Reem
01-17-2023, 02:56 PM
José Antonio Marina*(Toledo, 1939), fil?sofo, escritor, premio 'Giner de los R?os' de innovaci?n educativa y Premio Nacional de Ensayo, tiene nuevo libro, 'El deseo interminable' (Editorial Ariel). Y esa es siempre una buena excusa para que los foros de toda Espa?a cuenten con su presencia y sus reflexiones. José Antonio Marina ha dedicado toda su labor de investigador a la elaboraci?n de una teor?a de la inteligencia que comienza en la neurolog?a y termina en la ética.
?Por cu?ntos libros va ya y qué hay que esperar de este?No sé el n?mero con certeza. Algo m?s de 50, creo. De este libro espero que sea ?til. Creo que nuestra generaci?n tiene a?n una tarea que cumplir. Tal vez estemos viviendo la ?ltima oportunidad hist?rica de comprender la evoluci?n humana. No por falta de capacidad, sino de interés. La misma generaci?n que hizo en Espa?a la transici?n pol?tica ha hecho en el mundo la transici?n digital. Hemos sido el puente entre la cultura antigua y la nueva. Todav?a conocemos y valoramos lo antiguo, aunque hayamos inventado lo nuevo. Antes de que la pasi?n por innovar, y un explicable engreimiento por las fant?sticas posibilidades que abre la tecnolog?a, lleve a las nuevas generaciones a rechazar lo antiguo debemos recordar lo que debe permanecer. De lo contrario, puede extenderse una "cultura de la cancelaci?n" que nos lleve a un adanismo est?pido, incapaz de comprender el presente.
Su necesidad de escribir, de reflexionar y dejar esos pensamientos bien ordenados, ?da la medida de cu?nto interés sigue teniendo por la vida o solo demuestra que es incapaz de "jubilarse"?Creo que la facultad esencial de nuestra especie es aprender. y, afortunadamente, no la he perdido todav?a. Adem?s, me he convertido en conejillo de Indias de un experimento personal.
Suena intrigante. ?A qué se refiere ese experimento?La inteligencia puede usarse bien o mal. En mis libros he llamado "talento" al uso brillante de la inteligencia: elige bien sus metas, y maneja la informaci?n necesaria, gestiona las emociones y utiliza las funciones ejecutivas necesarias para alcanzarlas. Cada edad tiene su propio talento: hay un talento infantil, un talento adolescente (al que dediqué un libro entero) y un talento adulto. Ahora cada vez va a tener m?s importancia un "talento senior", un talento de la senectud. Es el que aspiro a desarrollar en mi caso, dada mi edad. Necesitamos una pedagog?a de la ancianidad, una geragog?a. La "inteligencia senior", por ejemplo, es m?s lenta, pero creo que puede mantener en la memoria redes mas amplias. Creo que su gran recurso no es la memoria, sino la capacidad de aprender de la memoria. Puesto que cada vez vamos a vivir m?s, me interesa explorar ese tema. El secreto est? en la memoria.
Ahora se habla mucho de la memoria hist?rica, ?tiene algo que ver?S?. Las naciones también tienen que desarrollar su talento. Y como tienen muchos a?os, deben desarrollar su "talento senior". No basta con recordar: tienen que aprender del recuerdo. Las sociedades suelen aprender mal. Por eso intento promover una "Sociedad del aprendizaje".
Cu?l es ese "deseo interminable" que nos define: ?la felicidad?, ?el poder?En el origen de la acci?n est?n las necesidades, los deseos, las expectativas. Lo que los antiguos llamaban "apetitos" y los modernos "motivaciones". Los animales, cuando han satisfecho una necesidad se quedan tranquilos, se duermen. Los humanos, no. Si satisfacemos un deseo, surge otro. Eso nos hace vivir siempre alterados. Esa situaci?n nos impulsa a inventar cosas continuamente, pero nos condena a la inquietud.
