Reem
01-18-2023, 11:51 AM
Lentamente pero a paso muy firme, la literatura de Elvira Navarro (Huelva, 1978) ha ido adquiriendo un imponente peso espec?fico en las actuales letras espa?olas. Los pasos de esa trayectoria fueron ‘La trabajadora’, donde se adelant? a un asunto que hoy es clave: c?mo nuestra relaci?n con el trabajo nos despersonaliza, y muy especialmente con ‘La isla de los conejos’, donde toc? a las puertas del cielo como finalista del National Book Award. El recorrido sigue ahora con ‘Las voces de Adriana’ (Random House), novela en tres tiempos, triste, trist?sima, como la mayor?a de sus textos, protagonizada por una mujer f?cilmente identificable con la autora que tras el fallecimiento de su madre debe cuidar de un padre que tras superar un ictus se resiste a despedirse de este mundo buscando parejas en un servicio de citas por internet. El tema del duelo y de c?mo hacemos frente al descubrimiento de que la Sra. Muerte nos espera en cualquier recodo es la almendra de esta historia eleg?aca.
Hay algo de juego de construcci?n en esta novela, tres historias que solo adquieren unidad en la mente del lector. ?Se siente m?s c?moda con las formas breves?
Es un tr?o de partes diferenciadas en tres tonos distintos. El dedicado al padre es m?s ligero, el segundo, retrato de la casa de la abuela m?s nost?lgico y la tercera parte, un coro griego femenino, abuela, madre e hija, bastante teatral. La novela naci? de la revisi?n de una vieja pel?cula de Carlos Saura, ‘Cr?a cuervos’, en la que una madre habla con la voz de su hija y viceversa. Eso me encendi? la bombilla para hablar de mis propias pérdidas en clave de ficci?n.
?Asume lo autobiogr?fico, entonces?
Ah? est?n la muerte de mi madre y la enfermedad de mi padre, pero lo m?s real de la historia son los sentimientos. Y algo que debo aclarar, jam?s me he dado de alta en Tinder.
?Tinder, concebido por s?ntoma de nuestro tiempo, qué le parece?
Es una herramienta simplemente, el peligro que pueda tener depende de c?mo se utilice. Es verdad que convierte a la gente en productos de cat?logo, f?ciles de consumir y borrar, como todo lo que tiene que ver con lo virtual. Aunque quiz? s? tenga sentido a la hora de validar a los que se encuentran solos, yo no ser?a muy taxativa.
Esta es una novela en la que las historias de los hombres y las de las mujeres est?n situadas en departamentos estancos. ?Existe una raz?n?
A que quer?a hablar de dos tipos de herencias distintas y casi contradictorias, no porque se anulen una a la otra sino porque son muy distintas: el mundo de mi padre y el de mi madre. Uno y otra vienen de estratos sociales distintos. Mi padre es un urbanita de libro que ha vivido una vida m?s ligera, en cambio mi madre proced?a de un pueblo, donde las cosas se han percibido de una forma m?s grave, casi tr?gica, especialmente para las mujeres, con unos caracteres m?s complicados.
En mi historia familiar la memoria del trauma est? m?s viva en la rama materna y lo que escribo procede de esta zona
?Entonces se puede decir que como escritora es m?s hija de su madre que de su padre? Sus voces como autora suelen ser m?s graves que ligeras.
Yo soy hija de ambos, eso es incuestionable, pero en mi historia familiar la memoria del trauma est? m?s viva en la rama materna y lo que escribo procede de esta zona m?s compleja y dif?cil.
“La muerte es un maltrato a los adictos a la narrativa”, dice en su libro, pero a usted le ha impulsado todo un libro.
Eso es tal cual un tuit. Entré en Twitter, puse “muerte” y apareci?. Me parec?a una cita muy literaria. La idea es que siempre es dif?cil hablar de la muerte.
Se nos mueren los seres queridos y aprendemos con ello que también nos moriremos nosotros
Lo ?nico que puedes hacer es aproximarte a ella, rodearla desde el exterior…
Exacto. Normalmente, nuestras primeras experiencias sobre la muerte son por aproximaci?n. Se nos mueren los seres queridos y aprendemos con ello que también nos moriremos nosotros. Que esa es la condici?n humana. Normalmente, eso suele ocurrirnos con nuestros padres y nos situamos al final de nuestra estirpe, lo que da un poco de vértigo. Aunque también eso sea falso porque algunas veces los hijos mueren antes que sus padres. Este es un libro de aprendizaje pero no de la vida.
