. Vuelve a decirnos el Papa Francisco: “Si un ni?o llega al mundo en circunstancias no deseadas, los padres, u otros miembros de la familia, deben hacer todo lo posible por aceptarlo como don de Dios y por asumir la responsabilidad de acogerlo con apertura y cari?o. Porque «cuando se trata de los ni?os que vienen al mundo, ning?n sacrificio de los adultos ser? considerado demasiado costoso o demasiado grande, con tal de evitar que un ni?o piense que es un error, que no vale nada y que ha sido abandonado a las heridas de la vida y a la prepotencia de los hombres»” (AL, 166).
5. La muerte provocada del ser humano, también en el seno materno mediante la pr?ctica del aborto, no puede ser considerada como un derecho, pues niega de ra?z la vida, fundamento de la dignidad humana que sostiene todos los dem?s derechos. Ofrecer un per?odo de reflexi?n y proporcionar informaci?n sobre alternativas al aborto permiten a la mujer gestante contar con elementos necesarios para ponderar sus decisiones. As? mismo, los profesionales sanitarios pueden ejercer el derecho fundamental de objeci?n de conciencia sin sufrir la estigmatizaci?n que supone el ser obligados a inscribirse en una lista de objetores. Del mismo modo, desvincular de la ayuda y cuidado de sus padres, en el ejercicio de su patria potestad, a una menor embarazada que se plantea abortar la hace vulnerable y la deja sola ante una situaci?n tan complicada.
6. Por eso, es necesario proporcionar siempre toda la ayuda y acompa?amiento necesarios a las personas que pasan por situaciones de dificultad o vulnerabilidad, como es el caso de mujeres embarazadas en circunstancias no deseadas o dif?ciles, junto con la acogida y protecci?n del nasciturus, habitualmente ignorado como parte concernida en esta cuesti?n, y que debe ser considerado como un bien primordial que el ordenamiento jur?dico est? llamado a reconocer, tutelar y promover. El cuidado y promoci?n de ambas realidades son indicadores ciertos de sociedades verdaderamente humanas, fraternas y civilizadas.
7. Es conveniente abordar esta cuesti?n mediante un amplio di?logo social, sosegado y racional, partiendo de la realidad, con la participaci?n de los diversos ?mbitos que configuran la sociedad, m?s all? de posicionamientos ideol?gicos o partidistas y con la ayuda de los conocimientos proporcionados por la ciencia y la antropolog?a. De este modo podremos considerar adecuadamente las cuestiones esenciales en torno al inicio de la vida humana, la gestaci?n y la maternidad y ver el modo de superar sus desaf?os y dificultades. Lo cual lleva consigo el compromiso esencial de reconocer, promover y proteger siempre la vida de todo ser humano, desde su inicio en el seno materno hasta su fin natural, custodiando su dignidad como un bien esencial que constituye el fundamento del bien com?n y de la sociedad.
La declaraci?n est? firmada por el arzobispo de Burgos; Mario Iceta; el arzobispo de Valladolid, Luis Javier Argüello; el obispo de Segovia, César Augusto Franco; el obispo de Astorga, Jes?s Fern?ndez; el obispo de Le?n, Luis ?ngel de las Heras; el obispo de Palencia, Manuel Herrero; el obispo de Osma-Soria, Abilio Mart?nez; el obispo de Ciudad Rodrigo y Salamanca, José Luis Retana; el administrador diocesano de ?vila, Jes?s Garc?a; y el obispo de Zamora, Fernando Valera.
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