Y tanto.Por eso, los humanos hemos pensado que pod?a haber alguna experiencia que sacie definitivamente nuestras aspiraciones, y la hemos llamado Felicidad. Lo que ocurre es que, como el horizonte, se aleja cuanto m?s navegamos. Sin embargo, nos impulsa a navegar. La idea de Felicidad ha sido el gran motor de la historia, porque es el gran motor de nuestras acciones.
Dice que las emociones dominantes ayudan a entender el desarrollo de las sociedades. ?En qué momento emocional dir?a que estamos los espa?oles en este 2023?Somos una sociedad compleja y, por lo tanto, no podemos hablar de una emoci?n ?nica. Desde la crisis del 2008 hemos vivido con miedo al futuro, un sentimiento que la pandemia y la situaci?n econ?mica han intensificado. Ha dado lugar a dos derivaciones: una depresiva. No es extra?o que se consuman cada vez mas ansiol?ticos. Otra, "presentista", decidida a disfrutar del presente y pensar poco en el futuro. Esto en las generaciones j?venes se presenta como el s?ndrome FOMO ("Fear Of Missing Out"), el miedo a perderse algo, que les fuerza a estar permanentemente alterados, pendientes de una pantalla.
El subt?tulo de su libro es 'Claves emocionales de la historia'. ?Es lo que llama la psicohistoria?Todos los acontecimientos hist?ricos tienen que comprenderse descubriendo las pasiones que los han originado. La historia es la agregaci?n de acciones individuales, y todas las acciones individuales se explican por las motivaciones y los fines. De ah? mi interés en contar la misma historia que cuentan los historiadores, pero a partir de los conocimientos que nos proporciona la psicolog?a personal y la psicolog?a social y cultural. Creo incluso que se puede hacer una psicopatolog?a de la historia. Lo intenté en 'Biograf?a de la Inhumanidad'.
Hay mucha unanimidad en que somos una sociedad m?s infantilizada y narcisista. ?Lo comparte o lo refutar?a?Kant defini? la Ilustraci?n como la llegada de la humanidad a su mayor?a de edad, cuando se liber? de los argumentos de autoridad. En ese sentido, la quiebra del sentido cr?tico, el papel de los influencers, el desdén por la raz?n, supone una infantilizaci?n, una vuelta atr?s. Vivimos en una democracia crédula. Las redes sociales la est?n fomentando. Soroush Vosoughi ha estudiado 126.000 historias tuiteadas 4,5 millones de veces por tres millones de personas. Demostr? que las noticias falsas se difunden con m?s rapidez que las verdaderas. De hecho, la noci?n de verdad se ha quedado anticuada. Y también los argumentos. Un estudio de Kayla Jordan analizando m?s de 33.000 textos de todos los presidentes de EE UU desde el siglo XVIII, 5.000 novelas y mas de dos millones de art?culos del 'The New York Times', llega a la conclusi?n de que los mensajes pol?ticos se han infantilizado progresivamente. En 2015, el 'Boston Globe' analiz? los discursos de los candidatos a la Presidencia, utilizando un programa que eval?a la dificultad de los textos. Oscilaban entre el nivel de comprensi?n para ni?os de 11-12 a?os de los mensajes de Trump, y los de Hillary Clinton, comprensibles para 14-15.
?Podr?a eso explicar nuestros comportamientos m?s individuales y como de vivir en una permanente rabieta?Desde hace muchos a?os vivimos en una "cultura de la queja". En "El deseo interminable" he dividido la historia de la humanidad en dos grandes épocas: la era de la obediencia y la resignaci?n, y la era de la rebeld?a, que es, en realidad, la era de los derechos individuales. Quien tiene conciencia de sus derechos protesta m?s. Adem?s, la mejora innegable del nivel de vida ha provocado un nuevo malestar. La percepci?n de nuestro bienestar no es absoluta, sino diferencial: la diferencia entre lo que esper?bamos y lo que hemos conseguido. Las naciones desarrolladas y democr?ticas prometen mucho –por ejemplo, la igualdad– y por lo tanto aumentan la probabilidad de que los ciudadanos se decepciones y cabreen.