Adriana es una mujer muy sola y muy triste. Esa es una caracter?stica de la mayor parte de sus novelas. ?No sé si alguna vez se ha preguntado por qué?
No lo sé, porque te puedo asegurar que mi vida no es triste (r?e), tengo a mi alrededor a mucha gente que me quiere. Pero en fin, lanzo una hip?tesis: la literatura siempre parte de conflictos y la ficci?n se dedica a magnificarlos.
En la vida real no solemos sentirnos empoderadas. Rara vez somos tan fuertes como para afrontar la vida en soledad
Su protagonista lee ‘El cuaderno dorado’ de Doris Lessing y se siente culpable respecto a la contradicci?n de que una mujer libre no se siente completa sin un hombre. ?Eso sigue siendo as?? ?No ha tenido la tentaci?n de mostrar a Adriana m?s empoderada?
En la vida real no solemos sentirnos empoderadas. Lessing habla de hombres, yo creo que habr?a que hablar de parejas. Rara vez somos tan fuertes como para afrontar la vida en soledad. Marguerite Duras dijo algo as? como que es mentira que existan las mujeres liberadas porque los seres humanos son dependientes, seres sociales que dependemos de un contexto. Ahora consideramos que uno est? liberado cuando se empodera a base de éxito profesional, por ejemplo, pero eso no deja de ser una idea que puede cambiar por el contexto social.
?Entonces la literatura no debe ir acompa?ada de vindicaci?n feminista?
Yo creo que la literatura est? m?s para problematizar que para reivindicar, porque lo reivindicativo siempre tiene algo de panfletario y los panfletos me dan miedo. Tener las ideas muy claras sobre un tema hace que el texto literario exude falsedad e incluso totalitarismo.
En los ?ltimos tiempos, las autoras est?n teniendo mucha visibilidad. ?Se siente m?s expuesta?
No. Me parece estupendo por la parte que me toca, claro. Las escritoras no merecen atenci?n porque ahora toque o esté de moda sino porque hay muchas que han demostrado ser muy potentes. Autoras as? ya exist?an. Estaban Rosa Chacel, Ana Mar?a Matute o Carmen Mart?n Gaite pero ninguna de ellas aparec?a en mis libros de bachillerato. Es sencillamente un asunto de absoluta justicia.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/elvira-navarro-tinder-convierte-gente-81338493)
Hay algo de juego de construcci?n en esta novela, tres historias que solo adquieren unidad en la mente del lector. ?Se siente m?s c?moda con las formas breves?
Es un tr?o de partes diferenciadas en tres tonos distintos. El dedicado al padre es m?s ligero, el segundo, retrato de la casa de la abuela m?s nost?lgico y la tercera parte, un coro griego femenino, abuela, madre e hija, bastante teatral. La novela naci? de la revisi?n de una vieja pel?cula de Carlos Saura, ‘Cr?a cuervos’, en la que una madre habla con la voz de su hija y viceversa. Eso me encendi? la bombilla para hablar de mis propias pérdidas en clave de ficci?n.
?Asume lo autobiogr?fico, entonces?
Ah? est?n la muerte de mi madre y la enfermedad de mi padre, pero lo m?s real de la historia son los sentimientos. Y algo que debo aclarar, jam?s me he dado de alta en Tinder.
?Tinder, concebido por s?ntoma de nuestro tiempo, qué le parece?
Es una herramienta simplemente, el peligro que pueda tener depende de c?mo se utilice. Es verdad que convierte a la gente en productos de cat?logo, f?ciles de consumir y borrar, como todo lo que tiene que ver con lo virtual. Aunque quiz? s? tenga sentido a la hora de validar a los que se encuentran solos, yo no ser?a muy taxativa.
Esta es una novela en la que las historias de los hombres y las de las mujeres est?n situadas en departamentos estancos. ?Existe una raz?n?