?Nos hemos polarizado en exceso o nos falta capacidad de di?logo?La polarizaci?n es un fen?meno simplificador y emocional. Las pasiones pol?ticas enfrentan. Las democracias crédulas no atienden a razones, sino a creencias y sentimientos. Popper dec?a: "Conviene que combatan nuestros argumentos para que no tengan que combatir las personas". En esas estamos. Adem?s, vivimos la glorificaci?n de las identidades y nada refuerza m?s una identidad que tener un enemigo. El pensamiento 'woke', que se extiende en las universidades americanas y europeas niega la posibilidad de entendimiento. Cada grupo tiene su propia verdad y la ?nica manera de imponerla es la fuerza. En Espa?a, Podemos capt? bien el aire de los tiempos al importar la teor?a de Carl Schmitt, para quien el concepto central de la pol?tica es el de "enemigo".
Ahora desayunamos con tazas llenas de esl?ganes de felicidad, nos cruzamos a cada paso con frases inspiradores y vivimos a golpe de coaching... ?y qué conseguimos?Que se haya puesto de moda la felicidad es una cat?strofe social. La ha convertido en un producto psicol?gico de gran consumo con lo que ha anulado la fuerza progresista, rompedora, que ten?a la idea de Felicidad, que era una idea que proced?a de la ética. Esta es la historia que he contado en 'El deseo interminable'. El deseo individual de ser feliz choca inevitablemente con el deseo de ser feliz del resto de las personas. La necesidad de hacer compatibles estos deseos ha conducido a buscar buenas soluciones a los conflictos. La buena soluci?n de los conflictos sociales es lo que llamamos "justicia", que es por lo tanto un instrumento que favorece la felicidad individual a través de conseguir previamente la "p?blica felicidad". Esta, por cierto, fue la idea de Jovellanos.
Expl?quelo.El gran descubrimiento de la Ilustraci?n fue la necesidad de la "p?blica felicidad", de la "felicidad pol?tica" como finalidad de la sociedad. En su 'Discurso dirigido a la Real Sociedad de Amigos del Pa?s de Asturias sobre los medios de promover la felicidad de aquel principado', escribe: "Inflamado por el patriotismo, quisiera llegar de un vuelo hasta la cumbre de la felicidad que es mi objeto".
Parece que hoy hasta los ni?os tienen la obligaci?n de "ser felices". ?No es un lastre/presi?n muy grande para ellos?La "psicologizaci?n de la felicidad", convertirla en la ausencia de experiencias negativas, acaba provocando una gran vulnerabilidad a los ni?os, que son incapaces de enfrentarse a la frustraci?n, o al esfuerzo.
Precisamente la salud mental de los ni?os y adolescentes ahora est? en boca de todos. ?Qué lectura hace de lo que est? pasando?Desde hace muchos a?os los expertos nos est?n avisando del aumento de problemas psicol?gicos en la infancia y la adolescencia. La pandemia no ha hecho mas que agravar la situaci?n, especialmente en la adolescencia. En 'El talento adolescente' indiqué que nos est?bamos equivocando con el modelo adolescente que los adultos proyectamos. La adolescencia no es una época biol?gica (eso es la pubertad). Es una época puramente educativa, creada para educar. Y no la educamos. Les hemos intoxicado con una falsa idea de libertad, diciendo cosas como que la libertad se ense?a con m?s libertad. Lo que hay que ense?ar es la "autonom?a personal", la capacidad de tomar decisiones inteligentes, de ser responsables, de tomar las riendas de su vida. Lo voy a decir de una manera escandalosa: solo se aprende la libertad obedeciendo primero.
En un mundo que se explica por emociones... o que se entiende mejor por el dominio de deseos, ?d?nde queda el aprendizaje del sentido moral, de la ética o del bien com?n?Los sistemas normativos, en especial la idea de que tenemos derechos innatos que debemos respetar, me parece la m?xima creaci?n de la inteligencia humana. Y el gran motor para conseguirla ha sido nuestra tenaz b?squeda de la felicidad. Si no se explica bien este proceso, la moral resulta infundada, arbitraria y molesta. Por eso me ha parecido tan importante contar su historia.
Ha dicho que "no hemos conseguido desarrollar una emoci?n fundamental sobre el término democracia, como tampoco sobre el término Europa". ?C?mo habr?a que hacerlo?No lo vamos a conseguir si primero no explicamos por qué la humanidad ha llegado, al cabo de los siglos y de innumerables sufrimientos, a construir los sistemas democr?ticos. No basta solo con saber racionalmente que es el mejor sistema posible, necesitamos recuperar el lazo que la une a la felicidad personal. Entonces conseguiremos transfundir emoci?n a la raz?n. Si fuéramos seres perfectamente racionales no lo necesitar?amos, pero la raz?n por s? sola carece con frecuencia de fuerza para mover a la acci?n.
?Qué emoci?n domina a José Antonio Marina? ?Y cu?l le gustar?a que le dominase?En este momento me domina la preocupaci?n y la prisa. ?Por qué si somos tan inteligentes hacemos tantas atrocidades? ?Estaré colaborando inconscientemente a que esto suceda? ?C?mo podr?a colaborar para evitarlo? Esas son mis preocupaciones. ?Qué emoci?n me gustar?a que me dominase? No tengo ninguna duda: la alegr?a. La plenitud del ser humano no es el placer, es la alegr?a.
?Qué hemos aprendido emocionalmente de la pandemia y a qué nos deber?a llevar?Lo que hemos aprendido es que de la experiencia no aprendemos nada si no nos esforzamos por aprender.
?Sigue preocupado por c?mo hacer que la inteligencia se convierta en talento para lograr la felicidad y la dignidad? Por cierto, se oye mucho hablar de felicidad, pero mucho menos de dignidad.Mis ?ltimos tres libros, incluido 'El deseo interminable', intentan desarrollar una Ciencia de la evoluci?n de las culturas, que nos permitir?a comprender el presente y nos ayudar?a a tomar buenas decisiones. Me gustar?a que fuera una asignatura b?sica de todo nuestro sistema educativo, porque permitir?a unificar y dar utilidad a todas las disciplinas human?sticas que est?n en trance de desaparici?n.
En Espa?a va avanzando en su aprobaci?n la 'ley trans', que consolida la autodeterminaci?n de género. ?Tiene posici?n sobre ello? ?El sexo debe dejar paso al género?S?, tengo posici?n sobre ello, y en el Pan?ptico he publicado "Manual para navegar en la ley trans", y otros art?culos relacionados. La distinci?n entre sexo y género me parece un progreso conceptual. El sexo es biol?gico y el género es cultural. Durante muchos siglos se consider? que lo cultural (los roles de género) eran también biol?gicos, lo que provoc? tremendas injusticias hacia las mujeres. Pero considerar que el sexo también es cultural me parece un error filos?fico y cient?fico.