A que quer?a hablar de dos tipos de herencias distintas y casi contradictorias, no porque se anulen una a la otra sino porque son muy distintas: el mundo de mi padre y el de mi madre. Uno y otra vienen de estratos sociales distintos. Mi padre es un urbanita de libro que ha vivido una vida m?s ligera, en cambio mi madre proced?a de un pueblo, donde las cosas se han percibido de una forma m?s grave, casi tr?gica, especialmente para las mujeres, con unos caracteres m?s complicados.
En mi historia familiar la memoria del trauma est? m?s viva en la rama materna y lo que escribo procede de esta zona
?Entonces se puede decir que como escritora es m?s hija de su madre que de su padre? Sus voces como autora suelen ser m?s graves que ligeras.
Yo soy hija de ambos, eso es incuestionable, pero en mi historia familiar la memoria del trauma est? m?s viva en la rama materna y lo que escribo procede de esta zona m?s compleja y dif?cil.
“La muerte es un maltrato a los adictos a la narrativa”, dice en su libro, pero a usted le ha impulsado todo un libro.
Eso es tal cual un tuit. Entré en Twitter, puse “muerte” y apareci?. Me parec?a una cita muy literaria. La idea es que siempre es dif?cil hablar de la muerte.
Se nos mueren los seres queridos y aprendemos con ello que también nos moriremos nosotros
Lo ?nico que puedes hacer es aproximarte a ella, rodearla desde el exterior…
Exacto. Normalmente, nuestras primeras experiencias sobre la muerte son por aproximaci?n. Se nos mueren los seres queridos y aprendemos con ello que también nos moriremos nosotros. Que esa es la condici?n humana. Normalmente, eso suele ocurrirnos con nuestros padres y nos situamos al final de nuestra estirpe, lo que da un poco de vértigo. Aunque también eso sea falso porque algunas veces los hijos mueren antes que sus padres. Este es un libro de aprendizaje pero no de la vida.
Adriana es una mujer muy sola y muy triste. Esa es una caracter?stica de la mayor parte de sus novelas. ?No sé si alguna vez se ha preguntado por qué?
No lo sé, porque te puedo asegurar que mi vida no es triste (r?e), tengo a mi alrededor a mucha gente que me quiere. Pero en fin, lanzo una hip?tesis: la literatura siempre parte de conflictos y la ficci?n se dedica a magnificarlos.
En la vida real no solemos sentirnos empoderadas. Rara vez somos tan fuertes como para afrontar la vida en soledad
Su protagonista lee ‘El cuaderno dorado’ de Doris Lessing y se siente culpable respecto a la contradicci?n de que una mujer libre no se siente completa sin un hombre. ?Eso sigue siendo as?? ?No ha tenido la tentaci?n de mostrar a Adriana m?s empoderada?
En la vida real no solemos sentirnos empoderadas. Lessing habla de hombres, yo creo que habr?a que hablar de parejas. Rara vez somos tan fuertes como para afrontar la vida en soledad. Marguerite Duras dijo algo as? como que es mentira que existan las mujeres liberadas porque los seres humanos son dependientes, seres sociales que dependemos de un contexto. Ahora consideramos que uno est? liberado cuando se empodera a base de éxito profesional, por ejemplo, pero eso no deja de ser una idea que puede cambiar por el contexto social.
?Entonces la literatura no debe ir acompa?ada de vindicaci?n feminista?
Yo creo que la literatura est? m?s para problematizar que para reivindicar, porque lo reivindicativo siempre tiene algo de panfletario y los panfletos me dan miedo. Tener las ideas muy claras sobre un tema hace que el texto literario exude falsedad e incluso totalitarismo.
En los ?ltimos tiempos, las autoras est?n teniendo mucha visibilidad. ?Se siente m?s expuesta?
No. Me parece estupendo por la parte que me toca, claro. Las escritoras no merecen atenci?n porque ahora toque o esté de moda sino porque hay muchas que han demostrado ser muy potentes. Autoras as? ya exist?an. Estaban Rosa Chacel, Ana Mar?a Matute o Carmen Mart?n Gaite pero ninguna de ellas aparec?a en mis libros de bachillerato. Es sencillamente un asunto de absoluta justicia.
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