Seguro que ya trabaja en otro proyecto nuevo, si no en varios. ?Qué le interesa de los grandes titulares del momento?Sigo interesado en aplicar la psicolog?a a la historia para comprender mejor el presente. Por ejemplo, me interesa el fen?meno del poder y de su ejercicio. Lord Acton dijo: "El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente". Ten?a raz?n a medias. No es verdad que todos los pol?ticos sean deshonestos y corruptos, pero s? es verdad que la b?squeda del poder y su ejercicio produce sesgos cognitivos y afectivos. Kant escribi?: "No hay que esperar que los reyes filosofen ni que los fil?sofos sean reyes, como tampoco hay que desearlo, porque la posesi?n del poder da?a inevitablemente el libre juicio de la raz?n". Este es el tema que me gustar?a estudiar. El poder pol?tico es necesario, los pol?ticos son imprescindibles, pero est?n sometidos a "mecanismos perturbadores no conscientes" que deber?an conocer. El aprendizaje de los pol?ticos me parece un tema fascinante y urgente.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/jose-antonio-marina-moda-felicidad-catastrofe-social-81300460)
?Por cu?ntos libros va ya y qué hay que esperar de este?No sé el n?mero con certeza. Algo m?s de 50, creo. De este libro espero que sea ?til. Creo que nuestra generaci?n tiene a?n una tarea que cumplir. Tal vez estemos viviendo la ?ltima oportunidad hist?rica de comprender la evoluci?n humana. No por falta de capacidad, sino de interés. La misma generaci?n que hizo en Espa?a la transici?n pol?tica ha hecho en el mundo la transici?n digital. Hemos sido el puente entre la cultura antigua y la nueva. Todav?a conocemos y valoramos lo antiguo, aunque hayamos inventado lo nuevo. Antes de que la pasi?n por innovar, y un explicable engreimiento por las fant?sticas posibilidades que abre la tecnolog?a, lleve a las nuevas generaciones a rechazar lo antiguo debemos recordar lo que debe permanecer. De lo contrario, puede extenderse una "cultura de la cancelaci?n" que nos lleve a un adanismo est?pido, incapaz de comprender el presente.
Su necesidad de escribir, de reflexionar y dejar esos pensamientos bien ordenados, ?da la medida de cu?nto interés sigue teniendo por la vida o solo demuestra que es incapaz de "jubilarse"?Creo que la facultad esencial de nuestra especie es aprender. y, afortunadamente, no la he perdido todav?a. Adem?s, me he convertido en conejillo de Indias de un experimento personal.
Suena intrigante. ?A qué se refiere ese experimento?La inteligencia puede usarse bien o mal. En mis libros he llamado "talento" al uso brillante de la inteligencia: elige bien sus metas, y maneja la informaci?n necesaria, gestiona las emociones y utiliza las funciones ejecutivas necesarias para alcanzarlas. Cada edad tiene su propio talento: hay un talento infantil, un talento adolescente (al que dediqué un libro entero) y un talento adulto. Ahora cada vez va a tener m?s importancia un "talento senior", un talento de la senectud. Es el que aspiro a desarrollar en mi caso, dada mi edad. Necesitamos una pedagog?a de la ancianidad, una geragog?a. La "inteligencia senior", por ejemplo, es m?s lenta, pero creo que puede mantener en la memoria redes mas amplias. Creo que su gran recurso no es la memoria, sino la capacidad de aprender de la memoria. Puesto que cada vez vamos a vivir m?s, me interesa explorar ese tema. El secreto est? en la memoria.
Ahora se habla mucho de la memoria hist?rica, ?tiene algo que ver?S?. Las naciones también tienen que desarrollar su talento. Y como tienen muchos a?os, deben desarrollar su "talento senior". No basta con recordar: tienen que aprender del recuerdo. Las sociedades suelen aprender mal. Por eso intento promover una "Sociedad del aprendizaje".
Cu?l es ese "deseo interminable" que nos define: ?la felicidad?, ?el poder?En el origen de la acci?n est?n las necesidades, los deseos, las expectativas. Lo que los antiguos llamaban "apetitos" y los modernos "motivaciones". Los animales, cuando han satisfecho una necesidad se quedan tranquilos, se duermen. Los humanos, no. Si satisfacemos un deseo, surge otro. Eso nos hace vivir siempre alterados. Esa situaci?n nos impulsa a inventar cosas continuamente, pero nos condena a la inquietud.
Y tanto.Por eso, los humanos hemos pensado que pod?a haber alguna experiencia que sacie definitivamente nuestras aspiraciones, y la hemos llamado Felicidad. Lo que ocurre es que, como el horizonte, se aleja cuanto m?s navegamos. Sin embargo, nos impulsa a navegar. La idea de Felicidad ha sido el gran motor de la historia, porque es el gran motor de nuestras acciones.
Dice que las emociones dominantes ayudan a entender el desarrollo de las sociedades. ?En qué momento emocional dir?a que estamos los espa?oles en este 2023?Somos una sociedad compleja y, por lo tanto, no podemos hablar de una emoci?n ?nica. Desde la crisis del 2008 hemos vivido con miedo al futuro, un sentimiento que la pandemia y la situaci?n econ?mica han intensificado. Ha dado lugar a dos derivaciones: una depresiva. No es extra?o que se consuman cada vez mas ansiol?ticos. Otra, "presentista", decidida a disfrutar del presente y pensar poco en el futuro. Esto en las generaciones j?venes se presenta como el s?ndrome FOMO ("Fear Of Missing Out"), el miedo a perderse algo, que les fuerza a estar permanentemente alterados, pendientes de una pantalla.
El subt?tulo de su libro es 'Claves emocionales de la historia'. ?Es lo que llama la psicohistoria?Todos los acontecimientos hist?ricos tienen que comprenderse descubriendo las pasiones que los han originado. La historia es la agregaci?n de acciones individuales, y todas las acciones individuales se explican por las motivaciones y los fines. De ah? mi interés en contar la misma historia que cuentan los historiadores, pero a partir de los conocimientos que nos proporciona la psicolog?a personal y la psicolog?a social y cultural. Creo incluso que se puede hacer una psicopatolog?a de la historia. Lo intenté en 'Biograf?a de la Inhumanidad'.
Hay mucha unanimidad en que somos una sociedad m?s infantilizada y narcisista. ?Lo comparte o lo refutar?a?Kant defini? la Ilustraci?n como la llegada de la humanidad a su mayor?a de edad, cuando se liber? de los argumentos de autoridad. En ese sentido, la quiebra del sentido cr?tico, el papel de los influencers, el desdén por la raz?n, supone una infantilizaci?n, una vuelta atr?s. Vivimos en una democracia crédula. Las redes sociales la est?n fomentando. Soroush Vosoughi ha estudiado 126.000 historias tuiteadas 4,5 millones de veces por tres millones de personas. Demostr? que las noticias falsas se difunden con m?s rapidez que las verdaderas. De hecho, la noci?n de verdad se ha quedado anticuada. Y también los argumentos. Un estudio de Kayla Jordan analizando m?s de 33.000 textos de todos los presidentes de EE UU desde el siglo XVIII, 5.000 novelas y mas de dos millones de art?culos del 'The New York Times', llega a la conclusi?n de que los mensajes pol?ticos se han infantilizado progresivamente. En 2015, el 'Boston Globe' analiz? los discursos de los candidatos a la Presidencia, utilizando un programa que eval?a la dificultad de los textos. Oscilaban entre el nivel de comprensi?n para ni?os de 11-12 a?os de los mensajes de Trump, y los de Hillary Clinton, comprensibles para 14-15.
?Podr?a eso explicar nuestros comportamientos m?s individuales y como de vivir en una permanente rabieta?Desde hace muchos a?os vivimos en una "cultura de la queja". En "El deseo interminable" he dividido la historia de la humanidad en dos grandes épocas: la era de la obediencia y la resignaci?n, y la era de la rebeld?a, que es, en realidad, la era de los derechos individuales. Quien tiene conciencia de sus derechos protesta m?s. Adem?s, la mejora innegable del nivel de vida ha provocado un nuevo malestar. La percepci?n de nuestro bienestar no es absoluta, sino diferencial: la diferencia entre lo que esper?bamos y lo que hemos conseguido. Las naciones desarrolladas y democr?ticas prometen mucho –por ejemplo, la igualdad– y por lo tanto aumentan la probabilidad de que los ciudadanos se decepciones y cabreen.
?Nos hemos polarizado en exceso o nos falta capacidad de di?logo?La polarizaci?n es un fen?meno simplificador y emocional. Las pasiones pol?ticas enfrentan. Las democracias crédulas no atienden a razones, sino a creencias y sentimientos. Popper dec?a: "Conviene que combatan nuestros argumentos para que no tengan que combatir las personas". En esas estamos. Adem?s, vivimos la glorificaci?n de las identidades y nada refuerza m?s una identidad que tener un enemigo. El pensamiento 'woke', que se extiende en las universidades americanas y europeas niega la posibilidad de entendimiento. Cada grupo tiene su propia verdad y la ?nica manera de imponerla es la fuerza. En Espa?a, Podemos capt? bien el aire de los tiempos al importar la teor?a de Carl Schmitt, para quien el concepto central de la pol?tica es el de "enemigo".
Ahora desayunamos con tazas llenas de esl?ganes de felicidad, nos cruzamos a cada paso con frases inspiradores y vivimos a golpe de coaching... ?y qué conseguimos?Que se haya puesto de moda la felicidad es una cat?strofe social. La ha convertido en un producto psicol?gico de gran consumo con lo que ha anulado la fuerza progresista, rompedora, que ten?a la idea de Felicidad, que era una idea que proced?a de la ética. Esta es la historia que he contado en 'El deseo interminable'. El deseo individual de ser feliz choca inevitablemente con el deseo de ser feliz del resto de las personas. La necesidad de hacer compatibles estos deseos ha conducido a buscar buenas soluciones a los conflictos. La buena soluci?n de los conflictos sociales es lo que llamamos "justicia", que es por lo tanto un instrumento que favorece la felicidad individual a través de conseguir previamente la "p?blica felicidad". Esta, por cierto, fue la idea de Jovellanos.
Expl?quelo.El gran descubrimiento de la Ilustraci?n fue la necesidad de la "p?blica felicidad", de la "felicidad pol?tica" como finalidad de la sociedad. En su 'Discurso dirigido a la Real Sociedad de Amigos del Pa?s de Asturias sobre los medios de promover la felicidad de aquel principado', escribe: "Inflamado por el patriotismo, quisiera llegar de un vuelo hasta la cumbre de la felicidad que es mi objeto".
Parece que hoy hasta los ni?os tienen la obligaci?n de "ser felices". ?No es un lastre/presi?n muy grande para ellos?La "psicologizaci?n de la felicidad", convertirla en la ausencia de experiencias negativas, acaba provocando una gran vulnerabilidad a los ni?os, que son incapaces de enfrentarse a la frustraci?n, o al esfuerzo.
Precisamente la salud mental de los ni?os y adolescentes ahora est? en boca de todos. ?Qué lectura hace de lo que est? pasando?Desde hace muchos a?os los expertos nos est?n avisando del aumento de problemas psicol?gicos en la infancia y la adolescencia. La pandemia no ha hecho mas que agravar la situaci?n, especialmente en la adolescencia. En 'El talento adolescente' indiqué que nos est?bamos equivocando con el modelo adolescente que los adultos proyectamos. La adolescencia no es una época biol?gica (eso es la pubertad). Es una época puramente educativa, creada para educar. Y no la educamos. Les hemos intoxicado con una falsa idea de libertad, diciendo cosas como que la libertad se ense?a con m?s libertad. Lo que hay que ense?ar es la "autonom?a personal", la capacidad de tomar decisiones inteligentes, de ser responsables, de tomar las riendas de su vida. Lo voy a decir de una manera escandalosa: solo se aprende la libertad obedeciendo primero.
En un mundo que se explica por emociones... o que se entiende mejor por el dominio de deseos, ?d?nde queda el aprendizaje del sentido moral, de la ética o del bien com?n?Los sistemas normativos, en especial la idea de que tenemos derechos innatos que debemos respetar, me parece la m?xima creaci?n de la inteligencia humana. Y el gran motor para conseguirla ha sido nuestra tenaz b?squeda de la felicidad. Si no se explica bien este proceso, la moral resulta infundada, arbitraria y molesta. Por eso me ha parecido tan importante contar su historia.
Ha dicho que "no hemos conseguido desarrollar una emoci?n fundamental sobre el término democracia, como tampoco sobre el término Europa". ?C?mo habr?a que hacerlo?No lo vamos a conseguir si primero no explicamos por qué la humanidad ha llegado, al cabo de los siglos y de innumerables sufrimientos, a construir los sistemas democr?ticos. No basta solo con saber racionalmente que es el mejor sistema posible, necesitamos recuperar el lazo que la une a la felicidad personal. Entonces conseguiremos transfundir emoci?n a la raz?n. Si fuéramos seres perfectamente racionales no lo necesitar?amos, pero la raz?n por s? sola carece con frecuencia de fuerza para mover a la acci?n.
?Qué emoci?n domina a José Antonio Marina? ?Y cu?l le gustar?a que le dominase?En este momento me domina la preocupaci?n y la prisa. ?Por qué si somos tan inteligentes hacemos tantas atrocidades? ?Estaré colaborando inconscientemente a que esto suceda? ?C?mo podr?a colaborar para evitarlo? Esas son mis preocupaciones. ?Qué emoci?n me gustar?a que me dominase? No tengo ninguna duda: la alegr?a. La plenitud del ser humano no es el placer, es la alegr?a.
?Qué hemos aprendido emocionalmente de la pandemia y a qué nos deber?a llevar?Lo que hemos aprendido es que de la experiencia no aprendemos nada si no nos esforzamos por aprender.
?Sigue preocupado por c?mo hacer que la inteligencia se convierta en talento para lograr la felicidad y la dignidad? Por cierto, se oye mucho hablar de felicidad, pero mucho menos de dignidad.Mis ?ltimos tres libros, incluido 'El deseo interminable', intentan desarrollar una Ciencia de la evoluci?n de las culturas, que nos permitir?a comprender el presente y nos ayudar?a a tomar buenas decisiones. Me gustar?a que fuera una asignatura b?sica de todo nuestro sistema educativo, porque permitir?a unificar y dar utilidad a todas las disciplinas human?sticas que est?n en trance de desaparici?n.
En Espa?a va avanzando en su aprobaci?n la 'ley trans', que consolida la autodeterminaci?n de género. ?Tiene posici?n sobre ello? ?El sexo debe dejar paso al género?S?, tengo posici?n sobre ello, y en el Pan?ptico he publicado "Manual para navegar en la ley trans", y otros art?culos relacionados. La distinci?n entre sexo y género me parece un progreso conceptual. El sexo es biol?gico y el género es cultural. Durante muchos siglos se consider? que lo cultural (los roles de género) eran también biol?gicos, lo que provoc? tremendas injusticias hacia las mujeres. Pero considerar que el sexo también es cultural me parece un error filos?fico y cient?fico.
Seguro que ya trabaja en otro proyecto nuevo, si no en varios. ?Qué le interesa de los grandes titulares del momento?Sigo interesado en aplicar la psicolog?a a la historia para comprender mejor el presente. Por ejemplo, me interesa el fen?meno del poder y de su ejercicio. Lord Acton dijo: "El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente". Ten?a raz?n a medias. No es verdad que todos los pol?ticos sean deshonestos y corruptos, pero s? es verdad que la b?squeda del poder y su ejercicio produce sesgos cognitivos y afectivos. Kant escribi?: "No hay que esperar que los reyes filosofen ni que los fil?sofos sean reyes, como tampoco hay que desearlo, porque la posesi?n del poder da?a inevitablemente el libre juicio de la raz?n". Este es el tema que me gustar?a estudiar. El poder pol?tico es necesario, los pol?ticos son imprescindibles, pero est?n sometidos a "mecanismos perturbadores no conscientes" que deber?an conocer. El aprendizaje de los pol?ticos me parece un tema fascinante y urgente.
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